Nuestras entrevistas

Media

Part of Excelsior

Title
Nuestras entrevistas
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
NUESTRAS "ENTREVISTAS ''~ , NCONTRAMOS a Don Guillermo con un ca{'~\ tarro de mil demonios. No puede ni hablar, . :; ~., completamente afónico. No obstante tiene v;: Ja mesa llena de trabajos y como buen artillero, sigue al pié del canon. Otro mo.rtal, o inmortal, con menos motivo f.e hallaría encamado bajo un mundo de sábanas y brebajes. Pero ante Guevara, en esto, hay que descubrirse. Tr2ba.ia por media docena de Guevaras. Apesar del catarro y de ]a afonía accede amablemente a nuestra entrevista y posa con nosotros ante la cámara fotográfica paro EXCELSIOR. Y nos da una pena oirle ! El nunca ha sido un gran barítono, pero lo que es la voz que emite ahora causaría pudor a las chicharras. -¿Cómo estás, gran fiscal? -Pues ya lo ves, enfermo. Y en vísperas de dejar todo esto. "Tocio esto" son todos aquellos libracos, mamotretos, causas, expedientes y querellas y taquígrafas que le rodean. Sinceramente, desde el fondo del alma donde ca.da hombre tfene una bondad dormida, compadecemos al digno Fiscal de Han. GUILLERMO GUEV ARA la ciudad. Y comprendemos su cara de vinagre a veces . -¿Cuántos años llevas sirviendo al Gobierno? --Veinticuatro. -¿Como abogado? -No; hace catorce que soy abogado. He sido juez dos años y el resto, fiscal. -·Sinceramente, ¿por qué dejas el cargo? -Por mis hijos. El sueldo que percibo del Gobierno apenas si me ha bastado nunca a cubrir necesidades. -¿Y esperas ganar más fuera del Gobierno? -Infinitamente más~ ~a tengo, antes de dejar la Fiscalía firmados muchísimos compromisos para defender causas importantes. Esto aparte de las igualas, que son bastantes ... -¿Cómo es que precisamente escojes para abogar el bufete de los que han sido tus rivales en las causas Mab_unay, etc.? -Precisamente por esa rivalidad. Eit el transcm·so de las causas nos hemos tenido que cónocet· a fondo. -¿Quien crees que ser·á tu sucesor? -Mi. primer auxiliar: Aifonso Félix. -Durante tus doce años de fiscal, ¿cuantas causas h'1s perdido? -Personalmente, ni una. -¿Cuál es la que te ha dado mayor trabajo, la de más importancia? -La de la Srta. Romualdez. -¿Por qu,é? -Por todos sus incidentes, prejuicios, ,peripecias •.. ~¿En esa cS:usa, hubo lucha entre el caballero y el fiscal? -Enorme. Yo no queria presentar 18. querella. Estu've titubeando lo indecible hasta que no tuve más remedib que b&cer lo que·hice. -¿Coh dolor para el caballero? - Y para el fiscal. Callamos un instante. Luego, _ de pronto: .. -Se dice por ahí, clamamos, por entre clUbs. y sociales mentidores, que si has p~esentado la dimisión es con motivo de esa c8.usa. precisamente ... Y el fiscal pega un ~ote: -Hombre! Tú sabes el cuento del portugués? -No tengo, el honor de tratarme con portugue· ses. l 1 ·1.1 j ·~ l 1 l -Pues este era un portugÚés a qu,ien en una ri¡ia habían arrojado al fondo de un pozo. ·.Y desde alli· vociferaba sin poderse ,valer, con los puños extendidos y amenazando a-todo·_ el mundo: Al que me saque de aquí, le perdono la Vida! -¿Moraleja! -1 Que Manila está llen.a de portugueses! Sobre la mesa del fiscal Guevara, como. altos exponentes de sus_ indiscutidos valer y valiiniento, sorprendemoS variás cartas de personajes del Gobierno doliéndose de la dim\sión del fiscal al par que felicitándole por sus meritfsimos servicios _al país. • Y como hay un mun~o de gente que le aguarda, y las taquígrafa.e; van de aquí para allá cargadas de papeles y los teléfonos no paran, creemos llegado el momento de abandonar -aquel despacho, estrechando ULS mano~ del ilustre funcionario público y pundonorcso caballero social. f 1 i 1 l 1 1 •• ~ 11 1 1 i 1 + • 1 ¡ ... l