La mision: circular del Rvdmo. Prefecto Apostolico de la Montañosa Sobre la Celebracion del Año Santo

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Title
La mision: circular del Rvdmo. Prefecto Apostolico de la Montañosa Sobre la Celebracion del Año Santo
Language
Spanish
Year
1934
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
68 Circular del R vdmo<t Prefecto A pos? tólico de la Montañosa Sobre la Celebración del Año Santo Baguio, Fiesta de San Pedro y San Pablo, 1934. Queridísimos Hermanos en Cristo. Hace diez y nueve siglos, Nuestro Señor Jesucristo, "amando a los Suyos hasta el fin" y por eso, deseando estar siempre con ellos hasta el fin de los siglos, puesto que halla "todas Su delicias en estar con los hijos de los hombres" -"delidiae meae esse cum filiis hominum"-cambió el pan y el vino en Su Cuerpo y Sangre, que dió a comer y beber a Sus Apóstoles, dándoles a ellos y a sus legítimos sucesores el poder de hacer lo mismo; al día siguiente, "como nadie 1pueda mostrar un amor más ardiente que él de dar su vida por sus amigos", confirmó Su afecto infinito a todos los hombres con el sello de Su Divina Sangre derramándola en la Cruz. Su muerte temporal y física procuraría a · 1os Suyos la vida eterna y sobrenatural. Tal era el amor del Salvador que al considerar estas gracias en favor de todos los seres humanos, no vaciló en sacrificar Su Cuerpo y Sangre una vez en medio de indescriptibles tormentos en la Cruz y después todos los días de una manera incruenta en los altares, para que así • pudiese estar siempre con sus queridísimos "filioli Mei" -Sus hijos pequeñuelos-muriéndose por ellos en cada Misa y viviendo con ellos continuamente y hasta alimentándoles con ·su Cuerpo y Sangre con el fin de estar en ellos, comunicándoles de esta manera y por los meritas de Su Cruz el \principio de Su propia vida, Su Naturaleza Divina que les eleve a la dignidad de otros Cristos, o Cristianos, u otras Divinidades, según la expresión de San Pedro escribiendo a los fieles: "Dii estis." Queridísimos Hermanos en Cristo, celebrando este año tan fausto Afiliese a los Cruzados de Santa Teresita acontecimiento, ¿no es justo que durante este Año Santo nos alegremos con todo corazón al recordar los inmensos favores de la Cruz y del Tabernáculo? Sin embargo, cuando observamos a millones de seres humanos privados de estos mismos beneficios del Golgota y del Cenáculo, conviene también que nos lamentemos con el Salvador frustrado en los intentos de Su Amor. Sí, es muy , natural, que los hijos privilegiados sientan las mismas emociones de Su Padre y Señor, tanto del dolor como de la alegría, como una expresión de su verdadera gratitud y sincero amor y que además jmiten en unión con Cristo tanto amor Divino para con todos los hombres. "Sic nos amantem, quis non redamaret?" -"¿Quién no amaría a Uno que tanto nos ha amado?" pero que este amor de gratitud sea como el amor de Cristo un amor que se sa,crifique como el Suyo, alegrándose con El cuando el fin de Su amor se realize y doliéndose con El cuando quede frustn:ido. ¡Alegrémonos! La Pasión y Muerte del ''Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" nos han facilitado todos los medios necesarios y hasta superabundantes de salva.ción y de santificación que puedan librarnos de los tormentos del infierno y lograrnos continuamente más y más gozos eternos e infinitos en el Cielo; será la suiprema alegría de Cristo el ver cómo en cada uno de los Suyos que Le conocen y Le aman y también en 69 los que le ignoran hasta ahora, se realice el fin de Su Cruz y del Tabernáculo. ¡Alegrémonos! La Pasión y muerte del Señor han engendrado el espíritu Cristiano en el mundo pagano muerto hasta entonces ante los ojos de Dios. Hasta la venida del Señor, todas las Naciones, aun las más civilizadas, gemían por la venida de un Redentor; la mayor parte de sus súbditos agonizaban en la esclavitud más truel, dominados por algunos tiranos descorazonados, quienes a su vez eran otros tantos esclavos de las pasiones más viles, dominados por principios paganos, que dictaba el enemigo jurado de la humanidad. Pero la Sangre vivificadora de Nuestro Señor muriéndo en la Cruz y que derramó hasta la última gota de Sus llagas y de Su Corazón, infundió enilas almas humanas el amor Divino que se olvida de si mismo y enciende la caridad para con todos. De la agonía del Señor nosotros Católicos hemos heredado los principios de la vida sobrenatural. ¡Alegrémonos! Porque mientras las tinieblas más espesas envolvían el Calvario y el mundo entero cuando expiraba El que era la "Luz", inopinadamente esta misma Luz del Golgota obscurecido, se extendió sobre el universo y entre todas las Naciones, por medio de 1a Fe en Dios y el Evangelio, elevando sus seguidores a la dignidad de hijos de Dios y de hermanos de Cristo, de manera que, iluminados Rogad por las iifisiones 70 por esta Fe y practicando sus preceptos, podamos exclamar: "quam bonum et jucundum habitare fratres in unum"-"Cuán bueno y agradable es para los hermanos el vivir juntos." ¡Alegrémonos! Es verdad,que a principios hubo millones, y que hasta ahora hay muchos, que por su ~amor a Cristo se han visto como forzados a imitar al Señor derramando su sangre, pero otros millones se han levantado de la sangre de sus padres y hoy día como antes la sangre de los mártires, como la Sangre de Cristo, es la semilla de nuevos Cristianos, que se regocijan en la semilla de la vida y gloria eterna: la Fe, y así también nuestros sacrificios, como los de los Mártires y el sacrificio de-Cristo, se convertirán en semilla de nuevos Cristianos. ¡Alegrémonos! Es verdad que nuestra Iglesia lleviantada sobre Cristo y Su Representante en la tierra, el Santo Padre, siempre está sujeta a persecuciones sangrientas y que pide a .cada uno de sus hijos actos de abnegación y de sacrificio, pero aun fo que padecen por la mayor gloria de Dios, se convierte en motivos de alegría tanto en estia vida como en la eternidad, porque "quien toma su cruz y sigue a Cristo, es un discípulo verdadero de Cristo", un seguidor del Smvador hasta el Golgota, sí, pero también hasta el Tabor y hasta~ Cielo, porque tener la Fe ya es un cielo y practicarla es prepararse ia gloria. ¡Alegrémonos! Si el cielo consiste en estar con Dios y vivir en y por El, nosotros tenemos el cielo ya en este valle de lágrimas. Desde hace diez y nueve siglos, .el Señor reside escondido entre nosotros en centenares de Tabernáculos. Desde hace diez y nueve siglos y cada día-y en estos tiempos se puede decir en aada momentoel Señor baja del cielo en cada Misa, permaneciendo en los altares y los Tabernáculos, desde donde nos mira con amor y nos ayuda con Su gracia más abundante. Desde diez y nueve siglos dirigiéndose a Sus Hijos de predilección, repite las palabras del Cenáculo cuando se despidío de sus Apóstoles: "Tomad y bebed, Este es Mi Cuerpo, Esta es Mi Sangre", y el hombre débil y mortal, alimentándose con la Carne del Señor y bebiendo la Sangre salvadora, se une por la Santa Comunión con el Alma y la Divinidad de Cristo, participa de Sus méritos infinitos y hasta de Su Natuooleza Divina, ha~iéndose uno con su Dios porque entonces "no es él que vive sino Cristo en él", Cristo su Juez y Salvador todopoderoso. Queridísimos Hermanos, ¿podeís comprender todos los tesoros que os han venido de la Cruz y .del Tiabernáculo, durante el espacio de diez y nueve siglos? ¿Podeís imaginaros toda vuestra dignidad de Cristianos en la tierra y toda la felicidad que la Cruz y el altar os preparan en la eternidad? Redimidos del fango del pecado y de la Estipendios de Misas son una gran ayuda esclavitud del infierno, ¿podeís jamás conocer todo lo que debeís a Aquel quien por Su Cruz, Su Muerte.cruel, Su reclusión en Su prisión de amor, Su Cuerpo y Su Sangre en vosotros, os ha hecho libres, os ha transformado en Hijos Divinos y os da fuerza para venceros y hasta conquistar a Dios mismo ahora y en la eternidad? ¡Alegrémonos! Queridísimos Hermanos en Cristo, alegrémonos en el Señor por tantas dichas como ha facilitado a nosotros; y que nuestra felicidad se manifieste por el amor verdadero, el amor que, sí, se alegra con el amado, pero que también se compadezca con El cuando se aflige. V u estro amor agradecido y vuestra alegría amante necesariamente deben llorar cuando el Señor derrama lágrimas amargas por tantos otros hijos Suyos que no Le cono~en y por los cuales, si :no se conviertan, en vano se habrá sacrificado en la Cruz y constituido prisionero en los Tabernáculos. No es más qu,e natural que los verdaderos amigos alimenten los mismos sentimientos tanto del dolor como de la alegda y por eso unan sus deseos y esfuerzos para quitar las tristes causas de la aflicción. Un día Nuestro Señor, a la vista de J erusalem, se sentó al lado del tamino como si no pudiese andar más y empezó a llorar amargamente por la Ciudad Santa que tanta quería y por cuyos habitantes tanto había hecho, pero que rehusaban reconocerle; Jesús llo71 raba y gemía sobre la ciudad Santa, porque en castigo de tanta ingratitud de sus habitantes, ni una piedra de sus edificios espléndidos quedaría sobre otra. Sin embargo, ¿qué valen algunos edificios magníficos hecho~ por hombres mortales, en comparación con las obras ·maestras de un Dios Creador, que son almas creadas por El a Su imagen y destinadas por El a ser templos vivos del Espíritu Santo? Sentáos un momento al fado del Señor para contemplar ·con El al mundo entero; apoyáos como San Juan en la última Cena sobre el pecho Divino y observad la Jerusalem de hoy día, el mundo con sus mil mlllones de habitantes paganos aun, que no conocen a ·vuestro Amigo y Dios. Grande y ter~ rible será Ia destrucción de esta J erusalem; inmensa será la ruina de esta muchedumbre supersticiosa. Grande y terrible es su destrucc10n. Mirad a estos montes de la Prefectura Apostólica con sus miles de a:Imas que ignoran aun al Salvador. Observadles bien en la pobreza extrema de'l cuerpo, pero que sólo es una expresión débil de la miseria infinítamente peor de su alma. Atisbadles bien en sus numerosas supersticiones que les tiene clavados bajo la tiranía del espíritu de las tinieblas, sacrificando sus bienes en honor del espíritu de todo mal a quien temen día y noche y que a su vez impide su progreso, felicidad e ilustración. Venid y entrad en sus lamentables Suscribase por un amigo 72 chozas donde los rayos del sol nunca penetran pero donde la super-stición siempre crea las tinieblas de 1a desesperación. Seguid a estos pobres en su ropa escasa, andando por sus senderos escarpados y trabajando duro en sus pocos campos casi inacessibles y reconoced tantos símbolos de la desnudez y miseria de su alma ante Dios, de sus sufrimientos sin consolación, mientrás siguen "el camino largo que conduce a la perdición eterna." Muy pocos paganos en este mundo están ·tan desproveídos y destituidos como los Montañeses de esta Prefectura Apostólica y sin embargo para ellos todos como para nosotros, el Señor ha muerto en la Cruz y se esconde en la prisión de Su Divino Amor; todos ellos pudieran enriquecerse con tesoros infinitos heredando como nosotros los privilegios de la Cruz y las gracias de la Eucaristía, pero no conocen al Señor, la fuente inagotable para ellos como para nosotros de la Luz y de la Vida. Sin embargo, ¡Cuánto desea el Señor que todos ellos se alegren como nosotros en la posesión de la gracia Divina y de la esperanza del cielo. ¡Cuánto desea alimentarles con Su Carne y Sangre, después de haberles elevado a la dignidad de hijos del Todopoderoso. "Sitio", tengo sed de ellos todos; "Venite ad Me omnes" venid todos a Mí, son gemidos y sollozos del Señor que abrazan la Jerusalem pagana de la Montañosa y del mundo entero mientras Su Corazón amante no cesa de llorar por la destrucción de tantos millones que no Le conocen. ¿Quién es el hijo que no .gimiese, el hijo de Dios que no derramase lágrimas a la vista de tantos hermanos en Cristo amenazados del castigo peor que la destrucción de la Jerusalem antigua? ¿Quién es el hijo del Salvador que no se entristezca con su Señor cuando El esté 'triste hasta la muerte porque Sus hijos se pierden, cuando por el deseo de aliviar y de salvar a Sus Hijos paganos aun, fué clavado en la Cruz, derramando toda Su Sangre y expirando en tormentos indecibles? Y sin embargo ignoran al Salvador, ignoran su destrucción fatal. Quien tenga algún amor a Cristo, Su Salvador y Su Recompensa, no puede menos de sufrir con El, necesariamente debe probar consolarle, debe vivir en unión de espíritu con el Redentor, dispuesto hasta sacrificarse para aliviar tanto a Jesús como a Sus hijos desgraciados y llenar de gozos tanto al Salvador como a los paganos. Pero, ¿cómo hacerlo? Y por consiguiente ¿cómo podremos devolver algo al Salvador después de habernos dado tantos favores? ¿Acaso no podemos ofrecerle los mismos favores con que desde la Cruz y desde el Altar nos colma? La pregunta no necesita tanto una contestación como una aclaración. El Santo Padre, Representante de Cristo en la tierra, y por consiSostenga el ejército de Cristo 73 guiente el intérprete legítimo de entre nosQtros Sus Hijos privilel6s deseos y de las peticiones del giados algún cobarde o traidor Salvador, nos invita a todos a to- que rehuse pelear el combate del mar parte activísima y más que Salvador? Todos sabemos manenunca durante este Año Santo, en jar las armas suavísimas del Señor, la campaña universal de la Iglesia, cuya primera es la oración. Sí, la a asumir las armas del Salvador oración debe atraer del cielo la para conquistar a Cristo todos los Luz y la Fuerza que al pagano le paganos del mundo entero. Sólo haga pensar eri Dios y en sus dela salvación de todos puede valer beres y le dé la fuerza para dar los a Cristo Su debida recompensa de pasos hacia la Iglesia, Cristo y el la Cruz y del Tabernáculo; la co- Cielo. En tiempo de guerra el operación con El para la santifica- . buen soldado siempre lleva sus ción de todos los seres humanos . armas y así también, como hijos por nuestro espíritu de sacrificio y verdaderos de ·Cristo, siempre en de caridad, Le causará una alegría lucha contra el enemigo de Dios y inmensa. para la conquista de nuevos reinos Nuestra Santa Iglesia tiene su en las almas, teniendo siempre a ejército pacífico para extender el nuestra disposición el arma todoReino de Cristo en la tierra: es la. poderosa de la oración, una vez Sociedad de la Propagación de la para siempre decidámonos a inFe. ¿Acaso somos ya miembros cluir en todas nuestras oraciones de esta valiente vanguardia? la intención de nuestro Santo PaDurante la terribleguerramun- dre, el Papa de las Misiones, que dial, cualquier individuo, capaz de es la de Cristo en la Cruz y sobre llevar las armas pero que no se el altar: la conquista del mundo a uniese a las fuerzas de su nación Dios, la conquista gloriosa de haspara combatir y matar, era el oh- ta el último pagano, no solamente jeto del desprecio de todos sus en la Provincia Montañosa sino en paisanos como un hombre cobar- el mundo entero. ¡Que no haya de y traidor a la patria. Nosotros, cobardes o traidores entre nosociudadanos escogidos del Reino de tros, hijos amadísimos del que Cristo en la tierra, todos podemos desde la Cruz y desde el Tabernáasumir las armas de nuestra Ma- culo y desde nuestro pecho no cedre la Santa Iglesia y de nuestro sa de gemir: Sitio, tengo sed de alGeneral Jesucristo en el ejército mas, y que durante diez y nueve de la Propagación, el ejército de la siglos siempre invita diciendo: paz de Cristo, para la más santa "Venite ad Me omnes", Venid a Cruzada. Después de diez y nue- Mí todos. ve siglos de sacrificios continuos y Sin embargo nosotros Católicos supremos del Señor para ganarnos de la Prefectura Apostólica de la a Su Reino, ¿acaso podrá haber Montañosa, más que otros fieles Propague su Fe 74 de Filipinas, tenemos el deber sagrado de alistarnos en la falange de la Propagación de la Fe, usando las armas del Cristiano: la oración tanto en una conversación sencilla con Dios, como en unión con Cristo sacrificándose de nuevo en el altar, y en la unión más perfecta con El en la Santa Comunión. El triste estado de los paganos que se desarrolla continuamente ante nuestros ojos en estos hermosos montes, la vista de la miseria de nuestros hermanos paganos que quizás por sustrabajoscontribuyen a nuestro sostén y a nuestro bienestar material, deben conmover nuestra piedad más que la de los Cristianos de los valles. El año pasado, los Católicos de la Montañosa, cuando se llamó a la puerta de su caridad, la segunda arma del combate contra las tinieblas del paganismo, han correspondido generosamente; a pesar de su pobreza, muchos han contribuido a la Propagación de la Fe dando un ejemplo de caridad a sus hermanos mayores en la gran familia que es la Iglesia. Es que más que sus hermanos de los valles comprenden y ven la necesidad de sostener las misiones entre los paganos con escuelas, Catequistas y otros medios de propaganda. Este Año Santo, según lo pide la Sagrada Propagación de la Fe, vuestra generosidad, queridísimos Hermanos, superará la del año pasado y por dos razones principales: Primero: este es el Año Santo; celebramos el milésimo nongentésimo aniversario de la generosidad infinita de Cristo muriéndo en fa Cruz por la conversión de todos y los mil nueve cientos años de la generosidad de Cristo en los Tabernáculos, la Santa Misa y la Santa Comunión, por la santificación de todos. "Todo lo que hiciereis en favor de los más mínimos de los Míos, a Mi lo habeís hecho" dijo un. día el Señor. Pues por nuestra contribución para la Propagación de la Fe, por nuestra ayuda a las misiones, no solamente de la Montañosa sino del universo, tenemos la ocasión de hacer un favor a Cristo en persona. Que durante este Año Santo nuestra gratitud se exprese pQr la generosidad de nuestras oraciones y limosnas para conseguir el fin de tanta caridad de Cristo; El a su vez nunca se dejará vencer en generosidad por la nuestra, Segundo: este es también un año histórico en los anales de Filipinas, el año en que se concede a los habitantes la libertad política. Es un año de jubileo para los que de veras aman su patria, es decir .para los que desean su patria fuerte, una y progresiva. Un país no será realmente fuerte cuando no se levante sobre la roca sólida que es Dios, porque "en vano edificareís una ciudad, si el Señor no la construye", si el país no reconoce al Señor con Sus leyes y derechos de justicia y de caridad. Desgraciadamente son miles todavía los que en este Archipiélago no conocen al Señor. Un país gozará de Una suscripción anual; Pl.00 su más perfecta unión y pues de su mayor fuerza, cuando sus habitantes e_stér. unidos en la Fe verdadera de Cristo que les convierta en verdaderos hermanos, dispuestos a sacrificarse el uno por el otro, como Cristo se ha sacrificado por todos ellos. Un país no puede prosperar sin la bendición del Todopoderoso;sin duda ninguna la caridad 75 ran las fuentes de la salud eterna: la Cruz y la Santa Eucaristía. En estos momentos decisivos de la historia Filipina, más que nunca se necesita la mano protectora de Dios; ahora más que nunca todos los Católicos, verdaderos hijos del verdadero Padre, se empeñarán en plantar la bandera de Cristo, la Cruz, tanto en su alma propia coFelices Cristianas de Benguet. de nuestras oraciones y de la generosidad de nuestras limosnas y sacrificios para ganar a Cristo hasta los últimos paisanos nuestros, necesariarp.ente debe atraer la bendición más abundante del Salvador sobre los que cooperan con El en la salvaeión de los que aun ignomo en el corazón de sus prójimos, tanto en Filipinas como en el mundo entero. ¡Adelante pues soldados de Cristo, adelante Cristianos, contra el enemigo del Salvador y por Su mayor gloria! ¡Adelante por la salvación de almas en el universo! Una suscripción para toda la vida; Pl S. 00 76 La victoria es nuestra por nuestra unión con Cristo en la oración y el sacrificio, porque la victoria que anhelamos es a la vez la victoria de Cristo de la Cruz y del Tabernáculo que nos valdrá nuestra victoria en la eternidad, la única razón de nuestra estancia en el mundo y el primer fin de nuestra vida. Para Filipinas el jubileo es doble. Que sea también un jubileo para nuestros hermanos paganos de la Montañosa; ayudadles a entrar en el único rebaño de Cristo, donde unidos con sus paisanos del Archipiélago, contribuirán a consolidar la fuerza del país, por la unión universal de todos los habitantes en el Cristo de la Cruz y del ·Tabernáculo. ¡Dios lo quiere, el bien de Filipinas lo exige! Por amor de Dios y de la patria; jque nuestras oraciones y limosnas por la conversión de la Montañosa y de todo el mundo sean nuestro generoso y agradecido "Dios lo quiere!" --~-De un Monito y una Rata Leyenda Ibaloi, por el Rvdo. Padre Claerhoudt. HACE mucho tiempo ya, tristísimo acontecimiento. hubo un manito, de ca- Nuevamente se había celebrado rácter muy alegre, quien una fiestecita y como de costumera íntimo amigo del cacique de bre todas las ratas y el manito se todas las ratas de la región. Cuan- habían deleitado la mar en comer do estos roedores de campos lo más posible y beber el mejor celebraban alguna fiesta o alguna vino del país; todos estaban sentareunión especial, siempre fué in- dos en un círculo inmenso y como vitado el manito jovial para tomar huésped de honor el manito presiparte en las diversiones y siempre día a la derecha del cacique de las recibió la más cordial bienvenida ratas; aquel día, más que nunca, de toda la gente rata, ·porque a relataba chistes que provocaban cada una gustaba sumamente es- continuamente risas estentóreas cuchar los muchos chistes que de todos los comensales. contaba y admirar la gran destreza Pero entre burlas y charlas y que manifestaba. quizás por el efecto natural del viNadie lo sabe y nunca se sabrá no, fuerte y abundante, el manito, la causa, pero es un hecho indis- triunfante por la hilaridad que cutible que poco a poco }a caluro- pudo causar, se olvidó un poquito sa amistad entre el manito y el del respeto que debía al jefe, vanacacique de las ratas se cambió en gloriándose y blasonando demacierta frialdad que aumentó con siado de su ciencia y poderes y, el tiempo y por fin terminó en un quizás sin saberlo con su continua AL "THE LITTLE APOSTLE"