Discurso en pro del Sr. Villanueva
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Part of Diario de Sesiones de la Legislatura Filipina
- Title
- Discurso en pro del Sr. Villanueva
- Language
- Spanish
- Source
- Diario de Sesiones de la Legistura Filipina II (85) November 4, 1927
- Year
- 1927
- Fulltext
- 2008 DIARIO DE SESIONES de estas compaiiias maritimas filipinas en Zamboanga, en CebU y en otros puertos, son chinos. i. D6nde es ta el proteccionismo? EL SR. VERA FORMULA ALGUNAS PREGUNTAS PARLAMENTARIAS El Sr. VERA. Senor Presidente, para algunas preguntas al orador. El PRES!DENTE !NTERINO. •Accede a ellas el orador? El Sr. SANDII<O. Si, seiior. El Sr. VERA. No he oido todas las partes de su discurso, pero yo pregunto: l. consta de una manera positiva a Su Sefi.oria que las dueiios de esos barcos son chino.~? El Sr. SANDIKO. Me refiero a las agentes que son chinos, a las consignatarios. El Sr. VERA. Sentado par Su Senoria el hecho de que los consignatarios de algunas casas navieras filipinas son chinos, l. qui ere decir con eso Su Se:iioria que se viola el espiritu de nacionalizaci6n que informa las leyes vigentes? El Sr. SANDIKO. El proteccionismo, porque el principio del proteccionismo es proteger. El Sr. VERA. l. Es el espiritu de proteccionismo, de nacionalizaci6n, el que informa la ley vigente sobre cabotaje? El Sr. SANDIKO. Si, senor. El Sr. VERA. i Que espiritu informa Ia !ey vigente, el de proteccionismo o el de nacionalizaci6n? El Sr. SANDIICO. Ambas cosas en cuanto a las compafiias fi.lipinas, y en cuanto a esas compafiias que han sido autorizadas y que por· derecho se consideran nacionales, no tengo nada que ver, no he tornado pa rte en la enmienda de la ley. El Sr. VERA. En ese caso, Su Sefioria afirma que siendo el proteccionismo uno de los principios que informa la ley actual de cabotaie. el hecho de que una casa naviera filipina tenga por consignatario a un chino, de acuerdo con la teoria de Su Seiioria, ;.ese naviero viola el espiritu de la ley? El Sr. SANDI KO. Crea que si no viola la ley, viola SU espiritu porque el reclama el principio del proteccionismo para si, pero no aplica ese mismo principio cuando se trata de otro. El Sr. VERA. ;.El que viola el cspiritu de la le.r, infringe esa ley? El Sr. SANDIKO. No la viola. El Sr. ALEGRE. ;. La viola o no la viola? El Sr. SANDIKO. No la viola. Nuestras casas navieras, que rf'claman el proteccionismo, son las mismas que lo violan cuando les toca aplicar dicho principio. (Prosiguiendo.) Siento tener que poner termino a mi discurso. Acabo de venir de una enfermedad larga y me aconsejan mis compafieros que me siente. Pero antes de terminar quisiera decir que bastante oportunidad hemos dado a las compaiiias navieras. En vista de estos desastres que ban ocurrido, crt!o que debemos adoptar alguna medida. Crea, sin embargo, que no debemos llevar nuestro proteccionismo hasta el extrema de sacrificar las vidas e intereses de nuestros compatriotas. Queremos dar toda clase de oportunidades a las compaiiiaR. filipinas. Ya entiendo que el espiritu de! bill del Senador par el Primer Distrito (Sr. Quirino) es dar, en primer lugar, oportunidad a estas compaiiias filipinas. Y como estas compaiiias no han sabido aprovechar esta oportunidad, de ahi que se busque un medio para obligarles a mejorar el servicio de cabotaje en Filipinas. Recuerdo haber oido ayer, que en caso de que una compaiiia extranjera solicitase permiso para adquirir barcos, esa solicitud se tendria que comunicar a las compaiiias filipinas, y s6lo en el caso de que estas no puedan adquirir esos barcos, es cuando se concederi ese permiso a las compaiifas extranjeras. Seiior Presidente: coma anuncie, mi proteccionismo no llega al punto de tolerar que el resto de! pueblo filipino quede perjudicado par efecto de dieho proteccionismo. He dicho. DISCURSO EN PRO DEL SR. VILLANUEVA El Sr. VILLANUEVA. Seiior Presidente, lamento en el alma que el mundo no haya llegado aun al apice de su perfecci6n, de modo qu los hombres pensasen de una misma manera y se dirigieran uninimes hacia un mismo fin, porque Unicamente asi podria evitarme el triste pesar de tener en estos momentos que disentir de la opini6n de mis colegas que no son partidarios de este proyecto de ley. Cediendo a las impulsos de mis profundas y arraigadas convicciones, me levanto ahora para consumi.r un turno en favor de este proyecto de ley, en la honrada creencia de que, al obrar asi, sirvo los mejores intereses de mi pals. Tenemos delante de nosotros una cosa que no es nueva, ni extraiia. No es cosa nueva, puesto que estas convulsiones que hoy sufre la Legislatura, ya las sufri6 el aiio 1923 sacudida por una fuerte corriente de opini6n pU.blica que demandaba barcos nuevos y un servicio mejor en nuestro cabotaje interinsular, y ya en aquella epoca el mismo Administrador de Aduanas habia estado recomendando la aprobaci6n de una enmienda haciendo mis liberal nuestra actual Ley de Cabotaje. Entonces el malogrado Senador Arroyo y yo ibamos a l uchar por introducir una enmienda en dicha le~r. pero se nos llam6 la atenci6n de que hariamos mal en enmendar la Ley de Cabotaje porque perjudicariamos a los navieros filipinos. Invocaron nuestro patriotismo; hirieron las fl.bras mis sensibles de nuestro coraz6n, y nosotros como filipinos nos sentimos en el deber de proteger lo que es del filipino, lo que es nuestro, poniendonos del lado de los navieros filipinos y convirtiendonos en instrumentos inconscientes de un patriotismo mal entendido, y cedimos, al fin, a las conveniencias de un proteccionismo egoista en beneficio solamente de ciertas casas navieras filipinas, olvidAndonos del pU.blico, que era el que tenia mejor derecho a nuestra protecci6n como legisladores, nada miis, repito, que por proteger a lo que es nnestro, traicionamos nuestras propias coneieneias e incurrimos en la debilidad lamentable de subordinar las intereses de los mas a las intereses de los menos. Fui, seiior Presidente, entonces, un buen filipinp porque estrt misma cuesti6n que es objeto hoy, de LEGISLATURA FILIPINA 2009 nuestras deliberaciones, la resolvi bajo las impulsos del coraz6n, inclinindome a favorecer a ciertas casas navieras filipinas, pero fui un mal legislador porque esta cuesti6n la debia haber juzgado con la cabeza bajo los dictados de mi propia conciencia, subordinando los intereses de las rnenos a las sagrados intereses de! publico. Pero si todo ocurri6 de esta rnanera fue porque ciertos navieros filipinos hicieron la solemne promesa de que mejorarian el servicio de cabotaje y adquiririan nuevos barcos; pero cuando hoy pienso que durante estos cinco Ultimas afios transcurridos nada ban hecho, lamento con dolor las desengaii.os recibidos par promesas que no ban sido cumplidas. Dormi tranquilo en la confianza de que una pequeii.isima parte de las ganancias obtenidas por los navieros nacionales habria de destinarse al mejoramiento de los barcos para acallar el clamor pt'i.blico, pero esto no se hizo; los hermanos se olvidaron de los hermanos; a los navieros filipinos les importaba poco el pt'i.blico que contribuia con sus sacrificios al engrandecimiento de los negocios de aquellos. Lo t'i.nico que hicieron durante estos t'i.ltimos aiios fue tr a er un barco, que hoy se llama el Pa nay, un barco que entonces navegaba por el estrecho situado entre Irlanda e Inglaterra trasportando ganados de un sitio a otro, y se trajo a nuestro pais acondicionindolo para pasaje; pero aU.n cuando los actuales armadoras tuvieron verdadera vol untad de acondicionar debidamente dicho barco, con todo, no responde este a las demandas de! publico. El Sr. VERA. Para algunas preguntas al orador, seiior Presidente. El PRESIDENTE INTERINO. Puede contestar el orador, si lo desea. EI Sr. VILLANUEVA. Con mucho gusto. EL SR. VERA DIRIGE ALGUNAS PREGUNTAS PARLAMENTARIAS El Sr. VERA. No conozco el barco Panay, pero Su Seii.oria, como es del Sur, habr8. viajado varias veces en ese barco. El Sr. VILLANUEVA. Si, seiior ; varias veces. EI Sr. VERA. & Y dice Su Sefioria que ese barco no ofrece bastante comodidad? El Sr. VILLANUEVA. No ofrece Ia comodidad que requiere aquel que paga religiosamente su dinero en forma de pasaje; y es sensible ver a los que viajan en tercera no solamente en este barco, sino en todos los barcos tanto de filipinos como de extranjeros. i Cuintas veces, sefior Presidente, se nos cay6 el alma a los pies P.l ver a un pasaj ero acostado en el suelo al lado de un cerdo o una vaca, o una pasajera colocada entre jaulas de gallos y gallinas ! El Sr. VERA. Yo quisiera se me conteste s6lo a esta cuesti6n ya que se ha hablado aqui de! pasaje de tercera. EI hecho de que haya un mal servicio en lo que concierne el pasaj e de tercera en todo Filipinas, i es raz6n bastante para los que favorecen este proyecto de ley para vulnerar el principio de nacionalizaci6n en que esta inspirada la ley vigente? El Sr. VILLANUEVA. !!:sos son detalles que demuestran un conjunto; quiero decir que nuestros barcos de cabotaje no reunen las condiciones que dcberian reunir, porque son dernasiado vetustos. El mal de que adolecen estos barcos es un mal que s6lo pueda corregirse liberalizando un poco la Ley de Cabotaje, o, lo que es lo mismo, perrnitiendo que los navieros no nacionales cambien sus unidades por otras nuevas y de mayor tonelaje para comodidad y seguridad de! publico. Con esto tampoco se vulnerara el principio de nacionalisrno, porque solamente se permite la sustituci6n de unidades, de modo que por cada barco viejo se traiga uno nuevo. El Sr. VERA. &No cree el distinguido Caballero por el Octavo Distrito (Sr. Villanueva) que sin desnacionalizar el negocio de cabotaje en Filipinas se puede mejorar el servicio del pasaje de tercera upro:. bando una ley en el sentido de obligar a los navicros :filipinos a mejorar ese servicio? El Sr. VILLANUEVA. El ma! no se corrige exigiendo un servicio mejor, porque el defecto esta en las malas condiciones de esos barcos que son demasiado anticuados. . (Prosiguiendo.) Quiero advertir que como filipino nunca fui, no soy, ni sere jamas partidario de que se ponga en manos extranjeras las actividades que estin al alcance de manos propias, no; pero alli donde el esfuerzo nacional es insuficiente cabe perfectarnente aceptar la rnano amiga que se tiende en un gesto de buena voluntad. Seiior Presidente; Ia ley de! amor es y debe ser Ia regla de conducta en el trato entre los pueblos que viven a la sornbra de la moderna civilizaci6n. Las naciones que ban llegado a la meta de su grandeza nacional, cuando se hallaban en los albores de su existencia, no se ban desarrollado solamente por sus propios recursos, sino que han tenido que aceptar la cooperaci6n que paises amigos les brindaran. N uestro pueblo tiene que hacer lo mismo; no podemos apartarnos de ese sendero que las !eyes inmutables de! progreso humano ban trazado a los dem3.s. El Sr. RODRIGUEZ. Para algunas preguntas al orador, sefior Presidente. El PRESIDENTE INTERINO. Puede contestar el orador, si lo desea. Sr. VILLANUEVA. Con mucho gusto. EL SR. RODRIGUEZ DIRIGE ALGUNAS PREGUNTAS PARLAMENTARIAS EI Sr. RODRIGUEZ. &No es verdad queen Ia ultima audiencia celebrada por el Comite de Navegaci6n, las compafiias navieras filipinas habian manifestado que ellas estlin haciendo esfuerzos para subsanar todos esos defectos que se seftalan por los que patrocinan la enmienda? Sr. VILLANUEVA. Si, es verdad, pero parece que esos esfuerzos nunca los ban puesto en prd.ctica. (Prosiguiendo.) Dije antes de ahora que esta cuesti6n tampoco es cosa extrafia porque el malestar que sufre el pt'i.blico en general es el corolario natural del desequilibrio entre el progreso adquirido por nuestro pais durante estos Ultimos aiios y el creciente volumen de nuestro cornercio comparados con el estancamiento del progreso de nuestro servicio rnaritimo interinSular. Por las estadisticas oficiales se demuestra que la exportaci6n de los cuatro principales productos del
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