Academia Filipina

Item

Title
Academia Filipina
Issue Date
Volume I (Issue No.1) 1966
Identifier
Correspondiente de la Real Academia Española
Year
1966
Language
Spanish
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Place of publication
Manila
extracted text
ACTA DE CONSTITUCION La Academia Filipina Correspondiente de la Real Academia de la Lengua Espafiola Convocados por el dignisimo C6nsul de Espaiia en Manila, IIImo. Sr. D. Juan Potous y Martinez, a las once de la mafiana del 13 de julio de 1924 reunieronse en la Sala de Juntas de la Casa de Espafia de esta Ciudad los Sres. D. Epifanio de los Santos Crist6bal, D. Ignacio Villamor, D. Juan B. Alegre, D. Jose Maria Romero Salas, D. Enrique Z6bel de Ayala, D. Manuel Rli.vago, D. Manuel Maria Rinc6n y D. Rarn6n Torres Araneta, todos ellos individuos coITespondientes de la Real Academia Espa.iiola de la Lengua, en uni6n de los Sres. D. Fernando Maria Guerrero, D. Esteban Lanza, D. Guillermo G6mez Windham y D. Claro M. Recto, ausentes por diversos motivos. El objeto de la convocatoria era, seglln manifest6 el Sr. Potous a los sefiores presentes, constituir en Manila una Academia an&loga a las americanas, correspondientes de la Espaii.ola, con arreg]o a los deseos de esta de que exista en Filipinas una instituci6n semejante, ya que las islas se hallan en la actualidad colocadas en las mismas circunstancias que las repUblicas de habla espaiiola, respecto a su antigua Metr6poli, a la cual estar&n siempre unidas por lazos del idiorna, independientemente de todo lo demas. Desput?s de agradecer a los presentes su asistencia a esta reuni6n, asi como su cooperaci6n para que se pudiesen t"ealizar los deseos de la Academia Espaiiola, poniendo de relieve los meritos de los en este acto congregados, que autorizaban a esperar el exito mas feliz de la empresa que ge iba a acometer, invit6 al Sr. Rinc6n para que, a su vez, diese cuenta de los trabajos preparatorios llevados a cabo por el mismo cerca de los Sres. Acadt?micos de Madrid, hast.a llegar a este inst.ante en que, con el apoyo que todos prestaban al pensamiento, ya no cabia dudar de que el nacimiento de la Academia Correspondiente era un hecho. 17 El Sr. Rinc6n dio cuenta de las emrunstancias que le Uevaron a tratai: este asunto con el Exmo. Sr. D. Manuel de Saralegui, miembro de la Real Academia, ponente en 1a comisi6n nombrada al efecto por el Exmo. Sr. D. Antonio Maura, y formada, bajo su presidencia, de los aca.demicos Sres. Cort...., Rodriguez Marin y Cotarelo, Existian en Manila, al darse comienzo a estos trabajos tres academi.cos correspondientes, los Sres. D. Fernando :Marfa Guerrero, D. Claro M. Recto y el informante, nU.mero suficiente para la creaci6n de la Academia con arreglo a lo preceptuado para autorizar la formaci6n de Academias correspondientes en los paises separados de Espaiia, pero siempre hermanos suyos por el idioma; pero circunstancias, que no es del caso mencionar, fueron retrasando lo proyectado hast.a que la feliz intervenci6n del dignisimo Sr. C6nsul, -entusiasta por todo lo que redunda en prestigio de su patria y ferviente enamorado del pais donde ejerce su importante misi6n, aviv6 la marcha de los acontecimientos hasta el dichoso resultado, que hoy se toca. El Sr. Villamor, no ha mucho nombrado, tambien se adhiri6 al plan que el informante le expusiera, e hizose la propuesta de los demis sen.ores, que a la reuni6n asistian, Joa que, dicho sea de paso y en honor a la verdad, aceptaron su candidatura con carifio vehemente. Felizmente todo cuanto desde aqui se indicara fue aprobado en Ma-drid por unanimidad en junta celebrada el 24 de abril Ultimo. La Academia, pues, segU.n las instrucciones recibidas de su matriz espafi.ola, comp6nese de doce miembros,. que son los Unicos correspondientes, sin que para lo sucesivo puedan ser nombrados otros que aquellos que esta nacida Academia proponga. Cuentanse, como tales, los sen.ores que no se hallaron presentes en la reuni6n, en la seguridad de que coneurren en los prop6sitos que Jlevaron a la formaei6n de la Academia. Impuesta la reuni6n de Jo que se llevaba heeho hast.a este dia. y Jeida por el Sr. Rine6n la poneneia respeeto al 18 eatabJecimiento de Academias correspondientes en Jos pafses que pertenecieron a Espafia, se declar6 por unanimidad constituida Ja Academia, y esta, ya con tal carActer, adopt6 los siguientes acuerdos: 1.o Dar el tituJo de Academia Filipina a Ia· instituci6n creada, nombrando Director, Censor y Secret.aria de la misma respectivamente a los Sres. Romero Salas, Rinc6n y Torres. 2.o Consagrar un sentido recuerdo a la memoria de los primeros academicos en Filipinas, Sres. D. Macario Adriitico y D. Tirso de Irureta Goyena, cuya perdida Uoran las buenas letras espaiio]as. 3.o Declarar inauguradas las tareas de la nueva cor~ poraci6n en el dia 25, festividad de Santiago, oelebrildo en todo Filipinas con eJ nombre de "Dia Espa.iiol." 4.o Solicitar el concurso de presencia de la Real y Pontificia Universidad de Sto. Tomas, que se ha prestado gustosamente a patrocinar el solemne acto. 5.o Y levantar acta de cuanto se ha trat.ado para que aparezca como la primera sesi6n ceJebrada por la Aca,.. demia FUipina, firmada por todos Jos presentes. Y siendo las once del dfa se declar6 termi.nada la sesi6n de que aqui se da cuenta y de que certifica el infrascrito Sei!retario.-Juan Potous y Martinez, C6nsul General de Espaiia en Filipinas.-Jose Ma. Romero Sa~ Manuel Ma. RincOn, Epifanio de los Santos Crist6bal, Enrique Z6bel Ignacio Villamor, Juan B. Aleg'l'e, Esteban Lanza, Manuel IU.vago, Ram6n Torres Araneta. 19
EL PORVENIR DE LA UTERATURA HISPANA EN FIUPINAS Se viene seiialando desde hace tiempo, por quienes se ocupan del porvenir de Ia literatura en espaftol en Filipinas, la posibilidad de que en el espacio de unos pocos aiios mAs, disminuya considerablemente el nllmero de escritores en ese idioma en FiliI-inas. No carece de fundamento esa opini6n: machos eseritores que dieron gloria a la 1iteratura hispana en Filipinas, han desaparecido y su perdida es dificil de reemplazar. Los nombres de Rizal, Mabini, Pardo de Tavera, Isabelo de los Reyes, Balmori, Bernabe, Fernando Marfa Guerrero, Flavia Zaragoza Cano, Guillermo G6mez Windham, Teodoro M. Ka.Jaw, Claro M. Recto, Magalona y otros muchos, estan insc1itos con letras de oro en la historia de las letras filipinas en espaiiol. Quedan todavia en esta naci6n insignes artifices de ese idioma que .no se mencionan por el temor de omitir alguno,-pero a menos que vayan surgiendo nue\'OS escritores, han de ir desapareciendo por ley de vida. Podra aumentarse todo lo que se quiera el mimero de los que sepan hab1ar caste11ano en Filipinas, pero una cosa es tener un eonocimiento, mas o menos completo, de ese idioma, y otra muy diferente es la de poseer meritos suficientes para pertenecer a la minoria selecta capaz de crear obras literarias, escribir con galanura articuios para la prensa, o Poder preparar una conferencia en ese lenguaje. Es indudabie que existe una necesidad absoluta de que se creen nuevos escritores en caste11ano en Filipinas, y estos s61o pueden venir de la juventud que estudia en U.niversidades y Colegios. En estos Ultimos afios, e1 nUmero de hispanoparlantes en esta naci6n, viene increment&ndose. SegUn el "Statesmen's Yearbook", de 1965, hoy hablan castellano en Filipinas 558,650 de sus habitantes; es una cifra conservadora en la que no pueden estar ineluidos, como es natural, los que hablan chabaeano, que si bien es verdad que es el ea1m.iiol a.ntiguo, con bastantes modificaciones, aquel que hable espafiol puede entenderlo y viceversa. Dicha publicaei6n. en su edici6n de 1948, daba la cifra de 345,111 de habla espafiola en esta naci6n, lo que supone un aumento de 213,539, o sea el 61.87 % en diecisiete aiios. Esto se ha podido con:-;eguir, indudablemente, mereed a la ensefianza obligatoria Jel caste11ano, y es 16gico esperar que siga un ritmo creciente en el futuro el nU.mero de los de habla espafiola, Existe, pues, el medio esencial de donde puedan salir r:iuevos escritores en castellano, y para ello es preciso, como ha dicho en varias ocasiones un distinguido hispa.nista, el despertar el interes del alumno por su estudio, haciendole saber la utilidad que ha de reportarle su eonocimiento. Los escritores actuates, casi carecen dJI incentivo de ver sus obras publica.das, debido a la escasez en Filipin:i.s de peri6dicos y revistas en espafiol, que pudieran darlas a eonocer. Este Boletin de la Academia ayudar&, en parte, a remediar esa situaei6n. La existencia de las dificultades mencionadas ea bien conocida de los organismos hispanistas, y se hace todo lo posible por resolverlas, y asi Ia Academia Filipina aprob6 tecientemente un proyecto, al que se dad. publicidad debidamente, para organizar el envio de las obras mas selectas de autores filipino::i, en espafiol, a revista.s de Espafia e Tberoamerica eon el objeto de que sean publicadas en ellas. En la situaci6n actual, son pr3cticamente deseonocidos esos autores en dichos paises. Con el prop6sitn de ayudar en la empresa de despertar entre los estudiantea en los Colegios y Universidades de Filipinas, el interes por el estudio del espafiol, el Casino Eapafiol de Manila acord6 el afio pasado conceder anua.lmente 11remios por valor de cinco mil pesos, a los alumnos que mas tie distingan en el concurso literario que ha organiza.do. Adema.a de la eonsideraciOn econ6mica, los que resulten premiadoa recibir8n diplomas, y la entrega de los mismos se efectuara cada aiio en los salones de dicha Sociedad, el dfa 25 de julio, fiesta de Santiago Ap6stol, en una solemne ceremonia. Es indudable que ello sen\ un gran honor para los que resulten galardonados, y una satisfacci6n para el Casino Espaiiol por su contribuci6n generosa al fomento del idioma espaiiol en Filipinas. Para los escritores sazonados esta el Premio Z6bel, que ~e concede cada aiio, con un premio de cinco mil pesos y una medalla-este a:iio bubo un accesit ademAs-y es un premio muy codicia<lo por el prestigio que concede a un escritor el haberlo ganado. Mochas centros de enseiianza. de Filipinas, y las organizaciones existentes en ellos de alumnos de espaiiol, celebran velada con frecuencia en ese idioma, y en ocasiones conceden premios asimismo, y todo sirve para despertar el interes por el estuho del castellano. Todos ellos merecen el reconocimiento de cuantos elementos se interesan por el porvenir de las letras hispanas en Filipinas. Tai vez puedan pensar algunos qne la cuesti6n del Jenguaje castellano, es algo que no trasciende de las aulas academicas, pero no ea asi: mochas empresas comerciales de ManiJa desean que sus empleados aprendan espaiiol, y se organizan eursillos para ellos y, con el objeto de darles mas facilidades, las ciases tienen Jugar en sus propias oficinas. Rn algunos departamentos gubernam.entales hay interes por conocer ese idioma, que les es conveniente para sus reJa.ciunes internacionales, e indispensable si ban de tratar con los paises de lberoamerica. Como eomplemE'nto a esa labor, el Gobiemo de Espaiia hace frecuentes donaciones de libros a las bibliotecas de los centros docentes del Archipielago, y asi presta su ayuda eficaz a la propagaci6n del idioma castellano. Existen, especialmente en Manila, importantes bibiiotecas eon literatura hispana, y pueden mencionarse, entre otras, la de Ia Universidad de Santo Tomas, Ia del Colegio de Sa.n Juan de Letran, la de Solidaridad Filipino-Hispana y ]a del Casino Espa:iiol de Manila. Aunque esta Ultima esta reservada para sus socios, se dan facilidades a los que deseen usarla con el fin de hacer alglln trabajo en espaiiol, aunque nc sean miembros del mismo. Puede verse per la informaci6n anterior, que se trabaja intensamente en la cuesti6n del lenguaje espaiiol en Filipinas, y en procurar que haya mas escritores en ese idioma, y en ello colaboran con todo entusiasmo los hispanistas y sus Asociaciones y 1as Autoridades academicas de la naci6n El pensar que se puede avanzar ripidamente en la propagaci6n del casteUano en Filipinas, es un eITOr que pue<le conducir al pesimismo. Se ban alcanzado ya frutos considerables, y los que han de venir habrtn de conseguirse Jentamente y con mucho esfuerzo para veneer las dificultades que se vayan presentando. Es una. imposibilidad el desterrar el lenguaje espaiiol de Filipinas completamente, porque tiene sus raices firmemente implantadas en el alma nacional y en los lenguajes nativos. Agustin Perez-Lizano
FE. HISPANIDAD Oogmatica de lo filipino Sefiores: Este Congreso lfisp8.n.ico de FiJipinas viene a recordaroos lo mucho que debemos, como naci6n independiente, al lenguaje espa.iiol, a Ia cultura hisp&.nica que es Ia eolumna vertebral de la cultura fi1ipina. Cuando se habla de cultura filipina, es imprescindible mencionar la lengua eapaiiola que, como vehiculo de esa imponderable cultura hispAnica, nos ha ensefiado a buscar a Dios en alas de la oraci6n y la fe, y acercarnos a El por los luminosos derroteros del arte y la belleza. Tambi.en fue ese idiorna Ia llave de oro que nos abri6 el tabemaculo de las patriaa libertades. Por eso, todos los filipinos, con raras y tristes excepcione:s, estan contestes en afirmar que ese idioma espafiol ya forma parte del alma naciorud, o, como dice el gi'a.11 nacionalista Recto, es ya came de nuestra <"ame y sangre de nuestra sangre. Si nosotros, los filipinos, Por un patriotismo mal entendido y miope y exagerado, damos carta de ostracismo a ese magn.ffico idioma, que fue y sigue siendo la maravilla del mundo culto, cometeremos un suicidio cultural. Es crimen de lesa patria, un suicidio cultural el desarraigar esa habla de esta tierra de Rizal. Para las lenguas dotado, no roben al filipino ese lenguaje divino que de Espafia ha heredado. No puedan Ia malquerencia ni un miope nacionalismo, hacer.nos perder Ia herencia valiosa del hispa:nismo. 10 En eetas tierras del sol, por imperio de la ley, ·· siga siendo idioms rey nuestro lenguaje espafi.ol. Pu.es sf. Esa lengua es nuestra. Es de esta Espafi.a oriental que no rehuye la palestra, en la lucha desigual. Desterrar el espaiiol en este momento hist6rico que vivimos es cerrar, cegar la fuente clara e inagotable que nos puede surtir de palabras que urgentemente necesitamos para hacer de nuestro idioma nacional, en an futuro mas o menos lejano, un lenguaje intemacional. Piensenlo los detractores del espafi.ol. No .nos forjemos ilusiones, no queramos enga:iiarnos a nosotros mismos. Con el tagalo y otras lenguas vern3culas del pais, no podemos seguir el paso acelerado del ptogreso y la cultura mundial. Necesitamos un lenguaje universal, un idioma de matices ecume11icos cuyos vocablos y giros lingUisticos sean asimilables a nuestras 1enguas vernaculas. Y ese idioma es el espa:iiol, euya fonologia es similar a la nuestra. Decimos "koreo" del espa:iiol "correo", y a nadie se le ocurre (ni aUn al mas americanizado) decir "postage". Decimos aeroplano, avi6n, palabras de pura cepa espafiola; y no "airplane"; "baile" y no "ball" etc. etc. Si los hispan6fobos recapacitaran un poco, y no se deja.ran llevar de su apasionamiento ni de su cspiritu de contradicci6n verian todo eso con una claridad meridiana. i Cu&nta verdad encierra aquello de que no hay !)eor ciego que el que no quiere ver; ni peor sordo que el que no quiere oir ! El filipino tiene fama de ser un ente extraordinariamente dotado para la mUsica. Algunos ban llamado a FiJipinas la Italia del Extremo Oriente o la pequefia Italia. Pues bien, aun los que tienen tanta fobia, sienten tanta antipatia al armonioso lenguaje de Lope y Calder6n, porque no lo entienden, no pueden menos de conf-esar que es un 11 idioma musical o una lengua hecha mllsica. Si, el casteUano es mllsica para el oido y man& para el alma. En el campo espiritual ese idioma, ya lo he dieho mas de una vez y no me eansari de repetirlo, tiene la gracia eantificante y la virtud santificadora de la palabra. Y no me dejar&n mentir los m8s grandes ascetas y misticos, como San Juan de la Cruz y Sta. Teresa de Jesus que usaron esa lengua en sus di&logos elocuentes, sublimes, maravillosos oon la Divinidad. Loe autos sacramentales, donde lo divino asoma, se ban escrito en ese idioma de sabores edeniales. Juan de Ia Cruz y Teresa usar<Jn el castellano, cuando tomaron la empresa de divinizar lo humano. Pod.ran desaparecer de nuestros cuerpos legates las famosas 24 "unidades" de espaiiol en colegios y universidades; pero seri obra de romanos desarraigar, arrancar de cuajo los mil y mil vocablos espaiioles que ya estan en la trama y urdimbre de nuestras lenguas vernaculas. El fracaso, aparente o no, de las 24 "unidades" se convertiria en un rotundo exito poniendo otras "unidades" en los cursos :lementales y secundarios de la enseiianza. Ya que necesitamos un segundo lenguaje para nuestras relaciones internacionales, i. y por que no ha de ser el espaiiol que es el mas asimilable a nuestro modo de ser y de pensar y mas fonol6gicamente emparentado con nuestras lenguas verna.. colas? Siempre hago rostro a la realidad enemiga. Nunca me ha gustado el derrotismo. Quiero ser optimista siempre. En la lucha s6lo pienso en el triunfo. Es la sangre de raj8s y de mArtires cristianos que eorre por mis venas. Yo se muy bien que el idioma espaiiol, sobre todo el literario, eats p8S8lldo su calle de amargura en Filipinas. Pero, se 12 tarnbien que aUn vive. No se ha rasgado todavia el velo rlel ternplo de la hispanidad. Es la noche oscura del espafiol, es verdad. Mas, Dios, que es providente, nos rnanda un Gimenez Cabal1ero, eapafiol, y un Bernal, rnejicano, hispanoarnericano, para ilurninar nuestra noche 16brega con la luz de su pa la bra bella, confortante, y el brillo ·de sus ideas fectmdas, esperanzadoras, salvadoras de la comti.n cultura. Si algti.n dia (Dias no lo permita) en Filipinas hiriese nuestros oidos el IUgubre canto del "Requiem eternam" sobre el cad.liver de la lengua que inmortalizaron Cervantes y Rizal, : no lo dudeis ! ello se debera a la inconsecuencia, !nsinceridad, ingrat.itud y doblez de almas que aparentaron, pretendieron quererla con sus labios y promesas hueras, para despues crucificarla y matarla con sus hechos y su conducta. Es el beso de1 Iscariote. Las generaciones futuras de Fi1ipinas que se verian huEirfanas de la valiosa herencia i, no tendrian raz6n de echarnos en cara nuestra parte de culpa, por nuestra apatia., por nuestra indiferencia y descuido? i Ah! Nosotros que una .v mil veces hemos jurado romper lanzas por la causa del 1•spaiiol, hagamos tm minucioso examen de conciencia, y lJreguntemonos: l. Que hemos hecho par ese idioma al cual queremos coma a la niiia de nuestros ojos? ;.Cu&ntas veces r,uJimos haber hecho un gran bien a esa lengua, y sin embargo, nose lo hicimos? ;,Necesitaba de nuestro apoyo material y se lo habiamos negado? Y otras mil preguntas m8.s que delatarian nuestra vergonzosa culpabilidad. Pues Liien, seiiores hispanistas, queridos hispan6filos, aUn es tiempo de enmendar el eITOr. La causa no est.a del todo perllida todavia. Aprestemonos a la lucha, pongamos a con1 ribuci6n todas nuestras fuerzas, que asi lo exigen los saeratisimos intereses de la patria. Si perdemos el castella.no y la cultura hisp&nica tal vez vivamos en magnificos l"&scacielos y con a ire acondicionado o refrigerado; pero vivirfamos en la mas triste orfandad, y la orfandad es un lS gravisimo mal, Ulla gnm desgracia qu_e enerva el espiritu mas animoso y. de-nodado. 1, Morir& el espaiiol en Filipinaa? Puede Eter. Quedarin gloriosas ruinas ~ todos los dialectos del pais: I cuantas voces de hisp8.nica ralz ! 1, No es esa jerigonza chabacana dialecto de la lengua castellana? Puea esta en nuestra lengua ese languaje, sublime esa uni6n su aprendizaje. Suceda a la pasi6n serena calma, y aclame al espa.fiol la nativa alma. Lengua de suyo alegre eual la aurora. tambien sabe llorar eon el que Uora. Ella no es s6lo propiedad de Espafia: es de efle mundo, entrafia de su entrafia de ese gra.n. mundo hisp8.nieo fecundo, capaz de mejorar con su fe el mundo. J Fuera un quierer irraeional, ves8nico, desgajarse del fuerte tronco hiepan.ico I Si con la Hispanidad no est& unida, esta Perla estara en el mar. . . i perdida ! SI, nuestra es esa Iengua. de Cervantes. La heredamos de hispanos navegantes; de aquella noble y ealumniada. Espaiia que hazaiia de Dios hizo de au hazaiia; que si, humana, cometi6 el"?"ores; tsrnbihn nos dio el Amor de Jos amores. Tengo para m.f que defender el castelld-no, fomentarlo y. propagarlo es "hacer pa.tria", es un acto patri6tico del m&s subido quilate, es hacer justicia a la sangre de nuestros mA.itires y . heroes que con su verbo castellano, en novelas, pi-oclamas, arengas. volantes y eseritos de todo gbiero, int~endiaron en el alma de nuestros patriotas el fuego de la lib:ertad y la independencia. Si la temAtica central de este Congreso es la din8.mica tel nacionalismo filipino, me aventuro a afirmar que la dogm8tica de lo filipino debe sintetizarse en estas dos pa1abras: FE. HISPANIDAD. Por ser este Congreso "digno colof6n de Ia celebraci6n del cuarto oentenario de la cristialtizaci6n de Filipinas'', permitidme que haeiCndome eco de las solemnisimas fiestas celebradas en Cebll, os diga: Era Filipinas flor con sus petalos paganos; mas el Dios de los cristianos la perfum6 con su ari:lor. Demos gracias al Senor: Su providencia divina hizo un trono de su amor a esta tierra fi1ipina. Y a la misionera Espafia que fue la mensajera de ese a.mor .le Cristo a Filipinas, le digo: Si, por voluntad divina, ya los politicos lazos quedaron hechos pedazos; Espafia, sobre esa ruina, en mi tierra filipina, aU.n tu imperio queda en pie; porque aquf fulge y se ve la luz de tu hermoso idfoma, y aUn nuestras almas aroma pura esencia de tu Fe. Emete1-io Barcel6n y Ba1·cei.6-Soriano Discurso pronunciado en la sesi6n de clausura del Coril!reso Hispllnico de Fi1ipinas el dia 8 de mayo de 1965. 16
FIUPINAS EN LA HISPANIDAD Filipinas estd dentro de la Hwpanidad. Es parte integrante de ella. Espana y las veinte namones del Centro y del Sur de America con Filipinas forman lo que se conoce por el griipo de pueblos hwpdnicos. Estdn comprendidas en el lmperio de la Fe. Al igital que las namones hispanoamericanas, el pueblo de Filipinas ha sido ganado a la civilizaci6n cristiana por Espana, mcis que por la espada, por la Cruz, en ciimplimiento de la voluntad de aquella <lama singular, la gran Isabel la Cat6lica, al proclamar en su testamento este ideal: "Atraer a los pueblos de lndias y convertirlos a la Santa Fe Cat6lica." Por consecuencia, tienen estos pueblos la mwma formam6n espiritual. Porque son identicos los prinmpias cristianos que informan el concepto y regimen de la vida, estaban dotados de la mWma estriicturaci6n politico-administrativa. La semejanza en costumbres y tradici6n es patente e innegable a los ojos del etn6.grafo menos competente. El origen y proceso de la civilizam6n occidental o cristiana de Filipinas es similar al de las naciones hispanoame1·icanas. No hemos de buscar este origen en las nebulosidades de la prehwtoria, sino en el acceso a la luz del espiritu. Y este acceso se realiz6 a la venida de Magallanes. Esta obra no fite de conquista1 ~no de cultura y civilizaci6n, altamente misionera, como lo prueba el hecho elocuente de que hasta los presentes dias esta obra se sostiene y p1·0seguira hasta la terminaci6n de las edades. La Hispanidad es la sintesis de todos los valores espirit?tales que, con el catolicismo, forman el patrimonio de los pueblos hwpanoamericanos y de Filipinas. En consecuencia, a los hispanistas les corresponde defender y preservar el cristianismo, el progreso, la cultura, el pat:riotismo, la tradici6n y otros conceptos que son como el ideal de nuestro pueblo. Ellos son ws Caballeros del I deal. Los que, por su educaci6n y cultura, por su posici6n y prestigio, por herencia y convicci6n, esUin comprometidos a perpetuar y propugnar ws principios y conceptos que sobi·e el hombi·e, la familia, la sociedad y el Estado han absorbido en la fertil literatura castellana. Por eso los hispanistas filipinos se esfuerzan por conservar la rica herencia del idioma de Cervantes, de Rizal y dem<is heroes de nuestra patria. Jose Ma. Delgado
jHABLALE, SE~OR! CP•r• el P""ldente Marao.) R~11•1N~mintoe, ~ luz4' hf V.,..,,_ arMM tu. Caridad n1 humanoa eentimierdos. E• ..,.. problemaa v .......... no l• alwrlltlona, Seiior: Hdblale fl. demos premioa al "Pe A/f'I por tu A.,-. Y lldblak con clqridqd; luu que ainta tu Preiancia: quc hi. Pa./.&lms t1a l4 umrici, U 14 110Z di atwJtMJad. Hdblal• th av.a dtberu, JM, lfU• " .. pr;.,,U.giof; Mblak " toef'ila~ quc mcmciUcx loa pOl.lnn. H4blaW thl ccmwn~ como oborlo d.el cwem.o, 'II el mdti d..,. rkrpotiamo ba.ja a.nti/41& tU gobierno. Htiblale 4. li'ifipin4e """~cscltuml: No /1U, al eabo, todo •~, dhi~roatU. H dblolc 44 fnltitud como '4 nwjor preaeG rkl lu&mau que de1ea. U•11tw a 14 nulfttud. HdblaZ. tU pweblo1 /Ml,,e,1 441'/•raxtNdieiift que 110%4A lu puma mielu tkl DioUto Cora:-6ft, HdW. U otni vietoria. rin ~ 'II .m f'mcor, en •I •eno tU tu oloria, f"tlHla.tlictorio:~. HdblaU, en /i•, th .II~ la Madre d• eeta nori6", /uff&te d• n1ct11tra a.lagrfc, nueatra area de aalvuoi6n. ENV/O Cruulillo: Yo llq>ero que abnu tu coraz6n 'II tu menu a. la.a Divina Pola6nu 11 te hagan buett. ~Henna.nos: Lftl4ntftKOa area• a.l Je/e tU la No.cih: qtU 1fO a mi alma. J>O.N Mt1reoa lwanto til rk mi onu-i6tt.. Emeterio Barotl6n Barcel4-Soriano 28-XII-'J6
LA ACADEMIA FIUPINA (Hi&toria resumida) En el anuario corriente de la Real Academia Espafiola que inserta una relaci6n de las Academias Correapondientes por orden de establecimiento, la Academia Filipina figura en deeimo lugar precediendo a las de otroa diez paises hisp8nicos que habian ganado, excepto uno de ellos, su independeneia politica muchisimos aiios antes que Filipinas. Esto nos da idea del puesto de privi1egio que ocupamos en Ia consideraci6n de los espaiioles, particularmente en la de los ilustres academicos de la Espafiola. E igual privilegiada consideraci6n venimos disfrutando estos t'iltimos aiios entre los pueblos hermanos de Hispanoamerica que tanto se_interesan por la consenraci6n del lazo lingilistico y cultural que nos une a el1os. Lo hacemos constar en esta breve reseiia hist6rica de la Academia Filipina, en su primer Boletin independiente, como testimonio de agradecimiento a espaiioles e hispanoamericanos y, al mismo tiempo, como expresi6n de nuestra esperanza de que seguiremos gozando indefinida~ mente de tan grato y beneficioso privilegio. La primera iniciativa del establecimiento en Manila de una filial de la Academia Espaiiola se acredita a un cart6grafo espaiio1 que habia vivido muchos aiios en el pais. Se llamaba Enrique D' Almonte. Lo afinna otro espaiiol, tambien antiguo residente de Filipinas, donde ejerci6 brillantemente el periodismo. El barcelones Joaquin PellicetUL Camacho. Fue a instancias de D' Almonte, el que don Manuel de Sa,ralegui, que habfa estado de joven en FiJipinas, presentara una moci6n a Ia Espaiiola para la realizaci6n de la idea de su amigo y colega en la Geografia, el citado D' Almonte. Acogida la moci6n y autorizado Saralegui para seguir adelante entreg6 a D' Almonte ejemplares de Reglamentos y Estatutos encarg8.ndole que los trajera personalmente a Mani1a. En efecto, D' Almonte embarc6 en el correo espaiiol "Carlos Eizaguirre" con los referidos e.iemplares. Por rlPsnacia, P.) buque se hundi6 trAgicamente en las aguas del Caho de Buena Esperanza, y entre Jos que perecieron figuraba el desventurado y benemerito D'Almonte. Fue aquello en 1918, 24 durante la primera guerra mundial. La autorizaci6n de la Academia a favor del Sr. Saralegui se mantuvo y cuando Pellicena Camacho le habl6 del asunto, por correspondencia, en el mismo afio, le autoriz6 a este a que prosiguiera con las gestiones necesarias. Debemos anotar, sin embargo, que antes de estas gestiones de D' Almonte ya habia la Academia Espaiiola nombrado a un filipino como su correspondiente en Manila: era el egregio orador, literato y jurisconsulto Macario Adriitico, quien, a propuesta de don Jacinto Octavio Pic6n, don Ram6n Menendez Pidal, actual Director de la Espafiola, y el Conde de Reparaz, fue elegido en 1911 o 1912. En 1918, a propuesta de don Francisco Rodriguez Marin, don Manuel de Saralegui y don Emilio Cotarelo fueron nombrados co-rrespondientes don Fernando Ma,, Guerrero y don Tirso de Irureta Goyena. Un ilustre literato espafiol tambien antiguo residente del pais, don Lorenzo Bello, fue encargado para que entregara los diplomas correspondientes a Guerrero e Irureta Goyena. S6lo pudo hacerlo con el p1•imero, pues cuando lleg6 en 1919, ya hacia mas de dos meses que el segundo habia fallecido. Este fallecimiento retard6 la realiza,.. ci6n del proyecto de crear la Academia Filipina. En 1919 fue nombrado Claro M. Recto. Luego lo fue don Manuel Ma. Rinc6n. Y mas tarde, en 1923, fue elegido don Ignacio Wll.a.mor. Habia ya entonces el niimero necesario de correspondientes para que pudieran solicitar la constituci6n de 11na Academia filial. En efecto, la solicitud fue acogida y al afio siguiente, 1924, fueron ele~idos otros ocho correspondientes, los sefiores don Josi Ma. Romero Sa&!s, don Enrique Z6bel de Ayala., don Ep!janio de los Santos Crist6bal, don Juan B. Alegre. don Esteban Lanza, don Manuel Rdvago. don Guillermo G6mez Windham y don Ram6n Torres Araneta. En otra pligina aparece el Acta de Constituci6n de la Academia Filipina, y en la cual consta c6mo qued6 formada la corporaci6n. Su inauguraci6n solemne se 11ev6 a cabo el 25 de juJio de aquel aiio 1924 en el sa16n de la Casa de Espafia (que qued6 destruida en febrero de 1945), coincidiendo con las fiestas del Dia Espaiiol o de Santiago Ap6stol. Hablaron en aquella ocasi6n el ilustre Rector de la Universidad de Sto. Tomas, M.R.P. Manuel Arellano, O.P., el academico don Manuel Ravago y por Ultimo, el Excmo. Sr. C6nsul de Es25 pafia, D. Juan Potous, quien, al final, .declar6 formalmente abierta la Academia Correspondiente e hizo entrega de los diplomas a las academicos. La segunda parte del acto consisti6 en la entrega del Premio Z6bel a D. Buenaventura Rodriguez y a D. Manuel Bernabe. Al dar -noticia de esta b~,auguraci6n el Boletfn de la Academia Espaiiola, y refiriendo~e a la junta del 2 de octubre de 1924, en la que se inform6 4el hecho, la califica de "suceso fausto, no s6lo para la Academia, sino para Ia naci6n toda, que tendrA en el nuevo lnstituto un elemento defensor de la conserVaci6n, propagaci6n y cultura de nuestra lengua." A principios de abril, pudo la nueva Academia comenzar a celebrar sus juntas, cuyo mimero y fechas no es posible citar pues no quedan actas ni ningUn otro documento origin&! de aquel primer periodo de su actividad, a causa de diversos motivos. Los informes disponibles provienen de lo publicado en el Boletin de Ia Academia Espaiiola y unas entregas in,completas del Boletin de la Academia Filipina, publicado en las com.ienzos de au segundo periodo de vida. Sus primeros acuerdos fueron la revisi6n de los filipinismos inclufdos en el Diccionario, construcci6n de un edificio propio en ~ solar ofrecido gratuitamente, fundaci6n de una biblioteca para servicio propio y designaci6n de delegados en dive~as partes del pais. En noviembre de 1924 se aprobaron los Estatutos. Se volvi6 a reunir cinco meses despues para adoptar los acuerdos mencionados. En 1925 o 1926, la Ac&deniia resolvi6 completar a dieciocho el nU.mero de sus miem~ros, _eligiendo al efecto a los seiiores D. MariaM JeB'lll CUMCo, D. Pascual B. Asanza, D. Pedro Sabido, D. Manuel C. ·Bri(X'!Ws, D. Rafael Palma y D. Manuel Bernabe. En 1928 experiment6 la Academia su primera baja con el fallecimiento de su bibliotecario, don Epifania de las Santos. Al aiio siguiente, 1929 ocurren nuevas perdidas. las del Director don Jose Ma. Romero Salas, fallecido en Espaiia, y la de don Fernando Ma. Guerrero. A iniciativa del C6nsul General de Espaiia, limo. Sr. D. ·Luis Calder6n, los academicos se reunieron el 23 de marzo de 1930, estando presentes nueve de ellos. Su primer acuerdo fue proponer el nombramiento de los ·seiiores don Cecilio Ap6stol, don Jaime C. de Vey-ray don Te.odo-ro Kd.taw para cubrir las tres vacantes que se habfan producido. E inmediatamente procedieron a· 1a reorga.nizaci6n eligien1<> a las nuevos oficiales., con el siguiente resultado: ·D. 26' Rafael Palma, Director; D. Jaime C. de· Veyra, Secretario; D. Manuel Ma. Rinc6n, Censor {reelegido) ;-D. Teodoro M. Kalaw, Bibliotecario; y D. Enrique Z6bel de Ayala, Tesorero (reelegido). Con esta reorganizaci6n em.pieza el segundo periodo de vida de Ia Academia, que se habria de distinguir del anterior por su actividad. lnmediatamente despues de cubiertos Ios cargos, la nueva directiva, bajo la presidencia del se:iior Palma, acord6 celebrar la recepci6n de los recien nombrados academicos el 25 de julio (Dfa Espa:iiol). La junta siguiente fue celebrada el 7 de junio, en la que sigui6 actuando interinamente de secretario el se:iior Rinc6n, por no haberse aU.n recibido de Mad1,id la confirmaci6n de Ia elecci6n del sefior De Veyra, quien, sin embargo, estuvo presente en la junta. Se acord6 el programa a que se sujetaria el acto de la recepci6n : presentaci6n de los recipiendarios por Manuel Bernabe, tras unas palabras preliminares del Director, sefior Palma; un solo discurso de recepci6n que seria preparado por don CeciJio Ap6sto1. Hubo adem&s otros acuerdos. Nueva junta el 5 de julio en la que se adoptaron varios acuerdos y se reconsideraron algunos detalles de la recepci6n acadCmica. Esta se Uev6 a cabo en la noche del 2.4 de juJio (1930), en la Casa de Espa:iia. Esta vez bubo algunos mimeros musicales. Discurso por el Director; presentaci6n de los nuevos acadCmicos por D. Jose R. Teotico, Correspondiente de la Academia de Ciencias y Artes de Cadiz, en sustituci6n de Be1•nabe ; discurso de recepci6n por D. Cecilio Ap6stol, leido por el Sr. Ka.law, y nada mas. El 15 de agosto se reuni6 la Academia, y aprob6 el informe sobre la palabra dato, objeto de una consulta de la Academia central; se acept6 la proposici6n de la revista Excelsior de publicar como apendice de la misma, en forma de boletin, los acuerdos y trabajos literarios de la Corporaci6n; designar unfl. comisi6n para la selecci6n y nominaci6n de delega!i_os, y crear otra para la preparaci6n de un reglamento y revisi6n de los estatutos. Farace que ya no hubo ninguna otra junta aquel afio. En el siguiente, 1931, se reuni6 cuatro veces: el 17 de enero, en cuya junta se confirm6 el resultado de una consulta de] Director sobre si debia o no recomendarse a dofia Concha Espina para el Premio N6bel; aceptaci6n en principia de las observaciones del Sr. 'Rinc6n sobre la pronun·ciaci6n Uana de la voz cogon, sin plural y la eliminaei6n de "cafias" e "indios" en la definici6n por impropias; aprobaci6n del costo de una tirada extra de 25 ejemplai'es 27 de cada edici6n del Boletin; promover entre loa alumnoa de los centros donde se enseiia el castellano concursos para fomentar1o, ofreciendo algunos premios; designar como Delegados de Ja Academia a don Dionisio Jakosalem, don Filem.6n Sotto y don Buenaventura Rodriguez, en Ceb6; don Flavio Zaragoza Cano y don Eliseo Herv&s, en Iloilo; don Agustin P. Seva y don Jose C. Locsin, en Negros Occidental; don Camilo Formoso, en Albay; y don Eduardo Gutierrez David, en Pampanga. En la junta del 13 de junio, a petici6n de Manuel Bernabe que querfa someter un drama hist6rico en verso sobre Gregorio del Pilar, se acord6 que una parte de la obra se leyera en sesi6n p6blica. Al dia siguiente de est.a junta, el 14 de junio, falleci6 el senador don Juan B. Alegre, primera baja de la Academia en su segunda etapa. Con la acquiescencia del Casino Espaiiol, la Academia celebr6 sesi6n pllblica en e~ sa16n de dicha sociedad el 24 de julio. El secretario Sr. De Veyra ley6 una revista o breve memoria de Ja actuaci6n academica; el Sr. K&law una "prosa literaria" y Hernabe el fragme:nto de su drama referido. Al final se hizo entrega del Premio Z6bel de aquel aiio a los seiiores Jose R. 'I'eotico y Roman Joven. La. Ultima junta del aiio se ce1ebr6 el 19 de septiembre. Entre los acuerdos figuran "una nueva encuesta de PIO por cada miembro para fondos generales"; contestar al Sr. R. Fernandez Mira que solicitaba ser miembro correspondiente, en Buenos Aires, Argentina, que la A. F. cart!cfa de atribuciones para ello; contestar ciertas consultas de la Academia matriz. Por Ultimo, se procedi6 a la elecci6n por balota secret.a del que habia de cubrir la vacante producida por Ia muerte del Sr. Alegre. Despues de cuatro escrutinios result6 elegido don Leoncio Gonzcile.z Liquete en competencia con los seiiores Enrique KB.law Laygo, Buenaventura Rodriguez, Flavio Zaragoza Canoy Jose R. Teotico. En el afio siguiente, 1932, no bubo mas que una sesi6n, la de la recepci6n del nuevo academico, Sr. GonzAJez Liquete, y fue el 25 de ju1io, en Ja Casa de Espaiia. Era entoncea C6nsul General de Espaiia, don Luis Censano y Ariiio. Hizo la presentaci6n del recipiendario eJ Director, Sr. Palma; luego el Sr. Liquete 1ey6 su discurso sobre la "Relaci6n entre el idioma espaiioJ y la cultura filipina actual". Le contest6 don Manuel C. Briones. El 19 de enero de 1933, volvi6 a reunirse la Academia y en la junta se trat6 de la comunicaci6n recibida de Ja Academia Arirentina de Letras en la que participaba su crea.ci6n y su deseo de colaborar con la A.F.; dos cartas particu28 Iares de D. Ram6n Menendez Pidal al Sr. Palma y al Sr. De Veyra averiguando sob re la exactitud de· ciertos datos relativos a los hispanohablantes y angloparlantes del pais; una carta del Sr. D. Francisco Rodriguez Marin al Sr. De Veyra; recibo de una antologia del poet& ecuatoriano Ismael Enrique Arciniegas; autorizar el gasto para el "roneo" de las actas y las 6rdenes del dia. Al final se hizo notar la irregularidad de la publicaci6n del Boletin por falta de material. En 23 de mayo de este afio, sufre otra perdida la A.F. con el falle-cimiento de don Ignacio Vil1amor. Unos meses despues la Academia elige pa1•a sucederle a don Norberto N. RomwUdez quien, el 25 de julio del mismo afio hizo su ingreso leyendo su discurso sobre "Influencia de la pronunciaci6n castellana sobre la fonetica fi1ipina". Le contest6 el Sr. Veyra. Termin6 el acto con la entrega del Premio Z6bel que fue un accesit a don Buenaventura L. Varona. S6lo se ce1ebr6 una reuni6n de Ia A.F. el afio 1934, y fue en celebraci6n no del Dia Espafiol sino del entonces Jlamado Dia de la Raza, en 12 de octubre. Asistieron ocho academicos. El Sr. Teotico, miembro del jurado del Concurso Z6bel, ley6 unas cuartillas del Sr. De Veyra, y, a su vez, el Sr. Romu8.ldez un breve estudio sobre el puesto del castellano en la historia de Filipinas, su utilidad y su necesidad futura. Se hizo al final la entrega del Premio Z6bel a los Sres. Pedro Aunario, Alejo Valdez Pica, Pacifico Victoriano y Francisco Vi1lanueva, jr. El afio 1935, los sefiores De Veyra y Z6bel, secretario y tesorero, respectivamente de la A.F. comunicaron a la Academia matriz, "halagadoras noticias" sobre el cultivo del castellano en Filipinas y el Sr. Z6bel present6 "a la Acade-mia un gran niimero de libros, folletos, revistas y peri6dicos que comprobaban suficientemente la verdad de sus afirmaciones". Estas noticias las oy6 la Academia Espafio]a en una sesi6n celebrada el 28 de marzo y dedicada enteramente a este asunto. Como resultado, acord6 enviar un mensaje a la A. F. por conducto del academico D. Enrique Diez Canedo quien 11eg6 a Manila a principios de 1936. Para recibir el mensaje, la A. F. celebr6 sesi6n extraordinaria el 26 de enero, en la que habl6 el Director, Sr. Palma. Algunos me-ses despues debi6 de celebrar alguna junta, para acordar la convocatoria de un certamen poetico el 20 de septiembre. Se anunci6 en abril y se fijaba el plazo hasta el 15 de agosto Se tuvo que suspender. 29 En 1937, 10 de junio, fallece don Manuel Ravago, padre, y el 27 del mismo mes se reU.ne la Academia y acuerda hacer eonstar au eondolencia y fijar definitivamente el 26 de julio de cada aiio como aniversario de su fundaci6n, cele-brando el dia eon una sesi6n pU.blica. Acord6 tambien crear el "Premio Ravago" para au otorgamiento a los alumnos de castellano mAs aprovechados de las escuelas pU.blicas y privadas donde se enaeiiase dicha asignatura. Esta buena idea qued6 frustrada. La Academia celebr6 en efecto la sesi6n pU.blica el 25 de julio, pero no en la Casa de Espaiia sino en otro lugar, y se dedic6 el aeto a honrar Ia memoria de don Manuel. Hablaron el Sr. Pahna, la Sra. Da. Elisa Gutierrez de AbeUo, que deelam6 la poesfa de Ap6stol dedicada al dia funto, y, finalmente, el Sr. Romutildez. Siete meses despues, el 30 de enero de 1988, celebr6 junta la Academia para elegir a don Antonio M. Abad. A los cineo meses, una nueva ba,ja experimenta la corporaci6n con el fallecimiento de don Estaban Lanza, el 6 de julio, y dos meses mas tru.·de, el 7 de septiembre, faJlece a su vez don Cecilio Ap6stol. Para cubrir las dos vacantes, se i-eU.ne la Academia el 2 de octubre y elige a don Pedro Aunario y a don Francisco Liotngson. El Sr. Abad fue recibido el 19 de noviembre, disertando sobre "El idioma espafiol y su destino hist6rico", siendo contestado por el Sr. De Veyra. A las poeas semanas, el 10 de diciembre, fue recibido a su vez el Sr. Liongson cuyo discurso vers6 sobre la "Literatura y tecnica de la obra teatral". Se encarg6 de eontestarle el sefior Abad. Arnbas sesiones se llevaron a cabo en la Casa de Espaiia. En 11 de febrero de 1939, la Academia celebra otra sesi6n pU.blica para recibir al Sr. Aunario que habl6 del 11Pugilato de lenguas: Ia situaci6n en Filipinas". Le contest6 el Sr. Briones. El acto se celebr6 igualmente en el Casino Espaiiol. En este afio sufre nueva pentida la Academia, pues el 24 de mayo falleci6 el Sr. Palma, y para sucederle f"n la direcci6n, fue elegido don Gui1lermo G6mez. El siguiente afio. 1940, celebra sesi6n la Academia el 18 de marzo y elige al Dr. Jorge C. Bocobo para cubrir lavacante producida por el fallecimiento de] seiior Palma. En el mismo afio, fallecen tambien el Sr. Gonzalez Liquete, el 24 de octubre, y el Sr. K81aw, el 4 de diciembre. En 1941. US de junio, elige la Academia a los sefiores don Arsenio N. Luz y don Frand.sco Varona. Este se hallaba ausente entonces y no pudo ni siquiera enterarse de su 30 elecci.6n, pues falleci6 inesperadamente en Estados Unidos, donde se hallaba en misi6n oficial. El Sr. Luz, en sesi6n pU.blica del 25 de julio, .bizo su ingreso hablando sobre la "Evoluci6n del Periodismo Filipino". Le contest6 don Mariano JesU.s Cuenco. Al final del acto se hizo entrega del Premio Z6bel que correspondi6 al Sr. Francisco Rodriguez. Fue esta la Utima reuni6n de la A. F. en su segunda etapa, pues la guerra del Pacifico suspendi6 todas las actividades del pais que no se relaeionaran eon el esfuerzo beJ.ico. La tercera etapa de la A.F. comienza en 20 de abril de 1947 al reunirse los pocos acadCmieos supervivientes que se ha1Iaban entonces en Manila, y elegir cinco nuevos miembros para cubrir las vacantes que existian, pues durante la oeupaci6n habian fallecido don Enrique Z6bel el 17 de fehrero de 1943; don Pedro Auna.rio en 1944; y don Manuel Ma. Rinc6n en febrero de 1945, durante la batalla de Manila. Los cinco electos eran dofia Evangelina Guerrero de Zacarias, la p1•iinera mujer electa academica, quien, sin embargo, rehus6 aceptar su elecci6n movida por su grande y autentica humildad; el Dr. Emeterio Barcel6n y BarcelO-Soriano, que se hallaba ausente de Filipinas; el poeta don Lorenzo Ptrez Tuells, el Sr. D. Jose Lauchengco y don En1ique Ferndndez Lumba. Se reunian los academicos en el local provisional de] Casino Espaiiol, en la Plaza de Goiti que luego se traslad6 a Paco, no lejos de la entonces Legaci6n de Espaiia. Por mayo de aquel aiio, aprovechando un viaje que hacia a Espaiia, el Sr. Lauchengco fue portador de un mensaje del Director de la A. F., S1'. G6mez, mensaje que aquel ley6 en una sesi6n de la Academia Espaiiola celebrada el 22 del citado mes. Tambien llev6 una carta del Sr. De Veyra para el Sr. Casares. Por otra parte, el Dr. Barcel6n, por acuerdo de la A. en su sesi6n del 20 de julio de 1947, fue designado para que representara a la corporaci6n en el IV Centenario de Cervantes que se celebraria en octubre. Se acord6 celebrar sesi6n todos los domingos. Algunas veces se reunieron en el local de la Legaci6n ofrecido por el Ministro Excmo. Sr. D. Teodomiro de Aguilar. A iniciativa del Sr. De Veyra se comenz6 la tarea de revisar los filipinismos. No se logr6, por desgl'acia, cumplir el acuerdo de reunirse todos los domingos, pues las mas de las veces no se presentaban mas que cuatro academicos. En el entre tanto, el Dr. Barcel6n, despues de asistir al Congreso Cervantino, solicit6 y obtuvo ser recibido por la misma Academia Espa31 iiola, leyendo su discurso sobre la personalidad de don Norberto Romu8.ldez y una poesia sobre las excelencias de la lengua espafiola, en la sesi6n del 23 de octubre (1947). Es el Unico que ha merecido hasta hoy tal privilegio SegUn el Sr. De Veyra, desde septiembre de 1947 a enero de 1948, s6lo cuatro o seis veces se habia reunido la Academia. En los aiioa 1948 y 1949, no logr6 la Academia reunirse ni una sola vez. EI 11 de abril de 1949, falleci6 Ia elect& academics. Evange1ina Guerrero. Por marzo de 1950, el Sr. De Veyra, contrariado por no poder reunir a los academicos, anunci6 su dimisi6n. Se logr6 hacerle desiatir y para ayudarle ae design6 al Sr. Lauchengco. El 5 de julio se reuni6 la Academia en el despacho del Sr. Lauchengco, en el edificio Perez Samanillo, de la Escolta. En 1951 debi6 de celebrarse alguna junta para tratar de la invitaci6n recibida para el Primer Congreso de Academias, celebrado en Mexico desde el 23 de abril al 6 de mayo, y al cual asistieron como delegados los Sres. Bocobo, Luz y Lauchengco. El 29 de abril de 1952 se celebra una junta, tambien en el despacho del mismo Sr. Lauchengco. El 15 de febrero de 1953, en el mismo local se celebra otra junta. Por entonces habia vuelto de provincias el Sr. Abad y fue nombrado Censor. A au iniciativa, y esperando dar impulso a Ia actividad de la Academia, se nombr6 al Si-. Luz Secretario Ejecutivo. En 1954, el nombramiento de D. Pedro Sabido como Embajador de Filipinas en Espaiia dio motivo para que los acadernicos se reunieran en el Casino Espaiiol el 28 de agosto. Se adoptaron entonces varios acuerdos, pero sin consecuencias. En 1955, el Sr. Abad, por conducto del agregado cultural de la Embajada Espaiiola, recibe la invitaci6n para el Segundo Congreso de Academias, que se celebraria en Madrid en 1956. Esto motiva una reuni6n de los academicos en un restaurante, el 19 de octubre, y alli se resuelve volverse a reunir el 28 del misrno mes en el Manila Overseas Press Club, donde se acuerda nombrar a los Sres. Abad, Barcel6n y Lauchengco para que representen en dicho Congreso a la A. F Por entonces, el Director Sr. G6mez se encontraba en 32 Espaiia en busca de salud. El Sr. Abad, asumiendo la responsabilidad del Director, acuerda celebrar una recepci6n pliblica para recibir a Ios electos que no habian alin formalizado su ingreso. En efecto, el 8 de diciembre se llev6 a cabo Ja sesi6n, en el saI6n del Colegio de Ingenieria de la Universidad de Filipinas, para recibir al Dr. Bocobo y a los seiiores Perez TueJis, Lauchengco y Fernandez Lumba. Presidi6 el Sr. Luz EI Sr. Abad dijo unas palabras prelimimt.res. El Di·. Bocobo hab16 de la "Orientaci6n Rizalista de Ia educaci6n filipina". El Sr. Sabido contest6 al discurso. En 1956 s6lo se reunieron dos veces los academicos. El 11 de febrero, a iniciativa del Sr. Abad yen el Club Nacional de Prensa, con el fin de ratificar la cesi6n que el Sr. Barce16n habia hecho en favor del Sr. Perez Tuells de su designaci6n como delegado al Congreso de Academias de Madrid. A Ultima hora, el Sr. Lauchengco desisti6 de asistir al Congreso, de modo que en este representaron a la A. F. el Sr. G6mez, que ya estaba en Espaiia, y los Sres. Abad y Perez Tuells. El Sr. Abad produjo honda emoci6n en los espaiioles e hispanoamericanos con la exposici6n que hizo sobre el estado critico del espaiiol en Filipinas. A los pocos meses de regresar de aquel Congreso, el Sr. Perez Tu ells falleci6 repentinamente el 7 de junio. En vista del estado precario de salud del Sr. G6mez, fue elegido para sustituirle como Director D. Claro M. Recto. El 19 de diciembre de este aiio 1956, la Academia celebr6 una junta en la residencia del nuevo Director. Nose pudo tomar ninglin acuerdo definitivo. El 17 de junio de 1957 fallece repentinamente don Pasb~:I o~~r~ae~z6bifo p::ti. r:;J:~ef~~ :J~~e:,1 ;; e~eb:~~~i~~; lo traia a Manila de vuelta de Cebli. Por encontrarse muy ocupado en el Senado, el Sr. Recto pi de al Sr. Luz que atienda en su Ingar los asuntos de la Academia. Asi lo hace y convoca a los academicos a una reuni6n en su residencia el 1~ de octubrP. El Sr. Abad RctUa de i>.Pcretario rlP. actas interino, en sustituci6n del Sr. Perez Tuells. Se adoptaron diversos acuerdos, entre e11os, el aumento del nUmero de academicos, segUn lo autorizado en el II Congreso de Academias de Madrid, y la celebraci6n de una sesi6n pU.blica para honrar la memoria de los miembros faUecidos. Antes de que se pudiera celebrar esta sesi6n, falleci6 el Sr. G6mez el 29 de diciembre. Por fin, el 16 de febrero de 1968, en el sal6n de sesionea del Senado y por gestiones del Sr. Lauchengco, se eelebr6 la sesi6n pliblica necrol6gica con la asistencia de casi todos los academicoa. Hablaron en ella el Sr. Abad e1og1ando a Perez Tuells; el senador Cuenco al Sr. G6mez; el Dr. BarcelQn, en verso, a Pascual Asanza; y el senador Sabido al Sr. Briones. Ya no volvi6 a reunirse la Academia sino el 23 de ju1io, en la residencia de su Director Sr. Recto para e]egir academicos a los Sres. Dr. Jose Ma. Delgado, Embajador entonces ante la Sante Sede; al magistrado del Tribunal Supremo, D. Arsenio P. Dizon" al Representante don Miguel Cuanco; y a los magistrados jubilados de aquel tribunal, D. Alfonso FBl.!:i y D. Jose Gutierrez David. El aiio 1969 pas6 sin haberse reunido la Academia ni una sola vez. En junio de 1960, el dia 12, en la residencia del Director, Sr. Recto, se reU.nen los academicos para designar quien habrfa de representar a la A, F. en el III Congreso de Academias, en Bogota. El Unico que estuvo dispuesto a emprender el viaje fue el Sr. Abad que someti6, para la aprob&ci6n de sus colegas, au ponencia sabre "La ense:fianza del es-pa:fiol a extranjeros que no lo hablan". Ya no volvi6 a reunirse, porque el Sr. Recto se estaba preparando para su primer periplo a Espaiia e Hispanoamerica, viaje que inici6 en agosto y del que no volvi6 con vida, pues estando en Roma el 2 de octubre, le sorprendi6 la muerte. En dicho mes, se reunieron los academicos dos veces, una para tratar del acto necrol6gico en honor del difunto Director, y otra para dete~ minar la sesi6n pliblica de recepci6n del Embajador Dr. 1;:1~;!%;~: 1~!v6:a~~b~a:: :l !~6~8~!111~~~cZ::1~ :!a £~ie~ de Ja Universidad Ateneo de Manila. Abri6 el acto el Dr. Barcel6n. Sigui6 el discurso del Dr. Delgado sabre "Perspectivas filos6fico-pedag6gicas", Le contest6 el Sr. Lauehengco. Cerr6 el acto el Vicedirector, Sr. Luz. Al mes siguiente, se reU.ne de nuevo, el dia 25 para honrar la memoria del recien fa1Iecido Director, Organiz6 el acto el Sr. Abad y se llev6 a cabo en el sa16n de la Far Eastern University. Pronunci6 el discurso necro16gico el senador D. M&riano J. Cuenca. El Dr. Barcel6n declam6 los versos compuestos por Manuel Bernabe que desisti6 de hacerlo, por no estar seguro de dominar su inmensa pena por la perdida del gran amigo y colega. D. Arsenio N. Luz, como Director, 84 dijo unas palabras emoeionadas, y, finalrn.ente, dio las gracias en nombre de la familia, Da. Maria Clara Recto Warner. Cuatro dias mas tarde, el 29 de octubre, al atardecer, muere repentinamente Manuel Bernabe. Con esta..s dolorosisimas perdidas, queda parallzada la Academia. Transcurre el aiio 1961 y est& mediando el 62. E~ dignisimo Embajador Excmo. Sr. D. Jaime Alba, secundando los deseos de don Julio Casares, procura que ]a Academia Filipina reanude sus tareas para estudiar Jos filipinismos. Con tal objeto, invita a los academicos a un almuerzo en Ia Embajada, el 27 de octubre, y asi les brinda ocasi6n para que despues celebren una sesi6n en que pudieran recibir a los que todavia eran electos. S6lo estuvo dispuesto el Sr. Felix quien ley6 unos capitulos de una tesis doctoral juridica escrita en caste11ano. EI Sr. Luz dijo al final unas palabras y agradeci6 el interes y hospitalidad del Sr. Alba. AJ aiio siguiente, 7 de marzo (1963), fallece el que por muchos aiios -habia sido secretario y animador de la Academia, don Jaime de Veyra. La siguiente reuni6n, y no exclusivamente de la Academia, se celebra el 25 del mismo mes de marzo para honrar y despedir al Embajador Sr. Alba. En 25 de febrero de 1964 ocurre otra baja en las filas academicas con el faJlecimiento de D. Mariano J. Cuenco. Hasta el 17 de octl1bre no vuelven a reunirse los academicos, y esta vez lo hicieron en el Club Filipino, donde acuerdan en primer termino revisar y enmendar los estatutos y asi Jo hacen acto seguido, aprobando las enmiendas en principio para hacerlo en la siguiente reuni6n en definitiva. Se trat6 ademas sobre quienes habrian de asistir al IV Congreso de Academias que se celebraria en Buenos Aires. Los Sres. Delgado, Barce16n y Lauchengco significaron su intenci6n de asistir. Volvieron a reunirse el 7 de noviembre en el mismo Jugar, y adoptaron definitivamente los estatutos enmendados Y eligieron como Vicedirector interino a] Dr. Jose Ma. Delgado. Asistieron al Congreso citado los Sres. Barcel6n Y Lauchengco, habiendo el Dr. Deh~ado desistido por motivos de salud. Se acord6 vo]ver a reunirse al regreso de los Sres. Rarce16n y Lauchengco. Por primera vez se imprimieron los Estatutos. El 14 de enero de 1965 comenz6 pr8.cticamente ]a cuarta etapa de la Academia Filipina con la reorganizaci6n de 35 la directiva, mediante votaci6n secreta, cuyo resultado fue la elecci6n del Dr. Barcel6n, como Director; del Dr. Delgado como Vicedirector;del Sr. Lauchengco como Secretario; y la reelecci6n del Sr. Fernandez Lumba como Censor. Sin embargo, el Sr. Lauchengco renunci6 al cargo, y el nuevo Director declar6 vacante el puesto y nombr6 al Sr. Fernandez Lumba para que actuara provisionalmente de Secretario. Se procedi6 tambien en la misma junta a elegir a nuevos academicos, cuya nominaci6n habia sido ya hecha en anteriores juntas, y resultaron electos Da Gloria ZObel de Padilla, el Dr. Agustin Perez Lizano, el Dr. Joaquin Ramirez de Arellano, el Dr. Carlos P. R6mulo, D. Bienvenido de la Paz, D. Francisco Zaragoza, D. Ram6rn Escoda, el Dr. An. tonio M. Molina.,_ la Srta. Ade~na. Gurrea, D. Jose G. Reyes, D. Enrique Maga&Jna, Dr. Manuel I. Abella, D. Josi G. Villanueva, D. Fidel A. Reyes, D. Rafael S. Ripoll y D. Alfredo Roa. En Ja misma junta, el Director nombr6 Tesorero al Vicedirector. Dr. Delgado, Al mes siguiente, 22 de febrero, se llev6 a cabo la primera sesi6n piibJica de esta etapa para la recepci6n conjunta del Dr. R6mulo, Ja Sra. de Padilla, el mag:istrado Dizon, el Representa.nte Cuenco y el ex ma.gistrado Gutierrez DaYid. Se Uev6 a cabo en el Abelardo Hall de la Universidad de FiJipinas. Abri6 el acto el Vicedirector. Sigui6 el discurso del Dr. R6rn.ulo sobre el Castellano en Filipinas, y despues de la imposici6n de la medalla, el discurso de bienvenida por el Director. Al final se hizo entrega del Premio Z6bel de 1964 que se otorg6 a la Sra. Da. Nilda Guerrero Barranco, quien, por enfermedad, no estuvo presente y la represent6 una hija. El 29 de marzo se tuvo la siguiente reuni6n, la mas concurrida hasta entonces, en la residencia del Director. Se confirm6 un&nimemente la designaci6n de D. Antonio M. Abad como Secretario, quien inmediatamente tom6 posesi6n del cargo y se adoptaron varias resoluciones, entre ellas, la de reunirse una vez al mes por lo rnenos, resoluci6n que se procura cumpJir merced al celo del Director y el Secretario y la cooperaci6n sincera de la mayoria de los miembros. El • de julio, se celebr6 la segunda sesi6n piii::llica, en el Casino Espafiol, para la recepci6n de D. Enrique Magalona, D. Bienvenido de la Paz, D. Rafael S. Ripoll y D. Jose G. Reyes. Habl6 el Sr. Magalona y le contest6 el Dr. Delgado. Tambien hab16 el Sr. De la Paz. Abri6 e:I acto con un discurso el Director. Dr. Barcel6n. El 17 del m.ismo mes se celebr6 junta ordinaria ·en el Edificio Paco, propiedad del Director y entre otras cosas se adopt6 el ca.36 lendalio de juntas ordinalias y pUblicas· preparado por el Secretario Sr. Abad; se fij6 una cuota anual de P60 para los fondos generates de la Academia. El 31 del mismo mes de julio, y en el Casino Espafiol, se celebr6 la sesi6n pU.blica de recepci6n del Dr. Perez Lizana, el Dr. Ramirez de Arellano y D. Francisco Zaragoza. Abl'i6 la sesi6n el Director. Luego el Sr. Zaragoza ley6 sus versos "Una hoguera en la noche". Le sigui6 en el uso de la palabra el Dr. Perez Lizano que habl6 de "Los lenguajes de caricter universal y Ia unidad espirituaI del mundo.'' El Dr. Pedro Sabido contest6 a los recipiendarios. Al termina1· el acto y por primera vez en los anales de la A. F. se distribuyeron ejemplares impresos del discurso del Dr. Perez Lizana. La siguiente junta ordinaria fue el 14 de agosto y en la residencia del Director. El 11 de septit:mbre se reuni6 en el Casino Espruiol y entre otros asuntos se tratO de la consulta recibida de la Comisi6n Pennanente de la Asociaci6n de Academias sabre las palabras camping y dunvping. La Ultima junta deI aiio 1965 se celebr6 el 10 de diciembre en el Casino Espafiol y ~n el1a se aprob6 el informe del Secretario Sr. Abad sabre las definiciones y traducciones de camping, dumping y offset. Durante el aiio registr6 la Academia nuevas bajas con el fallecimiento de los antiguos Dr. Bocobo y Sr. Liongson, el nuevo Sr. Magalona y el electo Sr. Roa. En el corriente afio, la Academia se ha reunido ya tres veces en sesi6n ordinaria y una en sesi6n pU.blica. Aquellas se han celebrado en el Casino Espafiol, el 14 de enero, el 18 de febrero y el 25 de marzo, y la llltima en el sal6n del Colegio de Educaci6n de la Universidad de Sto. Tomas, para recibir al Dr. Antonio M. Molina que disert6 sabre el tema "Metamorfosis Lingtiistica Filhispana". Le contest6 el Censor. En las juntas ordinarias el Secretario dio cuenta de la !~b~sd~!:::~o:~~~~~~e;{~~!d~e~~:e~d~\~~~s~~em:e~~ee la Academia tom6 nota para su eumplimiento y efectos eonsiguientes. Extracto en su mayor parte de la tesis doctoral Un bo3qiujo hi8t6rico de la Academia Filipina, preparada por la Sra. Lelilia Cortes Fernindez bajo la direcci6n del Dr. D. Rafael Balbin de Lucas, Catedritico de la Facultad de Filosofia y Letras de la Uni· versidad Central de Madrid. 37
Perfil Literario EMETERIO BARCEL6N Y BARCEL6-SORIANO Reflexivo y eerebralista, por raz6n de una despejada serenidad espiritual, el poeta D. Emeterio Barcel6n sacrament.a su Jirismo en la mas austera ortodoxia, sin sutilezas ideol6gicas ni verbales. Una definida propensi6n a la e&Pont8nea llaneza le ha aJejado del precioaiamo formal. Rara vez recurre a la figurac~6n movediza del simbolismo. Menos aU.n, a las corrientes surrea.Jistas. No tolera artificialismos ni rebusl'amientos que ponen en tensi6n al verso. Higienico de esphitu y templado dr. fe religiosa y Jiteraria, se ha atrinche1·ado en el tradicionalismo. Y jam&s tuvo la condescendenciu. de abandonar su estrofa a los vaivenes de arbitrarias escuelas. Se limita a forjar, civilmente, en Ios· yunques de &u propia estetica emocional. Y es un emotivo que razona. 0 un ide6logo qUe siente, con hambre de eternidad. La efusi6n escondida que coneuerda con los movimientos liricos del alma, imanta de santidad artistica y sentimental la creaei6n del poeta. ~l demarca y aquilata el t'nsueiio que amanece, eomo un fulgor, en Ia sobrehaz del pensamiento, y la proyecci6n analitica que busca la dimenci6n exacta de la s:msibilidad en una inquietud vigi1ante: esaa inflexiones imponderables de Ia pasi6n y del paisaje, que se reUnen en substancias potencia1es e ilurninan los horizo11tes del pensarniento. Posee la liturgia de la expresi6n geornetrica: Perspective. Colorido. Sinderesis. Diafanidad. Es un devoto de la grarn&tica. Mi.s de una vez ha sido oficiante de sus dogmas. El rito cl&sico de la gran metrica latina es su culto. Conoce ampliament.e sus preceptos y ha sabido veneer sus eomplejidades. 20 Sus ritmos, de eristalina estructuraci6n y culta simetria, refraetan la pluralidad de ondulaciones en que la bio)C'lgia del alma se unt! en belleza con el alma universal. Y asi, intcrpretan con justeza diversos desdoblamientos emotivos: lontananzas de idealidad nost81gica. Eucaristia sentimental de la coneiencia. SlJ. precepto ha de ser Ia sinceridad. Recorta la emoci6n del instante en la breve trayectoria de la estrofa, sobR la que se han de ajustar y concatenar los vocablos competentes y categ6ricos, prefiriendo la densidad de contenido a la dilatada elaboraci6n externa. (Acaso sea esta una f6rmula de dotar de consistencia artistica a la labor. La ~isia de lo humilde, de lo que pasa sin ser advertido. El rlesasosiego de la hoja desprendida que el viento arrastra, y que apenas se pereibe.) Tecnica que consiste en subordinar, sobre un concepto de funei6n directa, vocablos de composici6n simple.-Lo que har& resonar mejor la noble vibraci6n de los ritmos.- Se ductiJiza ~I verso en una intimidad reintegradora y de calor humhno, como un material preexistente. Llega a ser no s6lo punto de partida de eJegancia metrica, sino intimo acorde de cerebraci6n y fiebre. Facilita la visibilidad hacia los paisaj es espirituales. Se complace en la dignificaci6n de Ia pa1abra exacta. Sin 01namentaci6n. Mas, tampoco, de un escuetismo crujiente y seco. En ese respecto, cabe afirmar que nunca aventura una meta.fora ni un simil sin los fundamentos de la 16gica. Es de afiadir, como sintesis del elelllell.to de contraposici6n que en cantidad incontenida se manifiesta en el poeta, la virtualidad humoristica y jocosa. Puede alt.ernar, ~n lo que cabe de una a otra margen del contraste, el arrobamiento mistico con el ~ntimiento festivo, de atrevida curva epigram8.tica, comunicando asi a la palabra el calor l' la viveza de] genio latino. Desde Ja risa. de candoroso regocijo, que denuncia la salud del alma y cultivo cons21 tante del ingenio, hasta la. 59:p.risa belenica que a veces transparent& un dejo de filos6fie& melancolfa. Humorismo sano, sin component.es corroaivoa ni gro.. teseos. Donde la agudeza, r8pida y restallante, cumple sua tuneionea dP_ eomicidad. en la rigurosa ettmologia del donaire. Y, al Iado de esas resonancias que corresponden a las zonas de la ocurrencia divertida, Baroel6n estruetura en la P&trofa la emoci6n g6tica de la fe, como el mejor sello de i:iu dualidad constitutiva. Inst.ala, pieza a pieza, el recogimiento y la piedad. Lea dota de Iatido y de cadencia. Yi l'D una comuniOn ideal de verticalismo Hrico, lea desvincula de tlldo interis terreno. Sin cansanclo material Con propia vida interior, porque resPonden a la gran sed del 1-spiritu. Hay como una delicada voluptuoeidad en la a.clitud religiosa de au arte. La misma personalidad del var6n virtuoso, mas dado a meditaclonea morales y misticas que a Jos afanes de los hombres, es la aureola que proyecta la luz sobre Ia palabra inspirada del poet&. Surco que empieza en Ia limpidez del sentimiento y concluye en el temblor opalescente del verso. Ee que en Barcel6n la poesia es rezo y el rezo es poesia. Su vida, que se refleja en sus c4nticos y sus canticos que reverberan, como queriendo asomarse a su vida. Y en ese intimo fervor que fluye por la. vertiente ca.lid& de SUS versos y que es el m8s hello presente que Dios ha hecho al poeta., bien se echa de ver que es la diafa.nidad donde mejor se transparent.a. la identidad de Barcel6n y lionde su pulso firme rige con mAs dominio las rebeldfas de la estrofa. Le nutre y asiste un gran caudal de cultura humanist.a, que sus exodos por distintoa climas y ba.jo lejanos soles, la citedra erudita de la vida y Ja asignatura severa de] do]or:· acendran y ennoblecen. Hace tiempo que insign.es distinclones laureolan sus jornadas literarias. Ostent.a con dignidad apolinea el cl8sico tois6n de la Real Academia Espafiola y el de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. 22 Diversas condecoractones y trofeos atesora, conquistados en porfiadas lides poeticas. Pero, la presea que mejor resplandece en la diadr:ma que ciiie su frente de gentilicio de las letras, es el laura obtenido en certamen intemacional celebrado en Manila. con ocasi6n del Congreso Eucaristico, a que concurrieron las poet.as mlis esclarecidos de habla castellana e inglesa. Esa consagraci6n un&nime de! poet& de habla hispana sobre las mas altos exponentes de la poesia sajona en· Filipinas. constituye el magnifico alegato de la 1mperioridad intelectual y academica que, bajo el metodo de la instrucci6n cl8.sica, se ha dado en el pals. Posee una cxtensa y selecta biblioteca caste11ana. Ediciones fastuosas r ducaJes encuadernacione~ de enjoyadas vitelas y lo-mos t•uajados la prestigian. Con frecuencia es solicit.ado a participar y presidir. como un hierofante calificador, en certamenes Jiterarios. Pertenece a preponderantes anfictionias de cu1tura. Las auras de la opulencia le son propicias. -Hecho ins6lito en la vida de Ios poetu.- Tiene fe en la virtud de la humildad. Se ha bu~cado y encontrado a si mismo, desde las alturas de su propia modestia, balsS.micas de pied.ad. Esta en plena madure-z intelectual. Francisco Zaragoza 23
ACADEMIA FILIPINA Correspondiente de la Real Academia Espaiiola Vol. I Manila, Filipinas, 1966 Num. 1 PORFIN ... Por fin, al cabc de casi cuarenta y dos aiios desde 9U constituciiln, la Academia Filipina consigue, con la publicad6n de este Boletin, dar muestra concreta de su existencia, ilena de vicisitudes. Al ser rcorganizada con la elecci6n de nuevos oficiales y, sabre todo, de nuevos academicos no s6lo para cubrir los vados producidos por la caducidad de la vida humana sino tambien para traer a su seno elementos valiosos, represen.lativos de las diversas manifestaciones de la improba labor que ha realizado y sigue hacienda el hispanismo en Filipinas para defender el idioma espaiiol, surgi6 en seguida el prop6sit.:o de cumplir lo antes posible una de las disposiciones de los estatutos de la Corporacl6n. Plante6 esta idea el director doctor Barce16n y foe acogida un&nimemente. Pero i;e present6 igualmente el primer obst&culo: la falta de fon. dos, ya que la Academia Filipina, a diferencia de sus congC.. neres de Jos paises hermanos, no disfruta de ni.nguna ayuda, directa o indirecta, de ninguna fundaci6n particular ni mucho menos del Estado. El empeiio del Director ha podido, sin embargo, veneer de memento este principal obst&culo con la contribuci6n voluntaria de los mismos acadCmicos para dar el primer paso en esta labor especifica. Debemos decir, en justicia a nuestros antecesores, por lo menos a los que integraban la Academia al ser reorganizada en 1930, que tuvieron el mismo deaeo y awi. empezaron a 1ealizarlo. Aquel aiio, con la generosa colaboraci6n de la benemerita reviata ilustrada Exeebior, cuyo propietario era don Adolfo Garcia y director don Benito Blanco, por primera vez la Academia Filipina public6 su Boletin en fonna de entregaa de cuatro p&ginas aueltas, Nertaa en dicha reviata. Aquella fonna de publicaci6n era evidentemente precaria. Era dificil de aquella manera cumplir uno de los fineti llel Boletfo, el de servir de medio de comunicaci6n general no a6lo entre los mismos miembroa de la Academia Filipina &ino tambien con el pU.blico y, sobr.e todo, con la Corporaci6n matriz. la Academia Espaiiola, y sus hermanas de Hispano<1merica. La forma en que ahora se preaenta el Boletin es la ~egu­ lar y conveniente, y los a.ctuales academicos se proponen, con la ayuda de Dios, procurar que, por lo menoa anualmente, si no con men or intervalo, sacarlo a luz para saludar, como ahora lo hacen, a todos sus ilustres colegas de Espaiia y America. y darles a conocer lo que, dentro de sus muy limitadaa fuerza.a y venciendo dificultadee. cuya magnitud quiz& no puedan figurarse, vienen hacienda por el patrimonio comU.n del idioma que los heroee y constructores de laa baseti de nuestra nacionalidad filipina asimilaron haciendolo substancia do nuestra cultura nacional, pero que, circunstancias formidablea. creadaa por las vicisitudes de la historia, estBn minando insensible y gradualmente. La Academia Filipina, la instituci6n hiapa.nista m&s antigua del pais, renueva su determinaci6n de hacer cuanto le sea posible, en cordial colaboraci6n con los dem&s grupos hiapanistas filipinoa, a quienes saluda con toda efusi6n en eata oportunidad, no s6lo para conservar el caatellano como uno de los medias de expreai6n de la cultura filipina, aino tambien para desanollarlo y enriquecerlo como lo hiciero.n nuestroa compatriotas que, antes y despue& de Rizal. emplea1·on el idioma espafiol como lengua propia.
SAWDO A D. Lesndro Tormo, espaiiol, 11 D. Humberto Toscano, ecuatoriano, embajadMes de la Hi.spanidad Saluda a estos dignisimos sefiores que, en nombre de la Madre y del Hermano, tJ curar nuestros fntimos dolores nos tienden con amor su noble mano. De nuestra gratitud llevaos las flares, y def'id a ese mundo de lo hispano que en Filipinos hay aun amadores de la Madre comun y el Castellano. Es la Espana oriental la tierra mia, y de la Hispanid4d preck>sa flor; de la Madre de Dios, Virgen Maria es dulce nido de su casto amor. Griten conmigo, griten a porfia: 1Honor a Espafia! ;Viva. el Ecuador! Emeterio Barcel6n y Barcel6-Soriano Manila, 7 de octubre de 1965 16
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Academia Filipina