Nuestra junta familiar
Media
Part of El Misionero
- Title
- Nuestra junta familiar
- Language
- Spanish
- Year
- 1934
- Fulltext
- Ut Ornnu Unum SiGt Queridísimos Hermanos. Hace cuarenta años, cuando apenas yo contaba 12 veranos era estudiante del Instituto de San Jorge en Bruselas, Bélgica. El Hermano Gerardo, Superior del Colegio, visitaba cada quince días nuestra clase para examinarnos y proclamar el resultado del examen anterior, anunciando a la vez la carta mensual que cada afümno había merecido en comportamiento y aplicación. Cierto sonido en su voz nos indicaba desde el principio de su alocución si estaba o no contento de nosotros que eramos treinta y cinco mozos vivarachos quienes no siempre tenían el "cor unum", pero sí, de vez en cuando sus querellas y hasta sus partidas de boxee. Cuando el buen Hermano empezaba sonriendo su discursito diciendo: "Mes chers enfants", todos guardaban un silencio de muerte porque era la señal de que iba a seguir algo muy halagüeño para niüos. "Este mes habéis sido muy aplicados a vuestros estudios, por eso habéis merecido la recompen217 NUESTRA JUNTA FAMILIAR sa prometida. En tiempo de Maricastaña ... " y seguía la relación de una historia conmovedora que nos tenía encantados durante el espacio de treinta minutos. Est.o es precisamente lo que Santa Teresita esta vez desea procurar a los Lectores. Estos tres meses hemos escuchado sus lecciones y hemos procurado practicarlas; ahora ofreciéndonos una diversión espiritual, nos expondrá sus experiencias con el enemigo jurado de la humanidad, el demonio, según ella misma lo escribió en su autobiografía: "L'Histoire d'une Ame:" "Hablo del tiempo cuando era una niña aun de cuatro años de edad. Me acuerdo de un sueüo que se imprimió profundamente en mi memoria. Me veía an_dando sola en el jardín cuando de repente se presentaron al lado del árbol dos pequeños demonios horrendos, bailando sobre un barril conteniendo cal, con una agilidad sorprendente a pesar de las cadenas pesadas de hierro amarradas a sus pies. A principios me echaban unas miradas de fuego; desNuestra residencia: Convento, Baguio. 218 pués, como si les hubiese sorprendido algún terror, les ví echarse en un abrir y cerrar de ojos y esconderse en el fondo del barril, de donde pronto salieron de algún modo para correr a toda prisa al lavadero que tenía una puerta dando al jardín y allí adentro se escondían. Viendo que eran muy cobardes, quería saber sus intenciones y venciendo todo mi miedo, me acerqué de la ventana del lavadero. Allí estaban las criaturas insignificantes y miserables, corriendo alrededor de la mesa sin saber donde esconderse para escapar a mi vista. De vez en cuando se acercaban mirando por las ventanas con expresión de sumo terror, pero cuando vieron que estaba todavía allá, enseguida recomenzaban su carrera como unos desesperados. Natural que este sueño no contenía nada extraordinario, sin embargo creo que el Señor hizo uso de esta ilusión para enseñarme que un alma en estado de gracia no tiene nada que temer de parte del demonio quien siempre es cobarde y huirá ante la vista de un pequeño niño." Cuando Santa Teresita tenía unos once años, se enfermó gravemente, lo que ella atribuyó a la envidia del demonio. Era la Virgen Santísima quien una vez más aplastó la cabeza de la serpiente y salvó a su querida hija. Pero dejemos la palabra a la Santa Florecita: "Por fin llegó el día dos de Octubre, día de lágrimas cuando Nuestro Señor recogió la primera de Sus flores, la flor escogida que más tarde sería la madre de sus hermanas... Por la tarde de aquel día de Octubre, 1882, pude ver a mi queridisima Paulina que estaba detrás de las rejas del Carmelo y ahora la Madre Inés de_ Jesús. iOh, cuanto sufría yo por estar separada de mi madrecita ... y en el fondo de mi corazón, me dije: 'Paulina está perdida para mí!' Esta aflicción me afectaba de tal manera que pronto me enfermé gravemente. La enfermedad sin duda era la obra del demonio, quien en su furor por esta primera entrada en el Carmelo trataba de vengarse en mi persona por todo el mal que mi familia le causaría en el porvenir. Sin embargo poco sabía el demonio que la Madre de Dios estaba vigilando fielmente a su Florecita sonriendo desde el alto y dispuesta a calmar la tempestad al momento que el tallo delicado y frágil estaría en peligro de romperse una vez y para siempre ... Lo recuerdo aun. ¡y qué temor el demonio me inspiraba! Todo me daba miedo; mi cama me parecía rodeada de precipicios tremendos; los clavos en las paredes tomaban la apariencia de dedos largos arrugados y ennegrecidos por el fuego lo que me aterrorizaba y me hacía llorar. Un día, mientras Papa me observaba en silencio, el sombrero que tenía en la mano se transformó en una forma horrible que me espantó de Acordáos de las Misiones en vuestros ofrecimientos diarios tal manera que le dejé sollozando. Pero si Dios permitía al demonio acercarse de mí tan abiertamente, también mandó a los Angeles para consolarme y fortalecerme ... Un día que Papa entró en mi cuarto sujeto a la tristeza más profunda, yo le observaba dirigiéndose a María para darle cierta cantidad de dinero con la orden de escribir a París para mandar celebrar algunas Misas en el Santuario de Nuestra Señora de las Victorias por la curación de su pequeña reina. ¡Cuán conmovedoras erarn su fe y afección! ¡Cuánto deseaba yo levantarme para decirle que estaba curada! Desgraciadamente mis deseos no podían operar un milagro sin embargo necesario para devolverme la salud. Sí, mi enfermedad necesitaba un milagro y la misma Virgen de las Victorias le procuró. Un Domingo, durante la novena, Maria se fué al jardín dejándome con Leona que estaba leyendo un libro cerca de la ventana. Después de pocos ratos empecé a llamar: 'María, María', palabras que pronunciaba en voz baja. Leona, acostumbrada a oírme gemir de esta manera no me hizo caso, por eso llamé más fuerte hasta que María volvió a mi lado. La ví distintamente entrar en mi cuarto pero por primera vez no pude reconocerla. Mirando por todas partes y dirigiéndo ansiosamente mis ojos al jardín, continuaba a llamar: 'María, Ma219 ria.' La perplejidad de mi hermana superaba la mía sin embargo ya indescriptible. Por fin, después de muchos esfuerzos inútiles para que la reconociera, María susurró algunas palabras al oido de Leona y se marchó pálida y temblando. Entonces Leona me llevó hasta la ventana. Allí pude ver el jardín y María andando de parte a otra, pero todavía me era imposible reconocer a mi hermana. En estos momentos ella se acercó a mí y sonriendo extendió los brazos llamándome con .cariño: 'Teresa. queridísima pequeña Teresa.' Frustrada en este última esfuerzo, otra vez entró en mi cuarto y llorando se puso de rodillas ante mi cama; volviéndose a la estatua de Nuestra Señora, suplicaba a la Virgen con todo el fervor de una madre que pide por la vida de su hija y no quiere se le rehuse el favor. Leona-y Celina se unieron a ella y sus gritos de Fe obligaron las puertas del cielo a abrirse. Y o también no encontrando ninguna ayuda en esta tierra y medio muerta por mis dolores, me dirigí a mi Madre Celestial suplicándola con todo mi corazón tuviese piedad de mí. De repente la estatua pareció tomar vida y embellecerse manifestando una hermosura que nunca podré describir. La expresión de la cara de Nuestra Señora se mostraba inefablemente suave, tiema y compasiva, pero lo que más me impresionaba, hasta lo más profundo de mi alma era su sonrisa graciosa. En aquel Ayuda a los pobres Igorrotes 220 momento todos mis dolores se desvanecieron, y dos lágrimas se escaparon de mis ojos cayendo en silencio... · Estas lágrimas efectivamente provenían de una alegría celestial sin igual. 'Nuestra Señora ha venido a mí; me ha sonreido. ¡Cuán feliz me siento, pero no lo diré a nadie, si no, mi felicidad me dejará!' Estos eran mis pensamientos. Mirando alrededor, reconocí a María; parecía muy sorprendida y me miraba con todo cariño como si hubiese adivinado que acababa yo de recibir una gran gracia. Ef eotivamente sus oraciones me habían procurado un favor indecible: una sonrisa de la Virgen Santísima. · Cuando me vio con los ojos fijos en la estatua, se dijo: 'Teresa se ha curado.' Y era verdad. La F1lorecita había vuelto a la vida; un rayo ,ardiente de su Sol glorioso la había calentado dejándola libre para siempre de su enemigo .cruel. 'Ha pasado el invierno sombrío, ha cesado la lluvia', y la Florecita de Nuestra Señora ganaba tanta fuerza que cinco años después pudo abrir sus pétalos en el monte fertilisimo del Carmelo." Queridísimos Hermanos, ¿no es verdad que esta historia es muy agradable? Leyéndola, sentimos en nuestro corazón-¿No es verdad?-€! poder inmenso que ahora Santa Teresita debe tener en el cielo para vencer nuestro peor enemigo, el demonio que siempre temía la mirada de la Santa aun cuando era. todavía una tierna nma. Naturalmente no podemos decir que nuestra alma es tan pura como la suya, no poseemos la gracia santificante en tan alto grado como eUa. Sin embargo tampoco debemos tener miedo del demonio si es que guardemos nuestra alma libre del pecado mortal. Sí, somos débiles y muchas tentaciones nos rodean de todas partes. Y en el caso que algún día nos sorprendiese Ja calamidad de rebajarnos hasta cometer una ofensa grave contra Nuestro queridísimo Señor, ¿Qué haremos? Inmediatamente anrodillémonos a los pies' del Salvador y confesando nuestro pecado con una contrición perfecta imploremos la Divina Merced limpie una vez más nuestra alma con Su Sangre Divina por medio del Sacramento de la Penitencia. Es precisamente en estas circunstaI11Cias que nuestra devoción a la Virgen Santísima y a Santa Teresita nos valdrá la fuerza necesaria para volver sin tardar a nuestro Padre Celestial. Una sonrisa de parte de nuestra Reina del Cielo y Madre devolverá a nuestro corazón el amor y la confianza, mientras la Santa Florecita nos vigilará y la sola vista de su sombra basta a todos los demonios del infierno para que huyan de nosotros. Tomemos la firme resolución de estudiar con todo nuestro corazón la lección mensual sobre el "espíritu" de Santa Teresita para Hacedlo por amor de CriSto que nos acostumbramos sólidamente con sus "caminitos" que constituyen el camino segurísimo para evitar pecados deliberados, escarmentar al enemigo infernal y andar en la luz brillante del Amor y de la Confianza que conducen al Sagrado Corazón y al Cielo. 221 Que nuestro queridísimo Padre del Cielo nos bendiga a todos y nos guarde siempre en Su Santa Guarda. Suyo fraternalmente en Jesús, nuestro Rey y Padre, José De Samber. ~~~-~..-~~~ Novena del Ultimo Recurso (Sabado, Dic. 1.-Domingo, Dic. 9, 1934.) INTENCIONES GENERALES. Para que todas las Naciones reconozcan y adoren a su Rey y Maestro: Jesús nacido en Belén. Para que los Católicos tan atrozmente perseguidos en Méjico y Rusia sean confortados por las oraciones y los sacrificios de sus hermanos en la Santa fe del mundo entero. Para que Nuestro Padre común infinitamente bueno conceda por nuestras oraciones a estos pobres el consuele del corazón y la gracia eficaz de la perseverancia en su resistencia heroica contra los perseguidores. FAVORES ESPIRITUALES: "Tengo ocho hijos de los cuales siete son niños; mi gran deseo es que Santa Teresita obtenga por su intercesión la vocación al santo Sacerdocio a todos o alguno de ellos y que se hagan sus misioneros." 1.-"Hagan el favor de recomendar mi intención: quisiera entrar en alguna Orden contemplativa si posible el mes de Mayo del año que viene, pero hasta ahora no he podido conseguir el permiso de mi Mamá" l. -"La luz del cielo para saber si tengo la verdadera vocación religiosa y la gracia de cumplir la santa voluntad de Dios." 1.-69 pidieron la gracia de la vocación al sacerdocio o a la vida religiosa.-"Para que mis hijos sean bien dirigidos en el camino de su vocación" 1.-"Que la Santa voluntad de Dios se cumpla en mi vocación." 1.-"Para que mi hija deje ya cierto joven poco deseable y encuentre un buen marido." l. -La gracia de un feliz matrimonio: 41. -"Que mis hijos siempre vivan como buenos Católicos y si no tienen la vocación religiosa, que tengan la suerte de contraer un buen matrimonio." 1."Que el Señor me dirija en la selección de mi estado." 1.-"Pida al Señor por mi marido para que cese de jugar." l. -"Por la conversión y la salvación de de mi marido que se ha separado de mí." 1.-"Por la conversión de algunos parientes que viven fuera de la Iglesia y para que algunos otros practiquen mejor SU!\ deberes de Cristianos." 1."Mi padre no ha recibido los sacramentos desde hace más de veinte años. Pida a Dios se convierta y practique de nuevo su santa religión." 1.-"Para que i;ni papá cumpla con sus deberes pascuales." 1.-"Que el Señor bendiga Dios premia la C•nerositlad