Pobre Iloilo

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Title
Pobre Iloilo
Language
Spanish
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
_f(EVISTA j3EMANAL E11tered as seco11d class mattcr at t71e Post-0/lice at .lfallila DIRECTOR: í\lejani'lro lle i\boifü TEL. 572 ADMINISTRADOR: _Ql(uni'lio fil. lle llimmriaga P. o. nox Hi59 Vol. 11 Manila, 28 de julio de 1923. Num. 30 ¡¡¡POBRE No hay sino apostarse unos minutos en la atalaya del observador de la naturaleza, y al punto se nota la política de la divina Providencia, la cual reparte sus dones tan equitativamente que ninguna criatura puede lamentarse con justicia de haber salido desheredada, ni a ser alguno le es dado jactarse con razón de poseer un acervo de cualidades superior al de los demás. A todos se les provee de lo necesario y nadie ha descubierto todavía cosa superflua w su organismo normal. Iloilo es indudablemente una de las ciudades filipinas peor acondicionadas y menos atendidas, pues no dispone de un servicio de aguas potables y aun de las de regadío, circunstancia que le condena a vivir durante la temporada de sequía envuelto en nubarrones de espeso polvo, quedando además la casi totalidad de las familias en el trance de privarse de las más elementales indicaciones higiénicas, "leit-motiv" de las nunca -interrumpidas y justísimas lamentaciones de toda la población. Cuando el sol se hunde en el horizonte y deja a nuestro planeta en temporal viudedad, Iloilo toma el aspecto de una de aquellas ciudades medioevales, tibiamente iluminadas por mecheros y candilejas, y a no tropezar acá y allá con algún vestigio de ciILOILO!!! vilización "novecentista", pusiéranos en recio aprieto quien en las nocturnas avanzadas ilongas quisiera saber de nosotros si vivimos en tiempo de Carlos III o en los días gloriosos del siglo de la electricidad. Iloilo, emporio del azúcar, carece asimismo de todo linaje de canales emuntorios, y allá donde el paladar queda privado de las delicias del agua cristalina, ni el ojo puede disfrutar de los encantos de la moderna iluminación artificial, se le proporcionan al olfato con frecuencia aterradora ocasiones de emborracharse en aquel g-énero de aromas que hizo exclamar a los dioses cuando decidieron abandonar temporalmente las poéticas laderas del Helicón, para darse un pa~eito por la prosáica morada de los descendientes de Adán: "¡Aquí huele a hombre!" Pero, como antes hemos dicho, los bienes y los males fueron repartidos por la mano del Hacedor conforme a impecable equidad, y si a Iloilo le falta el agua, y no tiene corrienb eléctrica ni depósito de gas, y hasta el <1.ire está perfumado, y no de ámbar, que diría el bueno de Sancho, quédale, en cambio, la satisfacción de contar entre sus ciudadanos a los legítimos descendientes de los salvadores del Capitolio, siempre dispuestos, cruno sus ilustres antepasados, a dar el grito de alerta para prevenir a los compo_blanos de la veJulio ESTUDIO 28, 1923. cindad de todo mal. Yá nuestros leyentes conocen, porque en otra coyuntura les hicimos la presentación, cierto semanero ilongo que sale sabatina~ mente camino del hospital, cuyo nombre de pila es "Benedicto's Weekly", se apoda a sí mismo "journal" Inglés-V.isaya, publica a modo de limosna una sección castellana (es un decir, porque ¡manes del manco de Lepanto ! ni recuerda aquello la lengua de Castilla) y se gloría de dar "un trato igual a todos y a nadie privilegio especial". Si hemos de atenernos a las declaraciones del citado hebdomadario, no solamente es I!oilo víctima de las calamidades arriba apuntadas, sino "una ciudad de ricos usureros y especuladores", la cual es necesario "limpiar de la manada de locos, padres, bandidos políticos, Caballeros de Colón y otros artículo~ de boato", para cuya desaparición ha sentado "Benedicto's Weekly" plaza de Quíjotillo, con una cohorte de Panzas, aventajados émulos del legítimo escudero en achaques de letras, aunque por ventura no tan hombres de bien. No hay sino leer al azar los editoriales del semanario de Benedicto para convencerse de la inutilidad del estudio, según suele afirmar con despecho un querido amigo mío, a quien nunca en las aulas le fué muy bien y se venga hoy de los libros, repudiándolos a cambio de cualquier instrumentico de algún oficio manual. Colocan ustedes en tubos de ensayo todos los trabajos inéditos de la revistilJa ilonga, cuyos operarios, sea dicho de paso, rnfren de kleptomanía, como el Tío Ti icras, y yo les juro que no han de descubrir al c::1bo del experimento ni rastro de sustancia gris. Apelo a la prueba y me remito a la sentencia del lector. Como cierto político de Iloilo, afiliado a la masonería, a ser verídicos nuestros informes, haya desmentido en la prensa haber dado su nombre a la sociedad de los Caballeros de Colón, pónelo "Benedicto's Weekly" en conocimiento del público, dejando caer al desgaire un chiste tabernario que nos resistimos a reproducir por respeto al lector, y añade, a las tres lineas de la noticia, esta luminosa apostilla: "Sentimos mucho que a un miembro de la presente generación se le señale asi con los dedos con marca de patente". El batallador e irreductible representante J .o;,_1no h~ tr>nido un rasgo de generosidad en beneficio de los estudiantes no admitidos en el· presente curi::o por falta de local, al ofr8cer una gruesa suma al municipio de lloilo, :· "Benedicto's Weekly", incapaz de alabar a nadie sin morder al mismo tiempo a alguno, se descuelga con este comentario: Tenemos millonarios en abundancia en esta provincia, pero estos dichosos ricos qu!eren gastar medio millón para reparar una iglesia católica que está desmorronando (sic), antes que dar un c2ntavo para el pobre". Proyecta el Gobernador de la F'.rovincia un viaje a Mindanao, y "Benedicto's Weekly", mirando en todo el bienestar de sus paisanos, escribe este editorial, que reproducimos íntegro, porque no tiene desperdicio: "Esperamos, que cuando el gobernador Montinola y su comitiva de niñas, hacenderos, doctores y comerciantes retornen a Iloilo de Mindanao, traerían (sic) con ellos algunos juramentados que podríamos soltarles (sic) en Iloilo, a limpiar la ciudad de esa manada de locos, padres, bandidos políticos, Caballeros de Colón y otros artículos de boato que tanto tenemos aquí ahora". Todo ello en un solo número, venido a nuestras manos por casualidad, y escrito en un castellano nada inferior al de los chinos del Rosario, los cuales aventajan, en estimación del hombre de sentido común, a los escribidores de "Benedicto's Weekly" en que, teniendo tan mezquinos conocimientos lingüísticos y tan limitada ilustración, no han dado en la necedad de sentar cátedra de periodistas, donde las circunstancias les ponen con frecuencia en el caso de hablar de arquitrabe o callar. En su pobrísima sección de noticias publica la erupción del Etna, asegura haber sido much~s las víctimas "arrazadas (sic) por Ja inundación de lavas encandecentes" (sic) y deja al cabo traslucir huellas parecidas a las del noble inspirador de Guttemberg en estas palabras: "Y esa sociedad que se llama Iglesia Católica Apostólica Romana, que dicen cuenta con los mejores tesoros del mundo, ¡,qué ha hecho para aliviar los dolores y las desgracias d(:! aqu21las víctimas?" Pendolista ignaro, o de mala fe, o ambas cosas a la vez: todo el mundo sabe, pues lo publicó la Prensa Asociada, haber sido el Papa el primero en enviar gruesa limosna a las poblaciones devastadas, como lo ha hecho cuantas veces ocurrió algo parecido en cualquier país y no pudo éste valerse por sí. Negarlo, equivale a poner de manifiesto la ignorancia o el apasionamiento del escritor. ¡ Pobre Iloilo ! ¡ Te falta agua, careces de moderna iluminación artificial y, para colmo de desdichas, aun te ves en la precisión de cebar a los legítimos descendientes de los salvadores del Capitolio, entregados hoy a la innoble tarea de desfigurar la verdad! PAULINO. Vol. II. -2- Núm. 30.