Santa Teresita Viene a Sonreir

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Part of El Misionero

Title
Santa Teresita Viene a Sonreir
Language
Spanish
Year
1934
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
215 ~ ~~~~ 1 :Página Teresiana: ~ ~ ~ ~~~~~~~~~~~~ Santa Teresita Viene a Sonreir a una madre de familia en su ansiedad ... La relación siguiente publicada en un periódico Italiano fué enviada al Carmelo de Lisieux por el Rvdo. Don Giovanni Scavuzzo, quien conoce personalmente a la privilegiada de Santa Teresita y a la vez garantiza la autenticidad del hecho. Nicosia, Italia, 29 de Octubre, 1933. Acababa de pasar un período de grandes ansiedades causadas por la enfermedad de mis hijos, cuando el día 8 de Mayo de 1932, mi tercer hijo de siete años de edad, se despertó por la mañana con fuertes calenturas y dolores intensos en las espaldas y el pecho. El médico llamado sin tardanza diagnosticó una neumonía y mandó la aplicación de sanguijuelas. Pasaron algunos días sin mejora alguna, variando la temperatura del niño entre 39 y 41 grados. Se curó la neumonía pero siempre persistía la calentura; entonces el médico se <lió cuenta de que mi hijo padecía de tifoidea. A pesar de las medicinas y de los cuidados asiduos del doctor, la enfermedad se agravaba, según lo declaró el médico mismo; entonces mandé llamar a mi hermano, médico en Palermo; la conclusión de la consulta fué que el estado.de mi hijo era gravísimo. El niño estaba tan delicado que a dada momento se esperaba el fin. No se me ocultaba el peligro en que estaba mi angelito. Entonces mirándole extendido en su cama, pensaba: "¿Hijito mió queridísimo, es verdad que tu quieres dejarme? .... " y en este momento sentía un dolor atroz en mi corazón tal como sólo las madres pueden experimentar y comprender. Los sollozos me sufocaban; inventando un pretexto para salir del cuarto entré un momento en o_tro donde con la.cabeza entre mis manos no hice más que gemir y repetir el nombre de mi angelito: "Peppino ... Peppino mío ... " Llevada por el dolor, ya le veía dar el último suspiro, pero hé aquí que de repente me apareció Santa Teresita del Niño Jesús, sonriéndose con una expresión de bondad y conmiseración verdaderamente Rogad por las Misiones 216 celestial. La visión no duró más que un momento, pero en aquel instante, jcuál' fué el soplo de esperanza que invadió mi alma! .... Volví al cuarto de mi hijo a quien encontré siempre en el mismo estado, que empeoró aun aquella tarde de tal manera que el médico declaró el caso desesperado. Sin embargo no perdí el ánimo ni las víctimas del tifus. Hacia el fin del mes, el Señor me concedió una niña a quien dí por nombre él de Teresa en señal de gratitud a la Santa. La nena tiene ahora sólo diez y seis meses y ya reconoce y besa con afecto el retrato de su Santa Patrona. Parece que sabe por algún instinto celestiail que ella misma también Los Peligros en las Montañosa. la confianza acordándome siem- no es más que una pequeña rosa pre de mi Consoladora celestial. . de las tantas que la Santa CarmePoco tiempo después, efectiva- lita deja caer sobre la tierra .... · mente el enfermo me j oraba Termino declarando solemnevisiblemente y se curó tan perfec- mente que todo este escrito contamente que mi hijo no ha pade- tiene la pura verdad. cido ninguna de las funestas con- S M , Al · S 1 ra. ana ess~ a amone. secuencias que suelen afectar a Necesitamos estipendios de Misas.