11 Politica.pdf

Media

Part of Estudio

extracted text
Noviembre. Decíamos en nuestro úlitimo número que suspender la marcha del Speaker Rov1s a la JJJ,r;trúpoN y envim· en su lugar al Ron. Presidente del Senado se nos antojaba un paso poco político y muy adecuado para blanco de crítiticas del partido de la oposición. Porque el argumento no tenía vuelta de hoja.<:;: Si se escogió al Hon. Roxas como el más adecuado para la trascendental comisión de inquirir el estado de l<i atmót.fera- americana y luégo se le sustituía con otro misionero por meras razones de conveniencia partidista, era prueba evid.ente de ser ésta en estimación de los hombres del poder más intere8ante que la sagrada causa de la Independencia final. Y algo así han debido de pensar los encar{¡ados de deliberar sobJ;e el cambio, pues yá es pleito decidido la salida del1 Presidente de la Cámara Baja para los Est.ados Unidos. Nos parece bien. Joven cic m·restos, modelado en Z.Os troqueles de la nueva gen.1Jración, conociendo verf ectamente el idionia de nuestros dflminudores, está muy vuesto en razón que .<.;e le conceda oportunidad de meter baza, por que no deduzcan.en Washington nuestra escasez de personal para empresas de talla, si acaso mandamos siempre al mismo cuando se trata de alguna puesta de consideración. Yá conocen u fondo al Hon. l'rlanuel L. Quezon y l·e han juzado muy favorab/,f!mente en ocasiones de histórica solemnidad. Le creen capaz de levantar el 1nundo, si así le place y halla ci mano un punto de apoyo bastante resistente para en él descansar la potente palanca de su palabra vigorosa y de su incansable actividad. Justo es, pues, que 1·ayc1 otro . .. y luégo otro . .. y después otro más. Que vean nuevas caras, que escuchen los anhelos nacionales de distintos lab·ios, que se percaten de la uniformidad de nuestras aspiraciones al oir expresarse a todos en igual tono y sin salirse del mismo pentagrama. Bien está que marche el Hon. Manuel Roxcis, Sp,eaker del Congreso, a pone1· los puntos sobre las fos y decir clarita In verdad sobre las aspiraciones del Vol. 11. ESTUDIO Pueblo Filipino, modelo de docilidad, pero tenazmente obstinado en lbegar cuanto antes a la meta de su Ideal. La brisa acariciante del patriotismo ha rozado la frente de nuestro Representante. Tan pronto como se presentó a su consideración el motivo pri:ncipal de la marcha del Speaker, todos aplaudieron con sorprendente cohesión la necesidad de su viaje y todos quedaron de acuerdo en la conveniencia de su inmediata realización. Días antes cada partido procuró llevar el ascua a su sardina y ver de obtener el mayor beneficio posible de la desaparición temporal del Presidente de la Cámara Baja, trabajando vorque ocupara el puesto vacante uno de su filiación. Jl!las, según los últimos informes, queda aceptado De las Alas por tirios y troyanos, los cuales han c01npuesto amigablemente sus diferencias en bien de la causa común. Y aquel nubarrón que cruzó hace algunos días por el horizonte el.el grupo Coalicionista, preñado de tempestad, se ha deshecho al empuje de la brisa patriótica a que antes hicimos alusión. Hoy reina la paz en Varsovia. Y quiera el Cielo que los Legislador.es se penetren de las Vl'Jltajas de una labor concnrrenti, para dar de mano a. pequeñeces personales o de determinada agrupación y trabajar siempre con la mira puesta en la consecución cimentada. y segura de la ansiada Nacionalidad. El Han. Osmeña ha hablado en el Senado. Y dondequiera que habla el Senador cebuano, en cuyas manos han estado las riendas del gobierno filipino desde la inauguración de la Primera Leg!·slatura., s,e le escucha. con recogimiento y devoción. Tan ponderadas ~a­ len las palabras de sus labios, tan interesantes son siempre sus declaraciones, que bien se merecen toda la atención de{. auditorio. Don S.ergio dijo cosas muy recias, y cuando él las dice, sabrá muy bien el por qué. Ha visto de cerca desarrollarse la película de nuestras 1·elaciones con la Metrópoli, -1017, 1923 A ha s1'do testigo de todas las escenas y aun de la mayoría de los mari..ejos de bastidores, y cualquiera de sus s.entencias viene a ser la síntesis de ese cúmulo de conocimientos políticos, que únif·amente él los posee en la actualidad. Aun cuando no fuera estadista de gran calibre, aun en el caso de haber sido observador vulgar de todo lo suc,edido ~n estos quince años, valiera la pena de tomar en cuenta sus manifestaciones, aunque sólo fuese en su calidad de historiador. "La situación tranqU'ila que reinaba en el país durant~ los ocho años pasados, dijo el orador, ha suf1·ido un cambio sorprendente: n6 parece sino que un genio nuevo ha vem'do a empujar a nuestro organismo polHico a este caos en que nos vemos, por d,emostrar al mundo nuestra insta bilidad". Y aquella vocecita resonaba en e! salón con la majestad del derecho pisoteado que protesta contra el injusto agresor. Y el público correspondia a esa recriminación con el silencio disi'intivo del r,espeto que teme profanar aquello mismo que siente deseos de aplaudir. Toda la oración del Hon. Osmeña dejaba percibr la melancolía de los instrumentos con sordina. ¿Qué divisa don Sergio en el po1·11enir que así le hace gemir? ¡Chi lo sa'f Cuando po1· ventura suene en el reloj de la Libertad la hora de descubrir sus temores, seguros estamos que el gran Cebuano cantará. Para él no ha habido sino un móvil único en su carrera política: el bien del Pueblo Filipino, digan fo que quieran sus detractores de profesión. Maderas hay contrn las cuales nada pued.e el ímpetu del "anay". Podrá el rayo calcinar las pirámides de Egipto, pero, aun así, conservaPán su grandeza monumental. EL FfGARO. rLUROSCOPY ESTEREOSCOPY *DR.N R TCB l 11 C BI .1! PHONE 3H6 llADIOGRAPllY TREATMENT Núm. 46
Date
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted