Cultura Social

Item

Title
Cultura Social
Issue Date
Año III (Issue no. XII) Diciembre 1915
Publisher
Padres de la Compañia de Jesús
Year
1915
Language
Spanish
Subject
Church and social problems ---Philippines---Catholic Church ---Periodicals.
Catholics -- Philippines -- Periodicals
Church and social problems -- Catholic Church -- Periodicals
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Place of publication
Manila
extracted text
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Suscritores a las Revistas de la siguiente pügina, que con motivo de la, i--ubida exr,esiva producida. en el carnbio entre Filipinas y Espnña, por la conflagración europea, se ha visto obligada esta Corresponsalía para el próximo a.ño a aumentar.UN DIEZ POR CIENTO aproximadamente sobre el precio fijado para cada Revista., hasta que el tipo se halle de nuevo en su estado normal. la Administración. A LOS OATOLIOOS 01.;s1wsos DE FA VOLrnCER L.-\ BUE~A l'LrnNSA y PAltTlCULARMlcNTJ<~ A LOS SACEltDOTES, SE ltECOMIENDAN, ENTirn OTRAS, LAS PUBLICACIONES SIGUIENTJ<:S: Razón y Fe. - Revista mensual. Precio por un afio, pago anticipado "Ibérica".-Revista semanal Científica. Precio por un afio, pa~o anticipado, edición corriente ,, ,, ,, ,, 11 de lujo La Hormiga de Oro. - Revista seman:tl Gráfica. Precio por un all.o, pago anticipado Las Misiones GaMlicas. - Revista Mensual. Precio por un all.o, pago adelantado La Lectura Dominical. - Revista Semanal. I' recio por un ano, pago anticipado La Ilustración del Glero.-Revista Quincenal. Precio por un all.o, pago anticipado La Música Sacro Hisp11na.-Revista Mensual Litúrgico· Musical. Precio por un p 8.40 > 8.00 > 12 00 > 7.110 > 4.40 > 4.40 > 3.70 aflo, pago adelantado > 3 30 La Educaci6n Hispano· Americana. - Revista Mensuril de Pedagogía. Precio por un ail.o, pago anticipado > 2.20 Bl Mensajero del Corazón de Jesús. - Revist.'l. Mensual. !'recio por un all.o, pago adelantado > 2. 70 Sal Ter>"ae.-Revista Mensual prirn. Sacerdotes. Precio por un ailo, pago ade· lantado > 2. 70 De Broma y de Veras. -Revista Mensuril de amenri y va dad"' lectura. Precio por un all.o, pago anticipado El Mensajero y Sal Terrae, juntas --Precio por un ailo S11l Terrae y de Broma y de Veras, juntas.-Precio por un ailo El Mensajero y de Broma y de Vei·,,s, juntas.-Precio Anmtl Las tres Revist"s Juntas.-Precio por un all.o El Siglo de las Misiones.-Revista Mensual Ilustrada. Precio por un ailo, pago anticipado CORRESPONSAL EN FflfPJNAS: > l.10 > 4.40 > 3.50 > 3.50 > 5.31J > ¡j 50 Arzobispo 146. Liga Anti pornográfica P. o. Box 320. Manila. La Liga Antipornografica ha recibido un variado y abundante surtido de TARJETAS POSfALES, ESTAMPITAS, CROMOS DE ASUNTOS RELIGIOSOS, COLECCIONES DE VIA CRUCIS EN DOS TAMAÑOS. RúSARIOS, CRUCIFIJOS, MEDALLAS Y OTROS OBJETO) PIADOSOS Todo ello se expende en su Biblbteca -Arzobispo 146 a precios muy reducidos. QUI<: SE HALLAN DI~ VI•;NTA l~N LA BIBLIOTECA DE LA LIGA ANTIPOUNOGRÁFICA, AHZOlllSl'O 146.-P. O. BOX 320. A. Vander H eeren Gurí ·· F erreres P. Luís M.a Ortfz. P. G. Jünemann . . P. Juan H. Zugasti S. J. P. Alonso Rodríguez . P. Francisco de P. Garzón P. Fr. Luis de Granada. > D. Juan de Dios S. Hurtado I'. Andrade . P. L. G. de Azevedo S. J . P . . José l'erardi, Presbítero. > Abate H. Dubois > P. Gilberto Dianda, Pbro P. Juan B. Ferreres S. J. > Dr. P. Valls Tarragó, Pbro. P. Pablo Sélleri > Ateneo de Manila . P. José Burniol > > P. R. Ruíz Amado S. J . > > > > P ablo Ker . . P. Francisco J. Butillá . S. Francisco de Sales > Ven. Tomé de Jesús Balbontín P . F ranco S J. Walter Scott . A. Pérez Nieva Paul F eval · Antonia Ma. de Oviedo Luis de Eguílaz P. Alberto Risco > Tejado J. de Maistre Cárlos Dickens . P. J uan ( 'hurruau . Lewis Wallace Cardenal Wisseman L eandro Herrero . . . F r. Andrés Ocerin·J a(1regui R. P. L. Coloma S. J. · Brevario Romano, (4 tomos). . . . . Compendio de la Teología Moral, novísima edi· ción (2 tomos) . . El Reinado del Corazón de Jesús (3 tomos) . Antología Universal. . La Esclava del Santísimo . . Ejercicios de Perfección (6 tomos) Meditaciones Espirituales (6 tomos) > > (4 id.) Oración y Meditación . . A visos Espirituales (3 tomos) Meditaciones diarias (2 tomos) Los Proscritos . . Manual del Catequista Católico . . Breve Manual del Catequista Católico. El Sacerdote Smto El Guía del Seminarista . El Catecismo Mayor Explicado, hasta el Ter· cer Tomo. Cada Tomo. . . . Las Religiosas, se~ún la disciplina vigente. La Ense!lanza. del Catecismo Manual de Pedagogía Eclesiástica Panegíricos Sag rados . . El Devoto de la Virgen María . . Preceptos Literarios, con su Programa Historia de Filipinas . De la Diócesis del Sacramento . La Acción del Sacerdote en la Prensa La Educación Religiosa . . . Historia. de la Educación y la Pedagogía . Los Pelig ros de la F e. . . . . . D. Miguel Mir y su Historia interna documentada La Comunión de ios Nillos Inocentes Con los Jesuitas .... por castigo. Escuela de Santidad Práctica del Amor de Dios . Vida Devota . . Trabajos de Jesús De la Tierruca . Tigranate (2 tomos) Anticuario (2 tomos) . . . . Cuentos de Pierre L'Ermite (2 tomos) Las Etapas de una Conversión (2 tomos) E l Rosal de Magdalena La Espada de San F em ando Cuentos Tri»tes y Alegres . Paso a Paso . . La Mujer Fuerte. Las Veladas de San Petersburgo El Marqués de Saint·Evl'ernont · Una. Familia de Uandidos . l.len H ur. F abiola . . E l Monje del Monasterio de Yustll l•'lorc>citas de San Francisco H.et rntos de Antano (2 tomos) . p J.20 > 13.00 > 8 00 > 5 50 > 5.00 > 4 50 > 4 50 > 4.50 > o 60 > 4.00 > 3.00 > 3.00 > 3 00 > 3.00 > 3.00 > 1.50 > 2.25 > 3.00 > 0.50 > 2.75 > 2.75 > 0.60 > 2.60 > 2.00 > 1.50 > 0.20 > 2.20 > 2.00 > 1 20 > o.so > 0.15 > 2.20 > 2.00 > 2.00 > 2.00 > 2.00 > 2.00 > 2 00 > 2.00 > 2.00 > 2.ou > 1 00 > 1.00 > l.OIJ > l.QO > LOO -> 1 00 > 1 00 > 1 00 > 1 00 > 1.00 > 1 00 > 1.00 > 5.00 > > > > >' > > > Fr. Juan de los Angeles .José M.a Quadrado . l'. S. Miguel Hodríguez. Este ve P. Moren S. J. > F. T. D. > Filósofo Hancio . Felipe A. de la Cámara . . l'. Juan E. Nieremberg S. J. > > r. José M.a Lasquibar S J. P. Cecilio Gómez Rodeles Fr. Luis de Granada P. Juan Bta. l'agani, Pbro. P. Jaime Nieremberg P. Ramón García . . San Ignacio de Loyola. !'. Vicente Agusti S. J. l'. Luis de la !'alma S. J. > r. Cárlos Rosignoli S. J. > P. Angel M.a de Arcos S. Alfonso M.a de Ligorio. > > P. Mario Laplana S. J . Dr. Vicente de la Fuente P. Lino Murillo S. J . M. Siurot . P. Ricardo Cirera S. J. José Toniolo . J. M. y Saj. . r. Antonio Pavissich S. J. R. P. Catalá S. J . > Arcipreste de Huelva . > P. Augusto Belanger. S. J. Rev. M. Philipps . Rdo. Bernardo Otten P. Pío Pi S . J. . P. Juan de Guernica . P . .Juan M.a de San José El Marqués de Mora La Gorriona . Pilatillo . . . Reliquias de S. Francisco de Borja Ratón Pérez . ¿Qué sería? Mal-Alma . . . El Cazador de Venados. . Diálogos de la conquista del Reino de Dios Biografía de Don Santiago de Masarnau. Elementos de Hebreo . 'Lo que debe saber el músico sagrado Hojitas Populares (1·250) Cuentos y Verdades Aritmética Teórico· Práctica . Compendio de la Historia Sagrada . . Lit Soberanía del Pueblo y el Poder Subventivo Palomicas de mi Palomar Diferencia de lo Temporal y lo Eterno El Catecismo Romano. Aficción y Amor a Jesús y María . El Devoto de San Francisco Javier. Lecturas Piadosas Guía de Pecadores El A}ma Devota . Ejercicios Espirituales . > > > > Lecturas para los Santos Ejercicios . Historia de la Pasión . Exámen de Conciencia Las Verdades Eternas. Las Maravillas de Dios El Catecismo Católico . . Preparación para la Buena Mqe1·te . Prácticas del Amor a Jesucristo El Amor del Alma . Fundamentos de la Fe . . Fundaciones de Sta. Teresa de Jesús Crítica y Exégesis Cada Maestrito Viajes Cientílicos . Orientaciones y Conceptos Sociales al comenzar el Siglo XX Genialidades . . . El Despertar de la Italia Católica Juicio Ordinario seguido ante los tribunales militares de Barcelona contra Francisco Ferrer Guardia . . . El Católico Filipino, satinado . > > en periódico. Granitos de Sal Un Grnnito más . Los Jesuitas y los Pobres. El Moderno Instructor, > > > l.o. > 2.o. > > > 4.o. Breves Contestaciones a Preguntas de testantes . . . ¿Importa mucho lo que yo creo? . . Muerte Cristiana del Dr. José Rizal. Vida de Amor Nazaret . f' 0.70 > 0.60 > 0.50 > 0.40 > 0.20 > 0.15 > 0.10 > O.JO > 1.80 > L50 > 1.50 > 1.50 > 1.50 > 0.60 > 1.40 > 1.40 > 1.20 > 1.00 > 1.00 > 1.00 > 0.60 > 1.60 > 1.50 > 1.20 > 1.00 > 1.20 > l.00 > 1.00 > 1.00 > 1.00 > l.00 > l.00 > 1.00 > 1.00 > 1.00 > 0.61) > 0.45 > 1.00 > 1.00 > 1.00 > 1.00 > 0.80 > 0.80 > 0.80 > 0.80 > 0.50 > 0.50 > 0.40 > 0.50 > 0.30 > 0.40 > 0.30 > 0.35 > 0.50 > 0.15 > 0.10 > 0.10 > 0.80 > 0.75 1'. Anastasio García D. Fermín Goicoechea Pbro .. Biblioteca del A. de la Prensa > Beato Luís M.a Grignon de Monfort . . P. Pedre Rivadeneira > P. Juan E. Nieremberg S. J. P. Nicolás A vancini Santa Teresa de Jesús P. Gabriel de Aran<la. . P. Virgilio Cepari S. J. P. Vicente Agustí S. J. > P. Cárlos Forbes de Tryón P. Antonio Labrador . P. Enrique Debout Un Socio del A. <le la Prensa > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > P. Longinos Navás S J Ven. Tomás de Kempis O. José Frassinetti . . P. Juan Gabriel de Contreras P. Huberto Lebón . Beato Raimundo Lulío. P. l<'rnncisco J. Gautrelet P. Ramón Garcfa. . San Agustín , Guía del Católico . . . . El Devoto del 8a~rado Corazón Devocionario "Virgo Potents" Memorial de la Religiosa . . Oficio de la Vírgen y de Difuntos La Palabra de Dios . . . Los Tres Modelos de la Juventud La Verdadera Devoción a la Virgen. Vida y Misterios de N. S. Jesucristo Tratado de la Tribulación . Vida de San Francisco de Borja Id. de Nuestrn Seilor Jesucristo Id. de Sant.a Teresa de Jesús Id. de San Estanislao de Kostka Id. de San Luis Gonzaga . Id. de San Esta.nislao de Kostka . Id. de San Martín, Obispo <le 'l'ours Id de Santit faabel de Hungría Id. de San Juan de Dios . Id. Popular de la Bta .• Juana de Arco Id. de San Juan Berchmans . Id. de Santa Teresa de Jesús . . Id. de la Beata Margarita de A !acoque Id. de Santa Juana Francisca de Chanta) Id. de San Vicente de Paúl . Id. de San Vicente Ferrer . . Id. de San Juan Bta. <le la Salle. Id. de San Francisco de Sales . Id. <le San Alfonso M.a de Ligorio Id. de San Luis, Rey de !<'rancia Id. de San Pascual Bailón . . . Id. de San Agustín, Obispo de Hipona. Id. de San Francisco de Asís . Id. de Santo Domingo de Guzmán Id. de San Francisco de Borja Id. de San Ignacio de Loyola Id. de San F rancisco Javier . Id. de San Pedro Claver. . Id. de San Alonso Rodríguez. . . . Id. del Bienaventurado Juan M.a Vianney, Cura de Ars . . Vidas de Ninos Santos Id. de Ninas Santas. Los Santos Angeles . . . . La Gran Promesa del Corazón de Jesús iGloria a San Antonio! . . El Tesoro del Alma Devota del S. C. Imitación de Cristo . J esucristo, Regla del Sacerdocio El Despertador Eucarístico. Manual Eucaristico iLa Comunión es mi Vida! . Libro del Amigo y del Amado. Mes del Sagrado Corazón de Jesús Visitas al Santísimo . . Let anías del Sdo. Corazón. Directorio del Sacerdote Mes de Noviembre Opúsculos Piadosos Del Destierro a la Patria . El Abandono de sí mismo. Meditaciones y Soliloquios. p 0.70 > 0.70 > 0.65 > 0.65 > 0.60 > 0.60 > 0.60 > fl.60 > 0.60 > 0.60 > 2.00 > l.~O > 1.00 > 0.90 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 l> 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.50 > 0.45 > 0.45 > 0.45 » 0.45 > 0.45 > 0 ... 5 > 0.45 > 0.45 > 0.40 > 0.40 > 0.40 > 0.40 > 0.40 > 0.40 > 0.40 P. Bouillerie . . . P. Francisco Garzón S. J. > > P. Justo Beguiriztáin S. J . . Med¡taciones . Manual del Cristiano L~· Comunión F~ecuente y las Congregaciones Marianas. Amor a .Jesús Amor a San José. Cánt.icos Litúrgicos Comunión Diaria . Los Primeros Viernes Pequel\as Virtudes Devocionario del Nino Jesús Devocionario del Corazón de María de Siin José . ,, de las Animas Pifsima de la Virgen . Novenas y Devociones . Mes de San Ignacio Práctica de San Ignacio Pensamientos Escogidos de Santa Teresa Los Excesos del Estado Exortación al Cler•> Católico Yo ¿para qué nací? La Perfecta Contrición. Prácticas del Cristiano. Devocionario Popular Exámen Particular. Plan de Vida . Sección tagala, etc. Ang mga Karangalan ni María . Matuid na Landas, tama.no grande Matnid na Landas, tamano pequeno Kempis, en tagalo, papel satinado KPmpis. en t.a.galo, papel periódico . Manga Pagdalaw sa Santísimo . . Pagdedevoción sa Kamahalmahalang Puso ni Jesús Kahusayang Pamumuhay Buan ni María, por el P. M. Sevilla Bu.an nang Marzo na inialay sa mahal na Pa· triarcang si San .José Pitong Domingo ni San .José Ang manga bagay na lalong kailanQan, en car· toné . . . . . . . Ang manga bagay na lalong kailangan, en rús· tica . . . . . . Ang Sngrada Misa, del P. Rumckelen . Ang Kamata.vang cristiano ni Dr . .José Rizal, traducción del Sr. P. Serrano Laktaw. Devocionario sa Santos nga Kasingkasing ni .Jesús . . Turumanon han Cristiano . Panangial·lot iti Paga.yatan ni apo Dios Además, hay Novenas, etc., en tagalo, pampango, bicol, etc. p 0.40 > 0.30 > 0.20 > 0.15 > 0.20 > 0.15 > 0.15 > 0.15 " o 15 ,, 0.15 0.15 .. o 15 .. 0. 15 .. 0.15 .. 0.15 " 0.15 0.15 0.15 ,, 0.15 " 0.15 .. 0.10 " 0.10 .. 0.10 ,, O 10 " 007 " o 05 " 0.05 " 0.05 1.50 1.00 0.60 0.70 0.60 0.65 ,, 0.40 ., 0.40 " 0.40 030 0.20 0.20 0.10 0.12 0.10 0.50 0.10 0.30 Fábrica de Tabacos, Cigarrillos y Picadura ESTABLECIDA EN 1883 POR EL hcelentísimo Senor Don Joaquín Santamarina MANILA Las grandes existencias de tabaco rama de Isabela y C11gayáu, que esta fábrica posee, son la mejor garantía de la bondad de sus productos. Usad el Cemento Portland de la Fabrica RIZAL CEMENT COMPANY Hecho en Filipinas - . . _........_,_ . Es tan bueno como el mejor importado y mucho más barato. Para precios, ;; cudid a Ynchausty y O.a Agentes Generales. 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Cttpellán de Montnrnrtre. 'rra<iuC'ido al Castellano POR F.L !'. I.uis María Ortiz, S. J. Conata de cinco tomos repartidos en tres volúmenes Precio . . . . . . P 8. 00 Liga Anlipornográflca, P. O. Box 320··ArzobiRpo 146 Dl8PO~IBLE QJ tt t ed. !Un lt 1~ 0131n 1 R r SOBRE EL .MATRIMONIO Opúsculo de actualidad por el R. P. Francisco Foradada, S. J. ne este interes•nte y aportuno librito hn hecho nna exactH y C•"ti7.•t tr•ducción •I togalo el reputndo t•gttli"t"' R. P. Juan de la Rusa, Párroco de Tnm bohonl!' (M.Iubón). Ambas ediciones se expenden en la Biblioteca de l>t Lil!'ll Autipornográfica A no bispo, 146, P. O. Box 320. Precios de l'enta para las dos ediciones. 100 ejernplarPS Núrnno ~uelto p 3.00 " 0.05 PrP.stRrÁ.n un 1?r.._n servicio w. la cnnsn Ctt· tólica c111111tos procuren sn <lif11sión f'.11· tre el pueblo. No 8e serviroi nin· 1rítn pedido que no veng11 HCOlll· pafü1do de su importe. CÁ.~LOS O:&TIZ ÓPTICO <.'Ii<;NTÍF'ICO. 24 ESCOLTA (ALTOS) LA EXTREMEílA. 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Dirección Postal: P . O. Box 320. TEL. 140tl A~O 111 l ejemplar . 5 ejemplares . 10 25 50 MANILA, DICIEMBRE DE 1915. Ne.> XII PRECIOS DE SUSCRIPCION MANILA. l" 2.50 al a!l.o. 2.50 trimestre 4.00 " 9.00 " 16.00 Número suelto PROViNCIAS. ejemplar . . . . . . t' 3.00 al a!l.o. En las suscripciones de cinco o más ejemplares se aplit:ará la tarifa de Ma nila con el recargo del franqueo. . . . . p 0.30 No se admiten suscripciones por plazo menor de un año, debiendo haceÍ·se el pago por adelantado. Las suscripciones de 10 o más tijemplares podrán .ser satisfechas trimestralmente. Se admiten anuncios al principio y al fin de la Revista según tarifa. AVISO Rogamos encarecidamente a nuestros favorecedores que la corresponden· cia en que traten asuntos de la LIGA la dirijan al Presidente, Director o Administrador de la misma, P . O. Box 320, omitiendo nombres propios. ;GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS! CRONICA MENSUAL A TREINTA DIAS VISTA PROYECTOS MORALIZADORES. :.<"~ "N el seno de la Cámara Filipina no faltan Diputados cuyas rectas ideas ~y cuyo acendrado patriotismo se traducen en proyectos de ley altamente laudables. Los más complejos problemas relacionados con nuestro adelanto moral y con nuestro prog-reso social, han sido abordados por esos hombres eminentes cuyos nombres, por lo general, no suenan con estrépito, ya que la modestia y el mérito suelen ir casi siempre hermanados. Uno de esos diputados ilustres, dignos de singular mención en nuestras crónicas, es el repre· sentante por el tercer distrito de Leyte, Hon. Miguel Romuáldez, hermano del Juez del mismo apellido, que tan brillante his· torial tiene conquistado en la carrera judicial. El diputado Romuáldez ha presentado recienteme_nte un proyecto de ley por el cual se prohibe terminantemente que en los domingos se pueda realizar cualquier trabajo público, extendiéndose esa prohibición a la publicación de periódicos y a la apertura de tiendas y comercios, excepción hecha de las boticas y de las tiendas en que se expenden artículos de primera necesidad. Se impone al que quebrantare los preceptos de esta Ley, una penalidad que oscila entre cinco y quinientos pesos y entre un día o seis meses de prisión. Son de leer las consideraciones que el Hon. Romuáldez hace a sus colegas de la Cámara para inclin11rles a aprobar el blll. Es necesario, dice, adoptar una ley que imponga a todos los ciudadanos de las Islas Filipinas el respeto al domingo. Es un dolor ver profanado este dia con obras serviles ejecutadas a ciencia y paciencia de las autoridades de los municipios de las Islas. Aun en la misma Ciudad de Manila, más de una vez y más de dos veces, las personas honradas y de buenos sentimientos han visto con indignación realizarse trabajos en público, en obras que bien pudieran haberse demorado veinticuatro horas más, pues con ello no sufría peligro alguno el público ni se lesionaban los intereses de la comunidad. Es preciso, continúa, el Ron. Romuáldez, tener en cuenta que el trabajador, el jornalero, el obrero, tienen también derecho al descanso y nada más conforme a la moral y a la recta razón que el conceder a esos hombres el breve paréntesis de 2-l horas, después de seis días de ruda labor, para emplearlas en el descanso corporal, en el cumplimienro de sus deberes religiosos, en ilustrar su inteligencia y en velar por el bien de su familia. Desgraciadamente, hay muchos comerciantes y patronos que no lo entienden así y quieren sacarle todo el jugo al obrero, al trabajador, al dependiente. Y ejercen tal presión sobre éstos, que ante el temor de perder una colocación que indispensablemente necesitan para sostenerse y sostener a los suyos, muchas veces esos pobres obreros y esos dependientes tienen que acallar los gritos de su conciencia y trabajar en la tienda, o en la obra, o en el taller, los domingos lo mismo que los demás días de la semana. No es así como se forman pueblos grandes y como se hace patria, exclama con harta razón el Sr. Romuáldez. Por el contrario, más de una vez la triste experiencia ha demostrado que aquellos pueblos en don. de el descanso dominical es hollado sin motivo alguno, van a la zaga de aquellos otros pueblos, dt aquellas naciones que observan escrupulosamente el mandato imperativo de la ley divina y de la naturaleza humana. Nosotros, que queremos ver a nuestro pueblo avanzando por las vías francas de la civilización y de la cultura, debemos pro curar por todos los medios posibles velar porque el descanso dominical sea respetado en todos los ámbitos del archipiélago, pues el hombre no es una máquina a la cual continuamente se le pueda exi¡dr la mayor producción posible; sino que también tiene un alma que educar, una inteligencia que ilustrar y una familia que instruír. Otro diputado acreedor a nuestros más vehementes elogios es el Honorable Mariano J . Cuenco, representante por el quinto distrito de Cebú. La educación profundamente relig10sa que ha recibido y el hallar· se imbuido desde niilo en los principios más moralizadores, hacen del Hon. Cuenco uno de los diputados de más sano criterio con que cuenta la Asamblea. Recientemente ha heeho campana en el seno de Ja Cámara Popular contra los salones de baile, presentando un proyecto de Ley por el cual se prohibe en absoluto la apertura y la explotación ,de los bailes de suscripción, en cuya denominación comprende a los dancing -830halls, dancing schools, road houses, y en general todos aquellos edificios, casas y salones de baile abiertos al público y en los cuales se admite el acceso de cualquiera persona mediante pago directo o indirecto. El cumplimiento de estas disposiciones va ase· gurado con una penalidad no mayor de dos meses de prisión o con multa mayor de dos· cientos pesos, o con ambas penas a la vez. El Hon. Cuenco lanza su voz de alerta contra los danos que esos salones de baile causan en nuestra juventud. "Disfrazados, dice, . con la capa de una distracción honesta, en realidad son verdaderas casas de prostitución clandestina, en las que pierden el tiempo, la salud, la energías y el dinero innumerables jóvenes. Los "dancing schools" limitados primero a las ciudades de Manila. Iloílo y Cebú. van extendiéndose a los pueblos más remotos del Archipiélago, sembrando la inmoralidad y formando una generación de hombres enclenques, enfermizos, voluptuosos y de cerebro vacío " Otro proyecto suyo, digno de singular mención es aquel en el cual se enmiendan los artículos 135 y 140 del Código Civil y se de roga el artículo 141 del mismo Código. Sostiene el Hon. Cuenco que con arreglo a los principios más sanos de equidad y justicia los ninos tienen derecho a exigir en todos los casos que sean reconocidos y alimentados por los que dieron el ser. La legislación actual, que en la inmensa mayoría de los casos, de hecho, niega Ja paternidad aun a los hijos naturales, sobre ser contraria a los et~rnos preceptos de derecho natural, fomenta la inmoralidad y causa la desventura de innumerables jóvenes. La. estadística demuestra que la mayoría de los jóvenes delincuentes son hijos ilegítimos, desprovistos de todo amparo y sostén, puestos en la carrera del crimen por la necesidad y por falta de una persona que les guíe por el camino del bien. Finalmente, el honorable Cuenco se ha hecho acreedor a los elogios de todas las personas de bien por el proyecto de Ley No. 1356 que hace poco presentó a la Asamblea y por el cual se previenen los danos que pudiera causar en Filipinas una irreparable plaga social, quizás la más hor.-i ble que se va extendiendo en nuestro p'1.ís, y acerca de Ja cu"I hemos expuesto ya al gunas observaciones en números precedentes. Mil enhorabuenas a tan celosos defensores de la moralidad y a tan dignísimos representantes del pueblo filipino en el seno de la Asamblea. Haga el cielo qtle sus laudables esfuerzos hallen eco en la Cámara Popular y que sus nobilísimas aspiraciones se vean pronto traducidas en hechos. LOS MUERTOS DEL MES. La Misión de la Compaflía de Jesús de Filipinas está de pésame. En el intérvalo de pocos días ha tenido la desdicha de ver morir a tres miembros ilustres cuyos nombres son conocidlsimos en Filipinas. Nos referimos a los Reverendos PP. Juan Bautista He ras; Juan Ricart y Alfonso García, arrebatados a nuestro carino en avanzada edad los dos primeros y todavía joven el último. Como ya en otra sección de esta revista se publican algunos datos briográficos de tan beneméritos sacerdotes, nosotros nos contentamos con reiterar desde estas columnas nuestro sentido pésame a la Misión de la Companía de Jesús en Filipinas por pérdida tan sensible. Al par que el nombre de esos celoso sacerdotes, es digno de figurar en esta crónica el nombre de una modestísima religio· sa, de una de las más dignas Hijas de la. Caridad que hemos conocido en Filipinas. Nos referimos a Sor Juliana Saceda, profesora que fué del Colegio de Santa Rosa en donde residió largos anos. Dotada de una caridad sin límites, de una paciencia inalterable y de una dulzura altamente atrayente. Sor Juliana Saceda se hacía querer de todos los que la conocían, y su corazón magnánimo y generoso no podía ver una lástima sin apresurarse a remediarla. Muchos serán los ojos de huérfanos y de viudas que ·en Manila hayan vertido amargo llanto al saber la noticia de la muerte de la anciana religiosa. Treinta y dos anos ha pasado en Filipinas, como decía un peperiódico local, derramando torrentes de caridad en hospitales y colegios, siendo una de las hermanas que mayor parte tuvieron en la fundación de las escuelas de ninas externas de lmus, en la provincia de ca. vite. Los últimos veinticinco ·anos los pasó en el Colegio de Santa Rosa, desempenan· do vai;ios cargos de responsabilidad y confianza. El mismo día en que enterraban a otra Hija de la Caridad fallecida en el Hospicio, Sor Juliana que volvía de aquel es· tablecimiento benéfico, después de orar junto al cadáver de su hermana de hábito, se. sintió repentinamente acometida de inesperada dolencia que le derribó por tierra en la calzada de Bagumbayan. Transportada por las caritativas hermanas de St. Paul al Colegio de Santa Rosa, Sor Juliana ya no recobró el conocimiento y plácidamente se durmió en los brazos del celestial Esposo al cual había servido tantos anos y con tanta fidelidad. Para ella nuestras más fer-831vorosas oraciones y el más inextinguible recuerdo de nuestro corazón agradecido. También ha fallecido en Cebú el celoso párroco de Dumanhug, Rdo. P. Vida! Causíng, uno de los más preclaros ornamentos del clero de aquella diócesis al cual enviamos nuestro sentido pésame. En los primeros días de Noviembre dejó de existir en esta capital la anciana y consecuente católica D.a Francisca Sianson, viuda de Benavent que tuvo la fortuna dP. morir confortada por los auxilios espirituales de nuestra sacrosanta religión. A su numerosa familia entre la cual se cuenta el Rda. Madre Sacramento, del Monasterio de Santa Clara de esta capital, enviamos la expresión de nuestrn sentimiento, al par que rogamos a nuestros lectores una oración para el eterno descanso de las almas de los mencionados difuntos. SOLEMNIDADES RELIGIOSAS. Durante el mes que acaba de transcurrir se han celebrado en San Agustín, en Re· coletos, en los Paules y en Malate, devotísimos novenarios en sufragio de las benditas ánimas. Y en honra del Patriarca San José, de la Virgen de la Medalla Milagrnsa y de Nuestra Senora de los l~e­ medios. El católico pueblo filipino ha evi· denciado una vez más la firmeza de sus creencias religiosas, asistiendo a todos esos templos y formado en las esplendorosas procesiones que se celebraron en· Intramuros, en San Marcelino y en Malate. Es muy de notar la justeza con que en la Iglesia de los PP. Paules, el dia de la Medalla Milagrosa, fué ejecutada una hermosa misa coral, en la que tomaron parte más de ochocientas alumnas de los colegios regentados por las Hijas de la Cari· dad en Manila. El dia de acción de gracias se celebró en Manila una solemnísima función religiosa en la Catedral. La misa fué celebrada por el Rdo. James Houlinaw, capellán del segundo regimiento de artillería de campo, ministrado por otros dos reverendos sacerdotes umericanos. Nutrida y distinguidísima concurrencia asistió al acto religioso, escuchando embelesada el discurso de acción de gracias que predicó el elocuentísimo orador, Revdmo. Sr. Obispo de Vigan, Mons. Pedro J . Hurth, uno de los más ilustre, obispos con que cuenta esta Iglesia de Filipinas. FIESTAS ESCOLARES. Como en otros anos, los antiguos alumnos del acreditado Colegio de San Juan de Letrán que en Manila regentan los PP. Dominicos, se reunieron en 'fra.ternal banquete celebrado al mediodía del domingo, 21 de Noviembre. Largas mesa.s se adere· zaron en el salól1 de actos del colegio y a. ellas se sentaron muchos elevados per· sonajes que tenían a gala de acudir en dia tan sen.alado a su antiguo colegio. El banquete fué presidido por el Ron. Villa.mor, Presidente de la Universidad de l~ilipinas, quien después de brindar por la prosperidad de la institución que fué el Alma Mater de la juventud filipina por es· pacio de un siglo, pidió al Secretario del Comité de banquete, el ex-periodista Senor Ansaldo, que leyera las adhesiones. bien elocuentes por cierto, de los Magistrados Arellano. Torres y Araullo, asi como del Juez Nepomuceno, y otras más. Después hablaron con gran entusiasmo el Diputado Villanueva (F.), el Ron. Ortigas, el Doctor Montes, el letrado S1-. Chicote, el joven Casuso, y por último el Rdo. P. Rector del Colegio Fr. Florencio Llanos. En el Ateneo de Manila se celebró el día 26 la distribución de premios del certamen abierto por la Sociedad de Graduan· dos de 1916. Un periódico local describe así el brillante acto que fué presenciado por distinguida concurrencia. "Después de una prelusión por la orquesta, tomó la palabra el Presidente del Jurado, Ron. Gregorio Araneta, y en sentidísimas y alentadoras frases felicitó a los jóvenes concursantes por haber comenzado a esgrimir ya las armas de que se han de valer más tarde, en la vida universitaria primero y en la vida profesional después. Varias veces fue· ron interrumpidas con aplausos las palabras del Presidente. Tras una deliciosa seiección por la orquesta, leyó el Secretario su Me. moria y el veredicto del Jurado. A 63 as· cendía el número de composiciones presen· tadas, repartidas entrn los diferentes temas de Ciencias y Literatura. Son muy de alabar varios de los jóvenes opositores que presentaron varios trabajos en distintos temas, reportando vario:> premios. Abiertas las plkas dióse lectura a los nombres de los autores, siendo todos muy aplaudidos. ~ubió enseguida al estrado D. Enrique H. Laygo, autor de la composición dedicada al Alma Muter :y agraciada con el premio, y en bien declamados y mejor sentidos versos fué derramando bellezas literarios y afectos del alma. Siguióse un al'l'ebatador solo de vio· lín por D. Francisco Avellana, acomµanado al piano por D. Cirilo Rivera. Conocida es ya est'~ pareja de jóvenes artistas. Hay que oírles, pern al Sr. Avellana no basta oirle; hay qne verle. Hay que ver aquellos dedos deslizándose ligerísimos, y - 882 - aquel arco dominado por una mano tan firme y tan flexible a la vez, saltando de una en otra cnerda y arrancando al instrumento armonías de una belleza incomparable. Lástima fué que lo avanzado de la hora nos impidiese oirles otra vez. corno pedía el público. Fué aplaudida frenéticamente la labor de ambos jóvenes. Repartiéronse después las medallas y diplomas a los autores premiados, y acto seguido el Presidente de la Asociación, D. Francisco de la Cruz, en un breve pero bien razonado discurso dió las gracias al Hon. Gregorio Araneta por haberse dignado aceptar el ofrecimiento de Presidente del Jurado; a este por su trabajo en juzgar las composiciones; a los autores por el entusiasmo con que habían concurrido al certamen corno lo probaba lo numeroso de las composiciones presentadas; al P. Giménez, Director de la Asociación, por su valiosísima dirección y, finalmente, al Rdo. P. Rector y al P. Prefecto por la cooperación y apoyo que a la asociación han prestado. Fueron elegidos para regir la Asociación de 1917 los siguientes Sres.: Presidente, D. Agapito Conchú; Vice-Presidente, D Pedro Villanueva; Secretario, D. Manuel Lim; Vicesecretario, D. Enrique Regner; Tesorero, D. José Reyes; y Vicetesorero, D. Vicente Genato. Finalmente debemos consignar en nues· tras crónicas otro magnífico acto escolar celebrado por los alumnos' universitarios de la nueva asociación establecida en Santo Tomás. El acto se celebró el 28 del mes pasado en el magnífico salón de San Juan de Letrán y a él asistieron, a más del Ilustrísimo Sr. Obispo de Vigan y del Hon. Speaker de la Asamblea Filipina, muchísimos otros valiosos elementos de nuestra mejor sociedad. Hubo discursos elocuentf · slmos e inspiradas poesías, haciéndose mu· sica y luciendo sus habilidades distinguidos ejecutantes e inspirados cantantes, et>.tre los cuales descollaba el Sr. Leopoldo Brías. miembro honorario de la nueva. Aso· ciación. El Rdo. P . Calixto Prieto fué el alma de los ensayos y a él se debe gran parte de la brillantez del acto que acaba· mos de mencionar. NOTAS DEL EXTERIOR, L' Ossei·vatore Romano publica una herm0sa carta de Su Santidad al reverendo P . Constanzo M. Becchi, de la Orden de Predicadores y director en Italia del "Rosario Per· petuo", encareciendo la necesidad _de es.ta devoción para alcanzar de la Santísima Virgen María el beneficio de la paz. -En Tarragona, la Asociación de retirados de tropa ha nombrado su presidente honorario al senor Arzobispo de aquella archidiócesis, D. Antolfn López Peláez. Con tal motivo, una comisión de retirados ha hecho entrega al prelado de un artís· tico pergamino, en el que se halla primo· rosamente impreso el título del cargo. Tan valioso trabajo está hecho en una de las mas importantes casas de la Ciudad Condal. -Una numerosa comisión de senoras pertenecientes a la Unión de Damas católicas de Italia hft visitftdo recientemente al mi· nistro de Bélgica cerca de la Santa Sede, Sr. Van de Henvel, con objeto hacerle en· trega de 18.231 libras, producto líquido de lo recaudftdo en la venta popular realizada en toda Italia del distintivo belga. El ilustre diplomático enc·orgóse de hacer llegar dicha cantidad a poder de la Obra titulada "Fondo de Socorro belga", que funciona a beneficio de las víctimas de la guerra en aquel país. -El Episcopado polaco ha dirigido a todos los Arzobispos y Obispos del mundo cató· lico una carta circular, rogándoles que el día 2l del pasado Noviembre, se celebrasen rogativas en todas las iglesias, pidiendo a D!os por la desventnrada Polonia, victima de la guerra. - La Guerra Sociale dice: "En las provincias francesas más alcoholizadas, es donde la población disminuye más rápidamente. En el espacio de veintecinco anos ha habido en el departamento de Orne una disminución de 80,000 habitantes, y en la Mancha, de 75.000. En 1903, en el Orne, el 57 por 100 de los quintos fueron rechazados; en la Mancha, el 60 por 100, y en los VosllOS también el 60 por ciento. Por el alcohol Francia pierde un cuerpo de ejército entero todos los anos. Francia gasta 2.000 millones al ano para envenenarse. Con el dinero que gastan en bebidas alcohólicas los mineros, podrían comprar en diez anos todas las minas de Francia." El Mercurio de Suavia publica una información de Londres, según la cual el Ministro de Hacienda dijo, en una de las sesiones de la Cámara, . que en los últimos seis meses la venta de cerveza había •disminuido en Inglaterra en 445 millones de litros, mientras que la vente. de "whisky" había aumentado en 13 millones y medio de litros. Al oir esta declaración del ministro, el diputado nacionalista Heat,v gritó: "Y eso sin contar que hay un millón de hombres en el frente". Estos datos prueban el estado moral y social de Francia e Inglaterra. -833FELICES PASCUAS. Cuando este número llegue a manos de nuestros lectores, ya habrán sonado los alegres villanCicos de pascuas en nuestros templos y el mundo entero saludará alboroza.do el fe.usto aniversario del más grande acontecimiento que presenciaron los siglos, el nacimiento del Príncipe de la paz y del Rey de los siglos. A todos nuestros lectores, anunciantes y favorecedores, nuestra mas sincera felicitación y el deseo más ardiente de que el Nino de Belén les colme de toda. clase de dichas y bienandanzas en esta vida. y en la. futura. JUAN DE SAAVEDRA. SECCIÓN LITERARIA CULTURA INTELECTUAL ¿CUALES SON LOS ASTROS HABITADOS? ,,~ ... ~ ~~ • N el número anterior adujimos ar~ i gumentos que persuaden a. creer ,J,,/,¿ que existe un número innumerable de astros habita.dos, pero no hemos descendido a. particularidades, ni ha. sido nuestro intento convencer a. los lectores de que todos los cuerpos celestes estén habitados actualmente. Antes por el contrario. la analogía, que es la única que tenemos derecho a invocar, nos debe inclinar a creer que hay muchos astros en los que es imposible actualmente la. vida. Es cosa indudable que hubo una. época en que la. vida no se manifestó de ninguna manera. en nuestro globo, es decir, cuando toda. la. masa. que lo constituye estaba en estado incandescente; también parece cierto que el agua es necesaria. para. todo organismo viviente, y por eso vemos que en los de· siertos no se despliega la. vida., porque, aunque es verdad que se pasean por los arenales del desierto algunos animales, como el avestruz y la. gíraf.a, sin embargo necesitan acudir a. los oasis o a otras partes a. buscar los alimentos, de que se sustentan, y el a.gua. que entra en todo organismo como elemento indispensable. De aquí podemos inferir que aquellos astros que se hallan todavía. en estado de incandescencia, o han perdido el agua por una ca.usa. o por otra, están destituidos de la vida. Según esto, podemos afirmar que no hay habitantes, en el sol ni en la luna: no en el sol, porque se halla toda.vía en estado de incandesencia, como lo demuestran las protuberancias, erupciones, explosiones, y hasta las manchas solares; no en la luna, porque se halla. privada. del elemen· to líquido, de lo cual es signo evidente el carecer de atmósfera. Así parecen indicarlo las experiencias hechas sobre nuestro satélite, según las cuales, resulta que al pasar la luna delante de las estrellas, y en el momento preciso de ocultarse estas detrás del disco lunar, no se observa ninguna desviación de la luz procedente de dichas estrellas. lo cual indica. qve no hay ninguna refracción, como debiera. haberla, en el caso de hallarse la luna rodea.da de su correspondiente atmósfera. Por otra parte- la superficie lunar no presenta otras manchas que las procedentes de la sombre. de las montall.as, según puede verse por la forma y dirección de las mismas sombras, que constantemente cambian según la dirección de los rayos sola.res; pero nunca se observan manchas cuya forma irregular, cuya inconstancia y mutación indiquen ser producidas por las nubes que floten en la atmósfera. Estas razones, según algunos, no son suficientes, para neg1u al sol y a la luna el privilegio de la vida, pues creen en la posibilidad de organismos especiales acomodados a las diversas circunstancias climatológicas y atmos- 834 - Mricas de cada cuerpo celeste. No podemos dudar de que sean muy distintas las condiciones en que puede darse la vida; sin embargo parece lo más cierto, según hemos dicho, que se da un límite en es· tas condiciones, y, por lo tanto, hay circ11nsiancias en que la vida. no es posible. Sin embargo, esto no· quiere decir que no haya habido una época en la que hubo habitantes en la luna, ni que no haya de lle· gar un día en que se manifieste la vida en el sol. Hemos dicho que no tenemos dere· cho a usar de otro argumento en esta materia que el de analogía. Ahora bien, nadie tiene inconveniente en admitir que la tierra estuvo por muchos siglos deshabitada hasta que llegó a tener condiciones favorables para la vida. También resulta del estudio de la corteza terrestre que las especies vi vientes que han poblado la tierra, es de· cir, la flora y la fauna, han cambiado, según las condiciones climatológicas y atmosféricas, y que el hombre no apareció, sino cuando estas condiciones eran ignales o parecidas a las que la tierra ofrece en la época presente. Según esto, no tenemos necesidad de recurrir a hipótesis extranas para atribuir vida a todos los cuerpos ce· lestes: estos pueden ser habitados en distintas épocas y sus habitantes deben ser distintos según el estado en que se encuentren. En general podemos decir que los astros tienen, como los seres vivientes, su infancia, su virilidad y su vejez: la infancia es la época de incandescencia, en la cual no es posible que se desarrolle la vida; la virilidad es el periodo en que por enfriamento de la corteza terrestre y por la acción de unos elementos sobre otros se forman las aguas, la atmosfera y las tierras capaces de producir las plantas, y de servir de morada a los animales; la vejez es la época en que desaparecen las e.guas y la atmosféra, y queda el astro convertido en un vasto cementerio. De aquí se infiere: J.O) que no todos los astros están actualmente habitados, pues no todos ellos se encuentran en el mismo estado de condensación; 2.0) que los ac· tualmente habitados tuvieron un periodo en que no se manifestó la vida bajo ningún aspecto; 3.0) que entre los astros deshabi· tados unos carecen de la vida, después de haberla tenido en todo su apogeo, y otros están privados de ella, por no ha.her llegado todavía a tener condiciones favorables para su desarrollo. SECCIÓN RELIGIOSA El modernismo, consecuencia del Protestantismo. Sres. Socios del Apostolado de la Oración: Entre las diversas formas, con que en nuestros días se ha revestido la falsa ciencia, hay una que parece estar más en boga y que llama de una manera especial la atención de los ánimos. Hija del racionalismo protestante, engendrada entre las nieblas filosótfoas de Germania, pasó a In· glaterra y luego a Francia. ha visitado las deliciosas campinas y ciudades de Italia; .desde Europa se ha embarcado haci" las Américas y no tardará en llegar a Filipinas, y decir delante de la juventud estudiosa y amiga de novedades. "Hermosa juventud, escúchame: Yo soy la ciencia crít.ica, que distingue lo verdadero de lo falso. Yo soy la más alta expresión de la razón humana. Yo soy la reina de las ciencias. Yo juzgo en mi supremo tribunal a los hombres y a los diosPs. Yo no tengo ningún respeto ni temor a nadie. Yo juzgo a todos y nadie puede juzgarme a mi. Yo ocupo el más alto lugar de la literatura, de la filosofía, de la teologfa, de todo. Reyes .v pueblos, Pontífices y simples fieles, todos tienen que i<ujetarse a mí. Yo soy la ciencia del Modernismo rPligioso". Así os hablará esa ~enora a.lemana, de cabellera rubia como las inglesa.s, vestida. a la francesa, con ribetes de italiana y sombrero americano, por cierto muy orgullosa, de ojos vizcos que ven por lo común lo contrario de lo que miran. Ella quiere sustituir en el mnndo lo divino con lo humano; borrar de una plumada todo lo· sobre11a.tnral que ha existido y existe en el cielo _ v en la tieri·a.; y herir el mismo corazón del cri~tianismo. embistiendo directamente h persona divina de J esucristo, negándole impudentemente la divinidad y queriendo fundar un nuevo cristianismo, sin Dios, sin dogmas, 11in sacramentos, sin Pontífices, sin. sacerdotes, sin sacrificio; un cristianismo todavía más amplio y más liberal que el protestantismo, conforme a las exigencias y al progreso de la. sociedad moderna. Tales son los fines del Modernismo religioso, que ha logra.do seducir con su charlatanería algunos católicos incautos de la vieja Europa., tanto del orden seglar como del orden sacerdotal y religioso. Pero en vano se apresura. por llegar a. estas Islas; porque ha sonado ya. la. voz del Vicario de Jesucristo, que con su Encíclica. de 8 de Septiembre del ano de 19117, ha condena.do sus errores, que aunque antiguos, pomposa.mente se alaban con el mote de modernismo o neo-cristianismo. La voz autorizada del pontífice Pío X repercute ya del uno al otro cabo del mundo. Ella retumba fuerte y severa. Es la. voz del pa.· dre de la familh cristiana que sufrió mucho ite parte de algunos hijos ingratos y díscolos. a Quienes antes había corregido con carino. Es la voz del pastor que grita contra el lobo, que quería despadazar sus ovejas Es la voz del maestro infalible de la verdad, que ensena. desde lo alto de su catedra apostólic11. lo que se ha de creer para salvarse. Es la voz del juez inapelable en las cuestiones de fe y de moral cristiana.. De su sapientísima Encíclica. sobre el Modernismo os voy a hablar en esta conferencie. declarándoos brevemente como lo hace el Pontífice, los errores, las causas y los remedios del Modernismo. Hablo a. los socios jóvenes y estudiosos. La Sagrada Congregación del Santo Oficio, con fecha 4 de Julio del a!'!.o de 1907, publicó un decreto de orden del Ro· mano Pontífice Pío X, condenando 65 pro· posiciones o (lrrores del cristianismo moderno. Antes pues de exponer estos delirios del Mod-.-nismo. os he de decir con franqueza. que me asaltan dos temores; a. saber; temor de escandalizar vuestra buena fe, y temor de fatigar vuestra benévola atención, Tengo miedo de escandalizar vueRtra fe, porque algunos de estos errores, son tan sacrílegos, que solamente el oírlos causa horror a la.R almas sencillas y fieles. Tengo miedo de fatigar vuestra atención, porque son muchos. ¿Qué haré pues en estas circunstancias? Dejaré de enumerar todos los principales errores del Modernismo? No; porque si el Romano Pontífice Pío X, no ha temido esca.ndalizar a los fieles, publicándolos a la faz de todo el mundo tampoco yo debo temer al publicados en esta. conferencia. Por lo demás, para no fatigaros con la enumeración de tantos sofismas, los reduciremos a siete cabezas, como lo hace Pío X en su maravillosa Encíclica. Consi· 1 dera a.gudísirnamente el Romano Pontífice, que un solo mode1-nista puede representar en si siete personas, como un solo comediante puede representar en el tatro siete - 836 distintos papeles, en diversos actos y comedias. Los personajes pue puede representar el modernista son los de .filósofo, creyente. teólogo, hist6i·ico, crftico, apolooista y 1·ejormado1· del cristianismo. Examinemos las doctrinas que profesan los modernistas, según representan estos diversos papeles, y ''eréis cuán opuestas son a las de la. Iglesia, y cuán dignas, por consiguiente de la condenación de la. Iglesia. El modernista. que representa. el papel de til6sofo, dice: •·yo soy un filósofo a(lnóstico; yo profeso que la razón humana. está de tal manera encenada en el círculo de los fenómenos o de las cosas que aparecen, que no puede franquear estos límites, y por consiguiente no puede elevarse por la. contemplación de las criaturas al conocimiento del criador. Para. mí, Dios no existe." Esto dice el filósofo modernista. Pero la. Iglesia que sabe más que los filósofos agnósticos, los condena por medio del Concilio Vaticano con estas terminan!es palabras: "Si alguno dijere que la luz natural de la. humana razón es incapaz de conocer con seguridad por medio de las cosas creadas al único y verdadero Dios, nuestro Creador y Maestro, sea. a.na.tema.tiza.do. (Va.t. de rev. canon 1'?). El modernista. filósofo. sin dejar de ser filósofo a.gnóstico, adopta. el papel de creyente y dice: "Yo soy creyente. Yo creo en Dios. Y esta creencia., esta. fé que tengo en la. divinidad, no se funda en razón alguna, porque la. razón es incapaz de ele· varse hasta Dios, segun la filosofia agnóstica; tampoco se funda en la revelación sobrenatural y divina, porque esta revelación sobrenatural y divina es también imposible. Mi fe en Dios, dice el modernista, se funda en la propia. experiencia. Yo experimento dentro de mí un sentimiento vital, espontáneo, necesario hacia lo divino, hacia lo incognoscible, hacia lo infinito; y en eso consiste mi fe" Pero la Iglesia condena. al modernista creyente, y le dice: tu eres un iluso, un farsante. La. fe no es un sentimiento, una inclinación exponta.nea. hacia la. divinidad, lo incognoscible. La fé es un acto libre del entendimiento huma.no, por el cual a.sentimos a. todas las verdades, que Dios se ha. digna.do revelarnos. Y esta. fe no se funda en la propia. experiencia, sino en la misma re,·elación sobrenatural y divina, que Dios ha. hecho al mundo, por medio de Jesucristo, de los apóstoles y profetas, "Si alguno dijere, dice el concilio Vaticano, que es imposible, o que no conviene, que por la revel ~ ción divina., el hombre seá ensenado por Dios, a.cerca del cult·> que le debe dar, sea. anatema.. (De rev. can. 2.0). De filósofo agnostico, y de falso ere. yente pasa el modernista. a. representar el papel de teólogo: "Mi teología; dice, es muy sencilla. Consiste en explicar la. existencia. de Dios, el origen de todos los dogmas, de todos los sacramentos, de todos los libros sagrados, de la. Iglesia y las Relaciones de la. Iglesia con el Estado. En cuanto a lo primero es cosa. muy fácil de explicar; la. humanidad ha.ce o finge la. divinidad, como la arana teje su tela. Dios existe en mi, porque lo siento dentro de mí, por medio de la fe. De este sentimiento vital de la divinidad, estudiado y recapacitado por el hombre han nacido todas las Religiones del mundo, y todos los dogmas del cristianismo, como de una semilla. fecunda arroja.da. en ·1a tierra suele brotar con el cultivo y con el riego un árbol gigantesco. Todos las dogmas son invenciones huma.nas; y frnto de los trabajos y meditaciones de los fieles y de los teólogos. Así se formó el dogma de la Trini<la.d, de la Encarnación del Verbo, de la Divinidad de Jesucristo. de su Resurrección y Ascensión a los cielos. Al principio estas creencias eran vagas. Después, cuando estas creencias fueron ataca.das por los enemigos de la. Religión, los teólogos trabaja.ron con empello. discutieron, se reunieron en concilios, establecieron ciertas fórmu la.s que expresaban aquellas creencias, la. Iglesia las a.probó, y entonces aquellas fórmulas merecieron propia.mente el nomhre de dogmas. Todo es obra. del hombre. Dios .v la revelación sobrenatural y divina, no intervienen para. r.a.da. Estos dogmas deben estar conformes con los sentimientos populares. Si estos sentimientos cambian, los dogmas tienen que cambiar. Todo tiene que variar y perfeccionarse por medio de la. evolución. Según el modernismo no hay ninguna doctrina inmutable. Del mismo modo se explica. el origen de todos los Sacramentos de la Iglesia. Jesucri:ito no es, según los modernistas el autor inmediato de los Sacramentos. Los han inventado poco a poco los mismos cristianos. Ellos no contienen la. gracia. Son meras ceremonias que sirven para. excitar la. fe del que los .recibe. como ensenan los protestantes. Del mismo modo se explica. el origen de•. la. Biblia.. Los Evangelios no fueron escri· tos en un principio ta.les como se leen en el día de hoy. Se han ido aumentando, poco, a poco, pol' los mismos cristianos. Todas las parábolas del Evangelio fueron inventa.das por los mismos cristianos. Todos o ca.si todos los discursos que se a.tri· buyen a. J esucristo fueron a.na.didos. Todos sus milagros son fábulas, Todo el Eva.n. gelio de S Juan es una. piadosa. medita-837ción. Es verdad que los libros de la Sagrada Biblia son inspirados, más las ins· piración de la Biblia no es una inspiración sobrenatural y divina. Es una inspiración poética, una inspiración humana como la de los poetas. Jesucristo pues según el Eva.ngelio de los modernistas no es Dios, es un puro hombre, de sentimientos más delica· dos que todos los demás hombres de su tiempo iB!asfemia horrible! Y siguen blasfemando de la Virgen y de los Santos. De la Iglesia dicen que fué formada por la conciencia colectiva de todos los fieles cristiunos. Que Jesucristo no pensó nunca en dar la jefatura de la Iglesia al Apóstol S. !'edro Que el gobierno de la Iglesia debe ser un gobierno democrático elegido por el voto popular. Que el Pa.pa no puede cohibir la. libertad del pensamiento, la libertad de ex· presar los sentimientos que ,)ada uno tiene acerca. de la Religión. En cuanto a las Relaciones de la Iglesia con el Estado civil, dicen que la Iglesia debe estar separada del Estado, porque los fines son di· versos. Pero en todas las cosas exteriores la Iglesia debe sujetarse al Estado, como la fé esta sujeta a la ciencia. De donde se sigue, que segÍtn Jos principios del mo dernismo, el Estado civil debe legislar so· bre el culto, sobre los sacramentos, sobre los templos, sobre la administración de bienes de Ja Iglesia, sobre la ensel'lanza ecle· sié.stica; en una palabra sobre todas las co· sas exteriores, acerca de las cuales ha.sta aquí había legislado el Romano Pontífice; haciendo al Papa. a los Obispos y a la Iglesia toda esclava del poder civil, como la M, según ellos, es esclava de la ciencia. ¿Veis, hermanos mios, en que consiste la teología del modernismo religioso? En el pa.nteismo inmanente, en confundir a Dios con el pensamiento humano, en destruir la in· mutabilidad de los dogmas cristianos, en negar la institución divina de los Sacra.roen· tos como la negaron los protestantes del siglo XVI, en 'negar la divinidad de N. S. Jesucristo, como la niega.n los racionalistas y los incrédulos, en negar la inspiración divina de los Sagrados Libros, en negar la. institución divina de la Iglesia y del pontificado, y en hacerla esclava del poder civil. iTal es el modernismo, la destrucción del catolicismo! ¿Y habrá algún católico, que quiera defenderlo? Eso sería una locura. ¿y qué dicen los modernistas, como historiadores como criticas, como apologistas? Repiten los mismos delirios que hasta aquí he declarado y al'laden algunos más. Como historiadore.~ escriben la historia real de Jesucristo, distinguiéndola de la historia de Jesucristo según la fe, que al decir de ellos ha. transfigurado y desfigurado la persona del Salvador. Mutilan los Santos Evangelios, y apenas dejan intacta, una sola pa· gina de todos ellos, eliminando las pará· bolas, los discursos, los milagros, y todo elemento sobrenatural y divino. Llega entonces el crítico modernista y dice con el mayor descaro y audacia, que se pueda imaginar: Todas las cosas puramente humanas que se cuentan de .Jesucristo son verdaderas; todas las obras sobrenaturales y divinas son falsas." Viene después el modernista representando el papel de apologista y defensor del cristianismo .V dice a. los incrédulos: "iAhf tenéis el fundador de la Religión cristia.na, creed en él, es un fiolósofo moral. es un puro hombre como vosotros. es el más amable de todos los hombres Abrazad su moral, sin dogmas, (porque Jesucris1.o no predicó ning(•n dogma); es la moral n.;ts pura. que se h<t pre· dicado sobre la tim ·.i, Jesucristo h» concebido en su mente los gérmenes de la Religión cristiana, que es la más alta expresión de la humanidrtd sobre la ti<>rra, es el ideal de la humanidad. Seguidle, pero no sigáis a la Iglesia católica, que ha desfigurado la sagrada persona. la doc· trina y la moral de Jesucristo." Al oír esta apología del cristianismo, todos los incrédulos baten palmas; ensalzan hasta las estrellas la sabiduría de los modernis· tas y no tienen inconveniente alguno en admitir este neo·cristianismo.. Claro está, para admitir este neo·cristianismo no ne· cesita el incrédulo renunciar a ninguno de sus errores. Después de esto ¿qué dicen los críticos modernos como reformadore.< de la Iglesia.? Dicen que hay que reformarla toda, de pies a cabeza. Hay que reformar los es· tudios, echando de los seminarios la filoso· fía y teología de Sto. Tomás, y poniendo en su lugar la filosofía. agnóstica y la teo· logia modernista. Hay que reformar la ense!l.anza del catecismo, eliminando de ellos todos los artículos de la fe, y poniendo en su lugar la doctrina de los modernistas. Hay que reformar el régimen de la Iglesia., haciéndolo entere.mente democrático y dependiente del voto popular. Ha.y que abo· !ir o eleminar las sagradas Congregaciones Romanas, llamadas del Santo Oficio y del índice, para que no condenen los libros escritos en favor del modernismo. Hay que reformar el culto, quita.ndo toda pompa y aparato exterior. Hay que reformar la roo· ra.l, anteponiendo a. las virtudes pasivas, las activas; dejando a un lado la obedien· cia, que ellos llaman virtud pasiva, y per· mitiendo que cada fiel se gobierne según -838su propia conciencia y libertad. Hay que refoi·mar el sacerdocio, aboliendo el celi· bato, como lo hicieron los protestantes Hay que reformar todo el catolicismo, transfor· mándolo en un protestantismo amplio y li· heral." Entonces i.qué quedaria de la Iglesia católica? El nombre, y solamente el nombre. Tales son las pretensiones de los !\amantes reformadores de la Iglesia. Todo lo quieren reformar, menos a ellos mismos. ¿y de dónde nacen tántos delirios? ¿Cuá· les son las causas del Modernismo social y religioso? Son dice el Pontífice Romano, Pío X, la curiosidad y la soberbia. Movi· dos de la curiosidad los modernistas leen todo lo malo que han escrito los autores enemigos de la Iglesia católica.. La filosofía agnóstica, panteista, transcendental, racio· na.lista, evolucionista, positivista, excéptica, forman todas sus delicias. Con esta lectura asidua llenan su cabeza de errores los más estupendos. Dominados entonces por una soberuin satánica, vuelan a lo alto, colocan su trono encima de las nubes, se creen unos querubines superiores a los demás hom· bres, y ernpu!lando en una mano el hacha demola.dora de la crítica., y en la otra la antorcha fúnebre de la filosofía agnóstica, descienden,. como el rayo que so desata de las tempestuosas nubes, todo lo derriban, lo destrozan, lo abrasan. La revelación, los milagros, las profecías, el dogma, la inspiración divina de la Biblia, el Evangelio de S. Juan don:le tan claramente consta la divinidad de N. S. J esucristo, las tradi· ciones apostólicas, los escritos de los Santos Padres de la Iglesia, las definiciones de los Concilios, las Bulas de los Papas, los templos, el culto, los Sacramentos, el pon· tificado, la constitución divina de la Iglesia, todo el cristianismo queda destruido por estos herejes luciferinos, que se.. lle.man modernistas, para seducir con este simpá· tico nombre a la inca uta juventud, que admira su actividad su andacia y su fantástica sabiduría. ¿Qué remedios habrá, ioh amados jóvenes! para no dejaros seducir de los errores y de los halagos del Modernismo? Varios remedios sen.ala. nuestro amado Pontífice Pío X, que han de poner en práctica los Se!'!.ores Obispos; tales son la ense!l.anza de la filosofía. y de la teología escolástica, es iecialmente de Sto Tomás en los Seminarios, y Universidades Católicas: la condenación de los libros, revistas y periódicos modernistas, que se publican en cada Diócesis: el remover de la ensell.anza a todos los profesores que están resabia.· dos del modernimo; el no ordenar de Sa.· cet·dote a cualquier joven de ideas moder· nistas; el prohibir todo congreso moder· nista, el nombrar buenos censores de la pre11sa que corrijan todas las malas ideas; y finalmente el instituír nn Consejo de Vigilanci·•, que impida la difusión del moder· nismo. Esto toca a los Sell.ores ObispoR Pero a. vosotros, mis amados jóvenes, os toca no dejaros llevar de la. curiosidad de leer los libros prohibidos por Nuestra Santa Madre, la Iglesia Católica, o por el Papa o por el Prelado de la Diócesis; ni pene· trar en aquellas librerías, que tienen fama de vender libros prohibidos. A vosotros os toca no dejaros dominar de la soberbia; sino seguir la humildad cristiana. La hwnildad cristiana., esa virtud que· nos hace conocer los límites de nuestro enten· dimiento, que revela nuestros propios defectos, que no nos permite ensalza.rno~ sobre los demás, que nos hace obedientes a las autoridades civiles y eclesiásticas. He ahí el supremo remedio para no dejarse arras· trar del modernismo soeial y religioso. All.adid a esta humildad una sólida ins· trucción en la filosofía escolástica., y tendréis una. arma poderosa. para. conocer y deshacer todos los sofismas. La. crítica moder· nista, se presentará delante de vosotros, ataviada con todas las galas de la erudi· ción, sobre el origen del cristianismo, ha· ciéndolo nacer como las falsas religiones del cerebro huma.no. Pero distinguid bien lo divino de la humano, lo verdadero de lo falso, y despP.did con viento fresco, esa. llamante crítica., tan insensata en sus pen· sa.mientos como sacrílega en sus propósitos. Váyase en hora buena, si a.sí le place, a registrar hasta la raíz las instituciones paganas: váyase, si así lo quiere, con su hacha demola.dora a derribar las estatuas de todos los falsos dioses; váyase a minar la tierra donde se asientan los templos de Buda, de Confucio, o de Mahoma. Pero cuando nos anuncia que va a remover ante nuestros propios ojos, la piedt·a angular en que descansa el edificio levantado por el verdadero Dios, para la salvación del mundo; cuado nos dice, que va a robar a Jesucristo la corona de la divinidad que le pertenece, como Hijo que es de Dios; y a. la. Virgen Inmaculada la corona de Ma· dre de Dios. i Ah! entonces nosotros" le gritaremos "Detente sacrílega," márchate de nuestra presencia, y cae como otro Luciber en las pr..fundidades del abismo, mientras nosotros continuaremos, adorando a. Jesucristo como Hijo verdadero de Dios, acá en la tierra, para alabarle después en el cielo, por los sjglos de los siglos. FrANC!SCO FORADADA, S. J. SECCIÓN EUCARÍSTICA. t!\ ~@EIDJmJ!©il Wi~©IDJ~i!~ ! !Q}KilK!\ Y LAS CONGREG-ACION~:S MARCANAS. (Conclusión.) E aquí una nueva labor que en nuestros días se presenta al celo de los Congre)!antes marianos, que en esto, como en todo, han de mos· trarse inflamados del más puro y fervoro· so espíritu católico: la de vropagar entre sus parientes, amigos y conocidos, etc.. cada uno en las relaciones de su estado, la pia· d.osa prál'tica de la COMUNIÓN FHECUEN'l'E o COTIDIANA, según los casos, valiéndose para ello, ya de la recitación diaria de la hermosa oración indulgenciada, que a este fin ha compuesto el mismo Soberano Pontífice Pío X (y que sería muy loable re· zarla cada día después de la Sagrada Co· munión), ya de la lectura y propaganda de los diversos opúsculos ascéticos que se han publicado a raíz del famoso Decreto sobre la Comunión frecuente y cotidiana, y seDaladamente de los folletos eucarísticos del P. Julio Lintelo, S. J ., que han merecido varias veces los elogios y la recomenda· clón del Papa, y que están a punto de publicarse traducidos en lengua castellana, ya, sobre todo, precediendo a los demás fieles con el propio ejemplo. * * * ¿Qué causa o qué apariencia de razón podrán alegar los Congregantes marianos para no emprender con ánimo resuelto esta cruzada meritoria en favor de la Comunión frecuente y diaria? ¿Acaso la falta de tiempo? A los que tal dijesen, nosotros les opon· dríamos los ejemplos nobilísimos que nos han legado los Congregantes en la última guerra. de Colombia, como el coronel Briceno, de edad apenas de veintitrés anos, que, en medio de los afanes de la guerra, "comulgaba siempre que se le presentaba la ocasión, y tenía una conciencia envidiable a un ferviente Religioso," o como el general González Valencia, que, "retirándose del campo de batalla, asistía diariamente al Santo Sacrificio que a las tres de la. mana.na se celebraba en un rincón seguro del campamento, y de allí, después de recibir con profunda piedad la santa Comunión, salía como león a continuar esa lu· cha sin ejemplo de dieciséis días (del com· bate de "Palo Negro"), en que los cató· licos obtuvieron una de la más brillantes victorias que registran los anales de Co· lombia;" o como el general Jesús Casas, "general antes de los veintidós anos, valiente hasta la temeridad y comulgador cada ocho días, aun en medio de las marchas militares," y que exhaló su último suspiro en el campo de batalla el 8 de Agosto de 1900, dirigiendo tiernísimos coloquios a. la Virgen y repitiendo muchas veces al P. Teno· rio, S. J; que le asistía: iCuán cierto es lo que nos decía V. R. a los Congregantes, cuán contento estoy!" (1). Pues si estos jóvenes Congregantes ha· llaban tiempo para comulgar frecuentemente y oír Misa todos los días, en medio de los afanes, de la guerra, ¿cómo no halla.· rán tiempo más que suficiente los Congregantes marianos para oír Misa y recibir la Comunión dial'iamente, en medio de las tareas normales del estudio o de las ocupaciones ordinarias de la vida? Tanto más, cuanto que, para obviar este inconveniente, el Sumo Pontífice Pío X no ha sen.alado tiempo fijo para la. preparación y acción de gracias, sino que ha indicado que el tiempo que a esto se destine sea pro· porcionado a las ocupaciánes de la persona que comulgue. Haceos, pues, esta reflexión, semejante a la del ilustre Congregante Sr. Walker Martínez: "Si en oír Misa y co· mulgar cada dfa me fuera una ganancia de mil duros, ino hallaría modo de aho· rrar ese tiempo sin faltar en nada a mis oxdinarias ocupaciones?" Ni vale el decir que teméis singularizaros si comenzáis a oír Misa y comulgar todos los días. Cierto que tendréis que avanzar resueltamente en este terreno en que apenas ha comenzado a entrar un número reducido de fieles con paso todavía vacilante. i.Pero no tuvieron que hacer otro tanto, y aun mucho más, los antiguos Congregan· tes marianos para vencer con su ejemplo aquellas preocupaciones tan arraigadas en su tiempo contra la Comunión frecuente? * *" E11 cambio muchos son y muy poderosos (1) Cartas edificantes de la Asistencia de España, S. J .- T. I, n.o 2, p. 568-569, y Tomo II, n.o ~. p. 435-457. -840los motivos que ha.n de inducir a los Congregantes marianos de nuestros días a la. práctica. sobremanera. laudable de la Comu· nión frecuente y diaria.. A ello los mueve el deseo ardiente del mismo Jesucristo de unirse todos los día.s sa.cra.menta.lmente a. nuestras almas en el Sacramento de su a.mor. A ello los convida. la. Virgen Santísima., que a. todos los fieles en general, pero pa.rticula.rmente a. sus Congregantes, les dirige a.quella.s a.morosas palabras del Eclesiástico (c. XXIV, v. 26): Transite ad me omnes qu·i concupiscitis me, et a generutionibus meis 1:mplemini. "Venid a Mí todos los que me amáis, y saciaos del fruto bendito de mis entra.nas virginales." A ello les exhorta, finalmente, el "Papa eucarístico," Pío X, que aun. antes de recomendar generalmente a todos los fieles la. Comunión frecuente y diaria, dirigiéndose particularmente a los Congregantes marianos, en la audiencia especial que concedió el 7 de Septiembre de 1904 a los representantes de la.s Congregaciones Ma· ria.nas de Italia, después "de felicitar de todo corazón a. todos los Congregantes, a.sí hombres como ni!l.os, a.sí estudiantes como artesanos, puesto que en ellos le parecía ver el batallón escogido de católicos verdaderos y fervientes, dispuestos a cualquier sacriftcio mediante la. protección de la. Virgen Santísima. y del Todopoderoso," les daba como último y principal consejo: Comulgad con la mavor f recuencia posible. Y aun cuando todas estas razones tan poderosas no existiesen, bastarían la nece8idad, que tienen y la ganancia que reportan los Congregantes marianos de la práctlca. lauda.bilísima de la Comunión frecuente y diaria. La necesidad, en primer lugar, porque es mucha. verdad lo que decfo el sabio y piadoso escritor ascético Monse!l.or Segur: .A los dieciocho o veinte ai'!os NO ES POSIBLE LA CONTINENCIA SIN EL AUXILIO ESPECIAL DE LA EUCARISTÍA. La ganancia, en segundo término, pues como bien decía el Santo Cura de Ars: "Poned a. un la.do una. buena Comunión y al otro cualquiera buena obra: será como poner un yigante.~co monte al lado de un granito de arena." " * * No cejen, pues, los Congregantes maria.nos de hoy df11. en este laudable empe!l.o de practicar y fomentar la. Comunión frecuente y diaria, siguiendo las huellas de las antiguas y beneméritas Congregaciones, que tanto trabajaron en este sentido, cuando sobre este punto no aparecía.o aún tan claras como ahora la voluntad de Dios y la doctrina de la Iglesia; y estén seguros que sus palabras y ejemplos se verán coronados, dentro de breve tiempo, del más feliz éxito, de suerte que puedan aplicar a. su caso aquellas palabras que unos nobles y piadosos barceloneses escribían en 1546 a San Ignacio, por cuyos consejos se habían movido a comulgar cada domingo: "Cuando comenzamos no éi·amos 111as que siete u ocho; hoy, gracias a Dios, somos muchos, y el número va siempre en aumento, sobre todo en las dos grandes parroquias de Santa María del Mar y del Pino." J. B. S. J. @&t~lf& ~~ EOEIDI~~ ~~t~~I~~ EN FILIPINAS EL R. P. FEDERICO FAURA Y PRAT S. J. DIRECTOR DEL ÓBSERVATORIO CENTRAL E HIJO ADOPTIVO DE MANILA. (Conclusión.) G OMPLETADOS sus estudios meteorológicos, ast.ronómicos, m>tgnéticos y sísmicos. salió dP Barcelona el día 31 de .Tulio de 1878 con rumbo a Filininas llegando por segund•. ve7. a Manila . el 30 de Agosto después de un mes de navega· ción. Se hiw cargo del Observ•.torio que encontró muy mejorado, en el nuevo loc>tl del Ateneo a propósito para la extensión que pensaba dar a sus investigaciones. Digno es del mayor encomio el empuje con que Pmprendió los asuntos todos dPl Observatorio; pues a su natural actividad capacidad y entusi•.smo se unfa. una pre· paración muy comnleta. adquirida en Eu· ropa al lado de sabios tan eminentes como se h:t dicho. La lectnra <le h publicación dél P. Benito Vines S. J.: "Apuntes so· bre los huracanes de las Anti!fas. '', la co· municación episto!:tr que con aquel m•.nte· nía Y aun los ánimos que el mismo P. le infundía le alenta1·on no noco para anun· ciar con anticipación los b<iguio" en Fili· ninas, como lo hacia el P. Vines en el Ob,.erv<itorio de la Hab•.na. En efecto: con el estudin detenido de los fenómenos observados en los temporales de Filipinas y una minuciosa comparación con la naturaleza y caráct<>r de los de l•.s An· tillas, magistr"-lmente descritos y Rna!i?.>tdos poi· el P. Vifies, pronto llegó el P. F>tura a.. la satisfactoria. conclusión de que Jos de Filipinas se regían por las mism<is leyes que los de las Antillas y que, disponiendo de observaciones de diferentes puntos, se podría predecir su aproxim"-Ción como lo ha.cía el P. Vines en la Habana. Tan im· portante conclusión era en aquellos tiPmpos un paso gigantesco. Y el mismo P. Faura dab"- la razón de la gran :tnaloll'fa entre los ba¡¡;uios de Filipinas y los hur:icanes de América al escribir en 1879: "El des· censo del barómetro, el role de los vien· tos más o menos caracterizado conforme con las le.ves de Riedfield, la velocidad que estos iban adquiriendo proporcional generalmente al decenso del barómetro, el continuo desfogar de los chubascos de agua Y viento que solían a.companarlos, nos autorizaban para decil' que idénticos fenómenos deb(·•n provenir de causas idénticas." Anim"do con estas investigaciones y cerciorado de la verdad científica que encerra.· ban creyó haber llega.do a la meta de su~ continuos estudios y desvelos, cual era el penetrar en la íntima constitución de los baguios a fin de anunciarlos con más o menos antelación y evitar de esta suerte grandPs y sensibles pérdidas que experimentaban, el comercio, la marin" y los mismos particul11.res en Filipinas y en los cercanos imperios y colonias Dice el P. Sa.derra. Masó a este propósito: "En efecto; ya >t principios de 1882 lanzó a ¡,,_ publicidad sus preciosas y nunca en a.delante desmentidas "Sena.les PrPcursoras de Temporal en PI Archipiélago Filipiuo"; resumen breve y luminoso de los indicio~ con que suelen anunciarse los baguios, el cual aún hoy después de tantos progresos en todos los ramos de la ciencia., constituye el equipo inás útil y necesario para los que navPgan por estos procelosos rna.· res." La firmeza de estas senales precursoras y algunas obsPrvaciones particulares coron<ida." con el éxito más completo ya en 1881 le habían sngerido la idea de la con,.trucción de un Barómetro Aneroide con l"s leyendHs anropiadas a estas latitudes. Con todo, e3ta idea no l:i vio reali7.ada hasta 1886 en que llegó a Manila la primera. remesa de Barómetros Aneroides reporm>tdos por el P. Faura, construídos en Londres oor Cacella. a quien se habían encarga.do dos all.os antes Es imposible de describir la aceptación con que fueron recibidos por el piÍblico de Manila. sobre todo porque la Sociedad Económica. de Amigos del País, había dado con antici >ación un digno testimonio de su alto a.precio al llegar el Barómetro de muestra., concediendo al P. Faura una medalla especial de oro En la carátula d'e los. Barómetros 'refor· mados por el P. Faura en vez de las le· yenda.s ordinarias del Barómetro Aneroide, se han puesto las de Nortes, Tiempo va- 842 - riable, Baguio algo lejos. Baguio en la localidad o muy cerca, Baguio intenso y Bagnio destructor. por ser más conformes con los fenómenos que suelen experimen· tarse aquí en Filipinas y cuya nomencla· tura es usada y conocida de todos, hasta de los mismos naturales. Con este nuevo triunfo del P Faura, fué grande la fama que adquirió el Observa· torio en toda esta parte de Oriente. Las diversas vicisitudes que ha tenido dicho establecimiento, la instalación oficial de sus diferentes secciones. el incremento y desarrollo que todas ellas han adquirido bajo la dirección del P. Faura primero, y después bajo la dirección del P. José Al· gué S. J. constan desde hace muchos anos en los múltiples y variados folletos y obras interesantes impresas por el personal del Observatorio y ahora recientemente de un modo especial en la obra que acaba de pu· blicar el R. P. M. Saderra y Masó S J. Merced a esta actividad asombrosa que desplegaba en todo lo tocante al Observa0BSEHV ATOIUO JVIETEOIWLÓGICO DE MANILA. torio mereció conquistarse el P. Faura una autoridad indiscutible en el ramo de la me· teorología .v una bien merecida fama universal no solamente en estas Islas Filipinas, sino también en todas las naciones cultas de Europa y América. Los siguientes párrafos trazados por uno de sus primeros biógrafos, poco después del fallecimiento del P. Faura demuestran hasta la evidencia lo que acabamos de decir. "Los Capitanes Generales del Archipiélago. los Comandantes Generales del Apostadero, los autoridades locales .Y jefes de oficinas, continuamente le consultaban so· bre el tiempo y le pedían su parecer sobre la proximidad y trayectoria de los tem· porales. La empresa de las obras del puerto de Manila y después también la Capi-843ta.nía del mismo establecieron líneas tele· gráficas independientes con el Observatorio, a fin de que los Comandantes Generales de Marina, no autorizasen salida alguna de barcos, ya de guerra, ya mercantes, sin que previamente lo consultaran con el P . Faura. Lo mismo hacían los jueces de Marina en el sentenciar las causas relativas a sinies· tros marítimos, y a esto debió su absolu· ción el Comandante del ca!'lonero Gra· vina, D. José García Quesada (1). El barco se perdió el 11 de Julio de 1884 cerca de Ja Isla de Fuga del grupo de las Babuyanes. El conocido botánico Sr. Jordana, los sei'lo1·es Cappa y Aguilera, competentes escritores sobre telegrafía y electricidad el PERSONAL DEL OBSERVATORIO. Almirante Montojo, General Terry, tan ce· lebrado por sus obras de astronomía y ma· temáticas, el Sr. Viniegra, director luego del Observatorio de S. Fe:na.ndo, El Excelentísimo Sr. Conde de Ca!'lete, el muy inteli~ente General de Ingenieros Sr. Cerezo, el Inspector de minas, Sr. Abella y otros muchos personajes de acredita.do renombre en las armas o en las ciencias, se honrar.:m con Ja amistad del P. Faura, le remi· (1) En el recibidor del Observatorio s& consen•a un cuadro al oleo de l:t Virgen del Carmen regalado por dicho Comand•mte al P . Faura como un testimonio perenne de su gratitud hacia la Virgen Maria v hacia el Observatorio. Dicho cuadro es una copia del que llevaba 'a bordo del Gravina v que su Comandante procuró salvar a todo trance:' atribuyendo al auxilio de la Celestial Señora el que no perecieran todos en tan desastroso naufragio. -844tieron sus obras con encomiásticas dedica· torias y pregonaron por t.odas partes su competencia y buen criterio". "Gran caso hicieron siempre también de la autoridad del P. Faura las ~ompanías de la marina mercante, ya nacionales ya ex· tranjeras, las casas comerciales y armado· ras, al(l;unas de las cuales procuraron de algún modo manifestar el carino que le tenían y el grande afecto de gratitud que le profesaban regalando al Observatorio algunos aparatos". "Pero ya es tiempo de decir alguna cosa !'Obre lo que juz1rnron del Director de este Observatorio los hombres de ciencia más distinguidos en esta clase de estudios Escrito se ve su nombre en las obras ele! P. Secchi, Director del Observatorio de Roma; del P. Perry, Director del de Stonvhurst; del P. Vines, Director del de la Habana; clel P. Dechevrens, del de Shanghay; del P. Ha.gen, célebre matemático y astrónomo Director del Ohservatorio de Georgetown en los Estados Unidos y actualmente del Observat.orio Vaticano, y de todos Jos otros directore8 del Observa.tc>rio pertenecientes a nuestra Companía''. · <Asímismo hablan de él con encomio el P. Denza, primer Director del Observatorio Vaticano, Bertelli inventor de los aparatos reveladores de los movimientos micro-sísmicos, Giovani Giovanozzi, Melfi y Moraldi. Mas porque podrían parecer de menos peso todos estos testimonios por ser de personas pertenecientes al estado eclesiástico. aunque de irrecuflable competencia en estas materias, no será inútil el acudir al fallo de las per sonas seglares, algunas, por desgracia. bien diferentes en sentimientos religiosos, de la que nos ocupa. El célebre Mascart, por ejem-· plo. jefe del servicio meteorológico de Francia. además de citar al P. Faura, como a.u· toridad en el asunto tan contravertido por Mr. Faye sobre la convergencia de las co· rrientes ciclónicas. conoció el mérito del Padre .v solicitó sus publicaciones: Mr. Montessus de Va.llore, ha elogiado repetidas veces en sus cartas al Observatorio de Ma· nila, los trabajos de sismología que en él se ha.n llevado a efecto bajo la dirección del P. Faura, y lo propio h& hecho respec· to a los del magnetismo terrestre Mr. Mo· reame, Director del Observat.orio magnético del parque de Saint Maure, presidente en Francia del servicio de este ramo de las ciencias y encargado de la discusión de los datos para el gran mapa magnético que ha de presentarse en la próxima Exposición universal de París". , "Enojosa tarea sería querer a.nadir más nombres que const11.n en varios document.oe. El brillante papel desempenado por nuestro Padre Faura en los Congresos de París y de Chicago, al último de los cuales concurrió con el P. Algué; el haber visto ala.hados sus trabajos en Madrid, Baroelo· na, Amsterdam, Bremen, Filadelfia y Ma· nila y i;obre todo el haber vist.o reproducidos sus escritos en varios idiomas por las más aut.orizada.s revistas científlcss de Europa y América son pruebas evidentísimas de que la autoridad y competencia del P. Faura en las tareas de su Observatorio de Manila no fueron nada vulgares sino al contrario muy relevantes y del todo excepcionales". "Tales eran las dotes científicas del P . Faura; mas no hay que callar, que se reunían en él otras de un orden muy superior y que le han de hacer aún más reco· mendable a nuestros ojos; a saber, las que forman un perfect.o religioso. Prudente, dis· creto y rendido a la voluntad de los superiores, había logrado juntar a sus talen· tos naturales y excelente formación científica, la rara cualidad de la modestia, lle· gando en la práctica de esta simpática virtud a. maravillarse de ,que· hubieran merecido la. atención sus propios actos. Imbuido en el espirita apostólico de nuestro instituto, en tanto gozaba al ver los progresos de su Observatorio, y el ascendiente que adquiría, en cuanto redundaba en bien de las misiones de Mindanao; de manera que podemos con razón decir, que todos sus afanes por la ciencia, eran obras verdaderamente apostólicas, pues el deseo de la salvación de las almas, además del impulso de la obediencia, era el único móvil que regulaba sus empresas". La sencillez tan singular que tenía en el hablar, y el modo tan llano de expresarse aún tratándose de temas científicos, era. tan notable que cautivaba a las personas más sabias y discretas, y se captaba a. las pocas palabras las simpatías de aquellos con quienes trataba.. Así como los poetas en los momentos de verdadera inspiración a.parecen como exa.l· tados y poseídos del estro poético que los domin&, de la misma manera los que admiramos repetidas veces en el Observatorio a.l P. Faura, cuando uno de esos tifo!· nes que por todas sus senales se adivina que va. a desfogar su furia, sembrando a su paso !& muerte y la ruina, debemos confesar que todo el P. Faura se veía como identificado con el. terrible metéoro y cada. parte alarmante de las estaciones secundarlas, cada role peligroso del viento y ca.da grado que bajsba el barómetro, parecían dejar impresas sus huellas en el semblan-845te de dicho Padre. Pe1·suadido de la gran responsabilidad que pesaba sobre él, en aquellos momentos, era imposible hablarle de otro asunto por importante que fuese. En sus últimos anos hizo dos viajes a Espana, para encontrar alivio a su salud quebrantada, y en su postrera estancia en el P"-trio suelo, deselnpenó el cargo de Superior de la residencia de Manresa, que él mismo había fundado al cerrarse el co· legio de S. Ignacio de aquella ciudad. Vuelto a Manila por cuarta vez a donde llegó el 3 de Febrero de 1894 con el P. José Algué, se encontró al poco tiempo con la transformación del espíritu de muchos de sus naturales por el incremento que habían ido tomando las ideas separatistas; y es probable que la aflicción que este nuevo e"<tado de cosas necesariamente había de producir en su ánimo, le acelerase el fin de sus días. Especialmente sufrió una fuerte y do\orosísima impresión al visitar a su querido discípulo Pepe Rizal, cuando ya estaba en capilla y a quien no pudo reducir a q'ue se retractara. de su errores y se arrepintiera de sus malos pasos, aunque luego la. gracia obró eficazmente en su corazón para que se volviera a Dios como después lo hizo de veras. Cuando Rizal volvió a Filipinas en 1887, después de seis anos de ausencia, la impiedad había ya trastornado su espíritu. Visitó, sin embargo, a los Padres del Ateneo, quienes conocieron bien su perversión y trataron de volverle al buen camino, principalmente el P . Pablo Ramón y el P. Fe· derico Faura. Todo fue inutil; de modo que con todo el dolor de su alma el P. Faura le despidió secamente y con duras palabras, para ver si con este supremo esfuerzo y repulsa se ablandaba el corazón de Rizal. Pero todo fue estéril en esta época, su corazón permanecía rebelde y obstinado y endurecido por la soberbia, que como dijo en sus últimos momentos, varias veces fue la causa de su perdición. El día 29 de Diciembre de 1896 por la mana.na además de otros Pe.dres, también el P. Faura visitó a Rizal, el cual apenas vio a dicho Padre le dijo: "¿Se acuerda V., Padre de la última vez que l1ablabamos y de lo que V. 111e pronosticó? Ha salido V. profeta: voy. a morir en un cadai<o." (1) El P. Fa.ura., a pesar de ha.berse afecta.do sobremanera estuvo un ra.to ha.bla.ndo con él, haciéndole muy serias y convincentes reflexiones a fin de que ya. que perdía la vida temporal a lo menos no perdiese la vida eterna. Ri (l) Aludirla sin duda Rl1.al a la entrevista de 1887, q u~ tuvo con ~l P. Faura 9 ailos antes. za.\ si bien quedó muy emocionado y si· \encioso, no se rindió todavía. Por esto el Padre se retiró muy tristemente afectado. Si bien el P Faurn tuvo una alegría inmensa al saber la fausta noticia de la verdadera conversión de Rizal, con todo suco· razón estaba herido de muerte. No quiso el Senor que este Padre tan amftnte de la misión de Filipinas y que tanto se interesaba por la prosperidad y bienandanza de estas islas fuese testigo de las graves calamidades y sangrientas escenas que habían de venir poco después. Ata,cado. a los pocos días de la mnerte de Rizal, de un violento ata<]ue de asma, de generó luego éste en enfisema pulmonar y afección cardíaca que puso término a sus días después de tres semanas de dolorosos padecimientos. Murió este ilustre hijo de la Companía. de Jesús el día 23 de Enero de 1897 en el Ateneo de Manila recibidos los santos sacramentos y demás auxilios de la Religión. en los brazos del P. Algué, rodeado de los Padres y Herma.nos de aquella comu· nida.d, h'•biendo cumplido los cincuenta y seis anos de edad. treinta y ocho de Com· paníá y diecinueve de su profesión religiosa. Debido a las críticas circunstancias políticas en que acaeció el fallecimiento del P. Fa.ura, su entierro fue sencillo sin la con currencla. de personalidades caracterizadas; con todo asistió el Almirante D. Patricio Montojo con su ayudante por el grandísimo afecto que en vida había profesado a dicho padre. A medianos de Septiembre de 1912 con ocasión de inaugararse un grandioso y nue· vo templo en el pueblo de Artés, patria del P. Fa.ura., se colocó una artística lápida de bronce en el a.trio de dicho tem· plo, commemorativa del nacimiento y fallecimiento de dicho padre. Se celebraron en el pueblo fiestas religiosas y cívica.s y una. solemne velada necrológica del P. Federico Faura., la cual se celebró en el mismo templo antes citado, asistiendo a ella a.demás del Prelado de lo diócesis Ilmo. Dr. Torras y Bages, el Senador D. Leoncio Soler y March, el ilustre Canónigo Jaime Collell, el Diputa.do a Cortes D. Francisco Cambó y otras personalidades, algunos parientes del P . Faura," los P .P. Juan Ricart, José Algué y Juan Recolóns de la Companía de Jesús y una multitud de particulares ele Artés y de otras poblaciones de Cata.luna ávida de oír celebrar las glorias del P. Fa.ura.. -846 - La inscripción de la lápida traducida del catalán al castellano dice así: EN ESTA VTLLA NACIÓ EL XXX DE DICIEMBRE DE XDCCCXL EL REVERENDO P ADRE FEDERICO FAURA Y PRAT, S. J. METEORÓLOGO EMINENTE Y CELOSO PROPAGADOR DE LA GLORIA DE DIOS Y DE LA PATRIA FALLECIDO EN MANILA EL XXIII DE ENERO DE MDCCCXCVII A.M. D. G. Manila 13 de Naviembre de 1915. J OSÉ M.A CLOTET S. J. DE UN EX-SEMINARIS'l'A. Oh! bendito el Senor que en la tierra Pura y limpia te pudo formar, Como forma el diamante la sierra, Como cuaja las perlas el ma1·. Y mirando entre el ser y la nada Modelando tu cuerpo exclamó! Desde el vientre será inmaculada, Si del suyo nacer debo yo. (Cantico popular a la inmnculada) Un pastor protestante convertido, porque en la secta que abandonó se desprecia. a la - Virgen, me entregó un libro titulado Innovaciones del Romanismo por G. H. G. Lo abrimos por curiosidad para leer el in· dice y topamos con el Capitulo 13 que trata de la Inmaculada. Concepción. Como el autor es protestante y es sabido que los protestantes son enemigos declarados de la Virgen di por contado que el capitulo en cuestión no diría na.da bueno de nuestro hermoso dogma de la Inmaculada Concep· ción. Veamos lo que dice este infeliz contra la Inmaculada Virgen, la mujer más santa, más bella y más sublime que jamás vieron los siglos, el portento de la creación, y la creación más hermosa, más amable y per· fecta de la diestra omnipotente del Creador. Veamos, pues, lo que dice este infeliz de la Inmaculada para contestarle en des· agra.vi.o de la misma que con sus pies ben· ditos, aplastó la cabeza de la serpiente infernal, y rendirlé este homenaje de fe, de a.mor y deveción. Empieza el autor diciendo que ellos, los evangélicos, antes de Lutero y Calvino, es· taban en el Evangelio porque es su regla de fe y de moral. Suponemos que el autor se. referirá al Evangelio escrito, porque los pro\esta.ntes rechazan la tradición. Es una verdad histórica. irrefragable que los Evan· gelista.s no escribieron el Evangelio sino mucho tiempo después de la Ascensión del Senor y cuando los Apóstoles hablan con· vertido ya a la fe cristiana. a muchos pue· blos. Esto supuesto, cabe preguntar a los evangélicos que: ¿Dónde estaba.is vosotros antes de que se escribiera el Evangelio? Entrando en materia; el autor nos hace a los católicos esta pregunta: ¿Donde estabais vosotros los que ahora tenéis el Dogma nuevo de la Inmaculada. Concepción antes del ano 1854? A esta pregunta podremos contestar que estabamos en l&. mente de Dios cuando nos prometió un Redentor, y cuando dijo a la serpiente infernal: "Enemistades pondré entre ti y la mujer, y entre ''tu linaje y su linaje: ella quebrantará tu "cabeza y tu pondrás asechanzas a su carucanal." Ha motivado esta pregunta la Bula dogmática lne.(l"abilis de la Inmaculada. Concep· ción promulgada por el Papa. Pío IX de grata memoria el día 8 de Diciembre de 1854, declarando esta verdad dogma de fe que behe ser creldo so pena de eterna condenación. Contra este dogma católico la emprende el autor como buen protestante y conse· cuente con su denominación. He a9ul su argumento contra nuestro dogma: ' Maria "concebida sin pecado no necesitaba. Sal"vador, porque no tuvo pecado de que ser "salvada. Esto pugna con todas las Escri"turas. Esto pugna con las palabras de "la misma Virgen cuando dice: "Mi espí"ritu se alegró en Dios mi Salvador. Si María "no tuvo pecado ¿de qué la salvó Dios? "Se salva del mal, del naufragio, del in"cendio, de le. muerte etc. Pero cuando "esto no existe no hay salvación." A este sofístico argumento contestamos, que es ta.mbiém acto de salvación el de preservación, puesto que ambos actos tienden a un mismo fin y producen el mismo efecto, cua.1 es librar del rna.1. Esto supuesto, decirnos que la. Virgen fué salvada del pe· cado original, porque aunque no lo contrajo, debla y podía contraerlo, como hija de Adán, y no lo contrajo de hecho porque Dios que pudo preservarla., la preservó de contraerlo por especial privilegio. Esta preservación de María fué su redención anticipada en virtud de los méritos del Salvador que le escogió por madre suya.. Luego Maria con· cebida. sin pecado, e inspirada por el Es· pfritu Santificador pudo con razón entusiasmarse, y poseída de amor y gratitud p,rorrumpir su sublime Magníficat diciendo: 'Engrandece mi alma al Seflor, 11 mi espiritu se alegró en Dios 1ni Salvado1·, en mí ha hecho g1·andes cosas el. que es omnipotente.•' ¿Dónde está aquí la repugnancia de la Concepción Inmaculada de Maria con su alegría en Dios su Salvador, como pretende diabólicamente el autor protestante.? En el texto de la Vulgata latina que he· rnos citado, el pronombre ella se refiere a la mujer que había de quebrantar la cabeza. - 848 - de la. serpiente. En la palabra. Mujer se anunciaba. a. María. cuyo linaje o hijo es el Salvador prometido para redimir a Adán y a. sus descendientes, que por el pecado fueron vencidos por el demonio y hechos sus esclavos. El quebrantamiento de la ca. beza de la serpiente, que era el demonio, efectuado por María era el triunfo de ella en su Concepción sobre el mismo demonio resultando de ello pura, santa e inma.cu· la.da esta Concepción, no habiendo sido ella ni por un instante esclava. del demonio, pues en la concepción es cuando el hom bre se hace esclavo de Satán por el pe· cado original, por eso dice David: He sido concebido en la iniquidad y en el pecado me cancibió mi madre. Dice el autor protestante, que el pronom· bre ella que se lee en la traducción de la Vulgata. es una innovación de los romanistas, pues en el texto hebreo no se dice ella sino este y se refiere al linaje el cual es el que había. de quebnntar la cabeza. de la serpiente y no la mujer. A esto contestamos que, según los eruditos en las Escrituras, como nuestros Santos Padres y 'l'eólogos cuyo saber ha asombrado al mundo sabio, e ilustrado, el pro· nombre en cuestión ora. se lea este, ora se lea ella, es indiferente, porque cuando afirma.mas que María quebrantó la cabeza del demonio no pretendemos decir con esto, como neciamente suponen los protestantes, que ella por sí sola y por su propia virtud haya quebrantado la cabeza del demonio, sino por el poder divino de su hijo Salvador, al cual está élla íntimamente unida no tanto por ser hijo suyo cuanto, por la comunidad de enemistades que Dios puso entre ella. y su hijo contra. el demonio y su linaje. Una Autoridad infalible en esta. materia. el Papa Pío IX en su ya. cita.da. Bula Inejfabilis dice sobre esto: "Así como Cristo "mediador entre los hombres. tomando la "naturaleza humana, y borrando el autó"grafo del Decreto que había contra noso· "tros lo clavó triunfante en la Cruz; así "la Santísima Virgen unida. a. Él con es"trechísimo e indisoluble vínculo y ejer"ciendo juntamente con Él y por Él las "sempiternas enemistades contra la vene· "nosa serpiente y triunfando completfsi· "mamente de ella, aplastó con su pie inma."cula.do la cabeza de esta serpiente. Esto "es decisivo. En virtud de esa unión de María. con Jesús, unión solidaria. e indestructible porque es imposible que Jesús no sea hijo de María., y porque María es más madre de Jesús que lo son las demás madres con respecto a sus hijos, los cuales proceden de la paterna gimera.ción; en virtud de esa unión si el demonio hubiese triunfa.do de María haciéndola esclava suya, Jesús por consecuencia necesaria. hubiera sido también vencido por el demonio y hecho esclavo suyo. Y ¿qué entonces de la redención? Esto con solo pensarlo horroriza a. los que en algo estiman a. Jesús y gozan de la redención; y sin embargo es la secuela. necesaria, inevitable del satánico esfuerzo de los protestantes en negar a la madre de Jesús su Concepción Inmaculada.. Basta por ahora.. Fiesta de la Inmaculada. Patrona de Capiz, 1915. UN EX-SEMINARISTA. Virgen sin mancilla y pura amorosa madre míe. recibid en este día con encanto y con dulz'ura, esta ofrenda que fulgura tierno afecto y devoción. Virgen purísima, son fl.ores que a brindaros vengo, pues otras llores no tengo dentro de mi corazón. Madre, es una poesía de amor filia¡ impregnada con dulce afecto arrancada del fondo del alma mía; _ en ella virgen María mi lira tosca y profana, con sus notas no se afana por cantar vuestra grandeza ni vuestra Ideal belleza que es belleza sobrehumana. Dejaré a los vastos mares que pregonen por el mundo con el murmurio profundo de sus eternos cantares In grandezas singulares de mi Emperatriz sin par, de mi Madre tutelar fuente de dulces consuelos, la Sénora de los cielos y la estrella de la mar. La brisa que bulle y gira por nuestro plácido ambiente, y la límpida corriente del riachuelo que suspira forman .armoniosa lira que emitiendo una cascada de armonía regalada, eleva con dulce acento músicas al firmamento a María Inmaculada. Al ple de vuestro dosel lleno de luz y de encanto ofrendo este tierno canto que es mi mé.s lindo joyel; Virgen, se refleja en él mi sincera devoción, Oíd mi humilde oración que se elev11. en dulce calma, entre suspiros del alma y voces del corazón. Desde el refulgente cielo que os sirve de pedestal echad Virgen celestial una ojeada sobre el suelo; derramad con santo celo vuestra gracia sobre el mundo que en su furor sin segundo está en implacable guerra, llenando toda la tierra de sangre y rencor profundo. Esa horrible mortandad causa de acerbos quebrantos produciendo mil espantos a toda la humanidad; esa guerra sin piedad qne entre gritos de odio eterno hace de Europa un infierno y una perpetua agonía, ¿no conmueven Madre mía vuestro corazón materno? Esa metralla que zumba de una manera que aterra sembrando toda la tierra de muertos para la tumba; y cada vez que retumba ese férreo canón ..... . ¿no va su detonación á dar pena a vuestro oído? y ¿no encuentra su rugido eco en vuestro corazón? Virgen, enviad ya la paz a la. l~uropa dolorida que suspira por su vida bajo el incendio voraz de una guerra pertinaz, q11e cual hórrida tormenta donde quiera se presenta deja una estela rojiza que es estela de ceniza pero ceniza sangrienta. JOSÉ L. LEDESMA. Manila, 8 de Diciembre de 1915. FIESTA DE LA MEDALLA MILAGROSA. A pasado el mes de Octubre, ese hermoso mes del Sto. Rosario y hemos entrado en el de Noviembre. En el que nos encontramos con otras fiestas no menos solemnes y grandiosas que las del Mes del Rosado; ni podía suceder de otra. manera siendo un hecho verídico que: no hay pueblo en el mundo que no tenga sus fies· tas y regocijos, sus días de expansión y sus reuniones predilectas. El hombre es natu· ralmente social, ama la compallfa de sus semejantes y no puede vivir sin hacer par· tícipes a los demás de sus ideas y sentimientos. Pues bien, resellaré en síntesis y en estas mal trazadas líneas el solemnísimo novenario celebrado en esta capital en la bonita Iglesia. de San Vicente de Paúl, en San Marcelino. Como el hombre no puede vivir sin comu· nicar sus afectos a la familia, así la familia tiende a comunicarse a otra fa.ml1la.; y Y como entre los afectos y sentimientos humanos el más vivo y avasallador es el religioso; de ahí esas reuniones bajo techo o al aire libre que se han verificado en todos los pueblos y climas, llamadas reli· giosamente: Culto. En efecto los PP. Paules en unión de las Hermanas de la Caridad y de las Hijaa de María organizaron esa fiesta simpática., hermosa., patética. ... .. Renombra.dos y elocuentfsimos oradores sagrados de la Congregación ocuparon los 9 días la Cátedra del Espíritu Santo; esto es del 19 al 27 del actual (Sábado), día en que estaba se!lalada solemnísima procesión, pero a causa de la inoportuna. lluvia se trans· firió para el día siguiente (Dominizo). En efecto, llegó el Domingo, día grandioso Y snblime para las H;jas de Mmia y de <'sas con razón llamadas: Anueles de la. Cn.ridad, pues habían de rendir un homenaje, de pleitesía y amor, asistiendo a la solemnísima y sfmpatica procesión de la Sma. Virgen, quien es Madre arnautísima de los mortales, fieles a las sabias ense!lanzas de su divino Hijo, Cri><to Jesús Asistieron todos los Colegios de Srtas. con sns dignas Directoras y profesoras, cantando en masa coral la het·mosa plegaria: "Oh Maria sin peca.do concebida. Rogad por nos que recurrimos a vos" Los seminaristas de San Carlos asistieron en pleno con sus sabios profesores. Presidía la procesión la. veneranda. efigie de la Medalla Milagrosa, en carroza triunfal, digna. de la que es Reina. de los cielos y de nuestros corazones, la Sma.. Vírgen. Cerraban el cortejo religioso la. benemé· rita Congregación de la Misión, el Preste y ministros y la. conocida banda de música de Bocawe. · En fin las calles de San Marcelino se convirtieron esa noche memorable en amenos jardines resplandecientes de luz, virtud y aroma. Fiestas de esta. naturaleza sirven de estímulo, no solo para los de esta Ciudad sino también para los demás pueblos ..... Réstanos reitera.r nuestro más sincero parabién a los Rdos. P.P. Paules por el feliz éxito de las fiestas y nuestra admiración más sincera al que tuvo el gusto de cantar la Salve por lo magistralmente que la Interpretó después de la. procesión. cautivando al auditorio congregado en la Iglesia. Noviembre, 1915 ZERAOLA . EN EL ATENEO. El día 8 de los corrientes diose cita en el salón de actos del ilustre Ateneo de Manila. la flor y na.ta de nuestra sociedad manilense. ¿Qué habían de hacer sabiendo que los a.teneistas tienen por su patrona a la ben· dita entre todas las mujeres la Inmaculada Concepción? A las 5 de la. tarde de ese grandioso día iban llega.ndo a la ca.lle del Arzobispo numerosísimas personas admiradoras todas del Ateneo, ora. a pie, ora en automóviles y coches. Varios PP. Jesuítas recibían cari11.osa· mente y con toda Ja cortesía. carecterística en esos religiosos a cuantos tenían la suerte de llegar a sus umbra.les para presenciar la fiesta que pocos instantes después había de comenzar. En efecto un clásico y tierno pasaje de la antigüedad se representó en cinco cuadros líricos, alusivos respectivamente, a l:t naz del individuo, de la familia, la pRz civil, la paz internacional y la paz univer· sal muy en consonancia. con las circunstancias actualf!S por que atraviesa. lH.- vieja Europa en estos luctuosos días de sangre y desolación . . . . · Después de interpretar admirablemente la orquesta la "Polones,i'' del maestro Espí, aparece en el estrado el aprovechado jóven D. - 851 - José Zialcita para leer el prólogo del primer cuadro. recibiendo al final de su ohm nutridos aplausos. La escena se desarrolló con acierto. El prólogo, en el segundo cuadro, corrió a cargo del aventajado joven D. Ricardo Caballero. demostra.ndo la generosidad de José y la bendición de Jacob. La escena inme· jora.ble. El canto final, con música del maestro Literte, admirable. El tercer cuadro fue trabajo del distin· guido alumno Don Salvador Ara.neta recibiendo 1tl final de su lectura prolonga.dos aplausos. En él hizo patente la mansedumbre de David. La explicación del cuarto cuadro estnvo a cargo del ilustrado jóven Don José Barretto, quien nos reveló en hermosas frases la. sublimidad y grandeza de Salomón. Este es uno de los cuadros que ca.utiva.ron más al auditorio por lo bien que interpretaron Don Vicente Logarta. y D. Nicasio Osmefia (hijo del ilustre Presidente de la Asamblea) sus pa.peles de David y Salomón respectiva· mente. Huelga decir que con el tiempo estos serán consumados actores, pues ya nos demostraron su habilidad en el arte escénico haciéndonos aplaudir con entusiasmo en esa noche inolvidable. En el c.uadro quinto actuó de prologuista el apreciado joven D. José María Tuason que trató de la paz universal o la venida del Mesías. Este cuadro gustó sobre manera al numeros(simo y d.istinguido público, el último cuadro más hermoso y sublime que iban a reprPser>tor esos distinguidos ateneístas, a.mantes del arte. Sigan por ese camino, jóvenes <'ntusiastas de lo bello, de lo p[Ltético, <le los sublime . . . . . . . . pues· de es~ modo habre· mos de dar empuje a. nues+.1·0 naís en donde por honra y gloria nuestra t:>.r,0mos a nn Rizal de entre los pasados y ~. un T{Pdro v Villa.corta y otra pleyade de Filipinos m>Í.« amantes del arte y de la pnesí" La internretación pnr la oronesta. rlt>l himno a "JPsncristo Príncipe de la Paz" con letra del Sr. Hilado y música del m:iestro Carluén, impondera.ble. Se cerró con una salva de aplausos en ~enal de gratitud y admiración por parte del público. Nuestra más entusiasta felicitación a los noveles y jóvfmes artistas en especial al P. Peypoch S. J., que fue el alma de la. fiesta. Diciembre 9, 1915. ZERAOLA. LR LLEGRDD Dfl DELEGRDO DE SU SRITIDRD. •/.<(a VAr N gentío inmenso acudió al Pier ~ No. 5, el día 16 de loe corrientes, ~J a las cuatro de su tarde para. re· cibir carifioeamente al ilustre representante de Su Santidad, en estas Islas Dr. Petrelli. Casi todos los colegios de esta cu 1 ta y elegante capital acudieron a. recibir a. tan bondadoso Prelado. Allá vimos al Ateneo de Manila. al Colegio de San Juan de Letrán, al de La Salle, al Instituto Burgos que formaban militarmente tres divisiones: la del Estado Mayor y dos Compa.fifas de dicho batallón. Entre los colegios de Senoritas acudió una. buena representación del Centro Escolar. El Bea.terio de la Companía en pleno. Ya en la Santa Iglesia. Catedral se agregaron a la comitiva otros colegios más de ambos sexos. La Real y Pontificia. Universidad de Sto. Tomás, también forma.ba en la comitiva.. Representaciones del Clero secular y regular y por último los Sres. Obispos de las diócesis sufragáneas, quienes vinieron expresamente a Manila para dar más brillantez al recibimiento del ilustre Delegado pontificio. Huelga. decir que el senor Delegado y sus ilustre comitiva. gustaron y alabaron mucho la. magnífica rondalla de los ninos de San José, que acudieron también a recibirle al son de alegres marchas y pasodobles. Monsenor Petrelli iba. en un flamante a.utomóvil primorosa. y artísticamente adornado con los colores pontificios. Acompafiábale -852nuestro amado Arzobispo, monsenor Harty. Del auto iban pendientes varias cintas ama· rillas y blancas que llevaban gallardos ninos de ambos sexos, vestidos de blanco Una vez llegado a Ja. Santa Iglesia C11.tedral, la capilla entonó ma.gistr.almente el solemne Tedeum Lauda.mus en acción de gracias. Después de esta tierna y conmovedora ceremonia el benemérito canónigo, senor don Eulogio Sánchez convidó en nombre del senor Arzobispo a todos los concurrentes a tan patética cuanto sublime ceremonia a que pasaran al Palacio Arzobispal, en donde se pronunciaron tres discursos de bien venida: el primer discurso lo dijo en lat.ín el senor vicario general. don Má· ximo Virón; el segundo en castellano y es tuvo ~- ca1·go del Padre Rector de la UniversidlLtl Pontificia en ésta, Doctor Sera.pío Ta.mayo (dominico) que habló en nombre de Ja Universidad de la que es Rector, y de iodos los colegios católicos; el tercer orador fue el simpá.tico agustino P. Me. Erlain, Párroco de los católicos americanos en ésta., que habló en nombre de los católicos residentes. Monsenor Petrelli contestóles a todos con su proverbial amabilidad y animó a todas las fuerzas vivas que forman integra· mente esta. cosmopolita sociedad católica de Manila. a. que trabajen sin desmayo ni fa· tigas en pro de los intereses de la. religión, que tenemos la inefable dicha de profesar. "Cultura Social" da la. más cordial bien· venida. al Exmo y Rmo. senor Dr. D. José Petrelli, dignísimo representante en estas Islas de Su Santidad y desea que su ilustre persona se vea favorecida con Ja gracia de lo alto para el feliz desempeno de su elevado cargo en este Archipiélago. Diciembre, 1915. ZERAOLA. A MI DIFUNTA MADRE iCuantas veces llorando paso la noche con las manos muy juntas a. mis mejillas do el calor de mi llanto trazó dos surcos y quemó la fontana de mi~ pupilas; iay! ¿qué delito en mi pecho quizas se agita pues que sufro llorando males ignotos; y estas penas horribles que me torturan poco a p•>co me acaban me acaban todo? Son deseos que luchan con fuerte en. cono, imposibles ~eseos de algo imposible, o visione!! de gloria y de espera.nza; o quiza son recuerdos de algo muy triste, Ja.y pe1·0 en horas calladas de Ja alta noche, cuando todo es misterio y el mundo duerme; sólo sé que no puedo cerrar los ojos y lloro mucho, mucho por distraerme! Unas veces recuerdo mi triste infancia, que mecieron mi cuna, manos ajenas; y de senos extra.nos bebí la leche, y el dulce de la vida gustó mi lengua. ia.y! a. mi madre de niflo nunca. lloraba · pues su nombre querido no me ensena.ron; ni brotó de mi boca pura y sencilla. oración dedicada a su descanso! En acerbas tristezas pasaba el día, y a la noche lloraba. lloraba tanto, que una voz de ultratumba me consolaba, _ y era voz de mi madre fundida en llanto. ia.y! iAh, yo sé que en el cielo no hay amarguras, ni del bien el recuerdo el alma aflora; pero aquella mi madre me quiso tanto, que si lloro su ausencia conmigo llora' -853Aquel beso amoroso yo no recuerdo que me diera al instante de su partida; sin embargo lo siento quemar mi frente y al compás de mi sangra vivo palpita. iAy! yo no he visto los pafios que la cubrieron ni el vestido de luto de su mortaja, pero tengo esos panos y ahora cubren como Josa de tumba mis esperanzas. La cabeza en la almohada. tengo tendida con la diestra escribiendo Voy mis memorias; y se cierran mis ojos se cae el lápiz .... y un reloj en tenieblas len to so !loza . . . JESÚS CASUSO. Diciembre, 1815. LAS TRES MISAS EN EL DÍA DE LA CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS. OR la Constitución Apostólica Inc1·ue11 tum Altaris sac1·ijicium del 10 de Agosto del corriente ailo, Su Santidad Benedicto XV, llevado de su encendida caridad para con las almas del Purgatorio, ha dado las siguientes normas perpetuamente valederas, sin que obsten nada en contrario las leyes de anteriores Pontífices sobre la no repetición de las misas. L Liceat omnibus in Ecclesia universa Sacerdotibus, quo die agitur Sollemnis Commemoratio omnium fidelium defunctorum, ter sacrum facere; ea tamen lege, ut unam e tribus Missis, cuicumque maluerint, applicare et stipem percipere queant; teneantur vero, nulle. stipe percepta, applicare alteram Missam in suffragium omnium tidelium defunctorum, tertiam ad mentem Summi Pontificis. Il. Quod Decessor Noster Clemens XIII Litteris die XIX mensis Maji a. MDCCLXI datis concessit, id est ut omnia altaria essent eo ipso S<illemnis Commemorationis die privilegiata, id quatenus opus sit, auctoritate Nostra contirmamus. III. Tres Missre, de quibus supra diximus, sic legantur, quemadmodum fe!. rec. Decessor Noster Benedictus XIV pro Regnis Hispanire et Lusitanire prrescripsit. Qui unam tantummodo Missam celebrare velit, eam legat quae in ./l'lissali inscribitur legenda in Commemoratione omnium fidelium defunctorum; eamdem adhibeat qui Missani cum cantu celebraturus sit, facta ei potestate anticipandre alterius et tertire. IV. Sicubi acciderit, ut Augustissimmn Sacramentum sit expositum pro Oratione XL Horarum, Missre de Requie, cum vestibus sacerdotalibus coloris violacei necessario di· cendre (Decr. Gen. S. R. C. 3177 - 3864 ad 4), ne celebrentur ad Altare &rpositionis. Antecedentes históricos. Eu el antiguo reino de Aragón había la antiquísima costumbre y fama de privilegio apostólico concedido por Julio III o Paulo III, según el cual los sacerdotes seculares decían dos misas y los regulares tres, el día de la Conmemoración de los fieles difuntos. Benedicto XIV no solo confirmó este privilegio, sino que a instancias de los Reyes Católicos Fernando VI y Juan V lo extendió y amplió por su Constitución Quod expensis de 26 de Agosto de 1748, según la cual, todos los sacerdotes así seculares como regulares de las regiones sujetas a los Reyes de Espan.a y Portugal podían celebrar en dicho día. tres misas. Más tarde se concedió el mismo privilegio (para treinta ailos) a la América latina por las Letras Apostólicas Trans Oceanum de Leon XIII dadas en 18 de Abril de 1897; las cuales letras se declararon vigentes en las Antillas y en todas las islas del mar Caribe (1), y se extendieron a Fi· lipinas por Indulto de 1.0 de Enero de 1910 para todo el tiempo que estuvieren en vigor en la América latina. Muchos Obispos y fieles de todas clases han presentado a la Santa Sede repetidas instancias para que se pudiera usar del mismo privilegio en todo el mundo; y esta es la gracia que benignamente acaba de conceder Benedicto XV por la Constitución citada. Ciiléndonos ahora a Filipinas y comparando el privilegio de que antes disfrutábamos con el que concede Benedicto XV a todo el orbe católico, hallaremos algunas Diferencias entre ambos privilegios. Por el Indulto de 1.0 de Enero de 1910, todos los sacerdotes así seculares como re· guiares, mientras permanezcan en estas Is· las, pueden cada ailo (hasta el 18 de Abril de 1927) celebrar tres misas el día de la Conmemoración de los Difuntos; con tal que no reciban estipendio más que por la primera misa, de intención libre, y apli· quen el fruto d"l la segunda y terce1·a en sufragio de todos los difuntos. Además dicho estipendio no puede exceder la tasa sinodal o la costumbre del lugar (2), aunque el exceso se ofrezca espontáneamente. (3). (1) S. Congr. de Neg. Ecles. Extrar. 16Agosto1898. (2) 1i·ans Ucemntm, VII; Conc. l\lanil. 422. (:~¡ S. C. del Conc 2 Marzo 1861: "An sacerdotibus, in indulto de quo agitur [el de Españ¡¡,J, prohibitum sit recipere pro prima missa diei Com· memorationis omnium fidelium Defunctorum ele· emosynam majorem ea quae a taxa synodali seu a loci consuetudine regula.riter praetinita fuerit, qumn· t'is sponte ublatum in casu?-S. C. respondit: Afffrmatfre." Aunque como se ve esta respuesta de la Sagrada Congregación se refiere propiamente al pri Yilegio concedido a España: pero debe aplicarse también al de F ilipinas, ya que la Const. '1.'·rans Ucecomm de León XIII extendida a estas Islas, < 'oncedió el indulto de las tres misas ad normam constitutionis 1.Je"edicti .. YlV '1 Quod expensis." -- 855La reciente concesión del Papa, además de ser universal y perpetua, solamente exige como condición, que pueda recibirse estipendio por una sola misa (cualquiera de las tres), aplicando otra en sufragio de todos los difuntos y otra a intención del Sumo Pontífice. Esta intención, como dice el mismo Papa en su Constitución, no es otra que la de suplir cuanto sea posible los sufragios, que con tanto dallo de las almas han faltado o falten en adelante por una u otra causa. En cuanto a la limosna, aunque Benedicto XV en la presente· Constitución dice simplemente que se puede recibir estipendio sin :fijar en cantidad, no hay duda que deberá ajustarse también a la tasa sinodal o cos· tumbre del lugar; pues así lo mandó ge· neralmente Clemente XIII cuando concedió que todas las misas del día de difuntos gozaran de las mismas gracias que las celebradas en altar privilegiado ( 1 ). Con todo, si el exceso se ofrece espontánenrnente pa· rece que se ·podrá recibir por los agraciados con el nuevo privilegio; pues éste prescinde en esta parte del indulto concedido a. Espa.!la, a.l cua.l única.mente se refiere, como vimos, la prohibición de recibir mayor estipendio quarnvis sponte oblaturn. Efícacia de esta Constitución. S. S. Benedicto XV no impone ninguna obligación de celebrar tres veces el día de la Conmemoración de los Difuntos; aunque está bien persuadido de que todos los Sacerdotes del Orbe Católico, se aprovecha rán gustosos de este insigne privilegio que les concede. Exhorta. además intensamente a todos los hijos de la Iglesia, a que acudan ese día a. oír la santa Misa con especial devoción teniendo presente los muchos títulos que les obligan para con las almas del Purgatorio. Puesto que como hemos visto, hay alguna discrepancia entre las condiciones requeridas por León XIII en sus Letras Apostólicas Trans oceanurn y las que roen· ciona Benedicto XV en la presente Constitución, puede preguntarse qué conducta hemos de observar en Filipinas para celebrar las tres misas dichas. Teniendo en cuenta que el fin principal de Su Santidad Benedicto XV es extender el privilegio de las tres misas en el día de difun(1) Decreto "U1'bis et 01·bi1", 19 mayo 1761: "Decernendo tamen ut non nisi consuetam eJeemosynam unusquisque sacerdos pro dicta missa licet pri viJegiata, accipiat, atque in ea tantum quantitate, quae a Synodalibus Uonstitutionibus seu a loci consuetudine regulariter praefinita fuerit". ( Decr. auth. indulg. n. 2'Z8). tos, a las regiones que aun no gozaban del mismo, y que siendo este un privilegio general no deroga en manera alguna al pm·ticular concedido a Filipinas por el Indulto de 1910; parece que los Sacerdotes de estas Islas deberán, por ahora, seguir observando las condiciones exigidas por León XIII, sobre la aplicación de las misas y la cantidad del estipendio permitido. Podrán empero y aun estarán obligados a seguir las normas establecidas por Benedicto XV, los que deseen celebrar las tres misas desde el mes de Noviembre de 1927 en que habrá ya cesado la. Cons. 1'rans oceanum; y tal vez antes de aquella fecha, si se diere sobre el particular alguna declaración. Qué misas se han de celebrar Estas tres misas se han de decir dei mismo modo que lo prescribió Benedicto XIV a los Reinos de Espa!la y Portugal; a saber: que en primer lugar se diga la sena.lada en el Misal para el día de la Conmemoración de todos los Difuntos, luego la· misa. In Anniversario y por último la. intitulada In quotidianis, advirtiendo que estas dos últimas se han de decir con la. secuencia Dies irae y las oraciones que todos conocen y se hallan en el Propio de Espalla (1). Si se dice una sola misa deberá leerse la primera; que puede aplicarse por qnien se quiera, aunque no sea precisamente por todos los Difuntos (2). En caso de celebrarse dos misas, el SR· cerdote debe decir primeramente la In Comrnemoratione omniurn tidelium defunctorum, pero quoad secundarn eligere potest ad Ubitum (3). Una de estas misas, parece que debe aplicarse por todos los Difuntos. Cuando se hubiere de cantar alguna misa deberá cantarse la sellalada para el día de la Commemoración de los difuntos; pudiendo entonces anticiparse la 21!- y la 31!- misa (4). Otras disposicíones Aprovechando esta ocasión, confirma el Papa las Letras de Clemente XIII da.das en 19 de Mayo de 1761, en virtud de la.s cuales son privilegiados todos los altares el día de la Conmemoración Solemne de los difuntos (5). A!lade además, que si en alguna parte (l) Cons. lnc>-uentum ultaris, 111.-S. Cong. de Ritos 11 Agosto 1915. (2) S Gong. de Ritos, 13 1''ebrero 1892 ad 28; 4 Agosto 1G63 [Decr. auth. 1275]. (3) S. Gong. de Ritos, 13 Febrero 1892 ad 28. [Acta Sanctae Sedis, t. 25, p. 54]. (4) Gonst. lncruentum, Ill. \5) !bid. Il. -856 - aconteciere estar expuesto ese día el Santísimo Sacramento para el ejercicio de las Cuarenta Horas, la.s misas de Requiem que necesariamente se han de decir con ornamentos sacerdotales de color morado (1), no se celebren en el Altar de la Exposición (2). LA ENSEl'ilANZA DEL CATECISMO (3) -§VNo teniendo los adultos menos necesidad que los ni!'los de instrucción religiosa, prin· cipahnente en nuestros tiempos, manda Plo X en el último artículo de la Encíclica .Acerbo nimis que todos cuantos tengan cura de almas, además de predicar la acostumbrada homilía todos los días festivos. hagan también una plática de doctrina cris· tia.na al pueblo en la hora que les parezca más a propósito para el concurso de los fieles, con tal que sea. distinta de aquella en que se hu.ce el Catecismo a los nirtos. Sus palabras textuales son las i<iguientes: "VI. Quoniam vero. hac praesertim tem· µestate, grandior aetas non secus ac puerilis religiosa eget institutione; parochi uni· versi ceterique animal'Dm curam gerentes, praeter consuetam homillam de Evangelio, qua.e festis diebus omnibus in parochiali Sa· ero est habenda, ea hora quam opportunio· rem duxerint ad populi frequentiam, illa tantum excepta qua pueri Prudiuntur, ca· techesim ad fideles instituant facili quidem sermone et ad captum accommodato. Qua in 1 ·e Catechismo Tridentino utentur, eo uti· que ordine ut quadriennii vel quinquennii spatio totam materia.m pertractent quae de Symbolo est, de Sacramentis, de Decalogo, de Oratione et de praeceptis Ecclesiae". Es pues evidente que entre las obligaciones de los párrocos en los días festivos, se deben enumerar tres que han de, cumplirse en tiempos distint.os, a saber: l.º la homilía; 2.0 la plática doctrinal a los adultos; 3.0 la ense!'lanza del Catecismo a los ni!'los. De esta última ya hablamos en el núme· ro de Junio pasado de esta Revista; y asf, nos limitaremos en este artículo a las otras dos obligaciones. La homilía. Por derecho divino están obligados los curas de almas a alimentar a sus ovejas con el celestial alimento de la divina palabra. Por lo cual, el Concilio Tridentino en la ses. 5 cap. 2 de reform. mandó a los (1) Decr !-l. Cong. Rit. 3117, 3864 ad 4. (2) Const lncruentum, IV. (3) Véase Cultura Social, Octubre, pág. 741. tales que "por sí, o por otros idóneos si estuvieren legítimamente impedidos, a.limen· ten al pueblo con doctrina. saludable según su capacidad. por lo menos los Domingos y fiestas solemnes". De conformidad con esta prescripción y concretándola. más, ordena el Concilio de Manila. n. 307 de la manera más estricta y en virtud de santa obediencia a t.odos los pát·rocos y demás curas de almas, que por lo menos los domingos y días festivos de precepto, después de leído el Evangelio, prediquen un sermón breve y sencillo acomodado a la capacidad de sus oyentes¡ en el cual, o expliquen el Evangelio leído, o ensenen a sus oyentes lo que todos deben s"ber para salvarse, indicándoles los vicios que deben evitar y las virtudes que conviene practicar. 1.o Quienes están obligados.-Con se ve por las palabras citadas, esta obligación recae sobre los párrocos y demás encarga· dos de la cura de almas; los cuales por si mismos deben predica!' ya que se trata de una obligación personal, o por medio de otros, si están.legítimamente impedidos. Nótese que no es impedimento perpetuo la falta de ciencia en el párroco; pues en este caso, su deber es hacerse apto por medio del es· t udio Desea el Conc. de Manila n. 309 que to· men t:tmbién parte en este ministerio los coadjutores, haciendo muchas veces (1) cada uno de ellos algún sermón. Y puesto que muchos fieles :tsisten a los divinos oficios en las iglesias de los Regulares, les ruega a éstos encarecidamente el mismo Concilio n. 311, que en la misa prin· cipal a la cual suele concurrir el pueblo dirijan también la palabra a los fieles del mismo modo que los párrocos. 2.o Dias en que debe liacerse.-Débese predicar esta homilía por lo menos los Domingos y demás fiestas de precepto, sin exceptuar el el tiempo de Adviento y Cuaresma¡ no ex· cusando de esta obligación ni la costumbre contraria aun inmemorial, ni la escasez de oyentes, ni el que se predique por ventura. en otras iglesias del mismo lugar, ni otras r azones semejantes. En la época de ca.lores, aunque se to· lera que la predicación sea más breve, pero no se ha de permitir que las almas sean del todo privadas de este alimento espiritual (2). (ll El segundo Sínodo de Cebú n. 20, dispone que lo hagan una vez al mes.- EI de Nueva Cáceres dice en el n. 17, que deben predicar "siempre que sus respectivos Párrocos asi les ordenaren; para lo cual, éstos proeurarán alternar con aquellos". (2) Conc Manil n. 308. -857Corresponde a los Obispos, juzga.r si al· guna vez hay justa causa para omitir esta predicación v. gr. en días más solemnes (1) En cambio pueden los mismos Obispos ordenar que durante la Cuaresma y Adviento se predique diariam~nte o tres veces por semana (2). 3.o Tiempo, materia, otras cua.lidades. -En la misa parroquial (3) y después de leído el Evangelio ha de predicarse esta homilh; cuya dumción, aunque no se determina taxativamente. debe ser breve. No es ne· cesario que se prediquen sermones propia· mente tales; sino basta que se dirija la palabra a los oyentes, de un modo fácil y sencillo, moviendo sus corazones y su vo· Juntad a la práctica de las hnenas obras. bien con la explicación del Evangelio del día o de algún otro punto de la misa, bien hablándoles de las cosas necesarias para salvarse o de alguna virtud en particular. P<l.ra esto han de valerse los Párrocos prin cipalmente del Catecismo Romano impreso con ese objeto (4). Ya se ve, por lo tanto, que son ajenas a la materia propia de esta predicación las cuestiones vanas o puramente políticas, las que se refieren a disensiones particulares existentes en el pueblo y otras semejantes, que a veces se tratan con no pequen.o des· doro del orador sagrado. Lo que principalmente ha de procurar éste es practicar con su buen ejemplo cuanto predique a sus feligreses, y no dirigirles nunca la palabra sino de un modo acomodado a su capacidad y con la debida pre· paración. De otra suerte, reportará poco o ningún fruto de sus sermones; y hasta puede faltar al deber que le impone el Triden(ll Tbid.; S. Congr del Conc l Abril 18i6 (2) Conc. Triil. ses 24, cap. 4 de reform.-El Segundo Sínodo de Cebú n. 18. ordena que además de 1 .. homilía ordinaria. se predique los Domingos de Cuaresma otro sermón por la tarde. 13) Encícl. Acerbo ni mis, V T. (4) Conc. Trid. ses. 5, c~p. 2 de refor : ses. 22 cap. R de refor.: ses. 24 cap 4 de refor.- Conc Manil 301.-AdP.más debe atenderse a. los estatutos particulares. En las diócesis rle Manila y Nueva Cáceres esta mandado que "la predicación en los Domingos comience por la lectura del Evangelio que corres- · ponde a la dominica, traducido a.I dialect.n local " [Sínodos dioces respectivos, n. 28 y 22).-EI Sínodo de Tuguegarao tit. IV, const. 11, recomienda que se lea orimero en lengua vulgar el texto del Evangelio del día y se hagan dPspués algunas breves y atinadas rellexionPs sobre el mismo, con las aplicaciones prácticas que se crean más oportunas -Nótese finalmente lo que prescriben las "Ordenes Episcopales" ~e Zamboanga., n I: "Mandamos que todos los domingos y en todas las Misas a que asist~ algúr_i concurso ~e _gente, se lea la Epístola 11 el Evangelio de la Dominica, en la. lengua propia de cada reglón, procurando hacer una explicación, que dure, por lo menos, cinco minutos". tino de hablar a.l alcance de sus oyentes. Asimismo faltan y no cnmplen con su obligación, los que en vez de predicar leen al pueblo algún libro· piadoso, a no ser que por su flaca memoria no puedan hacer otra cosa; aunque, en este caso más bien debería el párroco predicar por medio de otro, enterando de su impedimento al prelado (1). 4. o Penas contra los delincuentes. - Los cu· ras de almas negligentes en la predicación, si avisados por el Obispo faltaren aún tres meses a su deber. serán obligados por medio de censuras o de otro modo al arbitrio del mismo Obispo; pndiendo éste (si así le pareciere conveniente) dar de los frutos de los beneficios una honesta recompensa a otro que cumpla con dicha obligación, mientras el interesado no se enmiende (2). A estas penas están sujetos aún los pá· l'l'Ocos exentos, y los que tienen a su cargo parroqúia.s exentas o unidas a monasterios. 5. o Cuándo se peca1·á mortalmente. - Aunq ue los pastores de almas tienen obligacion de dirigir la palabra a los fieles todos los domingos y días festivos, no se sigue de ahí que cualquiera omisión de la homilía sea pecado grave. Lo será cuando se omita durante un tiempo notable; en cuya determinación, sin embargo, no convienen los Autores. Fundándose todos en las penas impuestas por el Tridentino, que ciertamente suponen culpa grave; unos, con R. Ligori-0 lib. 3 n. 269, dicen que. es notable la omisión por un mes continuo o por tres no continuos (doce o quince días festivos interpolados); el P. Leltmlcultl en su. Theol. mor. torn. 11, n. 645, requiere para ello dos meses cont.inuos o notablemente más de tres interpolados durante el ano; otros finalmente como Balle1'ini-Palmieri vol. IV n. 505, y Génicot Instit. theol. mor., tom. 2 n. 69, creen que pmbablemente se requieren tres meses ·continuos. Además ad vierten todos estos autores, que ,por razones especiales v. gr. de escándalo o necesidad especial del pueblo, puede bastar menor tiempo para pecar gravemente. 6.o Los Vicm·ios Foránens.-Por lo demás, el Concilio .Manilano n. 310 grava en este particular la conciencia de los Vicarios Foráneos, encargándoles que velen para que no se descuide esta gravísima obligación por los párrocos y demáR interesados. y que denuncien a.! obispo los negligentes. 7.<> Los ñeles. -Puesto que el Conc. Trid. en la ses. 24 cap 4 de reform. dice ex· (11 (/ury-Ferreres, tom. II, n. 112: Bucceroni vol. II, n. 240 (2) Uonc. Trid. ses. V. cap. 2 de reform. -858Presamente "Moneatque episcopus populurri di.li(lenter, teneri unumqnemque pnrocliirre sune interesse, ubi commode id .fie1·i potest, nd au.· diendum ve1·bum Dei"; pnede preguntarse si los fieles tienen verdadera obligación de it~istir a su parroouiit p11.r11. oír la palabr& de Dios o la homilí&. Seii lo que sea del sentido de las palabr11.s citad11.s, pues· varían los autores en su interpretación· es lo cierto, que por lo menos por r11.zón de la costumbre contraria no existfl hoy tal obligación. Puede sin embl\l·go habl'lr hombres para ouienes sea nece.~nrio oír la homilía a fin d'l instruirse en 111.s cosl\s que deben saber para salvarse o par<t vivir cristianamente; y entonces, claro está que los tl\les estarán obligados a acudir a la p11.rroqui11.. De todos modos, siempre es recomendable el que los fieles frecuenten el templo nara oír las ensellanzas y consejos saludables de su pastor. La catrquesis de los adultos Que esta catP.qnesis deba ser distinta de la. homilía. lo dice expresaml'lnte S. S. Pío X en la Encíclica Acerbo n·imis, comparando la homilía sobre el Evangelio al manjar sólido de los adultos y la plática catequístic:i. a la leche con que han de alimentarse los pequelluelos; semeja.nzas que nos indican claramente que aquella supone ya en los oyentes el conocimiento del Catecismo, mientras que ésta se ordena de un m"do especial a la instrucción sobre las verdades de nuestra religión. Por eso, dice el Concilio provincial de Mnnila n. S20, además de la homi\Íll. sobre el Evangelio y de la hora entera de catequesis para los nil'ios, todos los curas de itlmas están obligados a est:iblecer la catequesis para el pueblo los Domingos y días festivos. 1.0 Su mate1·i.a, durncwn, etc.-La materia que ha de tratarse en ella son las verdades del Catecismo, usando para ello los párrocos el CatP-cismo Tridentino, de tal ma• nera. que en el espacio de cuatrn ailm {I) expliquen toda la materia, a saher: del Símholo. de los Sacramentos. del De~álogo, ele la Oración y de los Preceptos de la Iglesia. Nótese que éstos últimos no se hallan explicados en dicho Catecismo, así como los otros cuatros t1·atados corresponden por su ordPn a las cuatro partes del mismo. No es necesario distribuir a los fieles en (1) Anm1ue en la Eneíclica. Ar-erbn nimi.o¡ n. VI, cli~e el Paua <¡ue ~e explioue torta la. materia. qu.adrien.nii 1;el quinquennii .~pat.io, sin embargo el Conc. Manil. n 320 indica que esto se haga en el espacio de cuatro años ·diversas secciones ni explicarlP-s el catecis. mo durante una hora como a los nil'ios; basta que el párroco les dirija la palabra a todos en común durante unos veinte o vein: ticinco minutos (1). Tampoco se determina. ninguna hora fija para esto, pudiendo ca.da párroco elegir la que le parezc'l. más conveniente atendidas las circunstancias y costumbres de la pa· rroquia. Sin embargo, recomienda el Conc. Maní!. lug. cit que en cuanto sea posible y lo permitan las circunstancias, procurim que esta catequesis tenga lugar por la tarde; de tal manera que termina.da Ja catequesis de los nillos, si¡ra ésta de los a.dultos y después se dé la b<>ndición al pueblo con el Santísimo Sacramento. (2). En alguno" días solemnes, la plática catequística a los adultos puede dispensarse por los Obispos como la homilía (3). 1!.0 Modo práctico de hacerla. - El mismo Pío X nos propone en su Encíclica citada (4) la manera práctica de hacer esta explicación. Según P.l Padre Santo, rlebe el catequista escoger el punto doctrinal que ha de tra· ·tar, ya se refiera a la fe, ya a las costumbres; y su primer cuidado dehe ser explicarlo con toda claridad e ilustrarlo convenientemente, acomodándose a la capacidad de los oyentes. Puesto que la enmienda de la vida debe ser el fin de esta ense1\anza, conviene que el c:ttequista compare lo que Dios manda con lo que los hom· bres hacen; después valiéndose de ejem· vio;; tomados de la Sagrada Escitura, de la Historia Eclesiástica o de las viclas de los Santos, persuada a los oyentes la reforma de costumbres, mostrándoles como con el dedo el ca.mino que deben seguir. Y termine finalmente exhortando a los fieles a aborrecer los vicios y abrazar las virtudes. (Concluirá.) SDA. CONGREGACION DEL S. OFICIO. (Sección de Indulgencias). Sobrn las indulgencias del Apostoladn de la Omci6n.-Propuestas algunas dudas a esta Sagrada Congregación, se resolvieron en 9 dP. Junio de 1915 del modo siguiente: l.º La indulgencia. concedida para .el día de la inscripción ha de ganarse ese mismo fil C:onc Manil n. 320. (2) El Sínodo de Ca.lbávog- tit IV, const 3.a, dispone se pong:< en práctica. lo que el Concilio Ma" nilano recomienda..-Re•oecto de la bendición con el Santísimo, véase el C:onc. de Manila n. 443 (3) Gurv- Ferreres, Theol: mor. t. 2, n. 1.12. (4) Apénd. al Conc. Manil. pág. 805. - 859 dia, y no en otro al arbitrio o elección de los socios. ··2.o El ofrecimiento diario de las obras del día en conformidad con las intenciones del Sagrado Corazón, no basta que se haga con un acto puramente interno de la voluntad; sino que se debe expresar con una f6rmula vocal. (Acta Apost. SAdis, vol 7. pálf. 409). TANDAS. 1 2 3 4 LUIS DEL ROSARIO, S. J. 1 Lunes, Lunes, 1 Sábado, Martes, ENTRADA. 6 Marzo. 3 Abril. 15 Abril . 24 Octubre. (A) Los SANTOS EJERCICIOS se dan en la casa de campo de Jos RR. PP. Je· suítas, en Santa Ana (Herrán, 2821), Jugar sumamente a propósito para pasar est.os días de retiro, tanto por estar apartado del tráfico y bullicio de la capital como por sus condiciones de higien'O! y comodidad. (B) Los Ejercitantes deben permanecer en la Casa t.odo el tiempo indicado, sin que tengan que abonar cantidad alguna por su estancia. y manutención:'generosamente se les facilita todo Jo necesario, para su mejor aprovechamiento espiritual. Si se tiene presente que la clase obrera. es, en frase del llora.do Pontífice Leon XIII, blaflCO privilegiado de las insidiosas maniobras d8 loa malvadoa, lo cual vemos tristemente confirmado por la. experiencia de nuestros dfas; y se considera. al obrero no solamente como individuo sino también como miembro de la familia y de la sociedad en que vivimos; fácilmente se echa ·de ver la nece· sidad de acudir a su socorro con el eficaz auxilio de Jos Ejercicios Espirituales de S. Ignacio de Loyola, fragua en donde templaron y esforzaron sus corazones suietos 11.ventajadísimos en el áspero camino 4e la perfección evangélica. L11.s personas que se interesen por el bienestar de Ja clase obrera de Filipinas y deseen contribuir al fomento de esta grande Obra, bendecida por el Rdmo. e Ilmo. Sr. Arzobispo de Manila, pueden avistarse con el Rdo. P . Director de los SANTOS EJERCICIOS PARA OBREROS (Ateneo de SANTOS EJERCICIOS PARA OBREROS bajo los auspicios de f;. CONGREGACION MARIANA Dr·. ATENEO DE MANILA. Esta Santa Obra, cuya tra~c ·'encia en el orden social no hemos de en<.Jmiar <>n este lugar, ha organizado y llevado a feliz término desde su fundación, a fines dP. 1911, hasta el presente, ocho t.anda.~ de Ejercicins Espirituales según el método de S. Ign'l.Cio de Loyola .con asistencia de 630 obrern«; y para el próximo ail.o de 1916 tiene p··--.. yectadas ya 4 tandas conforme se deta.li.t en el si~uieute cuadro: . 5 pm. 5 pm. 5 pm. 5 pm. 1 Viernes, 1 Viernes, Miércoles, Sábado, SALIDA. 10 Marzo. 7 Abril 19 Abril . 28 Octubre. 6 a.m. 6 am. 6 am. 6 am. Manila), o bien enviar sus limosnas a las Sras. protectoras de Ja misma. DI!- Aurora de Guerre ro (A. Mabini, 117Ermit&) DI!- Sofía de Veyra (Domínguez Alfonso, 803 Malate) DI!- Dolores de los Reyes (Sta. Potencia.na, 89-Intramuros) DOS CARTAS INTERESANTES. Manila, Noviembre 4, 19115. Seil.or Director de "Cultura Social" (1) Muy distinguido Seil.or: Contando con su benevolencia., me per· mitirá que en nombre de nuestra nueva publicación diaria "ANG KALAYAAN" le dirija un especialísimo y cordial saludo, ya que tantas relaciones existen, por los nobilísimos ideales que persiguen, entre nuestra publicación y la que V. dirige con tanto acierto, como se ve por lo esmerada, cul· ·tísima y profusamente ilustrada con que se presenta al público tan beuemérita y excelente publicación. Permita.me en su virtud que le suplique el cambio entre nuestra publicación y la que tan dignamente dirige. [l) No hay que decir con cuanto gusto publicamos estas dos cartas prueba clara de la unidad de espíritu y acción que reina y reinará siempre entre las dos publicaciones a que se refieren. -860En el entretanto vea en qne le pueda ser· virsu Afectísimo S. S., PERFECTO GABRIEL. "ANG KALA YAAN" Plaza de Espana, 7. Manila, Noviembre 14, 1915. Senor Director de "Ana Ko1ayaan'.' . Muy distinguido amigo .1' companero: En contestacion a su grata curta del 4 que recibí el Domingo 6 y que por mul· tltud de quehaceres no he podido contestar hasta este Domingo, empiezo por dar a V. las más sinceras gracias por las frases de afecto que dedica. a. la Revista "'Cultura Social" que en el palenque de la prensa enarbola la misma b••ndera católica que "Ang Kalayaan" con la misma divisa: Todo por Dios, y siempre con su Iglesia. Siento no conocer e l idioma tagalo, por· que esta circunstancia me priva, bien a pe· sar mío, de ser un lector asfduo de ese católico diario, corno lo soy do su hermano mayor Libertas; publicaciones ambas que, aunque distintas por el idioma, confraternizan en los sentimientos, corno confraternizarán siempre, aun hablando distinto idioma, los Filipinos y los Espa.noles. Deseo con los Redactores de Cultura Social a. Ang Kalayaan los mismos triunfos que a Libertas, y anadlré que afortunadamente hay en esta Redacción personas que saben tagalo y leerán su periódico con sumo placer. Su carta nos produce una viva satisfac· ción, porque somos de los que creernos que en los tiempos actuales la Prensa es se· nora del mundo, hace y deshace reputacio· nes. lleva representantes a los comicios, influye con el secreto resorte de la letra de molde sobre la opinión; diríamos aunque parezca paradoja. que no son los grandes diarios órganos de le. opinión, sino la opinión misma, que el pueblo prohíja, y que el periódico católico puede hacer mucho bien. Deseando, pues, a Ang Kalayaan felíz y próspera vida, me reitero de V. atento amigo y S. S. FELIPE A. "i>E LA CÁMARA Director. "CULTURA SOCIAL" Calle del Arzobispo. iVedla pura, sublime, encantadora, de mundos y dP. cielos soberana, sentada sobre el trono de la aurora y vestida del sol de la mallana! En círculo de luz resplandeciente, bajo dosel espléndido de grana, brilla nimbo de estrellas en su frente y la luna sus plantas engalana. Del divino Hacedor supremo encanto, compendio sin rival de su hermosura; irradia resplandor su rico manto y deslumbra su regia vestidura. Dame, oh Dios de Bondad, tres veces Santo, su belleza al cant·1r, la lira de oro: isalve, Reina del mundo! yo te canto, isalve, Reina del cielo! yo te adoro. iSn,lve, trono sagrado, tlonde quiso asentar el Eterno su morada, aura primaveral del paraíso, azucena a. Jos cielos trasplantada! Sublime aspiración del pensamiente, y Reina cuya fúlgida bandera sigue el genio volando al firmamento, besa el martir lanzándose a la hoguera. Madre del Redentor, Vírgen María, mana;ntia.l inexhausto de consuelo, poema de la luz y la armonía cantado por los ángeles del cielo. Fuente de inspiración y poesía templo de claridad y de·hermosura, Dios mismo, e.l contemplarte, se extasía en dulce arrobamiento de ventura. De las hijas d~ Adán la más hermosa, de todas lasAoncellas la más pura, el Espíritu Santo: idulce Esposa' iMadre! te dice el hijo con ternura; iHija! amóro'so el Padre, en su mirada regalándote mares de dulzura; el mortal en la tierra: ilnmaculada! y iEmperatriz! el ángel en la altura. Dios, para tu placer, formó los mares, pobló el bosque de cándidas palomas, sembró el éter de hermosos luminares y embalsamó el ambiente con aromas. El dió encanto de dicha a tus altares; notas al arpa; inspiración al hombre; y a la sP.lva murmullos y cantares para alabar y bendecir tu nombre. iüh mujer sin igual! iMujer divina de virtudes y gracias coronada! Muda ante Ti, la creación se inclina y bendice tu nombre arrodilla.da. Es tu templo la esfera cristalina, es un destello el sol, de tu mira.da, y el himno de los vientos y los mares, el cántico de amor de tus altares. Nimbo te cine el sol, de resplandores, tu himno triunfal el universo entona., y luce sus cambiantes y colores el Iris en tu espléndida corona.. Ricos celajes de doradas nubes giran en torno de tu rostro santo, y cantan y sonríen los querubes prendidos de las orlas de tu manto. Al acento inmortal de Pio Nono el orbe se arrodilla ante tus plantas, y pura, hermosa., entu encumbrado trono, contra el infierno tu victoria cantas; y en el cielo, en la tierra y en los mares, en el arte, en la ciencia y en la historia, brotan himnos, plegarias y cantares que suben hasta el solio de tu gloria; y corre enamorado a tus altares el poeta cantando: yo te adoro; y vibran de placer los luminares, y nada el firmamento en rayos de oro. Extática, divina, encantadora, del ángel y del hombre soberana, orlada can el nimbo de la aurora, radiante sobre el sol de la malla.na, derramando fulgores celestiales, sobre las cumbres del empíreo brillas .. iDoblad la frente, miseros mortales! iCaed, cielos y mundos, de rodillas! iMadre del santo amor, Reina adorada Emperatriz del ángel y del hombre, ' ¿Quién no suena en la luz de tu mirada? ¿Quién no se postra al escuchar tu nombre? Esposa del Senor, de gracia llena, con todas las diademas coronada, es impura a tu lado la azucena, y noche ante tus hojos la alborada. Tú eres la candorosa Sulamita, bella y enaltecida cual ninguna, reina del cielo, del Senor bendita, santuario de virtud desde la cuna. Yo quisiera ser sol y sonreírte, yo quisiera ser flor y engalanarte, rayo de inspiración para sentirte, arpa de serafín para cantarte. Quisiera ser plegaria y bendecirte, quisiera ser diadema y coronarte, la pluma de León y describirte, Murillo de tu amor y eternizarte. Yo ser quisiera, en tu semblante S<tnto, resplandor, >Lbrasa.ndo el pensamiento, tu cetro de oro, perla de tu manto, luz de tus ojos y aura de tu aliento. Paraiso de amor, Virgen bendita, tu nombre aclama cuanto el orbe encierra, todo en tu noble inspiración palpita, en el mar, en el cielo y en la tierra. Todo brilla a tu canto de victoria: iPor Ti ha bajado Dios desde la altura y por Tí sube el hombre hasta la gloria! Un dia triste, oh Madre, inmensa ruina sintió el hombre, de Dios a los enojos, y, al bailarse de lágrimas sus ojos, brotó en su pecho la primera espina. Nublados los fulgores de su mente, estampado en su rostro el anatema, borrón eterno mancilló su frente y oscureció su fúlgida diadema. i Ay! abrumado de dolor inmenso lloró el perdido Edén, de dicha emblema., mecido en nubes de aromado incienso, de inmaculada sencillez poemR.. Y vió, abismado en su pesar profundo, al comenzar llorando su jornada, vacío el corazón, vacío el mundo, y de espinas su frente coronada. ;!;ntonces, sin rival en la hermosura, lanzando de tus ojos resplandores, en éxtasis sublime de ventura, entre lluvia de músicas y 6ores, como iris de la paz y del consuelo, de sonrosados ángeles en coro, más bella que la nube del Carmelo, bajo her moso dosel de nieve y oro, te vió la humanidad enagenada, levantando del triunfo la bandera, brotando de tus pasos la alborada y besando tus pies la primavera. iSalve, Virgen sublime, encantadora, Emperatriz espléndida y galana, vestida con el manto de la aurora, orlada con el sol de la mafia.na! Dios, al crearte, perfumó tu aliento, y, cinendo a tu frente l" victoria, dió trino al ruisenor, música al viento, P,ara que ce.nten sin cesar tu gloria. El tejió tu sagrada vestidura, y, al banarte en divinos resplandores, el hálito exhaló de tu hermosura. -862sobre los c&mpos de pintadas flores. Te infundió de ~u esencia los destellos, te sentó sobre nubes de esmera.Ida y dejó perfumados tus cabellos flotando en trenzas de oro por la espalda. De tf toman perfumes y armonía los bosques, el verjel y la pradera, y bebe dP. tus labios ambrosía el aura virginal de prima.vera. Hfzote Dios de luz y poesía, de nubes de arrebol, de nieve y grana, de aromas de la flor de Alejandría y de rayos del sol de la matlana.. Cuanto aspira al honor de la belleza en la rima, en el canto, en la pintura, todo habla, Emperatriz, de tu grandeza, todo canta tu amor y tu hermosura, todo palpita en tu esplendor fecundo, si derramando celestial consuelo bajas hermosa e. bendecir el mundo, subes radiante a iluminar el cielo. Es la raza de Adá.n enaltecida. cuando endulzando su a.ngustiosa suerte, brotas, como la aurora de la vida, de las oscuras sombras de la muerte. En cuanto el hombre a descubrir alca.nz& brotan al resplandor de tu hermosura, de un rayo de tus ojos, la esperanza, de un beso de tus labios, la ventura. iOh, mírame a tus pies, Madre, de hinojos! Mírame ante tus pies, Madre adorada, y fúndeme en un r"yo de tus ojos, y abrásame en la luz de tu mirada. Derretido en tu fuego el pensamiento.(: la ocupación de mi &lma. enamorada será, hasta exhalar mi último a.liento,:· no cesar de aclamarte: ilnmaculada! P. F. MARTINEZ, AGUSTINO. E.lERCICIOS ESPIRITUALES EN VARIOS PUEBLOS DE ülCHA PROVINCIA. UNA de la.s prácticas más provecho~ sa.s que ya. de antiguo introdujeron los PP. Agustinos en los pueblos de su administración en la Pam· panga, y que más ha.n contribuido a.l sostenimiento de la. piedad entre los fieles de dicha. Provincia, ha sido, sin duda alguna., la. práctica. de los ejercicios espirituales para el pueblo. Dícese que fué el primero en implantar los referidos ejercicios · en Betis el V. P. .Fr. Francisco Cuadra.do, párroco de aquella localidad por los a.nos de 1849 a. 1854, y que, en vista de los excelentes resulta· dos obtenidos por dicho religioso en la me· jora. de la.s costumbres de sus feligreses, se movieron luego a. seguir su ejemplo los PP. Tomás Gresa en Maca.bebe y Benito Ubierna. en S. Simón, de donde al poco tiempo se extendió esta saluda.ble costumbre a. toda.s o casi todas la.s parroquias de la Pa.mpa.nga.. Otros dicen que la introducción de los ejercicios espirituales para. el pueblo en la. Pa.mpa.nga. se remonta. a tiempos a.ún más remotos; pero sea. de esto lo que quiera., lo cierto es que es una práctica. provechosí· sima. y cuyos buenos efectos se palpan en los pueblos que aún la conservan, como son, entre otros, lletis, Sexmoa.n, Lubao, Florida.blanca y Sto Tomás, regenta.dos por PP. Agustinos. Todos los pueblos referidos han practicado este a.no los santos ejercicios en los meses pasados, y con tan copioso fruto que uno de aquellos celosos párrocos nos escribía. recientemente: "He visto que el tiempo de ejercicios "es el más apropósito "para inculcar las verdades de nuestra. fe "católica., pues hall&ndose los ejercitantes "bien dispuestos y sin na.da que pueda. "distra.erles por el recogimiento que gua.r"dan, muy semejante a.l de las Corpora."ciones religiosas, fijan mucho su atención "en lo que se les predica acerca de los "misterios de nuestra religión, y con la. "conversación de los maestros y directo· "res disipan muchas dudas en que han po· "dido vivir durante algún tiempo y se afian· "zan más y más en la verdad, cobrando "fuerzas para. resistir a los sembradores "de la ciza.na en el campo de la Iglesia." "La. reforma de la.s costumbres en mu"chos pueblos de Europa se debe a las "misione"; a.qui en Filipinas se han hecho "algunos ensayos y creemos que no hayan "dado el mismo resulta.do, tal vez por no "encontrarse en la.s mismas condiciones los "pueblos; pero se ha. comprobado que loe ''ejercicios espirituales han producido siem"pre ópimos frutos; de a.hi que debieran "practicarse en tcida.s las parroquias, como "de hecho se va introduciendo en algunos "puntos, y no se harían esperar los bue"nos resultados, pues aunque no sean tan ·'universales, ni se hagan con la. pompa. y ''aparato que la.s misiones, pero tampoco ''8e necesitan grandes recursos, ni buscar "misioneros de condiciones especiales, donde "es tanta la dificultad de poseer los idio "mas del pais, y tan grande en realidad "la escasez del clero." Otro de aquellos fervorosos párrocos qu<>, no satisfecho con dar los ejercicios en la. Iglesia parroquial, los ha dado también ('n la visita. de uno de los barrios más impor ta.ntes de su Parroquia, nos escribía igualmente: "Creo que es la. manera. de conse· "guir mayor fruto el dar los referidos ejer· "cicios en los barrios de alguna importan. "cia., porque abundan muchísimo los dormi· "dos respecto a las principales obligaciones "de cristianos que despiertan de su sueno "por medio de esta santa práctica. Qui· 'nientas personas se han confesado en el "barrio a que me refiero, y hubieran pa."sado de ochocientas, si hubiera.mos sido "mayor número de confesores.'' En Betis httn sido dos \urnos de ejerci· cios los que ha. dirigido el R P. Fr. Lucia.no M. Y!la, habiendo comenzado el primer turno, compuesto de unos ciento cin · cuenta. ejercitantes, el día. 22 del pasado Septiembre, y terminado el 29 del mismo. El metodo adoptado por el P. Ylla para. dar los ejercicios ha. sido el siguiente: Reunidos por la tarde del día. 22 en la. Iglesia. parroquial los ejercitantes, dirigió les una. fervorosa plática., haciéndoles ver lo provechosos que son los santos ejercicio><, no sola.mente a. los pecadores empedernidos para. salir de su mal estado y emprender nueva. vida. más ajusta.da. a. la ley de Dios, sino también a. las personas espirituales, para caminar sin desfallecimientos por el camino de la. perfección. Acto continuo se leyó la. primera meditación por el clásico libro Apat a cauacasan de S. Alfonso María de Ligorio, libro lleno -864de unción y que tantas almas ha traido al buen camino, pudiendo decirse sin exage. ración que el citado libro ha producido más conversiones en esta Provincia que los me· jores predicadores, pues a la unción que le supo dar el traductor D. Basilio P angan, anádese el rico y variado léxico que empleó, con un estilo ~a.n hermoso q_ue dudo haya. ninguno otro libro que le iguale en este idioma, todo lo cual contribuye á que se lea con gusto y hasta. con deleite aún por las personas más enfrascadas en las cosas del mundo. Verificada la meditación, se siguió el canto del Patawad oh Dios ko, con acompanamiento de órgano, alternando el pueblo con los cantores y tiples, y produciendo un ·efecto tan admirable, que no dudo responde perfectamente a los deseos de su Santidad Pio X, de feliz memoria, al recomendar la. par· tlcipación del pueblo en los cánticos religiosos. Con esto se dió por terminado el ejercicio de aquella tarde, retirándose luego los ejercitantes a la casa respectiva en que ha· bian de pasar los ocho dias, los varones en una y las mujeres en otra. En los dias siguientes, a las cinco y me· día de la mana.na oian los ejercitantes la primera misa, celebrada. por el P. Ylla, a la cual seguia la. primera. meditacion; terminada ést& celebraba el P. Miguel Gonzalez la segunda Misa, durante la cual rezaban los ejercitantes el santo rosario. A las nueve de la mana.na se tenia la segunda. oracion, plática por el P. Ylla, y cánticos religiosos. Por la. tarde a las tres, tercera Medita· ción. Al oscurecer se tenia la cuarta Meditación, plática y cánticos sagrados. En el día 28 tuvieron lugar las confesiones de los ejercitantes y de otros muchos que movidos de la gracia se acercaron a purificar sus almas en el sacramento de la penitencia, y para ta.n ardua tarea concurrieron a ayu. d&r a.l P . Lucia.no los Párrocos de Lubao y Sexmoa.n y el capellán qe las M.M. agustinas de Angeles, P .P. Pedro D. Ubierna, Edu&rdo Calles y Daniel Castrlllo, terminan· do en el mismo día. Al día siguiente fue la comunión gene· ra.l de los ejercitantes, y por la tarde como remate de los ejercicios, predicó el P. Lu· clano un fervoroso sermón sobre la perse· vera.ncia en el bien, dando a los oyentes sanos y sabios consejos para que continúen sin desfallecimientos en la nueva vida que ·han comenz&do; siguióse luego el canto del Mise1·ere conla adoración al Santo Cristo, escena. tiernfsima, capaz ella sola de ablan· dar los corazones más duros; dió después el P. Director la bendición papal con el Crucifijo, anunciando la indulgencia plena· ria concedida a los que practican los santos .eje1·cicios bajo la dirección de los P .P. de ·la Orden de S. Agustin, y finalmente, en acción de gracias por los beneficios recibi· dos, se cantó un solemne Te Deum por la capilla de la parroquia. El segundo turno de pjercicios en Betis dió principio en la misma forma que el pri· mero, el catorce de Octubre, y terminó el veinte uno. En esta segunda tanda entre.· ron unas doscientas personas y en la labor del confesonario ayudaron al P. Lucia.no en le. víspera de la terminación los P.P. Fran· cisco de la Banda Eduardo Calles, Emeterio Pinedo, Clemente Ybanez y Daniel Castrillo. En el pueblo de Lubao se han dado tres turnos de ejercicios, dos en los barrios y uno en la población, llegando a sumar unas quinientas personas las que han hecho los ejercicios espirituales. Las barrios que han te· nido esa fortuna han sido, el de S. Pablo, donde se reunieron hasta ciento setenta individuos, y el de Baruya, que dista . de la población más de tres horas y media de ca· mino, y en el cual, gracias al desprendí· miento de D. Plácido Sagad, Presidente del Centro Católico, de D'!- Toribia Sagad, Pre· sidenta del Apostolado de la Oración, ·y de D. Andrea Dairit han podido gozdr de los beneficios que reportan los santos ejercicios: Los de la población empezaron el día 12 de Octubre en la. misma forma y con el mismo método que en Betis, y terminaron el 19 del mismo mes. Tanto los de la po· blación como los de los barrios antes mencionados los ha dirigido el R. P. Fr. Pedro Diez Ubierna, quién en las pláticas que durante los ocho días predicó a los ejer· citantes, acomodándose a la situación en que hoy se encuentran los pueblos, puso de manifiesto los errores que los corifeos de las sectas tratan de sembrar en la.s inteligencias de los fieles, a fin de que co· nociéndolos estos, no se dejen alucinar por nuevas y peregrinas doctrinas, que pongan en peligro el tesoro más precioso que po· seen, cual es la fe católica. En las confesiones de los ejercitantes de Lubao ayudaron al P. Ubierna los PP. Emeterio Pinedo, Luciano M. Ylla, Frañ• cisco de la Banda, Antonio Arroyo y Da· niel Castrillo. Por el mismo procedimiento los han di· rígido igualmente en los pueblos de Floridablanca, Sexmoan y Sto. Tomás sus res· pectivos párrocos, los celosos PP. Francisco de la Banda, Erluardo Calles y Clemente Ybanez, habiéndolos verificado en Florida.· blanca desde el 16 al 23 de Octubre, en -865Sexmoan desde el 2 de Noviembre hasta el 10 del mismo y en Sto. Tomás desde el 23 de Octubre al 31 del mismo. En este último pueblo dió también el celoso Párroco los ejercicios en uno de los barrios más importantes desde el 12 al rn de Noviembre. A ofr las confesionee de los ejercitantes concurrieron asfmismo en los pueblos ya mencionados los PP. Agustinos de las Pa· rroqulas inmediatas. Que Dios haga fecunde. la labor de los religiosos que con tanto celo trabajan por el progreso moral de los pueblos a. ellos encomendados, y que puedan estos ostentar siempre como su mayor timbre de glo· ria el carácter de católicos que hasta. ahora conservan a pes&r de le. propaganda. sectaria y desmoralizadora.. que hoy cunde por todas partes. DESDE ILOILO LA PRIMERA COMUNIÓN DE LOS NIÑOS EN EL COLEGIO DE S. AGUSTÍN. YER, día de la Inmaculada. C0ncepción de la Virgen María, quedará ,.. grabado en los buenos corazones de los fieles qufl asistieron a la fiesta que en honor de tan grande misterio de la Madre de Dios se celebró en la capilla. del Colegio. A pesar de las impurezas de la vida pre· sente hay días que al hombre le parece vivir en otra tierra, en otra vida completamente distinta de la que a diario se mueve. Son días escogidos y sene.lados por Dios, en los que los corazones sienten nos· talgias pqr otro mundo mejor; perciben ver· dadera ternura y sienten el principio de felicidades inefables que no comprenden los sentidos materiales y groseros. Las lágrimas que corren por las mejillas no son' tristezas que ntormentan; son frutos de ternura y deseos de dulzuras que el alma presiente;· son se!'l.ales de arrepentimiento de poder perderlas, y aspiraciones a conseguirlas. En esos momentos todos quisiéramos haber sido buenos; todos sentimos deseos de ser santos. El acto que ayer tuvo lugar para hon· rar más a la pureza de María fué el acto tierno y conmovedor de la Primera Comu. nión hecha por treinta y siete alumnos del Colegio, que, bien preparados por su digno subdirector P. Tiburcio Recio, se acerca· ron por primera vez a recibir a Jesús en la. sagrada forma. Solo al pensar que inocentes corazones son llamados por Jesucristo y que ayer decía como en otro tiempo a loe de Judea. "dejad alos ni!'l.os que se acerquen a mi, porque tengo mis complacenc~as en vivir con ellos, y suyo será el remo de los cielos," parece que sentimos remordi· miento y pesar de haber deje.do de ser ninos para convertirnos en hombree a. quienes Jesucristo les pone las dificulte.des para entrar en el reino celestial. Tanta envidia nos causaba. el no ser de los de la. Primera Comunión al olr al M. R. P . Director Nicolás Merino, cuando en el momento oportuno se volvió a los que má.s inocentes se acercaban a. recibir el pan de los Angeles y les decía. "mis queridos ni!'l.os 01> invito en el nombre del mismo Jesús a. que vengais a recibirle." Con claridad dul· zura y sentimiento lleno de ternura. les hacia ver las delicias y felicidades a que habían sido llamados. Recibireis al mismo Dios, al Hijo de la Virgen que desea en· trar en vuestro pecho; recibidle pues, y ofrecedle vuestro ce.ri!'l.o, vuestro a.mor; que nunca le desa.gradeis y El os librará de todos los peligros y de los enemigos que como tempestades furiosas os combatirán, pero no temais mientras conserva.is vivo en v11estro corazón el amor a Jesús." Y volviéndose a nosotros los alumnos, nos decía: "y vosotros mis queridos a.lum· nos temed ser piedra. de escándalo para -866con estos inocentes; temed la maldición que el mismo Jesús dictó contra los es· ce.ndalosos, no les deis malos ejemplos, servirles de ejemplo vivo para todo lo bueno y así participareis también de las dulzuras y delicias que Jesús tienen re· servadas para sus fieles Durante la misa se cantaron hermosos motetPs por los PP. Francisco Alvarado v Y Pedro Arguinzoniz, y fervorosos cántÍ· cos a Jesús y María por los alumnos del Colegio dirigidos por el P. Angel Oyanguren, terminando con la renovación de las promesas hechas en el Bautismo. Además de los alumnos de la Primera Comunión, recibieron a .Jesr.s en el sacramento todos los alumnos del Colegio, así como otras personas que asistieron al acto entre las cuales nos complacemos en citar a los hijos del Dr PheJan, dos de Jos cuales Mauri y Paul hicieron su primera Comu· nión acompallados de su madre la Senora dP Phelan. Solo nos queda pedir y suplicar a los PP del Colegio de San Agustin sigan trabajando en bien de nuestro pueblo y ¡>specialmente de la juventud en su educación moral e intelectual. Nuevo Heraldo, 9 de Diciembre de 1915. MONS. PETRELLJ EN ILOILO Pocas VPces hemos presenciado en Ilollo un recibimiento tan grandioso, ni un homenaje tan respetuoso y espontáneo, como el qne tributó n.yer el católico pueblo ilongo al Representant~ de Su SantidRd el Papa, en estas Islas, Monsenor Petrelli, con motivo de su feliz arribo y de su merecido nombrn.miento para ta.n alto como delicado cargo. Como todos sabían que tan ilustre viajero llegaría en Ja manana de ayer a bordo dPl vapor correo espallol "C. de Eizaguirre" que fondeó en puerto a las 8 a. m., en las primeras horas del día se constituyeron (>n el Muelle Loney los mi<'mbro~ que <'.onstl· tulan la Comisión de recibo, el alto Clero y numeroso público que en varias lanchas enga.· lanadas y con diferentes bandas de músicas l!le dirigieron al correo espanol para dar la bienvenida a Monsenor Petrelli A bordo, después de los saludos de rúbri· ca Y de las presentaciones consiguientes, se trasladó el Sr. Delegado a una de las Jan chas del Comité con direción al Muelle, donde le esperaban diferentes comisiones del Centro Católico de Ilollo, escolares del Colegio de San Agustín, estudiantes y Seminaristas de .faro, ninos de las Escuelas Católicas y numeroso gentío con banderas y estandartes, formando una. grandiosa mani· testación. Esta partió del Muelle y recorrió las calles de Bluml'mtrit, Progreso y Plaza Li· bertad. dirigiéndose a la Iglesia Parroquial de San José a .cargo de los P.P. Agusti· nos. que se vió invadida de numerosos fie. les y donde se canto un solemne Tt Deuni en acción de Gracias. Terminado ést•>. se dirii;i;ió la manifestación al Casino Espallol donde iba a tener lul!'ar la recepción anunciada. Los salones de tan distinguido Centro eran incapaces para contener tan numeroso gentío de todas las clases socia.les, deseosas de rendir tan hermoso homenaje. Allí el Reverendo Padre Vicario, Don Me.r· celino Gua.neo. leyó un inspirado discurso de bien venida. haciendo resaltar los acendrados sentimientos de adhesión y protes· tas del Clero y fieles de le. Diócesis he.· cia el digno Representante de Jesucristo en la tierra y su Deleg11.do en estas Islas, al que contestó Monsenor Petrelli con elo· cuentes palabras. manifestando su profundo agradecimiento por el grandioso home· naje que se le habi11. tributado, eco fiel de los arraigados sentimientos religiosos. que reconocía, del pueblo Católico de llollo Y que con tanta mayor satisfaccion e.cepte.bl\, cuanto que comprendla que era a la a.Ita Representación que ostentaba a la que se debía tan gratísima manifestación, dPsea.n· do que el pueblo siempre conservara le. fé que le inculca.ron sus mayores, de la que tan palpa.ble muestra ha venido dando. El immirado discurso de Monsenor Pe· trelli fué acogido, como se merecía, con una atronadora salva de a.plausos, Y acto seguiilo tuvo lugl\l' la. presentación de las numerosas y distinguidas personalidades que llenaban el Salón del Casino, entre las que fii;turaban muchas y distinguidas d.amas y Senoritas de nuestra culta población. Terminada la. recepción se dirigieron Mon· se!lor Petrelli y los Miembros del Comité de recepción al Hospital de San Pablo, e.I Colegio de San Agustín, al de las Hermanas Asuncionistas, Colegio de Santa Ana de las hermanas Avancen.a y por último a la Iglesia y Convento de Molo. En el Colegio de San Agustín el angelical nino nruppe declamó ante S. E. el siguiente "Saludo de Bienvenida". Los ninos de este Colegio miran en tí al enviado de nuestro Padre adorado, Vicario del Dios de Paz. Recibe nuestro saludo expresado con ca.ri!!o, que en el corazón del nino no cabe más que bondad. -867Hoy que el mundo se desquicia entre guerras y rencores y doquier llanto y horrores siembra implacable Luzbel. Tú vienes aquí al Oriente, a la hermosa Filipinas: tus manos no traen espinas ... traen el ramo de laurel. Y nosotros, revere11tes, llenos de fé y esperanza & tu divina ensenanza siempre fieles hasta el fín, seguiremos: que pilotos expertos de ardieute celo nos hacen mirar al cielo: son los hijos de Agustín. lle dicho Despues de las once de la manana llegó el dignísimo Senor Delegado al católico pue· bló de Molo, el cu&! siempre se ha dis· tinguido por su itcendrada piedad y su In· quebrantable adhesión a la Sede de Pedro, cnyos habitantes, cu&I un mar agitado, rebullíanse por las calles de la población, esperando ansiosos al que. venía en nombre del Senor. Efectivamente, el esperado no se hi,.o esperar, y a las 11 y t aproximadamente llegaba con su comitiva. El pueblo, como imantado por su entusiasta Párroco, el po· pularísimo Padre Valencia, agolpóse debajo del arco, donde paró el coche que conducía a S. E. Allí se cantó un hermoso Himno por las ninas, soltando luego una paloma blanca, que portaba en el pico el simbólico ramo de la oliva. S. E., con el candor de un nino, cogió la paloma, acariciándola, y allá en su interior sabe Dios los hermosos pensa· mientos que engendrl\ría la inocente men· sajera de las buen11s nuevas, la cual estuvo desc1msando en las manos de S. E. hasta que pasó a las de un hermano J esufta, con la recomendación de que la cuidase y que le fuese devuelta en Manila. Acto seguido, dirigiose S. E. a la Iglesia, la cual ostentaba una decoración po· cas veces vista, debido a las delicadas manos de las Senoras y Senoritas que componen las dos Asociaciones católicas. M0111~. Petrelli no pudo menos de admirar no tanto el lujo, con que estaba engalanado, como la unidad en la limpieza, que tanto honra B su dignísimo Párroco, el P . Valencia. Grato recuerdo debe conserva.r el Senor Delegado de su corta estancia en esta ca. tólica población y satisfecho del grandioso recibimiento que se le ha tributado, viéndose el acierto con que al efecto han trabajado los miembros de los diferentes Co· mités de Recepción formados, a quieneR por tan seflalado éxito envíamos la mas cumplida enhorabuena. Nuevo Heraldo, 15 de Noviembre, 1915. SECCIÓN RECREATIVA. POR ROBERTO H. BENSON Traducción para «CuLTURA SocrAL.» POR EL R. P. JOSÉ BUl<NIOL, ~. J. CAPÍTULO SEGUNDO ,,~,,,~ ~,,,~ ACÍA también una hermosa tarde r ~ cuando, cinco días después, vestido ,~,. ,~,,con mi nuevo traje, al cinto la nueva espada de puno de oro, sa]( a pie para Whitehall a ver primeramente al Duque, según se me había dicho en el despaeho del Chambelán, al presentar mis c:artas la manana siguiente de mi llegada a Londres. Aquellos curitro días los había pasado muy ocupados y clivertidos en compa· nía de mis primos. Los dos primeros empleé en las tiendas, sirviéndome de entrambos primos como consejeros, y gasté más de cuarentri libras esterlinas. No hace al caso describir todo cuanto compré. Lo principal fue un traje azul muy hermoso, que se me hizo muy aprisa, y ése fue el que me puse para ir a ver al Rey. La levita estaba cortada en cuadrado con largos faldones, y tenía grandes punos de encaje, que se volvían y llegaban hasta el codo, dejando ver por debajo rizadas tirillas del puno de Ja camisa.. El chaleco, según la moda, era tan largo que bajaba basta las rodillas, y uno y otro tenían botones de 'arriba abajo por delante con guarniciones de plata. Las medias, pues lo borceguíes habían caído en desuso, eran de un azul más oscuro, y los zapatos de recio cuero con una gran rosa en cada uno, corno quie ra que entonces no se conocían las hebillas. La corbata de punto de Flandes, y Dorotea me ensenó a sujetarla de manera, que los extremos caían en cuadrado: el sombrero redondo con un favor al lado iz· quierdo a lo que se llamaba entonces gallo de llfonmouth. Llevaba en la mano un la rgo bastón con el puno de plata y un par de guantes de blanca piel. Luego, por tener el cabello todavía corto. compré un par de pelucas del color del cabello y púserne la mejor parn ir a palacio. Allende de esto, tenía tres trajes más, uno muy sencillo de color gris y otros dos no tan llanos: un juego de pistolas y otra espada sencilla. pero fuerte con unn. vaina de cuero y su cinto; dos pares de botas de montar, además de otros zapatos y dos docenas de ca· misas y corbatas, de las cuales Ja mitad eran muy sencillas sin encaje. Yendo de un lado a otro en estos quehaceres, vimos algo, así de Ja ciudad, como de Ja gente. Un dfa, al volver de Cheapside, torcimos a un lado para ver el monumento con su inscripción, y luego la Catedral, que era ya de notable altura. Entre las personas de viso vimos un día al Duque de Buckingharn en su coche tirado por dos caballos blancos, acompallado de jinetes delante y detrás, que iba al palacio; y una tarde una silla en que según me dijeron, estaba la Duquesa de Portsmouth (en otro tiempo una tal Querouaille o Carwell en inglés); pero andaba guardada con tanto rigor, que no pude ver nada de dentro. Asímismo vimos a mi Senor Shaftesbury, persona .vergonzosa, pero arrogante, a mi parecer, que iba con Pepys, quién más adelante cayó por sospechas de católico, porque lo era su sirviente. " El sábado por la tarde fuírnos a orearnos a los Jardines de San Jaime y nos pasearnos por el estanque de Rosarnunda, y aquí poco faltó para ver al Rey y a la Reina; porque al entrar por la Cruz de Charing, Sus Majestades salían, dándose la mano, corno me dijeron después, por la puerta del Jardín hacia el Cuartel General, y de esta manera a Whitehall, siguiéndoles guardias cubiertos de pieles de búfalo -869y de bronce. Había gran multitud de caballeros y sen.oras que seguían detrás, de los cuales vimos algo; pero estaban tan le· jos, que no nos fue posible saber quiénes fuesen. · El domingo por la manana fuimos los tres juntos a ofr misa cantada en San Jaime y allí por primera. vez vi al sacerdote Huddleston, que pertenecía a la congrega· ción, que llevaba traje talar. Una ley especial le daba facultad para esto, por haber salvado la vida del Rey después de la batalla de Worcester. Et·a hombre moreno y tostado por el sol; pero parecía entendido. Al Duque no nos fue posible verle, pues estaba en su tribuna. Fueme de mucho consuelo oír misa otra vez después de mi viaje; pero la concurrencia de prc:>testantes, que habian ido a ver las ceremonias, a.sf como la de los católicos, era tan gran· de, que apenas hubo lugar para arrodillarse a la Elevación. A la vuelta vimos al regordete príncipe Ruperto en su coche. Según me dijeron, pasaba todo el tiempo en experiencias químicas. Decía Sedley qne había_ ya cambiado Naseby en Noseby. Se me había ordenado que el lunes fuera. primero a ia habitación del senor Chi:flinch, cerca de la. ca.pilla entre la escalera priva.da. y la del .palacio. Y, como al estar a.111 en el patio detrás del comedor, vi que era muy temprano toda.vía; me fui a ver el jardín privado. Un hombre con librea de los cuales había a. la vista media docena., preguntóme mny cortésmente qué deseaba., y en cuanto se lo hube dicho, dejóme pasar por junto a la Tesorería y el Laboratorio del Rey al jardín. que a la verdad, era muy digno de verse. En el rectángulo había diecisiete grandes lechos de llores con paseos pavimentados por entre ellos. En el cen· tro de cada lecho se veía un vaso so· bre un pedestol .o una. estatua y un gran reloj de sol en medio de todos ellos. Pa· séabanse en aquel momento algunas senora.s en la parte más alejada deba.jo de dos hileras de árboles. La vista era hermosa, pues la luz solar brillaba aun en parte del jardín y en el prado de Bowling más allá. de los árboles. Las llores, los vestidos de las Senoras y las alt·•s ventanas que rellejaban la luz todo se aunaba en acrecer el ewbeleso del lugar. Las habitaciones que daban al jardín privado y al pra· do de Bowling eran segun supe después, muy deseadas, y sólo podían lograrlas personas, como el príncipe Ruperto, mi se!fot· Peterborough. mi seiior Felipe Killigrew y otros semejantes. Los departamentos del senor Chi:flinch, cuando· fui a. verle, no eran muy elegantes pues daban a pequenos patios por ambos lados, y la habitación de mi senora Arlington le quitaba la vista del río. Subí la escalera. y di un golpecito en la puerta con el bastón y una voz me respondió que entrase. Ha.bía oído tanta.s cosa.s de Chiffinch, que ya le tenía juzgado de a.ntemano; pues su principal oficio, a la que parecía, era apoyar y fomentR.r todos los place'"''" d<il Rey. Y se susurraba que tenfa su habitación tan cerca del río, para poder encontr. :se más fácilmente con la personas que ioP·t por el a.gua, y llevarlas 10 nota al apo· ;,to de Su Majestad. Con tJdo tan presto como le vi, entendí claramente que no era 1ecesario ningún prejuicio, porque si jamás '· '· liabido hombre que llevase pintado en ... ;u carácter e índole, ése era. Chiffinch. · Había.se levanta.do a mi llamamiento y aguardóme a la luz junto a la ventana.. Vestía un traje negro muy llano, pero de muy ricos materia.les, y, po_r no llevar entonces peluca, pude ver bien su fisonomía. Era hombre algo misterioso y reservado: sus ojos resueltos y cercanos el uno del otro, y uno de sus labios tan corto que parecía. burlarse. Para colmo de desgracias andaba. un poco encorva.do. Sin embargo me veo obligado a confesar que sus modales eran la perfección misma. "Senor Chiffinch,"• le dije. Inclinóse a. estas palabras y yo proseguí: "Soy Rogerio Mallock y me dijeron que viniera. a esta hora." . "Es gran honra. mía saludar a V., sefior Mallorck, '' contestóme," he recibido muy menudas instrucciones de Su Majestad acerca de V. Me confunde y avergüenza. grandemente que V. me haya hallado tan mal dispuesto para recibirle; mas si V. me ha.ce la merced de aguardar sentado, volveré a los cinco minutos." Apresuróse a ponerme una silla a la ventana, y con una o dos excusas más salió por una puerta secundaria. El cuarto en que me dejó era. semejante al vestido que llevaba, en que era a. la vez llano y rico. Había tres o cuatro sillas de brazos, una mesa. de pies retorcidos y enrosca.dos, sobre la cual se velan un buen montón de papeles y un par de candeleros: había as(mismo un armario alto ligeramente entallado y borlas entre las ventanas. Las paredes sencillas con unos pocos grabados colgando de ellas. Alleguéme a examinar uno y vi que era nuevo, de Faithorne. Ahora que me acercaba tanto al Rey, conocí que me tornaban a fatigar los temores; pues sabía que la mitad de mi buen suceso, sino todo, dependía de la manera -870como me prentase la primera vez. No ignoraba que sabía conducirme con suficiente cortesía y cumplimiento; pero esto no era todo lo que se necesitaba., sino convenía obrar de modo que el Rey se acordase de mí con placer. Y ¿cómo podría yo lograr tal cosa? Pensando en esto, entró de nuevo Chiffinch, el cual, cambiado con maravillosa presteza su vestido con otro de terciopelo pardo, se había puesto una gran peluca negra, de donde se rostro salía, como un hurón de su agujero. "He de pedirle perdón una y otra vez, mi seflor don Rogerio Ma.llock," dijo en tanto que yo me levantaba para ir a su encuentro, '.'pero aper;.as tengo una hora para mí ni de día ni de noche. El deber da a. los talones del deber a. todas horas. Pero aun hay tiempo: Su Majestad nos espera a las cínco y media.." Hice los cumplimientos de costumbre y res· pondíle como el caso requería; y el volvió a hacer otra inclinación, y enseguida se metió, como ya me lo temía, en lo que no le tocaba: así al menos lo creí yo entonces. "¿Acaba de llegar V. de Roma, según dicen? Espero que Su Santidad gozará de buena salud?" "Las nuevas de su salud eran muy excelentes, cuando partí," respondí resuelto en no dejarme coger. "V. habrá sin duda visto a Su Santidad recientement~?'' "Los que me dieron las cartas fueron loe embajadores francés y espaflol," repuse. "Un jovenzuelo como yo no ve al Santo Padre en todo un ano." Pareció contentarse y creo que me calificó de tontuelo bien educado. lo cual yo deseaba en gran manera; pues cambió al ins· tante de conversación. "¿Ya habrá visto antes alguna vez a Su Majestad?" "Hacía siete anos que estaba fuera de In g\aterra," respondí sonriendo. "Una vez, cuando niflo, vi a Su Majes· tad al ir a comer, y también le vi el sábado último: mejor dicho, vi la punta de su sombrero a unos cien metros de distancia." "¿y al Duque de York?" "Que yo sepa, nunca en mi vida he visto a.l Duq ne de York." Bastante veía yo n <lon<le iba con sus preguntas. Sin duda sospechaba que era enviado de una manem u otrn, del Padre Santo, o al menos que era más de lo que aparentaba: y, siendo él uno de aquellos hombres que desean saberlo todo, estaba resuelto a. averiguar todo cuanto ptuliera. Por consi· guiente fingí ser un caballero estúpido e inocentón, para sostener mejor mi papel, y creo que por entonces me tomó por tal, pues se volvió menos indagador. "Seflor, habremos de ir a ver su Majestad," díjome levantándose, y luego a.fladió como al a.caso: ''V. es católico, seflor Ma.llock?'' "Ya verá, sí, seflor," contesté, pues no bahía necesidad alguna de negar o disimular mi religión. Bajando luego y pasando por el corredor que llevaba a las habitaciones del seflor Francisco Clinton, díjome cómo me había de portar con el Rey, como había de besarle la mano y todo lo demás. Sabía yo de sobra todas estas cosas, pero lo escuché como si lo ignora.se, y aun le pregunté una o dos cosas a las que me contestó muy atenta.mente. "Procure V. ser muy modesto con Su Majestad, si V. quiere ser de su agrado. No le gustan mucho los hombres origina.les, o, por mejor decir, lo cual por supuesto no hay que hacerlo correr. sólo él desea ser la única persona original y agu· da de la compaflía." Y cuando Chi1finch decía esto, sabía. yo que mentía, porque precisamente todo lo contrario era la verdad: y por aquello vine en conocimiento que a.un sospechaba de mí y que deseaba hacerme caer en desgracia del Rey ya en la primera visita. Con todo dí a.sentimiento a sus palabras y le dí las gracias. Un par de alabarderos de palacio, de los cuales ninguno ti~ne menos de seis pies de altura, estaban al pie de la. pequefla. escalera que conducía. a las habitaciones del Rey, los cuales no dieron indicio alguno de querer impedir al paje ni a su companero. Tan ingleses eran, que ni siquiera. volvieron los ojos al pasar los dos por entre ellos, yendo delante Chiffinch con un: con su permiso. . Estando ya junto a la puerta en el rellano del primer piso, antes de llamar volvióse a mí de nuevo, deciendo: "Su Majestad estará dentro del segundo aposento. ¿Será V. tan amable, senor Ma.llock, que me quiera hacer el favor de aguardar en esta antesala, en tanto que yo entro un momento? Esta es una recepción privada y no tendrá las formalidades d'é costumbre." · Tocó las dos puertas que estaban la una dentro de la otra, y luego me hizo pasar. La pl"imera cámara estaba muy rica.mente dispuesta, aunque los muebles .eran pix:os. Había una larga mesa con sillas a su alrededor y llevóme a una de éstas. Enseguida con una o dos inclinaciones más, fuese, a una segunda puerta, dió un suave -871i.:olpecito y entró, cerrando tras sí. Oí una risotada de mujer al entrar él cortada de repente. Supuse que había, y, como supe después ~sí era Ja verdad, otra salida., por lo menos, desde el cuarto del Rey, por su bi· blioteca particular, donde guardaba todos sus relojes y ruedas y otras cosas por el estilo: porque cuando uno o dos minutos después la. puerta se abrió de nuevo y Cbiffinch me hizo senas que entrase, ya no había mujer ninguna con el Rey. La. cámara era grandiosa, llamada el aposento privado de Su Majestad, y le servía para. la. vida retirada que llevaba. En tanto que estuve, con él y otras muchas veces <¡ue allí estuve fui viendo poco a poco como estaba. dispuesto y amueblado. La mesa. del medio, en que Su Majestad escribía, estaba toda en desorden: tenía grandes montones de papeles y libros, porque lo que lefa o escribía Jo acostumbraba a haeer por arrebatos y caprichosamente. De las paredes colgaban tapices, y largas cor· tinas de brocados cubrían las ventanas. En los entrepanos había cuadros: tres o cua· tro de flores por Varelst, tres de caballos y perros por Hondio y un par de pinturas holandesas por Hoogstraaten y una ar· tística chimenea de Gibbons, y el techo lo ataviaban una caterva de dioses y diosas creo que pintados por Verrio. En las ven ta.nas que daban a dos lados, al río y a un patio. había mesita11 cubiertas de toda suerte de cosas curiosas; pues Su Majes· t.ad se recre'l.ba en habilidades y chuche· rías, como figuras holandesas en plata, má· quinas de reloj y otras cosas semejantes, y un cesto de perros de aguas debajo de una de las mesas. Otra gran mesa se veía junto a la pared al lado más lejano de donde yo entré, con muchas retortas e instrumentos, y detrás un armario y cerca de él sentado el Rey. El suelo estaba cubierto por estera de junco, flojamente tejida, con alfombras sobre ella. Mas al principio nada o muy poco vi de todo esto, Chiffinch se había salido al instante, quedando yo solo con Su Majestad. Uno de Jos perritos de aguas dió un pequeno la· drido al entrar yo, pero se acomodó enseguida para dormir de nuevo. No soy de aquellos que creen que los nobles por nacimiento lo han de ser tam· bién por índole o natural, aunque conozco que así debiera suceder. Sabía asímismo muy bien que Carlos era menos que noble en muchas cosas. Las mujeres hacían cuanto querían de él: derrochaba fortunas en las que le gustaban y que no hacían por él otra cosa que injuriarle; y dejaba. morir de hambre 'a sus fieles servidores y leales amantes. Diríase que vivía solamente para la carne y para la soberbia de sus ojos: era descuidado, lleno de amor propio y desagradecido: en pocas palabras, era diso, luto en extremo. Pero a.pesar de esto, era hombre de poder extraordinario, si lo hubiese querido usar bien. Decíase de él, que podía si quería, pero que no quería; y de su hermano que quería si pudiera, pero que no podía. En verdad no conozco de los dos epigrama más agudo y mordaz y verdadero. Jaime era todo intenciones sin buen suceso, y a Carlos todo le salía bien sin intentarlo. Y así Jaime al fin vivió y murió un santo, aunque estaba. muy lejos de serlo ahora, y Carlos vivió y murió un pecador, aunque por Ja gracia de Dios, arrepentido. Pues, sabiendo yo todo eso perfectamente, y que Ja vida de Carlos hedía en las na. rices de Dios y de los hombres, no podré decir cómo me movió a lealtad y campa· sión y aun a una especie de amor en este corto tiempo que con él estuve, ni cómo estos sentimientos se acrecentaron en mí a la medida que le fu( conociendo. Estaba sentado en su gran silla, toda vía. no aparejado para cenar, porque tenía los punas de la camisa doblados y su tremenda peluca parda un poco torcida. Su traje era. oscuro, su corbata de encaje y los zapatos con rosas sobrepuestos el uno al otro. La luz de la ventana caía de lleno so· bre él, permitiendo ver su rostro moreno, su bigote delgado y apretado y su pesados ojos debajo de las arqueadas cejas y sobre todo aquel aire de extrana y amable melancolía, cualidad tan notable y clara en todos los de sangre estuarda. Sonrióse un poco, pero no se movió, fuera de la mano que me alargó para que se la besase. Atravesé el piso, arrodilléme para besarle Ja mano y luego, tras una sena! suya, me levanté. "¿Conque V. es el senor Rogerio Mallock? Bienvenido a Inglaterra, senor Rogerio Mallock. Confío que traerá V. buenas nuevas de Su Santidad." "Senor, Su Saptidad lo pasa muy bien." "Todos lo pasaríamos tan bien, si fué. ramos tan santos. Y, V. viene, según me han dicho, para salvar mi alma." Dijo estas palabras con una especie de gravedad que apenas se puede explicar. "Senor, no soy sacerdote, si es que Vues· tra Majestad quiere decir esto. A lo más soy un mero precursor." "Vox clamantis in deserto. Espero que no seré nlngím Herodes que le haga cortar la cabeza. Su bondad es mucha en haber -872 - querido venir a esta soledad. lHa visto ya a mi hermano?" "He de ver a Su Alteza Real enseguida Mas antes quise ver a Vuestra Majestad." "iPobre Jaíme!" dijo el Rey. "Creo que le hace falta mirar para lo venidero. Y ¿a qué ha venido V. a Inglaterra?" Entonces conocí que hacía un pobre papel y era necesario decir presto algo, si podía, que obligara al Re.v a acordarse de mí en adelante. Parecióme que me estaba probando, como lo hacía con todos los re· cién llegados, para ver si eran graciosos y divertidos: pero, a fe ·no se me ocurría nada. "He venido a ponerme del todo a la vo· !untad de Vuestra Majestad." "Bueno, esto va mejor. Ordinariamente sucede lo contrario. Servus servorum Dei, como sabe V. Y en qué quiere V. que le emplee?" "Si Vuestra Majestad quiere, limpiaré sus zapatos. o gastaré los míos en pasar recados, o cantaré salmos o coplas o bogaré en un bote o jugaré a raquetfl. o a esgrima. Soy lo que se dice un joven caballero educado." Me parece que hablé demasiado, por estar un tanto uerturbado; pero el rostro del Rey mostró complacencia y contentamiento. "Si tengo ya mucha gente que puede hacer todo esto A ver ¿en qué os distinguís de las demás?" Entonces quise dar un golpe: ya sabia que el Rey le agradaba esto con tal que la audacia no pasase los limites del respeto "Soy un Jesuíta de corazón Deseo hacer todo cuanto he dicho, si a Vuestra Majes· tad le parece; simplemente a tin de servir a Su Santidad en servir a Vuestra Majestad." "iüh!" dijo Carlos. Juntó los pies y miró· me más atentamente. Encontréme con su mi· rada; mas yo bajé los ojos inmediatamente. "Esa es mucha. llaneza., senor Mallock. Supongo que ya sabe V. mi vida. Parece V. mu.v joven p¡1ra esta obra. ¿Cuantos anos tiene V.'I ¿Veinticinco?" Acostumbran a darme veinticinco; pero no tengo más que veintiuno." "iüjalá no tuviera más yo! ¿De arte que es V. un Jesuíta. disfrazado, un lobo en la piel de cordero?'' "No, Se!lor: sola.mente soy Jesuíta de corazón, esto es, en que haría cualquiera cosa por la. causa de Dios. En cuanto a lo otro, antes bien soy un cordero en traje de lobo. Fui novicio Benedictino hasta hace poco." Pareció que no me oía. Había hecho descansar la barba en su mano y me miró como ·si pensara en alguna otra cosa. "Así, pues ¿ha venido a servirme en lo que yo quiera, y me servirá solamente para servir mejor a Su Sellor? Y ¿qué salario desea V.?" "Ninguno de los que Vuestra Majestad puede dar." "Mejor que mejor. ¿Ni lugar ni empleo?" "Solamente a los pies de Vuestra Majestad." "Y ¿si le doy un puntapie?" "Buscaré el real en otra parte, Se!lor." Aqui el Rey se río de lleno con aquella breve .v áspera manera peculiar suya y conocí que le había caído en gracia. Levantóse y vi que era más alto de lo que había imaginado; pues tenía muy cerca de seis pies. . "Bueno, se!l.or Mallock. todo esto me parece agradable y satisfactorio. Dijo V, que darla recados: supongo que a Roma." ''Ida y vuelta, Se!l.or, o a cualquiera otra parte menos al infierno." ''iüh tira la r .. ya ahí?" "No. Se!l.or: es Dios el que la ha tra· zaclo. Yo no soy responsable." "i.Pero observa V. la línea. trazada por Dios?" ''Sí, Se!l.or, al menos lo procuro." "Paréceme que todos lo hacemos así. Aunque es lástima que no tengamos siem· pre mejor suceso. Bien, se!l.or Mallock; por ahora nada tengo para V. Estoy muy ocupado. Esas sen.oras piden tanto. Supongo que oiría V. reír a una de ellas hace poco" "Nadá oigo sino los mandatos de Vues· tra Majestad," dije con mansedumbre. ''También hay todas eaas ocupaciones de los relojes y la química. Y hay tanto que comer, beber y ver, además de los nego· cios del Reino, me había olvidado de esto. Como puede V. ver por sí mismo. al pre· sente no tengo más tiempo para entretener· me. Pero no me olvidaré de V., si le necesito.¿Dónde posa?" Dile la dirección en el Jardín de Covent y alladí: - "Señor, tengo un primo que me invita a ir a su casa en La Liebre. Estaré siem· pre en una de las dos casas." "Como se llama?" "Tomás Jermyn, Se!l.or." ' Ya lo tendré presente, Podrá ser que pase mucho tiempo antes que tenga nada que decir a Su Santidad. El que no quiere cuando puede ... Ya lo sabe todo, se!Wr Ma· llock, ¿no es verdad?" "Sé que Vuestra. Majestad tiene en el corazón la reunión de la Cristianidad." "Sí, sí: ya entiendo. He recibido. da· tos de V. muy favorables. Y las cartas que son para el público están perfectamente en regla. Bueno, me acordaré, · sellor Mallock. En el entretanto será mejor que no se deje ver mucho en la Corte." - 873 - (Esto último lo dijo con mucha gravedad.) Alargóme la mano para besarla y anadió: "Salude a mi hermano Jaime." Y al salir uno de los perritos en medio de su sueno dió un pequeno ladrido. CAPÍTULO TERCERO. Mi visita al Duque fué cosa muy diferente. En su casa me dijeron que aun no había vuelto del juego de raqueta: y. preguntando cuánto tardaría, o .si sería bueno que fuera al. juego, me respondieron que tal vez tendría que esperar media hora y que podía ír allá, si así lo deseaba. Por lo cual salí del rfo otra vez. con uno que me dieron de companero, hacia la Galería de P iedra a través del jarrlín privado y por la calle que pasa por entre las puer- tas y por la morada del Duque de Monmouth llegué al juego de la raqueta. Aquí, al atravesar la calle, vi como se relevaban los guardias. Esas eran las guardias de Coldstream con sus chaquetas rojas. que servían e11 palacio y ·en sus alrededores. Las otras tropas de guardia de Su Majestad eran, primeramente las guardias reales propias que .le acompan.iban cuando sa· lía: esas llevaban pieles de búfalo y corazas e íban muy bien montados y muy alegres, con cintas y lazos de terciopelo y encajes de oro y qué sé yo. y a cada una de estas tropa.s se juntaba una c9mpa.!lía de granaderos con sus granadas. Al lende de esto, tenía los a?.ules, también de caballería y los Dragones que eran infan· tes de a caballo y llevaban bayonetas. De los de a pie, como los Búffalos, la ma· yor parte eran mosqueteros; pero algunos arrastraban picas y todos tenían espada. Vi constantemente esas tropas en la ciudad, además de los alabarderos que estaban íntimamente adheridos al servicio de la persona de Su Sagrada Majestad. Al Duque de Monmouth le vi por primera vez en su propia morada; porque, al ir hacia el pasaje abovedado, cercR. del cual estaban las habitaciones de la Se!lora Suffolk, salió de la suya. No supe quién fuese hasta que uno que cabe mí estaba le saludó quitándose el sombrero por lo cual yo hice lo mismo. Creo que no he visto en mi vida a joven más hermoso, que así parecía, aunque ya frisaba con los treinta. Su rosko era suave y liso como el de una nina, si bien no del todo afeminado mostrando alegría y nobleza, y con sus dos compa!leros se había como un príncipe. Sus ojos eran de violeta y las cejas arqueadas. Es cosa triste y lamentable pensar en su fin, y que se revelara. más tarde contra su tío carnal, a.l que yo había de ver dentro de unos moment.os: y que su tío mismo le tuviera que condenar: y más doloroso es todavía rPcordar cómo hizo frente a esa desgracia, llorando y mendigando su vida, así en la acequia donde se le cogió prisionero, como en la cárcel. Al pasar me miró con mucha bondad, levantando la mano hasta el sombrero; pero me parece que no huhiera procedido así, a conocerme bien; porque era acerbo y ponzo!loso contra los católicos hasta lo sumo, o al menos lo fingía: porque es opinión mía que no tuvo mucha religión en toda su vida. Con todo se vio obligado a conocerme mejor en adelante. Al llegar a la galería del juego de la raqueta, estaba ya bashnte llena: pero no tanto que no se pudieran ver los jugadores. El Duque estaba en el patio in· terior cuando entré: por lo cual no pude ver otra cosa de él más que la espalda y rapada cabeza: pero, cuando después de dos tantos, atravesó él patio le ví a mi entera satisfacción. Era más robust.o que Carlos, y se parecía bastante al Rey, si bien creo qne era más hermoso y su labio era más corto y no tenía pelo en el rostro. Su talle parecía también mas pesado, sin el fuego que ardía como rescoldo en los ojos de su hermano. Advertí en algo de todo esto desde la galería y también en que estaba empapado de sudor por el ejercicio. Había avisado a uno de los de abajo que le diera mi nombre y le notificara mi venida, y cuando al cabo terminó el juego y salió el Duque, permanecí arriba un rato, crryendo que tal vez habría otra partida y que después me enviaría a buscar. En esto subió un sirviente y dljome que si· guiera hasta la galería de piedra, donde el Duque se pasearía una pieza antes de mudarse el vestido, segítn era su costum· bre. Esta galería de piedra estaba cubierta; pero tenía claraboyas y al rededor había estantes de libros y colecciones de toda clase. Al llegar yo a la galería, ya estaba él en el fondo, paseando con el senor Roberto Murray, como supe después, protestante muy convencido, que vivía siempre en la Corte. Así como el Duque me vio, hizo salir el senor Roberto y con senas me indicó que me allegase a él. Fui, pues, y beséle la mano y me invitó a pasearme un rato en su compa!lía. . Su proceder fué de todo en todo diverso del de Su Majestad. En Carlos había siempre una cortesía que faltaba en Jaime; porque el Duque no dió excusa alguna por recibirme de aquella suerte, tan desarre- 874 - glado. sino que se puso al punto a habla1·me en voz baja: "Huél¡rnme Que ha.ya V. venido a lngla· terra, SPfl.Or Mallor.k. Ya he recibido nue· vas de V. desde Roma." Inmediata.mente me preguntó delicada y propiamente r.cerca del Padre Santo y de uno o dos cardenales que conocía. a todo lo cual contesté lo mejor que pude. Mas presto vi que Su Alteza Real no dPseaba nada en mí que oliera a donaire o gracia: era hombre grave y tenfa elevados pensamientos de sus d<irechos y quería que todos los hombres, de categoría inferior, conservaran la suya propia. Anclaba a caza de diferencias y atenciones sobre todas las cosas. Luego se puso a hablar de los católicos de Inglaterra: "Dios nos ha bendecido a. manos llenas, as{ en número como en influencia. Pero iojalá hubiera aun más de ambas cosas! Hay mala voluntad contra nosotros en muchas esferas, pero va en disminución de afio en ano. V. va a estar al servicio de Sn Majestad, segím entiendo." "Pero no he de tener ni lngar ni empleo, Sef!or. Por mejor clPcir. he de estar a la disposición de Su Majestad para ir a buscar y traer cualquiera cosa, si es que él necesite de mis servicios." Su Alteza me miró de soslayo y rápidamente, con lo cual vine en conocimiento de que no quería originalidad alguna aun en la conversación. "Todos hemos de ser sumamente discretos (aun·que me parece que no había otro me· nos discreto que él mismo, especialmente cuando estaba en más necesidad de ello). "Es inutil decir que todos somos apreciados; porque no es así. Mas pronto estará V. enterado de nuestra política." No le dije Que ya lo estaba, sino que le aseguré que lo procuraría con las mayo res veras "Por regla general puedo decirle," prosiguió, "que Q.onde hp.y whigismo (partido de los Whiggs) hay deslealtad, por más que ellos protesten. Dicen que desean un rey tanto corno cualquiera otro; pero quieren su sombra solamente." Hablóme de esta materia por un breve espacio, pues la galería estaba toda a nues· tra disposición, diciéndome, lo cual sabía yo perfectamente, que los católicos y los altos dignatarios de la fo;lesia de Inglaterra e~an firmes y denodados realistas; pero que los demás, especialmente los de la antigua Alianza de Sangre aún eran capaces de cualquiera maldad. No me dijo con claridad que el desafecto se dirigía principalmente contra su ascensión al trono, ni que el Duque de Monrnouth era su con trario: pero habló lo suficiente para demos trar que mis informes eran bastante exactos, y que en asuntos políticos mi peso, tal cual fuese grande o pequef!o, había de caer del lado de los torws, que así se llamaba el otro partido, ya en aquella pri· mera conversación comprendí por qué se le amaba tan poco, y recordé con interior alegría corno Su Majestad al ser advertido por su hermano que andaba libre en demasía sin guardaR que defendiesen su vida. contestó que no tenía que ·temer: "Pues," dijo, "nunca me asesinarán para no tenerte que poner a ti en el trono." "A buen seguro que habrá ya visto al Padre Whitbread," dijo el Duque. "No. Sef!or. Ante todas cosas he creído Rer obligación mía hacer homenaje a Su Majestad y a Vuestra Alteza Real." Dio una o dos seflales de aprobación a estAs palabras y dijo: "Sí, sí; pero le verá V. pronto, supongo. No puede V. tener mejor guía." Aq11í interrumpióse de repente para ex· clamar: "iCaspita! Aquí está el mismo." Y era verdad que se acercaba hacia nosotros un hombrn de vestído sencillo. Era de tamaflo regular, bien afeitado, de sem· blante grave y bondadoso, y parecíase a un abogado o médico. Su traje era en todo el de un seglar, aunque creo que era generalmente conocido por su estado de sacerdote, si ya no lo era por su propio nombre. Al llegar a nosotros saludó y se condujo como si quisiera pasar de largo. "Padre Whitbread, Padre Whitbread," gri· tóle el Duque. El sacerdote volvióse y saludó de nuevo, quitándose el sombrero. Enseguida, acercándose al Duque, le besó la mano. "Ahora, mismo iba a ver a Vuestra Al· teza Real,'' dijo, "mas al veros en com· patlía de ... de ... " "Del setlor Mallock. Acaba de llegar de Roma y trae cartas para V. Con esto se !ibl'a V. de un viaje, senor Mallock." El sacerdote y yo nos saludamos, y así su rostro corno sus modales me parecieron. muy placenteros "He oído hablar de V., sel'lor Mallock," dijo, "mas creo que Su Alteza Rea.l no está en lo cierto en que este encuentro le libre a V . de una visita." "Precisamente ahora estaba diciendo a este caballero," interrurnpióle el Duque que ha de tomarle a V. por su mentor en estos tiempos tan dificultosos. El senor Ma· llock parece ser muy joven para los ne-875gocios que trae ·entre manos; pero, a buen segul'o, que Su Santidad sabe lo que se hace." "Se'nor," le respondí, "el Padre Santo no se ha confiado a mí. Apenas soy otra cosa que un voluntario novato que ha lo· grado su bendición.'' "Bien. bien, lo mismo da," dijo Jaime con alguna impaciencia. "Voluntario no· vato o soldado veterano luchan por la misma causa." Continuó hablando de lo mismo un rato, creo que para instruírme, y yo le presté .oídos con toda cuanta atención pude. No me dijo ni una palabra de cosas que no conociese ya; pero en este tiempo había couocido que; clase de hombre fuese, es decir muy bien intencionado, por supuesto. tan animoso como un león, y no menos enemigo de que se le contradijera y bas· -tante tonto: por lo menos no tenía ni la décima parte del talento de su hermano, como sabía, todo el mundo. Así, pues, me informó de lo que todo la gente sabía, aunque yo le escuché como si lo ignorase. Cuando al cabo se despidió preguntóme dónde vivía y se lo dije. "Sitio excelente," me contestó; "me alegro que su primo tuviera el buen gusto de alojarle ahí. Ya me acordaré de V., si le necesito para algo." "Iréme con el senor Mallock." dijo el sacerdote, "si Vuestra Alteza Real me lo permite. Sólo vine a ofreceros mis respe· tos y ya es algo tarde." El Duque condescendió y nos alargó la mano para que se la besásemos. Al pasar por el patio, el Padre Whit· bread me ensenó algunas cosas que creyó podrían serme de interés: y a cada paso que dábamos aumentaba el agrado y ad· miración que pm: él sentía. Ern un hombre del mundo, muy delicadamente irónico, pero a.pesar de esto muy bondadoso. No pronunció ni una denigrante palabra contra. nadie, ni dio indicios algunos de que· rer criticar a Su Alteza Real. Y sin embargo sabía a las mil maravillas, como me era a mí muy conocido, que nuestro campeón católico era una mancha; y cono· cía no solamente sus vicios, de lo cual mi senora Southesk pudiera. haber dado alguna. explicación, sino también, lo que puedo llamar su estupidez. Pero conviene recordar que Nuestro 'Senor dijo algo de los hijos de la luz y de los de este mundo, que nos puede servir de consuelo cuando nuestros amigos son o necios o perversos. El Padre Whitbread sólo dijo del Duque que era hom· bre de excelente corazón. Durante el camino mostróme las ventanas de un gran número de habitaciones y la dirección de muchas otras; pues, a decir verdad, este palacio de Whitehall era más semejante a una pequena población que a una casa. Díjome que Rdo. Prtricks tenía su morada cerca de la Despensa y en· senómela. "Hay algunos de nosotros sacerdotes ¿sabe V.? que tienen cierta afinidad con despensas y mantequerfas y otras cosas por el estilo, y la mayor parte de ellos son buenos a carta cabal. Por lo cual nada tengo que decir contra el Rdo. Patricks.'' Hízome ver asímismo cómo el palacio es· taba dividido en cuatro partes, de las cuales dos se separaban de las otras dos por el mismo Whitehall y por una ca.lle que había entre las dos entradas. Anadió que la mitad que estaba más cercana al Jardín contenía el Juego de Raqueta y la Gallera y los departamentos del Duque de Monmouth, y la otra mitad las guardas montadas y los cuarteles. La más cerca.na al río tenía al sur la galería de Piedra, el Jardín Privado y el Prado de Bowling y una gran multitud de habitaciones, entre las cuales las del Rey y de su hermano y del Príncipe Ruperto y de la Reina, así como las de sus más inme· diatos servidores: este lado contenía lo que quedó de la antigua Casa de York. Al norte había otro patio cercado de aposentos, el Patio de Madera y los otros dos llama.dos escoceses, y el Reloj hacia el extremo más próximo a la Cruz de Charling. En medio mismo de todo el palacio estaba el come· dor, donde Su Majestad celebraba los g1·an· des banquetes y de una de cuyas venta· nas Carlos 1, de buena memoria, salió para perder su cabeza. Al salir por el extremo del comedor, las trompetas llamaron a ce· nar y vimos a una. muchedumbre de cocí· neros y galopines que pasaban con fuentes en sus cabezas. Subiendo a Whitehall el Padre Whitbrea.d emr,ezó a hablar de cosas más íntimas: ' Usted, senor Mallock, a lo que creo, es un forastero en Inglaterra." Respondíle que no había estado en mi patria en siete a.nos. "Habrá usted halla.do muchos cambios y paréceme que estamos en vísperas de otros. En verdad Su Majestad ha afirmado su posición de un modo admirable, y con todo hay todavía intenso y creciente desafecto. Temen sobremanera la fe católica. y no puedo menos de pensar sino en que pronto se requerirán nuevas víctimas si bien, a la verda.d, no veo qué sea lo que van a. a.legar contra nosotros. Ha.y a.símismo mucha aversión a. la Reina: es verdad que no ha. tenido hijos; pero la mayor parte -876del odio ¡wo,·iene de su religión, lo cual también acontece con el Duque de York. En cierta manera parece que estamos de moda; mas los que están en la cima de la ola han de considerar que pueden bajar inesperadamente. En esto tampoco me dijo cosa alguna que no supiera ya; sin embargo me presentó las cosas de modo enteramente nuevo. Parecióml:l un hombre sagaz y de cuyo juicio podía fiarme y al salir a la Playa hablóme otra vez de la Reina. ·~Han urgido y apretado a Su Majestad una y muchas veces a divorciarse, pero no quiere. Un día dijo al Duque en presencia mía que jamás mujer ninguna inocente pa· decería. por su causa, lo cual es cosa buena. Pero Su Majestad la Reina, creo que no es muy feliz." Así que llegamos al Arbol de Mayo, que ya yo había visto, en medio de la Playa, díjome cómo había sido llevado allá y eri gido después de la Restauración. La construcción era soberbia y coronábala una veleta, asegurándome el Padre Whitbread que era una especie de símbolo contra el Puritanismo. "Hay muchos," dijo, "que lo derribarían mana.na, si pudieran con el mismo gusto que echarían por tierra un ídolo." Me acompanó hasta la puerta de mi casa; pero no quiso entt·ar. diciendo que no deseaba ser mucho más conocido de lo que era. "Si usted tiene tiempo," continuó, "de ir ma!lana a casa del Padre Fenwick en la calle de Drury, arriba de la panadería, estaré allí, así como también el Padre Ireland, todos sacerdotes de la Compa!lía de Jesús y se los presentaré todos. Mi casa está en la calle de Weld, donde vive el embajador. Dile las gracias por su bondad y pro· metíle irle a visitar el día siguiente y nos despedimos. Aunque durante aquel dia aprendí muy pocas cosas, que ya no supiese de ante· mano, por la noche durante la cena y en el tiempo siguiente que pasé en el café de la calle de la Escuadra, que él me había recomendado; las conocía de una ma· nera. diferente. Pues había. hablado con alguno de los principales actores y sobre todo con el mismo Rey. Mi primo me hizo curiosas preguntas acerca de mis experien· cias y visitas, en tanto, que fumábamos con nuestras pipas en el extremo de la gran sala que ha.bía sido salón de reunio· nes, y refirióme todo cuanto le había acon· tecido con el Rey y cómo Carlos le había hecho algunas agudas observaciones, que, a buen seguro, desmerecieron en boca del primo, pues no tenían gracia alguna cuando me las relató. Parece que habría hablado con el Rey tres o cuatro veces en· banquetes y en casos semejantes; y quería. saber todo cuanto el Rey me había dicho. Pero muchas cosas no se las quise decir y otras no podía. Aunque hubiese querido no le hubiese podido hacer comprender la extra!la compasión y aun el más extra!lo amor que sentí· por aquel Rey que pudo haber hecho tanto y que hizo tan poco, ·a no ser lo que no debía, y no quise en manera alguna contarle lo que el Rey había. dicho de Roma y de sus deseos y demoras. En cambio le referí cómo me había encontrado con el Padre Whitbread y como le había de ir a ver el día• siguiente .. "iToma! Voy a ir contigo, "respondió," sé la casa del Padre Fenwick muy· bien, y después daremos un paseo en coche hasta la Cruz de Waltham y descansa.remos a]](, y al día siguiente a comer a la Liebre. " En el tiemuo de nuestra vuelta a casa. y después qÚe Dorotea se hubo ido a la cama, quedándonos sentados encima de dos tanques de cerveza, no habló de otra cosa. que de los Jesuitas. "Son demasiado celosos," dijo, "Soy tan buen católico como cualquier otro de In· glaterra o de Roma; pero no me gusta ese exceso de celo. Estos buenos Padres están en todas partes y esto les causará mo· lestias y persecuciones. Tienen sus consultas en L:mdres mismo, lo cual creo que es extraflamente audaz e imprudente, y nadie sabe lo que pasa entre ellos. Pues yo .. " y así siguió adelante pavoneándose de su saber y prudencia y aun de sus virtudes, en tanto que sus ojos nadaban en sus ór· bitas por la much'I. cerveza que había bebido y su cara se iba. p1;miendo más roja por momentos. Y sin embargo no había ver· <ladera sencillez en el hombre, y poseía aquella especie de agudeza que consiste en guifladas, muecas, asentimientos. que cualquiera puede ver. H'l.bló también de Dorotea y de sus virtudes y de qué gran se!lora sería el dia que salieran a la luz, y aseveró que, a pesar de todo esto, · jamás la dejaría ir a la CJrte. Y aquí de nuevo volvió al tópico de la corrupción que en la CJrte dominaba, y de lo que lo. Seflora Tal y la Duquesa cual había dicho o hecho o pensado. L'L casa del Padre Fenwick en la calle de Drury era ordinaria. Los Padres Jesuítas vivían separados en varias casas en Londres: el Padre Whitbread en la ciudad, el Padre Ireland en la calle de Russell, el Padre Harcourt por otro nombre el Rec-877 - tor de Londres. según oí. en la calle del Duque, cerca del arco. Vivían así a fin de no excitar la curiosidad de las gen_tes. Eran hombres tranquilos y de agradable trato y me recibieron con mucho ca.rino. Mí primo se fue a la ciudad para arreglar.algún asunto que había olvidado antes de salir para el campo. El senor Grove, que más. tarde supe que era Coadjutor de la Compan!a, me abrió la puerta y me acompanó al .cuar· to donde estaban todos reunidos. L:>s tres eran hombres tales cuales podían encontrarse en cualquiera parte en cafés o tabernas, ninguno de menos de cuarent3. anos o de más de sesenta.. El Padre Harcout·t tenía setenta, pero entonces no estaba. allí. Sus trajes eran modestos y sen· cilios, como los de un aboga.do, y todos llevaban espada. Esos no eran todos los Jesuítas de L:>ndres: porque les oí hablar del ..Padre Juan Gavan y del Padre Antonio Turner, que aquel día estab'.l.n fuera de la. ciudad, y de otros. Hablando con ellos y dándoles nuevas mías y escuchando las suyas, una y muchas ve· ces me acordé de los extra.nos juicios erró· neos que se han emitido contra la Companía.; de cómo hombres de aquella cata.dura podía creerse que estuviesen conspirando y tramando conjuracfones de continuo; y de cómo cualquiera acusación contra un Je· suíta se acepta enseguida como cierta y pro· bada, aun antes de acabarse de pronunciar. Y esto no sólo entre personas ordinarias e ignorantes, sino también eritre hombres educado,, los cuales habr(an de discurrir mejor. Pues su conversación fue acerca de asuntos los más innocuos .y cristianos y tan sencillos, que nadie que los oyera podría dudar de su sinceridad. Verdad sea que ha.· blaron de cosas como la conversión de In· glaterra y del progreso que la fe hacía, y refirieron maravillosas historias de la religión del pueblo sencillo en el campo, y cómo un sacerdote era recibido allí como un ángel de Dios, y de su grao. boa.dad y constancia bajo las má.s acerbas pruebas: pero me parece que también hablarían así los Apóstoles en Roma o en Asia o en Je· rusalén. Mas en cuanto a la deslealtad de que se les acusó má.s adelante, y aun me· nos del odio y asesinatos, ciertamente no pasó ningún pensamiento por ninguno de sus entendimientos. El aposento en que estábamos, era sen· cillo, pero bien amueblado. Por debajo de las ventanas la gente entraba y salía de continuo. Había colgaduras. en la pared y un estante de lleno. de libros y papeles y dos o tres mesas, mas no se notaba afán de .esconder nad·\. Por una puert'.l. vi al Hermano Grove preparar la mesa para. la comida. "Pero usted nos dará el gusto de que· darse con nosotros a comer," díjome el Padre Fenwick cuando anuncié mi partida. Respondíle que había de marchar a. la Cruz de Waltham con mis primos y que nos en· contraríamos los tres para comer en el café de junto al Palo de Mayo en la Playa. "Y manana a La Liebre," dijo el Padre Whitbread, o el senor Whitbread, como se le llamaba a veces. Contestéle que sí y que no sabía cuánto tiempo estaría allá. "El mes que viene el Rey lo pasará en. Windsor, me parece; pero volverá de nuevo a principios de Agosto. Serla mejor que usted vi viera donde fuera fácil llamarle, si es que él le necesite. H!l.bíales contado con entera llaneza lo que me había ocurrido con Su Majestad y lo que me había dicho Su Santidad. "Siempre que usted nos necesite puede mandar a cualquiera de nosotros," anadió, "si es que podemos servirle. Hay tanta gente de toda clase aquí y allí, que casi es imposible a un extranjero conocerla bien; y quizás nuestra experiencia podría serle provechosa para saber de quién se puede fiar y de quién le convenga huír. Con todo la regla más segura en estos días, es: No te fíes de nadie hasta que le ten· ga~ bien conocido, y aun entonces no del todo. H'l.y personas en esta ciudad que venderían sus alm'!.s, si se encontr<l.ra quien les ofreciera algo por ellas: cuanto más si pudieran sacar algún dinero en hacer traición a usted o a otro." Agradecíle el aviso y aseguréle que procura.ría ponerlo en práctica. "Y menos m~ fiaría aun de los de mi propia familia," continuó, "Senor Mallock, sé que su primo es cat61ico, pero uste1 me perdonará si le digo que de nadie h~ mos de temer más que de los católicos. No quiero decir con esto que el senor Jer· mín no sea excelente persona y sincero; pues no sé otr<J. cosa de él que lo que usted me ha contado. Pero es lo cierto que el celo sin discreción es una tea incendiaria; y la prudencia sin celo es una. cosa mu:v semejante, a cobardía, y ambas cosas pueden danar irreparablemente la causa católica en los días que se avecinan. San Pedro era un tipo de estos dos, y Judas, a mi parecer, el otro; porque sostengo que Judas fué con mucho el más cobarde de los dos." Cuando salí al corredor con él, me arrodillé y pedíle la bendición; porque vi que aquel era en verdad un hombre de Dios. SECCION HUMORISTICA § = - - - El tío Juan entrega a su mujer el salario de la semana quedándose con Jo preciso para afeitarse. Ella le encarga que se deje el bigote. Se dirige el tío Juan a Ja barbería, pero al doblar una esquina se encuentra con Currito que Je invita a tomar unas copas. Tantas toma que sale hecho una cuba y a poco mide el suelo quedando tendido en la acera. Un perro Je lame Ja cara y él pensando que es el barbero que le enjabona, le dice muy formal : Maestro, déjeme V. el bigote. -Pancho, ¿sabes que tienes un perro ~muy inteligente? -iQuia, hombre, quia! - Tanto me. mira y tan atento está como si quisiera aprender mi oficio. -Lo que mira es si tú le echas un'· cacho de mi oreja al ver Ja sangre que cae de tu navaja y de mi cara. -879-Colás, i.qué tal? ¿Con que de paseo, eh? - Sí, a tomar un poco el fresco. - Oye, Colás, déjame un peso ... - Pepe, icuánto lo siento! Aquí no tengo ni uno. - ¿y en casa? - iTodos buenos a Dios gracias! Voz del Pueblo Voz de Dios Y el pueblo dice que Sabater es el mejor Optíco de Fílípinas. DON MANUEL SABATER f>r. en Optica. es el q11e ha· ce Jos exámenes de la vista en nuestra oficina, sus maguíficas correcciones le han colocado a la altura del primer Optico en las Islas Vilipinas. Aunque pMe7.ca mentira está demostrado científicamente que la generalidad de las personas que residen en países tropicales: padecen de la vista aunque éstas no se hayan dado cuenta: nosotros podemos demostrar que a infinidad de personas que les hemos aconseja.do nn examen de la vista, nos han contestado que veían perfectfsimamente, pero una vez comprobado con nuestros aparatos ópticos, se han con,•encido de que efect.ivamente tenian dl'fectos en H•s ojos. T ocia persona en un país tropical debería !l"astar lentes de color para el sol, y asi se evitarian infinidad de contratiempos en sus ojos. Tocio estudiante que abusa del estudio rlnrante la noche, ñebe hacerse reconocer la vista. y gastar lentes si los aparatos ópticos así se lo i11díran; a un óptico no se J e puede engaiiar, los cristales de comprobación no mienten. Toda mujer que se rlerlica a la costura o bordad.o sobre todo si ésto es en blanco y si trabaja de noche, debe hacerse reconocer la vista. por un óptico competente y éste le dirá a conciencia. los crista.les que debe usar: la graduación de la vista a tiempo es la mitarl rle la vida ocular. Todo caballero que tiene su ocupación en un escritorio, si nota cansancio o malestar sobre las cejas, o bien que su cscri· tura se le oscurece a intérvalos, dur::.nte las horas de su tra· bajo, es porque ali.r1ln defecto hay en sus ojos; un reconocimiento le salvará de una ceguera prematura.· As( pues el que padezca de la visl.a es porque quiere, pues 1 nos hemos propuesto dar tocio género de facilidades al público, para remediar en lo posible un mal tan común en la humanidad; y ésto consiste en facilidad ele tiempo y economia de dinero. 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Nillo Dios, villancico a solo día, villancico a dos voces ~ J-1 y coro . . . . . ,. o 80 coro y solo . . . . . . » 1 .CO .~ ~ 2881 Fonlanais--Vamos pastorci- . 2886 -Campanitas de Belén, vi~ 1.:1 llos, villancico pastoril a llanóico a solo y coro a dos ~ ~ duo. . . · . . . . . > O. 80 o tres voces. . . . . . > O. 80 - · ~ ~ ~ Y OTROS MUCHOS ESCOGIDOS ~ ~ ~ ~ Pidan catálogos de Müsica Religiosa que se mandarán gratis ~ ~ ~ ~J PANDERETAS, FL&UHS, VIOLINES, PLATILLOS, TRIÍNGULOS ETC. ~ ~ Instrumentos propios para las Fiestas de Navidad. \~ ~ PIDAN CATALOGO ~ ~ ~ ¡r RECALO DE PASCUAS: Durante el mes de Diciembre ~ peso que se invierta t<n nues1 ~ 11iar~<t11nan~o de Mt~sie1a" regalarei ~ iom a pieza mus1ca . F;( <PRECJOS J.{ UY ECONOkfICOS. ~ ~ PARSO.NS HAJRD'11lARE C<lº p Sacristía 509--51 5. P. O. 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Insertas primeramente en "CULTURA FILIPINA", prepara una tirada aparte que se· re· mitírá a cuantos llenen el adjunto cupón. CU PON DE LA REVISTA "CULTURA SOCIAL" Sn. D. FF.1,1p¡.; A. uF. LA CúrARA.-P. l<'ACTHA No. ln ~RMITA. MANILA. Adjunto nnnito a V. P 1.00 para qne me-envíe 1111 ejemplar rlfil libro de versos titulado «PALOMfCAS DI<~ MI PALOMAR.» . de ................... .................. dfl l lll 5. (1) (2) (1) (NombrP del lugar de residencia del lector.) (2) (Nombre de la Isla o provincia donde radique.) ,, . . I' .1 1 1 1 1 1 , . 1 ''lllCClllN A RllJ TAGA UJG-fJASTELLAIO'~ POR D. Pedro Serrano Laktaw. 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