Al margen de la vida
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Part of Estudio
- Title
- Al margen de la vida
- Language
- Spanish
- Year
- 1924
- Fulltext
- Marzo ESTUDIO 15, 1924 LA JUVENTUD ·QUE RíE YER por la tarde, tarde de sol, en la que ríen los hombres, cantan los niños y todos se sienten optimistas a sus caricias, tuve una muy grande y agradabilísima sorpresa. ¿Querréis creerlo? Pues nada: que a aquel mi amigo, muy serio y formalote, muy dado a los estudios y divorciado en absoluto de las alegrías y expansiones propias de la juventud, y del que os hablé un poco en el artículo pasado, me lo encontré en plena Luneta, contra toda costumbre suya pues era día de labor, embriagándose de los acordes de la música, del bullicio y animación que en torno suyo reinaban, del aroma embriagador que a su paso iban dejando unas crisálidas que paseaban sus gracias y sus encantos por los senderos de menuda arena, del ambiente en fin de alegría y de .belleza que en tales horas se respiraba. Noté en su rostro, que tiene un mucho de agraciado y hermoso, un rasgo inconfundible de íntima satisfacción, un destello simpático de ju venil encanto, un no sé qué especial que jamás había yo notado en él y que a mi parecer re::ilzaba más su gracia y hermosura. Y sospechando yo haberse operado en él alguna transformación desde la última vez en que, dejándome llevar de mi dilettantismo como él le llama y de mi cariño un poco bohemio hacia la vida, le ponderé una vez más las bellezas de Ja alegre y risueña juventud, conminándole a dejar, siquier por unas horas, los libracos que lo tornan un tanto pedante hombre de ciencia e invitándole a salir conmigo en busca de lugares aireados, embelleddos por el sol, refrescados por el mar y perfumados por las flores, corrí presuroso a sentarme a su lado, y de sopetón, sin saludos de ninguna clase, exclamé: -Bien, chico, muy bien : así me gusta verte. ¡Viva la juventud alegre y confiada, que sabe buscar en la vida h fuente de la Belleza y poesía!. . . ¡Lo celebro, hombre, lo celebro en el alma! ¡Quien iba a sospechar hace unos días, que hoy te encontraría en este lugar a la hora crítica de tus estudios más serios! -Te extraña, verdad, verme aqui? ... -Me extraña ... y no me extraña: ello había de venir: yo a lo menos así lo esperaba. -Pues a mí mismo sí que me extraña: pero es que, desde hace unos días, soy otra persona, al extremo de llegar a creer que llevo dentro un desconocido. -Pero bueno: ¡,cómo se ha obrado el milagro, o mejor aún, quien ha obrado el milagro? ... Porque no creas que tengo la presunción de creer que sea efecto de mis repetidas homilías ... -Pues el milagro ... el milagro, si así puede llamarse, es sencillamente lo siguiente. Hace unos días llegaron a mi cas:i, para pasar por aquí una pequeña temporada, unos tíos míos. Con ellos ha venido tambien su hiia, mi prima a la que no había yo visto hace muchos años ... Debió dibujarse en mis labios una sonrisa maliciosa, porque mi amigo me atajó antes de pronunciar palabra. -Hombre, no vayas a adelantarte a los acontecimientos. Lo menos te has llegado a figurar tú ... --No; si yo nada me figuro. Tú te lo dices todo. Te vendes, hijo, te vendes con esa interrupción que has hecho. Y lo que menos puedo sospechar yo es que el autor del milagro es. . . santa; tu prima, vamos al decir. -Pues, chico, la verdad es que no sé qué decirte y que puedes figurarte lo que quieras. Pero te aseguro, y de esto no me cabe la menor duda, que mi prima es la que me ha dado la pauta para pensar en una nueva vida. Es un diablo la prima esa. A mí me ha parecido cortada por el patrón de la Consolación de "El genio alegre". Es menudita, insignificante a primera vista, y tiene siempre en sus labios una sonrisa rebosante de optimismo y alegría juvenil. Pero su gracia reside en la movilidad, en el gesto, y sobre todo en hi voz. Cuando habla, amigo mío, parece que se escucha una música suave, que sin querer, se adentra hasta el corazón, y despierta en él sentimientos que hasta ahora parecían dormidos. -Acabarás, chico, acabarás! El panegírico no ha podido salir más brillante, ni .. _ más interesado. Y Juego protestas de que me adelanto a los acontecimientos ! ... -Bueno; mira, tú dirás lo que quieras, pero te aseguro que es la verdad. -Si te lo creo, hijo, si te Jo creo. ¡No te lo he de creer! ¡Pues no faltaba más! -Pero es que tú ... -¡ Y dale ! . . . ¡ Si yo nada me figuro ! Lo mejor será que continues Ja narración del milagro, que parece interesante. -Continuaré, pues; pero te advierto que muy 11oco P,S Jo que tengo que añadir a lo dicho. Yá el primer día de sobremesa surgió Ja conversa~ión inevitable: se habló de mi abulia, de mi culto exagerado a los libros, y se me tildó de misántropo. Mi madre se quejaba con sus tópicos eternos: 'Este chico siempre metido en su cuarto entre libros y papelotes. No es una juventud la suya. Jamás se acuerda de que tiene veinticinco años". A mi prima le hizo mucha gracia esta salida de mi madre y rompió a reir de un modo, que casi llegó a molestarme. Intenté defenderme de estos cargos creo que hasta con argumentos de filosofía, pero debí hacerlo tan mal, que mi prima empezó <l burlarse de filósofos y filosofillos con un donaire v una gracia, que, la verdad amigo, llegué a dudar de mis teorías y. . . terminé al fín por reir yo también de mí mismo. Terminada la ~omid::i, mostró deseos mi prima de visitar lo que llamaba donosamente mi "retiro". Yo, aunque me repugnaba, le acompañé a él. i. Qué iba a hacer? Bueno; tú conoces mi cuarto. Pues, amigo mío; entró ella v lo primero que hizo fué taparse picarescamente la cara con las manos. Después exclamó hacienVol. 111 14 - Núm. 63 Marzo ESTUDIO 15, 1924 do un mohín de repugnancia: "i Pero qué mal gusto, hijo, qué mal gusto!" Y yo. . . me quedé helado y corrido. Por la tarde tuve precisión de salir de casa y al volver a ella encontré mi cuarto comp~etam~n te transformado. Los papelotes y pergammos viejos que tenía amontonados y llenos de polvo por todas partes estaban arrinconados y cubiertos con caprichosas cortinillas. So}>re l_a mesa qu~daba unos pocos libros de los mas luJosos y meJor encuadernados. De ella había desaparecido un se vero busto de Platon que presidía mis estudios y en su lugar estaba una graciosa miniatura de Cupido, que parecía reírse de mi sorpresa. A su lado encontré un bú~aro de frescas y olorosas flores, y por las ventanas, totalmente abiertas, entraba descaradamente el sol, que tambien parecía reirse de mí. Te confieso ingenuamente que aquella --------@ PARA E.L SE.R VICIO CIVIi. Y CURSOS COMERCIALES POR CORRESPONDENCl A FSCRIBAN i' L Cosmopolitan Business College l\lANll,A, P. l. (Profesores americanos) 1 1 1 1 1 1 1 1 1 @-·---·-----------------------------------@ ®---------------------------@ 1 BOLETIN EGLESIASTICO DE FILIPINAS OROANO OFICIAL INTERDIOCESANO CUYA SUSCRIPCIÓN ES OBLIGATORIA PAR.\ TODO EL CLERO PUBLICACIÓN MENSUAL Editada por la Real y Pontificia Universidad de Sto. Tomás de Manila. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Para el Extranjero-6 Pesos filipinos o$ 3.00 por ano. Para. Filipinas . . . . . . . . . . .. P 3.00 por ano Número suelto, no atrasado ... ,, 0.40 Atrasado ... _.. . . . . . .. . .. .. ,, O. 50 PAGO ADELANTADO Se admiten anuncios Dirección y Administración BoLET11v llcLESI dsr1co P. O. Box 147 Manila, P. I. transformación me causó una especie de bienestar como nunca lo había sentido. -Natural! Y yo te lo creo a puño cerrado. -Cuando más embebido estaba contemplando aquel cuadro, entró mi prima en el cuarto riendo a carcajadas y palmoteando de gusto. No quise preguntar nada.; ¿para qué? Ni aunque hubiera querido lo hubiera podido hacer, porque en aquel momento no se me ocurrió nada más que pagarle con una cariñosa mirada aquella fina delicadeza y. . . reírme tambien como un niño. Desde en tonces busco la risa y los lugares donde se ríe. -Y nada más? ... -Sí; algo más. Busco tambien las alegrías de la juventud, las alegrías de esta vida tan bella y hermosa, que, - como me decías tú, - nos ha dado Dios. EL PEREGRINO. (!)-----------------~-----------------@ 1 1 1 1 ! l Dr. Miguel de la Concepcion 1 25 T. Pinpin 1 DENTISTA. 'I'el. 3532 !J--------------4-------- --------@ ·¡--::-¡,-;, ¡-:¡p-;~~A s-:------¡ ! 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