Nuestra junta familiar

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Part of El Misionero

Title
Nuestra junta familiar
Language
Spanish
Year
1934
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Ut Omnu Unum ~•"t Queridísimos Hermanos. Sin duda ninguna, todos nuestros Lectores tienen una gran devoción a Santa Teresa del Niño Jesús, la Santa Florecita de Jesús, o, -come se la llama más comúnmente en Filipinas, a Santa Teresita. La hemos escogido como Patrona de Nuestra Junta Familiar con el fin de enterarnos más y más de sus "Caminitos" o del modo más seguro y más facil de llegar al cielo y de conquistar en la eternidad la mayor gloria. Por eso considero -como un deber el entreteneros en estos "caminitos" o en otras palabras en el espíritu de nuestra queridísima Santa del Carmelo de Lisieux. Al leer las vidas de los Santos, se nos llama la atención sobre el hecho evidente de la Santa Providencia que se complace en producir y exhibir en cada época de la · existencia humana ciertos ejemplares de virtud y Santidad con el fin de elevar los hombres a Dios y de acercarles a Su Salvador. Dios es todopoderoso y por eso no se puede decir hasta donde llegue el 123 NUESTRA JUNTA FAMILIAR modelo de Santidad que quiere exponer a nuestros ojos como imágenes m~s ,perfectas de su Divinidad. Sin embargo se encuentran en la historia de la Iglesia algunos Santos que el Señor en Su Santa Providencia adornó con un caracter especial y una vocación singular, destinados a las necesidades peculiares d.e aquellos tiempos. Al estudi~tr la vida de Santa Teresita y la historia de su época reciente, enseguida se vé que ella era el modelo necesario de nuestros tiempos. Efectivamente el materialismo estaba causando estragos inmensos a nuestra Santa Religión y a los fundamentos de la Iglesia; el odio entre las naciones estaba matando los sentimientos más nobles de la caridad Cristiana; el orgullo ciego del hombre estaba privándoles de la fe necesaria en la Providencia Divina y las criaturas humanas estaban colocando en el trono del Dios verdadero el ídolo ficticio de si mismas. Y hé aquí que en medio de la incredulidad, del egoísmo y de la soberbia causando la ruina de Ayuda a los ·pobres Igorrotes 124 los hijos del hombre, aparece inopinadamente ante los ojos del mundo una miembro joven de una Orden austera, quien retirada lejos del ruido mundano y dedicada a la oración secreta y a la mortificación desconocida, nos revela las maravillas de la amistad íntima a la cual su Divino Esposo dignóse llamarla. Mas, su tarea sobrenatural y su apostolado misional no debían confinarse entre los muros de su casa conventual y no debían limitarse a algunos de sus escasos años de vida en la ti~rra. El mundo necesitaba de un antídoto eficaz y universal contra los vicios dominantes que contaminaban las conciencias hasta de hombres de buena voluntad, y estos hombres de buena voluntad recibieron el antídoto y se curaban sus almas de la nefasta infección: la Fe. vivida contra la duda e incredulidad, el amor ardiente contra el odio y el egoísmo, la humildad sencilla contra el orgullo, la duplicidad y la pretensión necia de servir a dos amos, Dios y la codicia, la sumisión completa a la Santa Providencia de Dios contra la lucha siempre ansiosa .por el bienestar material, la infancia espiritual contra el sentimiento general de oposición y revolución contra la legítima autoridad; en una palabra, estos hombres se pusieron en los pequeños "caminitos" de la Santa que nos enseñan a convertirnos en pequeñuelos para obedecer la voluntad del Padre celestial. Que la doctrina de Santa Tere. sita lleva el sello de Dios se revela por el hecho de que por orden de una santa obediencia ella misma nos dejó por escrito la relación de sus comunica~iones con Dios y de sus gracias del cielo. Que su vocación peculiar y extraordinaria fu~ heredada por los Católicos en todas partes del mundo, se reconoce por las innumerables gracias y los inauditos favores que por su intercesión se derraman continuamente sobre la tierra. Siendo Dios todopoderoso e infinito, sus secretos de amor para con los hombres son incontables; depende de su Sabiduría el manifestarlos cómo 'Y cuando quiera por medio de los instrumentos que El mismo escoge. Santa Teresita fué la esescogida .por Dios pára manifestar estos secretos de merced y de amor que puedan curarnos de nuestras miserias actuales y para procurarnos los medios más urgentes de la salvación en vista de nuestras necesidades presentes. Pero se ocurre naturalmente la pregunta cuales son precisamente estos tesoros secretos que la Santa Providencia nos manifiesta por medio de la Florecita de Jesús. El Cardenal Bourne en el prólogo de la edición inglesa de "La Hi~toria de un alma" nos da la justa contestación, diciendo: "Siempre se repite la historia de la sencillez en el servicio de Dios, del cumplimiento perfecto de los pequeños pero continuos deberes, de la confianza illimitada en Aquél que nos ha redimido y santificado Hacedlo por amor de Cristo Humildad, desaparición de si mismo, obediencia, ocultación, caridad sin vacilar, todas estas virtudes juntamente con todo el dominio de si mismo y los esfuerzos constantes que exigen, se encuentran en cada página de la historia de nuestra pequeña Santa, y en cuanto uno procede leyéndola, la lección se graba más y más profundamente en su alma de que no hay camino más seguro y más agradable a Nuestro Padre celestial que el permanecer siempre ante El como pequeños niños." Queridisimos Hermanos, sin duda ninguna varios de vosotros habéis recibido de nuestro amado Padre Eterno ciertas gracias maravillosas por medio de la intercesión de Santa Teresita, y no dudo que en cuanto se lea la carta mensual que se publicará en adelante explicando la vida de nuestra amable Santa y el espíritu verdadero de su vida, otros recibirán también por medio de ella diversos favores igualmente admirables tanto del cuerpo como del alma. Pero la gracia de las gracias, el don de los dones, que deseo se obtenga para nosotros todos sin excepción es lo que llama el Cardenal Bourne: "U na convicción profunda y fructífera de la verdad 'inalterable que si no nos hacemos como pequeñuelos en cumplir la Voluntad del Padre celestial, no podremos entrar en nuestro hogar eterno." Observad bien la lámina de "Nuestra Junta Familiar." Allí 125 se indica el lugar donde debemos de estar; allí gozaremos del consuelo de la verdadera vida familiar y de la dulzura indecible de estar en nuestra casa con nuestro Padre y nuestra Madre, en medio de nuestros hermanos todos unidos en un solo amor: UT OMNES UNUM SINT. El más pequeñuelo está sentado en la rodilla del Divino Señor. Mirad bien cómo el niño dirige su cara hacia El. Allí está en el sitio_mejor: el estar sentado en la rodilla del Señor, frente a frente de su rostro Divino, igual como el pequeñuelo, ce))ca del Corazón salvador, acariciándole y también recibiendo Sus . acaricias; este es el sitio que cada uno de nosotros debiera de poseer y por eso de conquistar. La Santa Flol".ecita_de Jesús por medio de sus "Caminitos" nos lleva a casa, pero una vez en casa, siempre debemos acordamos de las palabras de Santa Teresita que pronunció ante una lámina parecida a ésta diciendo: "yo soy aquella pequeñuela quien subió hasta la rodilla del Señor, que levanta la cabeza hacia El y Le abraza sin miedo. Los demás pequeñuelos no me gustan tanto como el primero porque los demás se portan con toda la reserva de personas adultas ... " Señor Jesús bendecidnos a todos, Vuestros pequeñuelos y guardadnos siempre en Vuestra Santa guardia. Fraternalmente vuestro en Jesús, nuestro Padre y Rey, José De Samber. Dios premia la generosidad