El sermon de la serpiente

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Title
El sermon de la serpiente
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Humoristico ESCENAS DE MANILA Por DON GALAOR En el tranvía de Santa Ana, lleno de gente dominguera. manaba un olorcillo 11municipal y espeso" capaz de alimentar de gases al Buró de Ciencias. Los viajeros en plena y sudorosa digestión ascendian al exacto número a que autorizan las ordenanzas municipales. Las plataformas, como indica su nombre servían de plato para el degu!>te de las que ofrecían las señoras. El cobrador ganaba el sueldo en el viaje. Mejor dicho, estaba muy expuesto a perderlo, porque ¿habrá algún monedero falso cumplidor de su deber, que no utilice ocasión tan propicia para colocar su mercancía? ... Después de unos minutos de travesía, surgió el primer incidente: Una señora tres cestas y cuatro niños, que no asrendían a corflpletar el billete, intentaron apearse; se armó el consiguiente lío y la escena se desarrolló así : -La Ermita Mi niño Permita Me ciño. Protestas Ayuda Las cestas Se suda. Y otras frases más, todas en verso, que no reproducimos por falta de espacio. -Me gustas más, que el mongo con hielo ... La "vodevilista" aparenfemente se asustó. Y no era para menos; aquel pollo cuadriculado y de franela, tenía para elJa una sonrisa tan canibal, que parecía como si ya hubiera comenzado a usar de sus derechos conyugales. -Haga usted el favor de retirarse. -Tan pronto comienzas a darme celos, vid·a mía? ... Los viajeros próximos soitaron la carcajada. La madre (?) de la "star", (calibre, el de la madre, del 15), intervino: -Tenga usted un poquísimo más de eso que algunos conocen por educación. -Habla usted con su hija, señora? ... -Déjalo, mamá, está "Híbrido". -Eso. . . Me permitiría demostrarle que no, a las doce de la "nait"? ... -¡Qué calor!. .. - Sf, mucho; deberían utilizar la corriente eléctrica para poner ventiladores. -Y que lo diga usted, (tercia el viajero complaciente); ventiladores o dar sorbete ... -¡Ya lo reo!. . . Como que en Nueva York, me parece que han patentado la idea. -Jesúf!, María y Josep ... -¡ Apo Santo Domingo!... ¿Sorbete?... Y entonces, ¿dónde se podría lavar tantísimo vaso? ... -Señora: cada pasajero llevaría el suyo. Y la viajera queda s.nonildada ante la previsión de aquel hombre genial . EL SERMON DE LA SERPIENTE Poi· DON GAIFEROS , -Sí, hermanos míos. . . ¡ Sí ! ... (Golpe de secarse el sud'Or. Descanso. Tos: P)::pectoración consiguiente: el pañuelo. Tirón de las mangas del amito) . -Sí. Aquella serpiente no era una boa ni un áspid, ni una culebra andaluza ni una alegre serpiente de cascabel, ni una sil van te vívora ... No. Aquella serpiente e1·a la que tentó a nuestros primeros padres- la que escondida entre las ramas del árbol de la ciencia llamó a Eva ... (Entre los fieles circula la interrogación de "qué" la llamo) . . . . llamó a Eva, para que se acercara. Oh hermanos míos! ... la serpiente es astuta y el Corazón femenino de aquellos tiempoS, poseía una ingenuidad tan grande, que con acierto ·la califica un Santo Padre de paradisiaca. La serpiente era bella. como la luz del trópico en las hojas de Jos árboles; fina como el dibujo que la marea figura en Ja· playa; ell"gante, corno un señor Obispo. Larga... Como la espera 14al pintar" el estremo de una carta cuando al polcer se persigue la liga de una escalera de color; o mejor dicho: como la liga que se percibe al pié de la escalera o más exacto : como la escalera de. J acob '. 1 La serpiente tenía doscientos metros d"e cola .•. (En este momento solemne, el auditorio, se sonríe). ¿Doscientos dije? ... Hay opiniones: en el li· bro de Ruth se lee que eran unos -ciento cincuenta y en el de Judit no se ·precisa exactameOte su longitud. Pero la cola de ~a serpiente, era longa y tentadora, como la "longa-niza", de la que la Ciudad de la Coi;ta Azul tomó su nombre en tiempos de los romanos ... (Rumores de admiración que se corresponden en el acto). Hornine8 et animalibus colonun fug¡j,t quid serpcntis. . . Palabras que además de ser verdad, molestan a la policía y que se leen en la tercera pa1·te de una oración fúnebre de Bossuet. Hermanos: Eva, ha sido tentada; el tiento, mejor dicho la tentación le agrada. Los ojos de la serpi:mte la fascinan porque las serpientes usan el "rimel". Adán eflitá lejos .. . ¿Se abandonará al enemigo malo? .. . ¡Oh!... !Sf!... Ha caído ... Se1·pentis fngit apud manjaris arbolis "escienoie" manduratibus femfr1e. Nos perdimos ..• ¡ Si ! Nos hemos perdido ... (El órgano, compasivo, preludia). UNA MALA PARTIDA Por DoN FRIOLERA Este "tao" desarrapl\do y sudo1·oso, moreno y sombrío magro en chichas y de andares solemnes como galgo sin caza ha realizado una operación de compra-venta. Su menguada cosecha es en la carreta como una brizna seca y despreciable arrancada del hermoso campo filipino y el andar pausado y pensante del carabao como un remedo del péndulo invisible que sincroniza su vida. El sol castiga¡ seca y crugiente la hierba del mal trazado camino, tiene el color terroso de la hmgosta saltarina que huye al paso de la carreta. Una banda de pájaros torcaces, en amplio círculo, dibujan en la altura los linderos del bosque y del río. Trabajosamente sin fuerza ni prisa el humo humilde de ,la choza de caña escala el espacio y unas vacas sestean junto al estero, donde el alto puente de madera es un recuerdo de prudencia para los tiempos de lluvia. El "tao" rumía las cláusulas de su contrato: -"Setenta pesos ... una lata de petróleo ... un litro de vino ... una barra de jabón... ¿Medio saco?... Sí; una barra de jabón y medio saco de sal. .. " Sonríe. Su rostro hizo un esfuerzo Í>ara conseguirlo¡ falta de costumbre, quizá. La vida es dura y agria; bajo el sol que calcina y la lluvia que encharca, ni el verano es alegre ni el invierno cordial. -"Si;!tenta pesos... Y luego dicen que no lo paga el chino! .•. " Y creyéndose tal vez opulento pisa una cañavara de la carreta en marcha y se sienta a fal· deras sobre el crespo lomo del carabao. "Si. La partida de Diosdado Barangayan. Setenta pesos una lata de petróleo, un litro de vino, una barra de jabón ... ¡Sí! Una barra de jabón y medio saco de sal." Dcsuncid·a la bestia, se procede a la descarga. No es malo apo. Mi partida, es la mejor de la vega de "la otra banda". Está comprada diez pesos más cara que la de ... ¿Cómo? ... Ten compasión del lo.laki, señor.:. No. No. Son, setenta pesos y una lata ... ¿Cómo? ... ¿Un rebajo? ... No puedo, señor, Mi tabaco ·es la mejor partida de la otra banda ... Se hace un triste silencio; huyó la sonrisa de aquel momento feliz del camino; ahora ofrecen cuarenta pesos. . . y habrá que ahorrar durante todo un año "sacafuegos" y sal. No habrá luz entre las cañas en los días sombríos de otoño, ni un día solo en el año podrá alternarse "la mascada" con "vino", cuando en el suelo de cañas