Hacia Una Nueva Hecatomeb
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Part of Juan dela Cruz
- Title
- Hacia Una Nueva Hecatomeb
- Language
- Spanish
- Source
- Juan dela Cruz Año V Marzo 27, 1939
- Year
- 1939
- Fulltext
- Pagina 10 JUAN DE LA CRUZ rior a la carrera debe pasarlo cómodamente, de suerte que, > al dia siguiente, entre fresco y lleno de vigor en la carrera.: Si el hipódromo está sitúa-: do a alguna distancia, hay i que prestar especial atención al transporte del animal. Si no está acostumbrado a las vias férreas, seria convenien te hacerle pasar la noche en su propia cuadra, pues, tra tándose de un trayecto corto, el viaje puede hacerlo por la mañana en un camión o por ferrocarril, en la misma ma ñana de la carrera. Por otra parte, si la distan cia es larga, lo mejor es trans portarlo con dos o tres dias de , anticipación, a fin de darle tiempo a que se acostumbre al nuevo medio y a reponerse de los efectos del viaje. El pien so debe ser conducido de su i-ropia caballeriza, pues quizá quiera comer piensos ex traños. A la hora acostumbrada pa ra el ejercicio se le hará ha cer una pequeña carrera, de un trayecto de cosa de dos cientos metros, para desen tumecerlo. Si justamente antes de comenzar la carrera se muestra nervioso ante la presencia de otros caballos, debe alejársele de ellos y ha^cjilo caminar de una parte a olía, durante cosa de una ho ra, para que se apacigüe. Es claro que no se le dara nada de comer durante cuatro o cinco horas antes de dar comien zo a la carrera. El tiempo ocupado por la carrera lo dejamos al capri cho de los hados, y también a La Juventud... (Continuación de la pagina 13) noveliza no cria musgo. OTRO EJEMPLO Llegaron a estas tierras americanas un matrimonio re cién casados. Llenos de aspi raciones, porque leB habían pintado todo de color de ro sa, creyeron que la fortuna se alcanzaba en poco tiempo, pe ro la triste realidad bien pron to los convenció de que hay que perseverar para alcan zar la victoria. Trabajaron en todo, proba ron infinidad de negocios, pe ro ellos persuadidos de su optimismo seguian en la lu cha sin tener en cuenta nada; los fracasos no los arredra ron, ni las enfermedades, ni la muerte de los hijos; ellos pueblo, allí se procuraron sus los eficaces servicios de un competente jockey. Pero ya gane, ya deje de ganar, una vez terminada la carrera el caballo necesita la misma atención que antes de haberla comenzado: un paseito de unos cuantos minutos, al paso, para que se refresque; un po co de agua, una buena lim pieza con el estropajo y la al mohaza, dedicando especial atención a la frotación de las patas y a la aplicación de un vendaje caliente en cualquier región de aquellas que se haya recalentado. Un poco mas de agua ,una buena ración y una palabra de aliento—si no de felicitación—una buena cama para un descanso bien ganado y vuelta otra vez a la misma rutina que antes. Hacia Una Nueüa Hecatomeb Parece que la guerra no nos haya enseñado nada. í Debimos salir de ella con remordimiento inacabable, con propósitos firmísimos de enmienda, y ha sucedido to do lo contrario. En las altas esferas, lo mis-| mo que en las mas profundas' del pueblo, parece que se año-' ra el olor de matadero y de cementerio, que hacia Europa, a raiz del armisticio. Y este fenómeno social es más triste cuando se conside ra el escarnio, que para los que murieron en la inmensa hecatombe, significa. En efecto, a aquellos hom bres se los movilizó promeperseveraron no cambiando de relaciones y por fin vencie ron: a los 15 años de lucha empezó a sonreirles la fortu na, tienen ahora 25 años de América y en estos diez últi mos, han hecho un viaje a Es paña con toda la familia, tie nen casas propias y varios ne gocios. que les rinden bastan te. La constancia vence. El, fracaso es momentáneo, es sólo un accidente de la vi da. Vivir es luchar; quien no lucha, es un muerto en vida, es un parasito de la sociedad. La juventud debe leer no sólo la vida de los hombres que han triunfado, sino la de los fracasados, para no fra casar también. - Jupian Pujol Monfort tiéndoles que se los llamaba a tomar parte en la ultima de las guerras, y que solo para acabar de una vez con las ri validades entre los pueblos y asegurar para siempre la paz, se los sacaba de sus casas. ¿Cómo cumplimos lo que se ofreció a aquellos héroes, a la juventud europea inmolada en flor y cuyos huesos cubren la mitad de la tierra de Fran cia? Lo cumplimos votando cada dia nuevos créditos para m..rina y para aviación, no de teniéndonos en la desenfrena da carrera de los armamen tos. i Seguros—ellos sabrán por qué—de que antes de diez años ha de estallar una gue rra mas apocalíptica y des tructora que la pasada, todos los pueblos se aperciben para ella. El Japón refuerza su flota. Los Esados Unidos se tra zan un programa de construc ciones navales que ha de eclip sar y dejar chiquitas a las escuadras mas poderosas. Italia y Francia, por su parte, tratan de asegurarse el imperio aéreo. Por otro lado, la diplomacia no descansa. Cada dia se concierta nue vos tratados secretos y nue vos pactos de alianza defensi va y ofensiva. A este paso, la guerra no se puede hacer esperar. DR. SIXTO Y. OROSA íi Medico-Cirujana c, 21 General Lacson : (Altos Honolulu-Iron Works) ' BACOLOD, OCC. NEGROS ?! Tel. 27 ■' Dr. H. E. HECHANOVA PHYSICIAN-SURGEON Studebaker Bldg. Tel. 64-R Araneta st. Bacolod City í j i I í I I I I l
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