La musiquera

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Title
La musiquera
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
LA MUSIQUERA Por FmEL ROJO No, no se trata de la esposa del mu-siquero o del músico, como en otros tiempos Se conocía por capitan~ a la esposa del capitán y gobernadora a la mujer del .gobe1·nador, etc.; si"no de la musiquera por derecho propio, o por la fuerza de. sus propios pulmones. .N'os referimos, como ya habrá comprendido el lector perspicaz o la avispada lectora, a esa avanzadisima '~ocÍta ·del día, y ·de la rÍoche, que se _lanza por esas calles de Dios, en medio de alguna Procesión cívica o, l'eligiosa manipulando pitos Y flautas, s~plando. el saxofón o el cla~inete, d~le que te dale con el bombo y los platillo.5, bai.iendo el bombardino, o batallando con la trompa enroscada al cuello ... Con su cabeza tocada de la gorrita blanca del marinero, o del amplio sombrero de balanggot ~el campesino con algunos mechones de pelo re·J>elde al aire, blu.'sa· blanca .an,udada al cuello por Corbata negra, ancha falda azul de volantes, y ~l paso ma:Tcial ·de un alabcirdero, e:;ta mujer musical, muy mujer de su siglo, marca el grado de emanc_ipación y el compás ·de afinación a que ha llegado eF -feminismo moderno. La mujer de hoy no se ha detenido en el bufete del picapleitos en la clínica del matasanos, ni en la cámara del sacamuelas. Ha ido más allá en -su lucha por la .superviVencia, entablada con el hombre, sÁliendo a ·la ·calle bajo el fuego solar o el frío de la noChe, sin miÉ!do a Ja ir..solacjón rii al resfriado, deJeitando a las muJt:tudes a costa de mucha saliva y grandes sudores, siempre en pos del aplauso y la admfración populares. ¡Lo que va de ayer a hoy! Si parece que sólo fué anteayer, que a nuestras mad,res de solteras, ::iló se les permitía más paseo-s que de casa a la iglesia y v.ie:eversa, ni más labores que el piano y la cocina. . En cuanto a asistir a procesiones; tenía que sCr a condició!l de llevar Véla o cantar motetes a la Virgen,. Si . alguien se hubiera atrevido a insinuar ··siquiera, entonces, que con ~l tiempo llegarían nuestras dalaga,s a ·nevar y a tocar por ahí el bombo en público, y andar a sOpladas con la trompeta, con seguridad que le ha'br;an tomado por un guasón de primera o poiun loco rematado. Pero los tiempos cambian y hoy no sólo n'o ofend~ a nadie. semejante espectáculo,· sino qu~ el público aplaude y vitorea, á.nte un desfile o diana de jóvenes musiqueras, mientras la chiqui:.... Hería ruidosa y callejera las persigue y bailotea a r,u compás con tanto gusto y animación, hasta perde~· la noción del tiempo y la distancia. Y del r.tozo de ayer q:ie se pa~aba las horas, calle arriba y cal!e abajo, rondando los balcones de su ador:ldo tormento, mendigando la limosn~ de una mirada, pasando las noches '=Il claro Y viendo- amanecer el día en el fulgor de una sonrisa, yB. no queda más que el recuer.do ... En su lugar está· el jovencito de hc;:iy; de patillas largas y pantalones anc~os, andarín pobre, bailarín ccnsumado, que mientras aguarda crt la Yentana el paso de su Dulcinea del. Trombón, marchosa y musical, se fuma un "Camello" tostado en pipa y se llena el aire de suspiros de "Queja .Pampera" ... Migu('/ F/('f(/ tenor e.!;/pa1iol de fama m11ndial, que ha llegado a Ma.nila J'íffa. dar una serie de cnncitn·to.!;/. f'nlo F:u:F.UIOll (}lonte:) Audiencfa sobre el l>ill de bancos 7wesidida po1· el Comité de Bancos y Co1·7Joraciones de la Cámcnt1 de Revresentantes c11yM 1111ºembros aparecen en el estrndo y son: Los Sres. Alonso, Ca.bah11g, Arf'llano, Op7ms, Lmw, 7n-etúdente del comité; S11iie1·, Va.menfo, Jfme-nez, Yamson, Co11co11 y Anonns; jnmte al estmdn se hallt.m los re7n·esentantes de los dú1f1'ntGs l1ancc.·.1:1 lricflle.q.