Mes de la Preciosisima Sangre de N.S.J.

Media

Part of El Misionero

Title
Mes de la Preciosisima Sangre de N.S.J.
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Procuremos no acobardarnos cuando esos que se titulan defensores de la.lÍlbertad nos miren con· desprecio y hagan mofa de nuestra santa Religión, mantengámonos serenos y sigamos nuestro camino, siempre adelante, con los ojos fijos en el que es Camino, 37 Verdad y Vida, que no porque nos desprecien seremos menos dignos; nosotros somos"el pueblo escogido" como lo ,dijo S. Pedro, y aprendamos a decir por los que nos calumnian: "Señor perdónalos porque no saben lo que hacen." DR. J. CALBRECHT Mes de la Preciosisima Sangre de N. S. J. CONSIDEREMOS en este mes de Julio la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo a la que se halla dedicado. ¡Cuán poco se acuerdan de ella los hombres! Estas palabras 'Y de qué sirve mi Sangre?' ºpuestas en boca del Salvador agonizante, expresan hondamente el dolor que debe sentir al ver su sangre por algunos inútilmente derramada. Esa sangre divina derramada hasta la última gota por nuestra salvación, nos deja ver el valor infinito de un alma. Hemos sido redimidos, nos dicé San Pablo, no con oro ni plata, ni por medio de lucro ilícito, sino con la· sangre misma de Dios hombre, derramada copiosa y fecundamente, primero, en la circuncisión, segundo, en su agonía en el Huerto, tercero, en los crueles azotes que recibió atado a la columna, cuarto, cuando fué coronado de espinas, quinto, cµando llevó la cruz a cuestas y en las tres caídas en el camino del Calvario, sexto en su crucifixión, y séptimó de la llaga de su divino costado. Desde la muerte de Jesús, esta sangre ha manado constantemente, sin cesar. En la Sagrada Comunión, esa sangre divina se mezcla con la nuestra, corre por nuestras venas y nos da vida, nos anima, nos fortalece esP,iritualmente. Y ¿qué hacemos nosotros en agradecimiento? ¿Procuramos mortificarmos? Dios no exije de nosotros sacrificios grandes como los que hacían los Santos, pero, en la vida diaria, ¿acaso no podemos hacer algunos sacrificios, sobrellevando con paciencia cuantas contradicciones venROGAD POR LAS MISIONES 38 gan a molestamos? Mostremos nuestro agradecimiento a Jesús, no con palabras, sino por medio de obras. En la vida práctica, hay innumerables oportunidades de sacrificarse, . de negarse a si mismo. ¿Llueve el dia que tenéis que oir Misa? Pue~ sufridlo con paciencia y por amor a Jesús. ¿Acaso dejaréis de oir Misa porque caen unas cuantas gotas de agua? Empero, ¿verdad que si en vez de la Iglesia fuera el cine, no haríais caso de la lluva? ¿Iríais, no es_ásí? y sin murmuraciones ni titubeos, al contrario, 3.l~gremen­ te. Pues lo mismo sea para la Iglesia. Si os cuesta hacer el sacrificio, más meritoria será la acción, y si tuviéreis que haceros violencia sacrificando vuestra propia conveniencia y comodidad por llegaros al Altar del Sacrificio, mejor dispuestos os aproximaréis a él. Prácticas Indulgenciadas para el Mes de Julio L Pdr cada acto de virtud o de piedad en honor a la Preciosísima Sangre pueden ganarse las siguientes indulgencias: · i.· Trescientos días de indulgencia una vez al día. 2. U na plenaria en el último día de Julio o en cualquiera de los ocho siguientes. 11. Cien días de indulgencia cada vez que se rezare este acto de oblación y una plenaria al mes. Eterno" Padre, os ofrecemos la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo que manó de su mano derecha y que fué vertida por nosotros con amor incomparable y dolor profundo; y por virtud y méritos de esa Sangre divina os suplicamos nos déis vuesfra bendición a fin de que seamos protegidos de los ataques del enemigo y defendidos de todo mal, en tanto que decimos: Que la bendición del Todopoderoso, Padre, Hijo y EspíritU Santo descienda sobre nosotros y coñ nosotros permanezca hasta el fin de ]os ~i­ glos. Asi sea Padre Nuestro, Ave María y Gloria Patri. 111. Trescientos dias de indulgencia cada vez que se reze esta jaculatoria, y una plenaria al mes. Padre Eterno, por la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, glorifica su Santísimo Nombre según los deseos e intevción de· su adorable corazón. IV. Cien días cada vez por la siguiente invocación. ¡Eterno Padre! yo os ofrezco la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo en satisfacción de mis culpas y por las necesida·des de la lglesia.--(De la Raccolta) - + - - ESTIPENDIOS DE MISAS SON {!NA GRAN AYUDA