Tecnicos en ginebra

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Title
Tecnicos en ginebra
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
<r:ECNJCOS EN GINEBRA Eatos cuatro señores desconocidos que por su e:ededad y empaque bien pudieran ser primos hermanos de Briand, Str~sman, Chambel"laht y Scíaloja, se han reunido en torno a una mesa bien provistos de cigarrillos, lápices, papel, gine ... b1'B y espedadores. J..os "mirones", de cemento ... -Ya $&be usted, mi querido don Juan, que mi cuerpo cuando se encuentra ''en Miranda", es una lápida conmemorativa ... Y deapués de e~tas declaraciones, lo1 ·cuatro jugadores y el coro, enmudecieron. Lenta y solemne la velluda mano de un contertulio solíei to, meneó las fichas. Se hieo el apartado personalmente y el mirón que avizoraba 1a suerte de don Juan, no pudo contenerse y exclamó: -¡El seis doble!. .• Aquel señor de la pt"Ovincia de Cacayán, dándoae por aludido, sonrió con modestia, · ·--"-Dominó ... Los que habían perdido arrojaron 1us ficha1 boca arriba. Como cadáveres insepultos, ten~an ~go macabro y degconsolador, capaz de conmover a cualquiera¡ tal vez por eso, aque1 amigo distratdo escamoteó. el cinco dos, para sepultarlo. cristianamente en et hosario ecm11n. -Veintiseis .•• Tres. -Y ese einco que se ha despi~tado, treinta y dos. . . Cuatro. -Cuatro al papel. -Si usted me hubie1·a dado el tres cuando puse a doses... · -No lo hice, porque siempre respeto la mano ... Las fichas volvieron al montón. Agitadas y revueltll.s por las manos 'del pie"', producían un l'Uído fúnebre, como de huesos en mármol. -Usted sale, don José. El señor mencionado, se sumió en una profundísima meditación; después de cálculo1 muy u.bTosos a dedueiT d• aquellos sus expTe•ivos reiitos, pidió una cippa y dijo: ·-El cuatro seis: a dos earas, como el gobierno. -Yo, no altero el producto, me doblo al cuatro. -Ni yo, que para no·· set' menos, me dS1loeo en el seis. -Una blanca, dijo el señor postrero. Y el mano, hizo una recapitulación trascen· dental: -Se dobla . . . se dobla. . . y una blanca ... Miró inquisitivo a los miembros de Ja partida; aque:lo de dar una blanca sin su consentimiento el'a. tal ve1., un reto; quien S;abe gi una faba ~uposición; quizá fuera una burla encubíeTta, posiblemente un engaño. Dar UJLa blanca a principio del juego. . . decididamente ... Don José, suplicó: -Un momento. señores ... Los mirones aliviados en gµ silencio por razón del que los jugadores hacían, convidaron a ginebra, mientras se comentaba la jugada. anterior. Transcurridos unos minutoá, don José dió un g0lpe terrible .en la mesa y anunc.ió solemnemente: -El que más chifle.·. . t Capador! . . . A Seises~ Y la desocupada ·concut'l'eneia, se p~rdió en· un rumor admirativo. · -A ver, si va a poder, ser ... -Si, hombre; cát:ense u&tedes, que desde hace cinco juegos me ahorcan la '1carroza'' ... -Y no será porque se altera cuando va al robo ... -Ni potque deje de ºmanarle'' el ojo a ese comendador que tii&ne a la faquierda, .·. · -Se la ahorcan a usted, porque se le conoce E!" la cara al señor ApaTri ... -Prohibido meter1;e con los .. cutis" de· la· con. currencia. Y el señor de Cagayán, dándose por aludido, volvió a sonreir modestamente. -Diquelando y achantando, que vien-en embal'· gando, dijo el dueño del tres doble, y se dobló. -Debió usted permitir que le ahorcaran, protestó su compañero. -Por respetar su mano, tengo aquí otro cadáver: no creo que se me puedan exiliiT más sacrificios. --.Sf, todo lo que usted quiera, pero por su doble ahora, paso ... (Gran satisfacción en los contrarios). - •.• a poner;: a poner un cuatro. (Sonl'isas en el coro). -Danos una copa ... Esta frase era una de las má!'li interesantes. Admirable en su contenido;: alimenticia en su con" l'!ecuencia ¡ concisa; alecre y cordial desde $U primera pala]?ra (tuteo para eJ dueño del e11t.a". · blecimiento), hasta Ja última. que llenaba ...• (el dueño) ... y aatisfacia ... (et cliente). -A la salud ... -Que aproveche. -Y usted que lo vea ... (Suprimimos el re$to de los piropos estomacalest porque los mirones son muchos y cada uno contribuyó con s.u oratoria a eonsolidaT los buenos duem de que e.si.ba llena la reunión). Y asi, una, dos tree, infinidad de horas, se pierden diariamente en el mundo paT.a olvido de" las letras y de las artes y aHmento de unos cuantos señor.es que venden alcohol. Pero qui'n sabe si a fin de cuentas. no será un mal menor esta ociosidad ginebrina. . . Piensen ustedes, en lo que hablartan, de que hablarfan y cómo hablarían, los jugadores, contertulios y mirones de Ja partida de don Juan, si no mataran su tiempo cambiando _unos hueaecitos de dominó en las más asombrosas y cientfficas combinado. nes .•. DoN GAIF'EllOS.