El Aglipayanismo es Herejia
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Part of Estudio
- Title
- El Aglipayanismo es Herejia
- Language
- Spanish
- Year
- 1924
- Fulltext
- Marzo ESTUDIO 15, 1924 lización y al progreso, pero concurre, no dando reglas infalibles sobre lo político y s.ocial, sino atendiendo a que el dogma no se corrompa y a que las costumbres no se relajen, y en lo demás, DEJANDO LIBRE AL INGENIO HUMANO PARA QUE DESCUBRA, A VERIGüE, INVENTE, MEJORE Y PERFECCIONE CUANTO PUEDA Y QUIERA". órgano de Móstoles de las sectas disidentes del Archipiélago Filipino, donde gracias a los dos registros del odio al extranjero y abolición del fraile pudo hacer algunos prosélitos en el introito de la nueva dominación, fecha desde la cual no ha dado un paso de avance y manifiesta hoy signos evidentes de su· estado tanatoídeo, con síntomas de putrefacción. PAULINO. No acertamos a figurarnos lo que a esto pueda oponer el apóstata Aglipay, el legítimo --=---~~~~~~~~~~--~~~~~~~~~~ !>· • • • • • • - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ••••• -ce 1 El Aglipayanismo es Herejía j ®--·--------. --- ------....... -•C!. DESTRUCCION DE JERUSALEN. (Su ruína profetizada por N. S. Jesucristo). N dos circunstancias distintas pro! etizó el Divino, Salvador la. r_uína y destruccion de la deicida Jerusalén. Cinco días antes de la celebración de la Pascua, rodeado el Sagrado Maestro de sus discí. pulos y recibido en triunfo por una gran muchedumbre que le ovacionaba y vitoreaba con el "¡Hosanna!''_ i Ben. dito sea el que viene en el nombre d_el Senor, el Rey de Israel! al divisar la ingrata ciudad de Jerusalén, rompió Jesús a llor~r sobre ella con grandes gemidos, como nos lo dice. ~an ,Lucas: "¡Ah! si conocieses tambien tu, por lo menos en este día que se te ha dado, lo que puede atraerte la paz! ' Mas ahora esti todo ello oculto a tus ojos. Porque van a venir sobre tí días en que echarán tus enemigos en torno de tí trincheras, y te cercarán alrededor y te estrecharán por todas partes. Y te arrasarán a tí y a tus hijos dentro de tí. Y no dejarán en tí piedra sobre piedra, por no haber conocido el tiempo de tu visitación". ¿ Y no estaban acaso pregonando entonces los verdaderos israelitas: ¡Bendito el que viene! ¡Hosanna! .... ¡Sí! Pero cuando el bondadoso Maestro lloraba amargamente; cuando cerraba por decirlo· así sus oidos a los vítores de la muchedumbre; cuando sus divinos ojos contemplaban el horrendo estrago y la completa ruína de la ingrata Jerusalén, motivo justísimo había para que llorase, no un pueblo entero; sino el mismo Hijo de Dios. Y llorando prosiguió el Maestro, hasta las puertas de la ciudad. Y ¿qué proféticas p,rredicci~s fueron las de Jesús? ¿Cumpliéronse según el vaticinio? ¿Podemos estar nosotros, transcurridos veinte siglos, del todo seguros de su exacto cumplimiento? ¿En qué testimonios nos apoyamos? ... A estas preguntas procuraremos satisfacer, pa;ra dar gusto a nuestros asiduos lectores, para gloria de Nuestro Señor Jesucristo, y para confusión de los autores de la "Catequesis" aglipayana, que nos da la tan disparatada definición de la profecía, como vimos en el número anterior. Sin embargo, para proceder con claridad, señalaremos las distintas partes de la fatídica profe cía, para la mejor y más ordenada división de tan abundante materia. Primero: profetizó el Señor la ruína de Jerusalén (y no dejarán ¡:;n tí, la ciudad, piedra so. bre piedra. S. Luc. 19. 44) y de su templo. (¿Veis esa gran· fábrica?-el templo-Pues yo os digo de cierto que no quedará de ella piedra, sobre piedra, S. Mateo, 24, 2). Segundo : indicó Jesús las señales de la proximidad de la catástrofe: (cuando viereis a Jerusalén estar cercada por un ejército., entonces, tened por cierto, que su desolación está cerca, S. Luc. 21, 20). Tercer o : señaló Jesucristo el modo preciso de verificarse la ruína : (tus enemigos te circunvalarán, rodearán y estrecharán por todas partes y te arrasarán, S. Luc. 19, 43, 44). Cuarto : vaticinó la muerte de sus habitantes : (te arrasarán con los hijos tuyos que tendrás encerrados dentro de tí, S. Luc. 19, 44) . Finalmente : predijo la ruina y exterminio· total de la ciudad y el templo : (no dejarán en tí piedra sobre piedm, S. Luc. 19, 44). * * * Aunque sea sólo por vía de ilustración, oportuno será describir aquí la ciudad de Jerusalén, tal como se hallaba edificada al tiempo de la profecía, es decir el año 70 de N. S. Jesucristo .. Hallábase la ciudad rodeada de murallas inexpugnables, excepto en algunos trozos del Sur y S. E. En la parte N. O. levantábase el magnífico templo circunvalado de muros de 280 m. de largo de Este a Oeste, y de 470 m. de Norrte a Sur. Mandó Herodes construir la torre Antonia, situada en el extremo N. O. del cuadrilátero, que dominaba el Templo, y desde donde combatieron los romanos a los judíos los últimos días del asedio. El templo propiamente dicho tenía de longitud 210 mt., y 130 de latitud. En su recinto se hallaban el Santuario, la puerta Corintia, el patio de las mujeres, el de los israelitas, la leprosería, los depósitos de leña para los sacrificios, y de vino y aceite para las ofrendas, la sala de los nazarenos, la escalinata de 15 peldaños que conducía a la Puerta Grande, y la otra de 12 que iba al atrio del Santuario. En el interior de la ciudad se levantaban los V9J. 111 -8- Núm. 63 Marzo ESTUDIO 15, 1924 . riquísimos palacios de los A.smo.neos, de David y de Herodes. Eran famosas las casas de Caifás, de los héroes, de Eliasab, y la judicaria; y descollaban por su altura y solidez las torres Mariamne, de Fasael, del Híppico, Psefina y la saliente. Abundaban las fuentes y piscinas; y la ciudad completamente rodeada de ine:rpugnables murallas, defendida interiormente por la muralla de Ezequias, la segunda muralla, la antigua, y la del Sur, y protegida por las torres que dominaban en todos los puntos estratégicos de Jerusalén, hacían de ella, una ciudad inexpugnable y que por tal la tuvieron los israelitas, pareciéndoles aun a última hora del asedio de los romanos, que la ciudad resistiría al empuje de Roma, y no caería jamá.'? en poder de sus enemigos. ¡Pero la espantosa predicción no tardó en cumplirse! Los infelices judíos, que rechazaron por soberbia a su humilde Rey y Salvador, los mismos que en un momento de ciego furor gritaron no tenemos otro Rey que el César, ca,¿¡eron en las garras de las águilas romanas, para no levantarse jamás de su postración. Imposible parece que llegase a a1-ruinarse una ciudad tan bien guarnecida de torres 11 murallas, una ciudad que contaba con las tres torres principales del Híppico, de Fasael 11 de Mariamne, levantadas con inmensos bloques de piedra de 20 codos de largo, por 10 de ancho y 5 de alto; una ciudad que defendía las inmensas riquezas acumuladas en su sagrado Templo, como el Candelabro de los siete brazos, la mesa de oro macizo para los Panes de la Proposición, además del oro amontonado en los sótanos del Templo, los exvotos, los escudos dé oro y plata, l<M vasos sagrados, las mismas paredes, recubiertas de placa.<? de oro, y la áurea vid de la entrada con sus gi gantescos racimos; una ciudad en fin que consideraba como imposible la destrucción de su Templo 11 la toma de sus pertrechadas y estratégicas torres y murallas. Aquel mismo TemplO "admiración de los ojos y del alma, como asegura el historiador judío JOse /o; aquel Templo, que en cuanto amanecía herido por el sol, lanzaba un esplendor tan grande, que obligaba a quien lo miraba a apartar la vista, como del resplandor del sol; aquel templo que se representaba a los viajeros que de lejos lo divisaban como un monte lejano de nieve; porque lo que no estaba dorado, era de blanquísimo mármol"; aquella maravilla que excitó la curiosidad y la admiración de los discípulos del Salvador, diciéndole uno de ellos; "Maestro, mira qué sillares! y qué construcciones! y de qué hermosas piedras y votos está adornado el Templo"; según la respuesta del divino Maestro, debía ser completa.: mente destruído. "¿Veis todas esas magníficas construcciones? Pues en verdad os digo. que de todo eso que veis, día vendrá en que no quede piedra sobre piedra, sin ser destruída". Profunda impresión deben causar en nuestro ánimo tan proféticas y amenazadoras palab1:~s, como sin duda impresionaron tambien hondamente los corazones de los discípulos. P. DE ISLA. (Continuará). (!)--------------------------------~----------------------------------------------------® 1 1 1 -No anuncio porque no vendo. 1 i -No vende porque no anuncia. ¿Porqué no salir de ese círculo 1 vicioso? , 1 1 t 1 1 Busque V. los distintos medios de .J ¡ publicidad y verá que el mejor es: 1 Anunciarse en Estud.io @~----·-. ~~--------~-~ Vol. 111 -4----~----........... .__ .... , -· .-. .--•(•) Núm .. 63