Curacion instantanea

Media

Part of El Misionero

Title
Curacion instantanea
Language
Spanish
Year
1934
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Abstract
Title translation: Instant healing
Fulltext
ejemplares en estos varios idiomas están en drculación. Sólamente el año pasado se han construido iglesias en honor de la gran Santa en ciudades como Bagdad, Río de Janeiro, Hongkong y San Pablo de Loanda (Angola). El día 8 de Mayo, de 18&4, Teresa Martín hizo la primera Comunión; el traje que usó la pequeña en esta ocasión tan solemne, se conserva aun como una reliquia preciosa en el museo de Lisieux. Si Santa Teresa, nacida en Alenzón, estuviese aun en vida, tendría ahora 61 años. Hoy día su nombre se conoce desde los paises trópicales hasta las regiones 87 Articas y entre todas las Naciones. Su Santidad el Papa Pio XI es uno de sus más fervorosos devotos y siempre tiene en la mesa de su oficina una estatua de la amable Santa. -Como se ha de.clarado la Patrona Protectora de las Misiones, ,claro está que los verdaderos devotos a Santa Teresa del Niño Jesús también serán defensores y protectores de los paises de infieles a donde la Santa quería ir, porque siempre se estable.ce una .comunión de ideales entre las personas de mutua afección. ¿Acaso es V. un devoto de Santa Teresa del Niño Jesús? ~~~~.~·~~~~ Curacion Instantanea de una niña de 7 años afectada de otitis infecciosa, la cual debía sufrir una grave operación. Tunes 22 de Ju ni o, 1928. Muy Reverenda Madre. Con el corazón rebosando de alegría y de agradecimiento hacia Santa Teresita del Niño Jesús, voy a 1contarle el hecho siguiente: El día de Sabado Santo, mi hija María Magdalena Teresa Guarino, de siete años y medio de edad, caía enferma afectada de una grippe infecciosa, complicada además con una aguda otitis doble. La temperatura excesivamente elevada llegó a alcanzar hasta 41° y Yi de fiebre y su estado llegó a ser alarmante, pues el mal empeoraba .cada día. El médico temiendo una mastoiditis pidió una consulta para juzgar si sería oportuno llevar a cabo una operación, porque él personalmente temía las consecuencias, dada la extrema debilidad en que se encontraba la enferma. Debajo de la almohada de mi hijita, yo había colocado una preciosa reliquia de Santa Teresita del Niño Jesús, que me habían mandado las Carmelitas de Milany; mi marido había empezado hacía tres días una novena en su Rogad por las Misiones 88 honor. La consulta médi'.ca fué concertada para las 7 de la tarde y, con el fin de facilitar a los médicos el examen de los oídos, hicimos instalar una toma de corriente a la una y media de la tarde. Míen.tras el obre~o trabajaba, mi hijita ·me pidió un calendario ien él que estaba la imagen de Santa Teresita en colores. Entonces, mi Reverenda Madre, se produjo algo, en que ahora no puedo pensar sin ;emoción. A medida que aaer.caba o alejaba de ella la estampa, veía sonreir a la Santita e inmediatamente me dijo, qúitándose de la .cabeza la bolsa de hielo que tenía noche y día: "Mamá, quítame esto que me da frío", y la .cabecita hasta entonces ardiente se refrescó; luego, sentándose en la cama me dijo: "Mamá, la Santa me ha salvado, estoy buena. Si tu me dieras la mano, podría levantarme y andar." Cuando vino el médico a verla, exclamó extrañadísimo: "Señora, él que ha visto esta niña ayer tarde y la vuelve a ver ahora, se pregunta si es la misma." Aqu,ella tarde tuvo lugar la consulta. Los tres médicos que estaban presentes déclararon que era inutil la operación pues la. niña estaba fuera de peligro. Tres días más tai1de el especialista que la cuitJaba se despidió juzgando que sus cuidados eran ya inutiles, el mal había desaparElcido sin que·dar ni señal. A!ctualmente la privilegiada niña cuenta a todos el milagro de su quer~da Santa y me dice a veces: "Si supieras mamá que preciosa la veía; en ninguna estampa está tan bonita. ¡Si hubieras visto como me sonrió!" Que la buena Santa la proteja siempre y la preserve de todo peligro así como a los suyos que recomiendo a las oraciones de las Carmelitas. Dígnese recibir, mi Reverenda Madre, el testimonio de mi profundo respecto. Elvira Guarino. •·Nunca debemos pensar que comulgando o rezando por otros, perdamos algo. Los méritos de la santa Comunión y de la oración son nuestros; no podemos ganar gracias para otros; solo el Señor pudo hacerlo, pero podemos pedir gracias para otros; sin merecerlas. Las oraciones que ofrecemos por otros aumentan nuestros méritos en cuanto a la gracia en esta vida y la gloria en la otra. Y aúnque una persona no ofreciese alguna acción determinada en reparación por sus pecados, su buen propósito de ofrecer todas sus acciones por amor de Dios bastaría para hacer penitencia por sus ofensas, porque es cierto que cualquiera persona que haga un acto fervoroso de caridad, o sea un. acto de caridad perfecta, satisface plenamente por todos sus pecados."-San Francisco de Sales. Necesitamos estipendios de Misas.