El Caballo de Carreras: Su Acondicionamiento y Preparación para la Pista

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Title
El Caballo de Carreras: Su Acondicionamiento y Preparación para la Pista
Creator
Peede, Loring G.
Language
Spanish
Source
Juan dela Cruz Año V Marzo 27, 1939
Year
1939
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Pagina 8 JUAN DE LA CRUZ El Caballo de Carteras Su Acondicionamiento y ■ ' * Preparación para la Pista _ k_____ Por Loring G. Peede ' Un caballo en estado de 'salud normal que ha andado al pastoreo o que, en otra forma, ha estado llevando una vida inactiva, en el término de aeis meses puede estar- lis­ to .gara entrar en la pista—co­ mo ya dijimos anteriormente— aunque, en muchos casos, debe dársele mes tiempo. Si en el ^condicionamiento se han j echado dos meses, entonces: se puede considerar un pe-1 riodo mas o menos igual pa-' ra cada uno de los dos perio­ dos preparatorios sobre los' ^qüe- vamos a ocuparnos: (1) | el periodo de vigorizacion! muscular y (2) el adiestra­ miento final. La duración de estos periodos se debe consi-! derar como mínima, en cada caso, y no como promedia,) ppes nunca debe forzarse alj ah i mal mas de lo que su esta­ do lo permita. Por esta razón1 quizá convenga incluir unas' cuantas semanas adicionales' ^en.4» duración total de los dis­ tintos periodos, aunque mas no sea que para hacer frente a ciertas contingencias ines­ peradas como una cojera, mal tiempo y otros trastornos. Al dar comienzo a la vigo­ rizad bn muscular, el caballo „e encuentra relativamente ordo y, según se recordará, i- . hecho suficiente ejercicio ipora 1 para que esté per­ itamente sano. Está en conic iones. por lo tanto, de an* dar al trote durante mayor tiempo, aumentando gradual­ mente en varios minutos la 'duración de'estos periodos to­ ados los días. Durante la quin­ cena siguiente se le hará anr car a medio galope, un dia sí y otro, no en trechos de cosa media milla, y i en la cuarta semana este medio ga­ lope deberá cubrir un trayec­ to igual al que tendrá que re­ correr en<el hipódromo en la primera carrera; pero nunca menor de una milla o una mi­ lla y media, aunque la carrera de la pista haya de ser cor­ ta. Por “medio galope", en es­ te caso, queremos significar un galope de paso lento, de unas 12 a 15 millas por hora. Más adelante, cuando hable­ mos del “medio paso”, debe entenderse un galope de unos 20 millas por hora, y por “pa­ so de tres cuartos”, daremos á entender un galope que re­ presente un término medio entre el medio paso y el galo­ pe completo. En los ejrcicios al galope los estribos deben mantenerse altos y el cuerpo , del jinete inclinado hacia de- ! lante; las manos bajas y casi ! sin tocar la silla con las nal- ! gas; mientras que cuando el ! caballo' marcha al paso o al i trote conviene usar una silla i de caza provista de una almo- i hadilla, a fin de evitar mata- < duras, y las riendas y los es- ; tribos, bajos. ¡j El segundo mes se dedicará :j a intensificar los ejercicios al'J medio paso, llegando por fin'¡ ai trayecto completo, o sea ¡ una milla o milla y media co- ¡ mo mínimum. Por aquel en- ¡ tonces el ejercicio tiene mucha ¡ importancia, y, si el caballo se | alimenta bien, aquél no debe ¡ escatimársele, no obstante i que, por regla general, debe , ir intensicándose gradualmen- ! te. En esta etapa del adies­ tramiento es mejor adiestrar­ lo en compañía de otros caí a Temporada CarnaOalina en Abril Les L^arr.a Otra ‘Ueza La Ciudad de la Alegría! Ca Teria y Exposición de Sacolod, Negros Occidental DEL 8 AL 23 DE ABRIL DE 1939 f GLORIOSOS DIAS Y NOCHES DE i 10 ESPLENDOR 10 Diversión Jolgorio Alegría Exhibiciones Científicos, Comerciales, Educacionales Y Agrícolas Aparatos Movibles (“Rides”) Y Espectáculos Ya Están Ahora En Venta Los “Season Tickets” Para Los 16 Grandiosos Bailes Y También Los Palc.s Reservados En El Auditorium. Festival Carnavalino en Beneficio del Centro de Puericultura de Bacolod Unanse a la Gente Alegre JUAN DE LA CRUZ Pagina 9 mayor que la rrera, dejando asi ; líos suficiente tiempo para re­ ponerse. El realizar una o dos pruebas diez o quince días antes de la carrera quiza no sirva de índice fidedigno de ballos, sin que ninguno de sayos, sus ventajas están cu­ ellos exceda la velocidad fi- si universalmente reconocijada por el adiestrador. Si se das; y una de las razones por trata de un caballo muy dado las cuales conviene echar mua marchar con velocidad, sin cho tiempo en el adiestraembargo, habrá que adies- miento radica en el hecho de trarlo solo, pues de ninguna el ensayo puede efectuarse manera se le debe permitir’ unos diez dias antes de la cauna velocidad mayor que la rrera, dejando asi a los cabadel medio paso. En esta etapa el animal de­ be estar listo para los ujtimos dos meses del entrenamiento para la carrera, un periodo de mucho mas esfuerzo, sobre to-, la velocidad que los animales do para los pies y las patas, han de desarrollar en la prórazón por la cual se deben evi-. xima carrera propiamente tai* los galopes"rápidos en te- dicha; pero siempre se podrá rreno duro. A la terminación formar un juicio aproximade cada galope se le frotará do, y, además, si se encuentra bien con la mano las patas. | a los animales algún defecto. Para el primer mes se reco- quizá haya tiempo de corre­ miendan dos galopes por se- girlo. mana al paso de tres cuartos, ‘ Para formarse una idea, lo con un largo galope a medio más exacta posible, del estado paso. El galope completo se en que se encuentra, conviereservará para el último mes, ne poder examinar un caballo mes durante el cual debe re- que haya corrido recientemenemplazar al paso de tres cuar- te en el hipódromo, o, a falla tos, mientras que los galopes semanales de medio paso lar- í* go deben continuarse. Al lie- £ gar aquí, si el caballo ha sido £ debidamente adiestrado, los £ ejercicios deben hacerse en £ grupos, cuidando que todos £ los caballos marchen a un £ mismo paso, el cual habra de £ ajustarse a la capacidad de) £ menos apto, aunque justa- £ mente antes de llegar a la me- £ ta final quizá convenga que £ uno de los mas jóvenes se £ adelante a los “veteranos" du- £ rante unos cuantos pasos, pa- $ ra inspirarle confianza—si es í que se puede. £ Hay que evitar que ningún ¡« caballo galope ni siquiera un $ momento más de lo que puede £ hacerlo convenientemente, de- £ teniéndolo, si se ve que está £ demasiado fatigado, aunque £ no haya hecho todo el reco- £ rrido. Con el caballo indolen- £ te; por supuesto, no existe es- í t: nccisadad. £ No obstante que algunos £ ganaderos no creen en los en- £ PEDRES TYPEWRITER ^^SERVICE15^TELEFONO 7 R No. 84 Aranela RE’-’ARAUÍON Y !:¡ ¿CONSTRUCCION DE Tods de c.'ase de .Víiquinidas para Oficina VIVENC1O S. PEDRES (i, , < <tl. La Satisfaccon De Ni?.-.- t<..; I’araquiai Nuestra Mejor GARANTI.» de éste, uno que lo haya hecho, to no desdicen de lo demostraen otro tiempo. El lugar don-'do en los últimos ensayos. Esde se realicen los ensayos ha- to, junto con el conocimiento de la capacidad puesta de ma­ nifiesto, puede dejar satisfe­ cho al adiestrador, pero no asi a una tercera persona; para ésta, el aspecto comparativo tiene nías importancia que el aspecto general, puesto que algunos caballos están en con­ diciones de correr cuando se encuentran rollizos y lisos co­ mo los de caza. Lo más practico, sin duda, es*considerar separadamente algunos de los detalles mas importantes, tales como los si­ guientes. ¿Ha demostrado ap­ titud plena durante el adies­ tramiento? ¿Se cansa fácil-, mente en un trayecto relativa­ mente largo? ¿Respiraba debrá de parecerse lo mas posi­ ble a la pista del hipódromo, y el peso del jinete también ha­ brá de ser más o menos igual al del jockey que ha de ca­ balgarlo en la carrera ofi­ cial. Si los ensayos pueden hacerse en la misma pista del hipódromo, tanto mejor. La interpretación del resultado de estos ensayos o pruebas, es asunto que en realidad co­ rresponde a los peritos en la materia, más que al adiestra­ do o ganadero, razón por la cual nosotros nos limitaremos a hacer unas breves conside­ raciones sobre la manera de determinar si el animal está o no está en condiciones de to­ mar parte en una carrera ofi-, masiado fuerte o se encontra­ da!. Hablando en términos ge­ nerales, puede decirse que un caballo está listo cuando su aspecto y su coinportamien£ l ba muy jadeante después de los ensayos? ¿Tenía el sudor fino y claro o espeso y eapíi-" moso? (Lo ultimo es una ma­ la señal). ¿Tenia.a una altu­ ra mayor de la normal la car­ ne situada a cada lado de) espinanzo? (Señal de ejercicio insuficiente). Ganó la carrera de ensayo? ¿La ganó haciendo un esfuerzo al final de la misma, no obstante que estaba cansado? Sí esta ultima interroga­ ción está en la afirmativa, le mas probable es que el animal se encuentre apto, aunque al­ gunas otras sean negativas. Pero todavía hay tiempo de mejorar el estado de un caba­ llo que en los ensayos demues­ tra no eslar en perfectas con­ diciones para la carrera ofi? cía). La clave radica en el ejercicio intenso. Se le puede hacer que haga unos cuantos galopes de paso completo, día-' riamente—no demasiado lar­ gos—y aun también, durante el intervalo, varios galopes al medio paso y al paso de tres cuartos. Aun dos o tres galo­ pes solamente pueden mejorar considerablemente i-i estado de) animal. Pero el día antePagina 10 JUAN DE LA CRUZ rior a la carrera debe pasarlo cómodamente, de suerte que, > al dia siguiente, entre fresco y lleno de vigor en la carrera.: Si el hipódromo está sitúa-: do a alguna distancia, hay i que prestar especial atención al transporte del animal. Si no está acostumbrado a las vias férreas, seria convenien­ te hacerle pasar la noche en su propia cuadra, pues, tra­ tándose de un trayecto corto, el viaje puede hacerlo por la mañana en un camión o por ferrocarril, en la misma ma­ ñana de la carrera. Por otra parte, si la distan­ cia es larga, lo mejor es trans­ portarlo con dos o tres dias de , anticipación, a fin de darle tiempo a que se acostumbre al nuevo medio y a reponerse de los efectos del viaje. El pien­ so debe ser conducido de su i-ropia caballeriza, pues quizá quiera comer piensos ex­ traños. A la hora acostumbrada pa­ ra el ejercicio se le hará ha­ cer una pequeña carrera, de un trayecto de cosa de dos­ cientos metros, para desen­ tumecerlo. Si justamente antes de comenzar la carrera se muestra nervioso ante la presencia de otros caballos, debe alejársele de ellos y ha^cjilo caminar de una parte a olía, durante cosa de una ho­ ra, para que se apacigüe. Es claro que no se le dara nada de comer durante cuatro o cinco horas antes de dar comien­ zo a la carrera. El tiempo ocupado por la carrera lo dejamos al capri­ cho de los hados, y también a La Juventud... (Continuación de la pagina 13) noveliza no cria musgo. OTRO EJEMPLO Llegaron a estas tierras americanas un matrimonio re­ cién casados. Llenos de aspi­ raciones, porque leB habían pintado todo de color de ro­ sa, creyeron que la fortuna se alcanzaba en poco tiempo, pe­ ro la triste realidad bien pron­ to los convenció de que hay que perseverar para alcan­ zar la victoria. Trabajaron en todo, proba­ ron infinidad de negocios, pe­ ro ellos persuadidos de su optimismo seguian en la lu­ cha sin tener en cuenta nada; los fracasos no los arredra­ ron, ni las enfermedades, ni la muerte de los hijos; ellos pueblo, allí se procuraron sus los eficaces servicios de un competente jockey. Pero ya gane, ya deje de ganar, una vez terminada la carrera el caballo necesita la misma atención que antes de haberla comenzado: un paseito de unos cuantos minutos, al paso, para que se refresque; un po­ co de agua, una buena lim­ pieza con el estropajo y la al­ mohaza, dedicando especial atención a la frotación de las patas y a la aplicación de un vendaje caliente en cualquier región de aquellas que se haya recalentado. Un poco mas de agua ,una buena ración y una palabra de aliento—si no de felicitación—una buena cama para un descanso bien ganado y vuelta otra vez a la misma rutina que antes. Hacia Una Nueüa Hecatomeb Parece que la guerra no nos haya enseñado nada. í Debimos salir de ella con remordimiento inacabable, con propósitos firmísimos de enmienda, y ha sucedido to­ do lo contrario. En las altas esferas, lo mis-| mo que en las mas profundas' del pueblo, parece que se año-' ra el olor de matadero y de cementerio, que hacia Europa, a raiz del armisticio. Y este fenómeno social es más triste cuando se conside­ ra el escarnio, que para los que murieron en la inmensa hecatombe, significa. En efecto, a aquellos hom­ bres se los movilizó promeperseveraron no cambiando de relaciones y por fin vencie­ ron: a los 15 años de lucha empezó a sonreirles la fortu­ na, tienen ahora 25 años de América y en estos diez últi­ mos, han hecho un viaje a Es­ paña con toda la familia, tie­ nen casas propias y varios ne­ gocios. que les rinden bastan­ te. La constancia vence. El, fracaso es momentáneo, es sólo un accidente de la vi­ da. Vivir es luchar; quien no lucha, es un muerto en vida, es un parasito de la sociedad. La juventud debe leer no sólo la vida de los hombres que han triunfado, sino la de los fracasados, para no fra­ casar también. - Jupian Pujol Monfort tiéndoles que se los llamaba a tomar parte en la ultima de las guerras, y que solo para acabar de una vez con las ri­ validades entre los pueblos y asegurar para siempre la paz, se los sacaba de sus casas. ¿Cómo cumplimos lo que se ofreció a aquellos héroes, a la juventud europea inmolada en flor y cuyos huesos cubren la mitad de la tierra de Fran­ cia? Lo cumplimos votando cada dia nuevos créditos para m..rina y para aviación, no de­ teniéndonos en la desenfrena­ da carrera de los armamen­ tos. i Seguros—ellos sabrán por qué—de que antes de diez años ha de estallar una gue­ rra mas apocalíptica y des­ tructora que la pasada, todos los pueblos se aperciben para ella. El Japón refuerza su flota. Los Esados Unidos se tra­ zan un programa de construc­ ciones navales que ha de eclip­ sar y dejar chiquitas a las escuadras mas poderosas. Italia y Francia, por su parte, tratan de asegurarse el imperio aéreo. Por otro lado, la diplomacia no descansa. Cada dia se concierta nue­ vos tratados secretos y nue­ vos pactos de alianza defensi­ va y ofensiva. A este paso, la guerra no se puede hacer esperar. DR. SIXTO Y. OROSA íi Medico-Cirujana c, 21 General Lacson : (Altos Honolulu-Iron Works) ' BACOLOD, OCC. NEGROS ?! Tel. 27 ■' Dr. H. E. HECHANOVA PHYSICIAN-SURGEON Studebaker Bldg. Tel. 64-R Araneta st. Bacolod City í j i I í I I I I l
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