El himno de un pueblo XIII Padaad, Tagwai, Sibisib
Media
Part of El Misionero
- Title
- El himno de un pueblo XIII Padaad, Tagwai, Sibisib
- Creator
- Claerhoudt, P.
- Language
- Spanish
- Source
- El Misionero Año V (Issue No.1) Junio 1930
- Year
- 1930
- Subject
- Short stories--Indigenous people--Igorot.
- Abstract
- A short story that depicts Igorot's customs and traditions as told by a Catholic Missionary in East Benguet.
- Fulltext
- 15 El himno de un pueblo Costumbres igorrotas en el este de Benguet Po1· el Rdo. P. Claerhoudt, Misionero en Bokod, Fenguet Continuación. XIII Pa?daad, Tagwai, Sibisib K IN. Al había tenido un sueño agitado, lleno de fantaismas y de tristes predicciones, y todavía medio dormido, con los ojos casi cerrados por el sueño, incorporóse en su lecho, y con los pelos encrespados y bañado en sudor frío, miró asustado en derredor suyo. ¡La Muerte! ¡Había visto a la Muerte! ¡Ah! es que estaba próximo el fin de sus días! Y aquella misma mañana, cuando la luz de la temprana aurora encendía el horizonte, envió Kinai a uno de sus hombres con la triste nueva a Bato, el mambunung. El hechicero Bato con quien intimaban los espíritus y hasta el mismo Kabuniail, est~ba bien provisto de utilísimos remedios contra el peligro de una muerte temprana. No, no quedaría truncada la vida del pobre Kinai, y llegado el mambunung a casa de és-· te, se dispúso inmediatamente celebrar un sacrificio a los espíritus. Ordenó que se preparara una jarra de vino, tapoei, y a las mujeres que pilaran palay. -Y mataremos un pollo, dijo Bato plácidamente. Un solo pollo basta para celebrar el "Pa-daad" tchilus. U na hora más tarde, habiéndose dispuesto todo, según ordenó el mambunung, comenzó Bato a dirigir sus invocaciones a los espíritus. Se había sentado éste en el suelo, y delante de él se colocaron el pollo para el tchilus, y el 'kiag', un cesto de bejuco cubierto con un pedazo de tela sobre la que se veían unas cuantas monedas relucientes de plata muy antig'uas, pues databan aún del régimen español. Y en tono suplicante elevó el hechicero su voz a los espiritus, diciendo: -¡Almas de los difuntos! ¡Almas de los difuntos! Venid, aproximaos, y miradnos compasivos, Tomad de aquí lo que deséís, pero os ruego no dejéis que la Muerte se lleve al buen Kinai, ¡Mirad, almas mirad! Aquí tenéis tela. Aquí tenéis dinero. Aquí tenéis pollo y vino. ¡Tomad! Y las almas venían sigilosamente, en- procesión interminable a LOS VESTIDOS SON MUY BIEN RECIBIDOS 16 tomar la ofrenda del hechicero. Esperó éste unos breves instantes y luego suplicó de nuevo: -Os ruego tengáis piedad de nosotros. Tomad lo que gustéis. Mas si preferís un "nuang", un carabao, os lo ofreceremos en sacrificio. O si deseáis una vaca, también os la sacrificaremos, O si un caballo, igualmente os lo daremos. Mas tened misericordia de nosotros, ya que accedemos gustosos a vuestros deseos. Concedednos una vida larga, y riquezas. Volved ahora a vuestra mansión, y que también vosotras gozéis de una muy larga vida, y que viváis en la opulencia. Terminada esta extraña invocación, fué colocado el po'llo en una cazuela de agua. Mientras chirriaba la leña pasáronse en tre los circunstantes las rojas ánforas de delicioso tapoei. En cuanto· se hubo cocido el pollo, comenzó el hechicero Bato a repetir las invocaciones que había dirigido poco antes a las aJmas, mientras se repartía entre los circunstantes el pollo cocido y algunas legumbres. Inicióse así el banquete que se iba tornando más y más animado, según se iban vaciando las ánforas de tap~i, hasta que quedaron todos satisfechos y no pocos embria~dos, terminando sólo entonces las alegres ceremonias del "Padaad." --+-t-Se fueron deslizando suavemente los días, uno tras otro, pero el espectro de la Muerte permanecía ante los ojos del aterido Kinai. El recuerdo del sueño terrible que tuvo la noche aquella, no se desvanecía de su mente; nada le distraía, nada le alegraba ya, sólo veía ante si el fantasma siniestr-0 que le reclamaba la vida. Poco a poco fué tomando Kinai un aspecto sombrío, triste, y con frecuencia se le sorprendía con las manos vacías y la mirada fija en el horizonte, siémpre solo, taciturn-0, meláncolico. Cuando se hallaba en la soledad de la montaña, recogiendo ramas secas para hacer leña, se decía tristemente: -¿M-0riré hoy? ¿Será este mi último día?-o cuando vagaba con el rostro hundido en el pecho por los extetn90s arrozales llenos ya del precioso grano, musitaba tristemente:-=-Mañana, mañana .... tal vez me verán aquí tendido, sin vida, muerto ..... Algunas veces se lleva:ba súbitamente la mano al pecho, como para ahQgar aquellos terribles martilleos del corazón, que le golpeaba con tanta fuerza que parecía le iba a saltar del pecho; otras veces, como cansado y exhausto, le latía tan quedamente que parecía había dejado de pulsar. Cierto día se fué en busca de alivi-0 a Salchung, viejo ducho en materia de dolor y de enfermedad, y conocedor de una infinidad de l"emedios contra los males que truncan vidas humanas. DONATIVOS INCONDICIONADOS LOS MEJORE.~ .JI. l)udenos llevar a cabo el ultimo man~ dato de CRISTO -:..:: "' ~ < i2 u < § < o :::¡ w tJ z < > w ....l w "' <: u Q w "' a. UNA BUENA INVERSION PARA EL AÑO JUBILAR Querido amigo: Estoy segunsimo que usted desearía participar en la obra diuina de la conuersión de nuestros 300,000 h'ermanos igorro~es. y asimismo en 1500 MISAS que se dirán ANUALMENTE durante su VIDA y en las otras 1500 ANUALES después de su MUERTE. U na I NV ERSION como ésta, eterna e imperecedera. ¿no sería la mejor que pudiera usted hacer para el año jubilar! Porque considere que realizándola, coopera USTED con CRISTO en la sah'ación de miles de a/mus. hijas amadas de su Sagrado Corazón, y además recibe incalculables gracias espirituales y beneficios ETE!~ NOS. Lo unico que le pedimos es que REZE usted por las Misiones y que adquiera una SUSCRlf>CfóN PERPETUA, esto es, para toda la uida. de la reuista EL MISIONERO. Una SUSCRIPCIÓN PERPETUA no cuesta mas que 'PI 5.00. Si· usted se suscribe le remiteremos mensualmente nuestra reuista. Adquiriendo una suscripción perpetua ayudará usted a formar los fondos de los CATEQUISTAS para la Prouincia Montañosa. Ya sabra usted lo mucho que consiguen los catequistas en las Misiones. Después de la muerte de t:n suscriptor el importe de su suscripción formará parte de los fondos fijos de los catequistas, los que queremos formar a fin de proueer de catequistas unas cuantas estaciones misioneras. En caridad. le suplicamos proc¡•re conseguir suscripciones de sus AMIGOS. informáufoles de esta gran oportunidad que ofrecemos a todo católico de participar en la predicación del euangelio en Filipinas. labor que hasta ahora está a medio realizar. De este modo será usred también Misionero de la Provincia Montañosa. z e e;; ..., 5 e;; _,, o o o o o :t "' ;;:: ;.. :z: o "' ·;:: o "" o ~ UJ o :::> ;.... . < UJ o o: t5 z ~ z UJ o '1l p,:: ~ > Cí o ~ "' w :::> z ALISTE SE pues. y ALISTE tambiiii a TODOS CUANTOS ¡Jc.1°da y desee. Y A SEAN V /Vv0 O DIFUNTOS. Lo único que t:ene que hacer es enviar a la Administrac!ón el nombre y dirección del interesado . Con objeto de evitar difirnltades en el envío de pagos de suscripciones. retrasos o pérdidas. les suplicamos remita cantidades por chequea, giro postal, o en moneda registrada. Sírvase notificarnos a la mayor bre'.Jedad posible. cualquier cambio de dirección. y a fin de evitar confusiones, enuíe ambas direcciones. la anterior y la última. No tenemos AGENTES. Solamente CONFrAMOS en SU GENEROSIDAD y deseo de darnos ayuda. Llene el adjunto cupón y remítalo con el importe a EL MISIONERO. P. O. Box .. 1393. Manila, Islas Filipinas. Dando/e mis mas expresivas gracias. quedome de V d. Nombre Calle o Barrio Ciudad o Provincia No. Su agradecido en X. EL 1vl/SIONERO. ~ O/> ·~ e: ;s i'i >:¿ >~ ¿ s 3:: o V> >V> >r <: >;<j r &l En verdad os digo, siempre que lo hicisteis con alguno de estos mis más pequeños hermanos, conr-1 migo lo hicisteis. IDAT XXV, 40 Salchung escuchó atentamente el triste relato del desdichado Kinai, y después mirándole compasivo le dijo: '-Kinai, tu alma se ha salido de ese pobre cuer¡po, y estará ahora vagando en distantes lugares. Llámala cuanto antes, apresúrate, y no dejes mas correr de ese modo el tiempo. Mata un pollo y celebra un "Tagwai" tchilus. Retor:; nará después tu alma, y volverás a ser el mismo Kinai de antes, vigoroso y lleno de salud. Kinai decidió poner en práctica los consejos del sabio Salchung, e inmediatamente se enoominó al mambunung Banasen. Dispuso éste se prepara se un cerdo y tapoei ·para la celebración de la ceremonia, y cuando todo estuvo preparado, llegó Banasen, el hechicero, a la choza de Kinai, y dió comienzo a la ceremonia, suplicando a voces al alma errante a retornar al cuerpo en do antes moró. Así decía: -Kalla, Kinai,, no gwaraka' d Kolong! etc: ... -¡Ven, Kinai, ven! ¡Deja tus campos de camote si en ellos estás .... O ven de Tujakaab, de Apai, o de Madjes al otro lado del río, o ven de Kawajan, ven. ¡Vuelve, o alma, vuelve a habitar la mansión que ya habitaste, allí es todo luz y vivo resplandor! Cesó la súplica. Banasen mató el cerdo, y ordenó que fuera cocido al fuego; corrió el ánfora de vino de mano en mano, mientras 17 el alma errante volvía presurosa, llamada por_ la poderosa voz del mambunung Banasen. -¡Ven!-volvió a gritar éste otra vez-¡Ven, y juntos participaremos de este cerdo y del tapoei! El alma de Kinai al fin llegó y se adueñó del cuerpo que antes habitó volviéndole a dar salud y vida .... -HComo en días pasados volvió Kinai a sus rudas faenas, y todos los días se levantaba con el sol y se encaminaba hacia el monte, volviendo a su choza cuando ya la noche envolvía en su negro manto valles y campos. Estaba ocupadísimo. Al monte iba diariamente para recojer leña que traía por montones a su casa; o si no alquilaba sus servicios a algún propietario opulento, y a la "stancia" se iba a cazarle vacas. Como era diestro, se lo llevaban de un pueblo a otro, a veces hasta Pangasinan para comprar o vender vacunos. Y con todo esto el joven Kinai no perdonaba ni una sola fiesta, asistía a todas, y bebía y comía cuanto podía; bailaba, cantaba el badiew, se divertía con los demás jóvenes. Había log'rado olvidar aquel sueño terrible que en él despertó tantos temores. Ahora gozaba de paz y de alegría en la soledad de su pequeña choza, y al dulce murmullo del manso regato que se deslizaba suavem'ente hasta morir allá más abajo .... (Se continuará) DIRECCIÓN: P. O. BOX 1393, MANILA