Zapatero, a tus zapatos.pdf
Media
Part of Estudio
- extracted text
- Abril ESTUDIO 7, 1923 ¡ZAPATERO, A TUS ZAPATOS! Había entre los pintores de la antigua ningún pensador habrán de tener valor alguno Grecia la costumbre de exponer sus <.-uadros las sentencias del lego, cuando se presentaren en la plaza pública, para dar a todo3 los cu- del lado contrario otras distintas, apoyadas en riosos la oportunidad de emitir su opinión, la en el examen pericial, consiguiente al nunca cual escuchaban los artistas ocultos detrás de interrumpido estudio inquisitivo de aquel linaun telón vecino, evitando de esta suerte el pe- je de saber al cual pertenece la tesis presentaligro de adulación o el de una crítica fundada da a discusi~n. . . . en la personalidad del autor. Hemos dicho ya, y volvemos a repetir, cuan Apareció un día sobre el cabaUete una obra grande concepto tengamos formado de los co· de Apeles y hallábase entre la concurrencia un nocimientos médicos del Dr. D. Trinidad H. zapatero, al cu1al debió de parecerle mal la Pardo de Tavera, como le t~nemos d_e los del reproducción de una sandalia y hubo de ha- popular y voceado Dr. Dommador Gomez, decerio notar a los circunstantes en alta voz. magogo insuperable; pero, habrá de perdoNo lo echó en saco roto, y como, com- nársenos la libertad de no conceder estima alprobase el maestro la exactitud de la ob- guna, por ejemplo, a las Conferencias religioservación, retocó el calzado en consonancia sas del primero, empedradas de errores e con las leyes del arte sutorio. inexactitudes (y tal vez no tardaremos en deMuy Iuégo se hizo cargo el remendón de mostrárselo), o a la disertación sobre el Celihaberse tomado en cuenta su aviso, y animado bato eclesiástico publicado por el. segundo (Dr. a descubrir lunares en el lienzo, puso "peros" a Dominador Gómez) hace yá tiempo en un dialos pliegues del vestido y otras pequeñeces de rio local: mosaico de disparates y pampirola· indumentaria, de las cuales apenas se le al- das, cuyo contenido daba pié para dudar de canzaba cosa, y como es de suponer, daba sus ser el escrito obra del reputado doctor. golpes en la herradura. Apeles, que de Y si esos dos disertantes, de formacié.m grado había aceptado las enmiendas de la vis- académica tan bien cimentada como la de los pera, quiso parar los piea al entrometido Zoilo Dres. Pardo de Tavera y Dominador Gómez, no y díjole incontinente, saliendo de su escondite: están autorizados para tener voz y voto en "¡Zapatero, a tus zapatos!". Versión un tan- di~ertaciones extrañas a su profesión, a menos tico desceñida, la cual, como haya pasado a la de poner de manifiesto en sus producciones Ji. fraseología popular, nos la disimulará el be- terarias la indispensable competencia en el névolo lector. punto desarrollado, figúrense nuestros benévolos Conocemos por experiencia propia la im- lectores cuánta razón nos asista para rehusar pe>Sibilidad de adquirir conocimientos univer- a un soldado cualquiera, como Lagasca, el de· sales y al mismo tiempo profundos, porque recho de tomar parte en tales capítulos, cuan· cualquier ramo del saber, por limitada que do acaso nunca traspuso las tapias de la es· fuere su extensión, encierra secretos suficien- cuela primaria, ni cursó quizá otras letras sino tes para distraer la vida de un hombre, quien, las de las armas, ni recibió por ventura en los como se consagrare por igual a muchas disci- días de su vida más género de aprendizaje que plinas, nunca pasará de una aceptable media- el de la instrucción.·. . militar. nía o, en el mejor de los casos, de un científico Meta cada cual su azadón en el terreno del montón. de las investigaciones privativas, váyase a la Teniendo presente esta manifiesta limi- mano en la hoy endémica afición de internarse tación del entendimiento humano, todos acu- por los anezafes de disciplinas no conocidas y dimos al especialista de aquella ciencia cuyas no andará la sociedad tan del revés; que si los benéficas aplicaciones queremos experimentar, galenos se han sentido lesionados de poco acá y aun no sabemos de nadie que haya acudido porque ciertos seudo-esculapios hayan abierto al bufete de un abogado si acaso le hizo pasar clínicas de sobajamiento con el pomposo nomnoche toledana algún recio dolor de muelas o bre de "Kiropráctica", lastimosamente confunllamado a las puertas de un médico cuando se dido con la "Quiromancia" por los colt!gas de propuso por ventura pleitear. Nadie hay tan "The lndependent" (Añó IX, Núm. 414, 10 de babazorro que de nada entienda, mas nunca marzo de 1923, pags. 4 y 11), muy en conso. supimos haber poseído cerebro de hombre la nancia con la lógica ha de estar que nosotros sabiduría universal. alcemos el grito de protesta contra tantos esy á que algo se nos alcance de las dificulta- critores o escribientes como se despachan a su des inherentes al estudio de toda especializa- gusto sobre temas de filosofía y aun de teoloción y de las ventajas deducidas del incesante gía, sin ostentar para ello otro título sino el esfuerzo intelectual aplicado en la misma di· de cuartilleros de redacción. rección otorgamos autoridad en las materias Mas, si, haciendo oídos de mercader a nues· de su carrera a cuantos ostentan legítimamente tros repetidos toques de atención, prefieren un grado académico, y siempre escucharemos avanzar por donde se les antojare, como por con el debido respeto las opiniones del cirujano viña vendimiada, aténganse a las consecuen· cuando se trata de una operación quirúrgica, cias, ni aJboroten el vecindario al recibir los o la del legisperito en asuntos de interpreta- pinchazos de la mohana de nuestro rejón, que, ción legal, o la del anticuario, al tropezar con como dijo días pasados nuestro compañero alguna moneda .cuya inscripción fuera al pro- Paulino, ''nos decidimos a arrojarnos al redonfano difícil descifrar. del, no para capear el toro durante algunoo Mas, por ese mismo principio de las consi- instantes y desaparecer luégo por escotillón, deraciones debidas al especialista, nos obstina. sino con el propósito de ganarnos la oreja o moa en negar toda participación ponderable a salir camino del hospital." cuantos se lanzan a cazar en coto ajeno, y para LUIS VARGAS. ·Vol. L -9- Núm. 14
- Date
- 1923