El Yo de la escuela hegeliana.pdf

Media

Part of Estudio

extracted text
ESTUDIO 14. 1923 El YO de la escuela hegeliana Comenzamos a emborronar ellas cuartilla• con al&"o que qui.ere parecerse a miedo, y cqi estamot por ue¡urar que tenemo1 el cora.zón má1 pequeño qua una avellaaa, por el temor que nos 1obrecoge y acoquina. ¡Y• no ea para menos la coaa ! Los sabio1 de "The lndepol\dent" hánle, por fin, decidido a salir de l!l "madriguf!ra" y, con la Yarfl. de la "cif!ncia" en lfl mano, 1e pre1entan decidide& a todo, mf!nOs a di1cutir razonabl.,mente, cosa que jamás entró. en su plan de campaña periodíltica. Ea má1 fácil "copiar" lo quo diira un cualquier L. \V. W. o un Perico de lo. .. Palotu o un Juan Lanas, que todw ion, para al caso, lo mismo. Añádue a lo dicho, el furor filtnófico qua de un tiempo a e1ta parte se ha despertado entre los jóveno. ''riseii.os''¡ y se co¡nprenderá que el miedo haya hecho prua con 1u1 diente. en nue1tro pobre y de1medrado corazón, pues de temer e1 que con tanto• contrario1 1alramos malparados en la contienda. L<» escrito1 de Strauu, de que hablRbamos en nuHtros artículos anleriorea, provocaron en Alemania una verdadera revolución doctrinal y dieron pié a loa filo.ofantes de la izquierda heiroliana para un de1bordamiento científico-Hamémoale a1í-que ae tradujo en la publicación de una aeric de librot •obro relirión, qua aun hoy, y después de habemoa cui acostumbrado a bs blufemiu con que a diario ROi reiralan 101 pseudo-cien· tífi.co1, llenan el alma de pena y el corazón de horror. En el 1eno del protestantismo garmánico, que fuá 1iempre el más doctrinal do loa prole1tanti1moa, babíue desarrollado, de1de el tiempo da Kant y Fichte, una. Ion· dencia 6!01ófico reli¡io1a, que, poniendo como bue del detenvolvimie"to reliaio10 lat teoríu de Hegel 1obre el egoÍ•mo, tenía como finalidad última la no¡ación da cuanto 1ignifica1e relfl.cione1 humanal con algo •Upraaenaible y sup....humano. Comenzando por •l 1ubjetivi1mo criticida de Kant, conTiértese pronto en el "ab1olutum" de Schelling y viene a da:r con aua hue101 en el yo ab1oluto de Hegel, quien, por una 1erie de racioci"i°' da dificil intelección, pretende coordina:r el yo con d no yo, para obtener como re•ultado final el YO NO YO, que •e "ª duarvollando y de.el\volviendo mediante l.. tru conocidas f .. ea hegelianu, para da:r, como último re1ultado, \a proclamación de ·la conciencia individual por norma de la vida y de la1 accionu. Perdónomoa el lector e.ta "trozo" de filo1ofía1, pue1 es de necetidad para nuatlro edudio. Aplicada eata teoría he¡eliana a los o.tudio1 bíblicoe debía dar pronto 1u1 frutoti, que no habían de ter ot!'Qtl que la negación rotunda y categórica de cuanto 1igni6que un elemento divi"o y suprasen1ible. De e&te modo, el intalectuali1mo alemllÍ.n venía en último término a dana la mano con el materiali1mo de Locke y Condillac. Eaa tendencia filo1ófica--q111e, aun a trueque da 1er obscuro• hem<>1 querido conden1ar en unat cuantas líneas, cuando para su recta expoaición serían nece1arioa mucho1 volúmenos-tomó ocaaión de 101 libroa do Straun para dar rienda 1uelta a 1&1 blademia1 más atroce1 y qua má• el' lo vivo herían el Hnlimiento religioao del pueblo germano; prodújotie un verdadero de1bordamionto de racionali•mo doctrinal y 10 dió a la estampa Ul'a 1arie de libro• e" 101 que del modo má1 franco y más claro ae atacó a Cri.to y a la reliirión por ti fundada. Apl'OJldan quienet pretenden la emancipación filo1ófica y racio· nal y quieren no ob1tante permanecer fiele1 a 1u fe I No 01 nuedl'O ánimo por el momento bu1car loa lruquelea filoaófico d°"lPinale.i •n que te ha formado la intelechtalidad incrédula de nue.lro1 dí .. , aun la filipina, que .. de h.1 meno1 intelectua101-y que nos perdono la fra~ucza-; 10!0 1Í no1 pennitiremo1 decir que, para nao.otro., el período racionali.ota que e1tamo1 01tudiando tu•o un influjo deci1i•o en esa formación. ¡ Cuinto. d. nueatrca 1e-dicent.1 intdectualee, que por cátedra., pe!":ódicos y revi1ta1 andan galleando 1 haciendo alarde do 1u i'tloeredulidad, que ellos te imaginan altamente ciontific.a, no ion mé.1 qu11> pobre. víctim ... d• la corriente rtcionalilla incut..da en 101 libros que no1 ocupan! Viniendo a e.o. libro1 racionlllli.tM notaremo1 1ólo un<>1 pocos, por mor da la brevedad, que hoy not1 e. tan recomendada y tan neces aria. Merece firurar en primer término un poeta, malo como poeta y peor eomo relirioao, ol pru1ia110 Federico Sallet, quien publicó en Leipzig un poema, tan malo como irrelirioso, y en el que, parodia.ndo el Eva.n1elio, habla b!.,.femamente del hombre hecho Dios, contra· poniénd:.lo al Dio1 hecho hombre de que noa habla la Sagrada E1critur.,. Di¡no de firurar al lado do Sallot, es Bruno Bauer, di1cipulo de Strauu, poro que 10 de.ató en inaultos contra IU propio maestro, y le echó en cara el no haber tenido el valor 1uficiente de llevar 1u1 prin· cipio1 huta l.,. últimu consecuencia•, careeiendo del arrojo nece1ario para acometer de frente a los mismos eYa.nll"eli1ta1. Para Bauer ea un absurdo solte.ner con tU m.ae.tro, que fuera el pueblo cristiano el quo creó la P~"º"ª'lidad divina de Jesú1. La comunidad cistiana, d!ce él, es un 1er mí1tico, va¡o, impalpable, y por lo tinto no puedo Hr quian cre-ó los mitoa evan¡élicos; tal inYanción deba 1er obra do 101 mi1mo1 eYan¡elill&1, quienes para ello te 1irvieron, como de materialo1 aptísi· mo•, de las concepcione1 m&1iánicas del pueblo judío, del cual procedí1n y on cuya1 tradicionu estaban amamll2"ltadoa y empapadoti, y en lu idou apocalípticat de lo9 antiguo1 porfelat y de la gno1i1 judía. ¡Y ol que con talet afirmacionee, que al autor daja 1i.n demot1trar, no le con1uele, es porque no quiera! ¡Vardaderamonto que ion admirables eato1 escritores r1.<:ionali1tas ! ¡Y pen1a1 que entre nue1bot homb"'" de l1frt11 bay quiene. 1e lr«• ran, como el a1ua, taJee afirmaciol\at, 1in detener1e ni un momento en ponerl11 en el ori1ol de un critici1mo ju.to y razonable 1 ¡ Y Yer como en lu columnu y pári· nas de algunos de nuoatro1 diario• y revistu ae abu1a de la candidea da! pueblo pa:ra irle inoculando poco a poco, y por medio de una literatura má1 o menoa soporífera, todot e1oe enirondro1 monttruo10•, qlle no tienen ni la má1 mínima ración de mentalidad seria y razonadora 1 ¡Mas, pro•igamol y dejémono1 de refloxione1 ! Pero, quien mÁI lejOt1 llevó la• toorí.. herelianat dent:r;:1 del campo de la Biblia y de la religión fué Feurb.ach, quien en 1u libro "Etencia del Cri1tiani1mo" nOI ateaura, con toda la .. riadr.d que en tales cue1tion .. 1uele-n u1ar IOtl cial\tÍfico1 aloman .. , qlla "la doctrina de Hegd H el A.nfípo Te1fam1nfo de la fU01ofía, eiendo la 1uyo el Euan1elio". El fundamento bá1ico da ... EvaD1elio ettá tomado del Te.lamento Antiauo, la fi.lo.ofía de Hegel, y puede conden1...-.e e" .. ta1 frae .. , que tomamOol del libro ante• cit&clo: "E1 preci10 romprr cuanto onfe1 y para •iempre con la rasa hipócrita d1 101 teólo1101; et mene1ter que a m0Tcha1 foraadtu abarirlonemo. el conc1pfo cri1fitmo del Estado 1 no debemrH preocuparnoa para nada de aqul'llo que no fi1na 11r, e1 decir, que no tiene cuerpo" 1 Quien Vol. L -10- Núm. 15 Abril ESTUDIO 14, 1923 adivinaría en tale• afirmacionN al •uce.or en líraea reda de aquello. apódalH, que poraíaa cOIJl:'O bue de to4o •u• credo y de toda au fe la BiblM;. como libro di•i-tmte ¡,..pirado! Y 1in enibari'o i 101 racionalittat liberal .. da aye.r, como 101 de hoy, •on loe h. .... del'GI le¡himoe d. Lutero y C:i..ivino, y no HI han apartado ni un ápice del :am'no que aquéllo• leo tra•ron. Ya ·lot apol.o~atu crid.11.ncs del 1iglo XVI habíari prevido eatu conaecu&n• ciu tan •bn1rda1 1 ant'cridianu y a.nti""4i¡rioa .. y no •• lff hizo cuo. Ju1to H que hoy pa•uemN Ju con1ecue?1.· cia1. Lo malo en qua aun hay quieneo 1e aferran a 1u1 n&g.11c!or.C•. YO. EL YO ES TODO MI CATECISMO, Y HACO TODO LO QUE QUIERO Y ME AGRADA". Según 1u comenlari1ta Max Stinier, el aub1tractum del 1i1tem" re'ligio•o de Feurbacb puede condenuz1e en e.ta fórmula, que habla muy a;Jto an pro del ••·lor 1ocial y reli1io10 de ta lee tcoría1 re.cion&li.tu: "De torio• loa hombre., aquel que mejor conosco y que máa quiO'O SOY Má1 impio aun que Feurbach, Arnold Ru1e pre. lende dem-trar, en una de 1ua obra1, que el cri..tianiullo no tiene bue real hiltórica, no a:endo má1 que una ... •unda adic;ón del budhi1mo indio, perfeccionado por la mentalidad pod.e..-a de al1u11.01 de 101 judío1 de la di1· pereiór¡. Cri.to, para él, no u un Hr real, no ea ni mú ni menoa que una fi1ura de la lucha. AbarracOone1 que, e_, fonna máa o manol di1imulada, h~o1 encoah'ado tt11 repetidaa ocuione1 en publicacio.11e1 !ocalea, 1in que •• bayaii dado cuenta de eJ!.aa quiaá ni lo. miamo• que laa Hcr:bía11, a c•u•• de haberla& in1erido incontcientemente de obraa a.!amanaa, tan an bo•• hoy día, ••p~!a1m111.,ta tratándoae de a1u1't01 anejo. a la Filoaofía. FILAD ELFO. LIMADURAS -B~t' aire de indiscutibilidad. rf' peetn de \a¡.; normas eelesiást ica,;. me ¡¡¡irpce poco conforme con la naturnl eza del asenso que d(•'hemus prestnr a lo.<> dogmas de la fe,. <1 los cánones de. la moral. La T~d e.;ia t¡ uierf' qnc nuestro ;: ~N1timirnt o sea raeio11al y, bien <;abido ('S que la razó11 sólo a la evidencia ontolúgica. supremo criterio de verdad, debe entre~::;:is h~~ho1ª~1e~~;;~as a~~erf~r~ mentP. hay muchos puntos rod·earlo;; rll' 0bscuridad. El Congreso 110 podrá nunca imponerlas a lo.;; católicos. ~ in preYia discusión que aqn i lat•~ rlc.fü1iti'•amcnt e los mérit o~ que \11s fl<;isten rpara recabar •Ir 11 osotro~ una entrega plena y mia obedirncia sin subterfugios. --Sería absurdo el pretender disentir ]a.-; decisiones de Ja Iglesiii cnn el propósito <le investigar si e.~t íin fundadas Pn bases racio1rnlr.;; o PflrPcen de solidez. La [e!esia e;;; a11to1·idad suprema {' iuflllihlf'. siemprr qne se trata de t'f'•.rnl11r la conducta de lo.~ católiro". P('ro nos es perfectamente lícito el empeiíarnos en un11 discusión, i n frl i ~en 1c ~·seria, encamina - dn a proc\ncir en nuestras almas 11oue! conocimiento claro y defi· uido qne la racionalidad de la nhcdiencia ci·istiana reclafua como 'Pr."tiilado prr1·io a torla adhe~;ón ~oh1·p11a tnral. - 'l'od ii discu\<Wn va iacompalia ~bt o prreedida rlr l11i-; sombras rlP 1a rhda. De 111 ii 11toridad de b1 T·!:h'"ia. no t'« ¡l(l~ible dudar sin µ-ran ofeml'I <le institución .tan ~nh;•rana - f_,.1 <lnd11 puPdc recaer sobre 111 rni.snrn autoridad dP la. TglP~ia o sobl'c rl sentido qu e h('mos de dar a sus palabras. Esta puede Vol l. ,;er racinmil: aq uella 111mf'a es cristian a - La<> nornrns eclesiástica" sobre la erh1cación religiosa de la .iuvenhul. con<;idcradas en su Pmmciado formal. son claras ,. precisas; pero, finalizadas en todr-:;,. sus rr\uciones, dan margen a duda" que preci.saría d isipar. De. hemos esforzarno.<1 por crea r Pn Filipinas una in teligencia cabal. rn cuant o e,J\o r;:ea posible, de la doctri na católica. La ignorancia es el peor enemigo del ca tolicismo. - Es un anhelo legít imo. Nuestra piedad ha de ser iluslrad'i, con HQUPlla ilustración, fruto de sólida ·" 11mplia cultura. -Y. sin embargo, n o deja de ser un obstáculo el empezar por estableen como 'J)rincipio, que la Tglesia e¡.; la única. autoridad docent.e del mundo. El enseñar es propio r'le <¡uiencs son maestros. .'· no hemos de caer en la !'impleza rle monopolizar el magisterio de esa forma tan riidical v exclusivista · -Ha~- dos cl a se.~ de maesf.ros, insistiendo en el aspecto que has dado al asunto. Maestros que propon e~ la ,·erda.d y manifiestan sus encant.os a Ja. inbrli,,encia del discípulo, dejándola en° plena liherf.fld de asent ir a ella o de ncJ!a.rla, .'- marstros que intiman sus en~e.iianz~s de una. manera dog~at~ca e mfalible. obligando a sus d1sc1pulos a profesar la rloct rina. autoritariament.e propuesta. Do la primera clase, Pxisten mu~~]~~ f~ª ~s;;~o~~a('llcac/ól~c~n~.f e;n~e:~ poder jurídico de. f'nsefiar a los homb1·e.<> < lch>rminadas nrdades. 1·ecabanrl~ al mismo tiempo de ellos un asenso completo, siuce-11rn l' ineondicioiial. - Enlr<> \<:..; atrihnci(1ne~ del Estado pnlll'Cl' que df'hiern c?ntarse In fii culta rl docente en algun s;nt ido iná" e\e,·ado y eomprem;1.vo qne t•l corrospomlicnte a c1rnlqmrr rr~~:;~" ,!~~{,1}~~;;~~~e (fe1;e1~~·;:ªaº~ sr dcrinrn nal11rnlmcnte del fin fl U\lP e-;tc organismo i-;c ordena. l ln ('\:amen «uperficial 110s d emo.<>trarí:1 con toda clnl'idad que el E,;1ado no necesita la función d ~­ (•('nte, e11 el sentido arriba indicado . . ni que 1Íenc como ohjet0 pl'Opio y ps¡~rcífico rl orden externo 111 tntela de los derechos, t'n m;11 palabra. la rpaz y tranquilidad pí1blicas. Por el contral'io. lH TglesiH se ordena con prefercn~ia al interiOI' del hombre. a la reet itnd de la« 1·rN~nc ias, la. caridad divina ,. la. sautificae ión de las 11 lmas. Si se preocupa de la p<1rtt~ externa. es p-on¡ue s11bc muy bien 'tue lo E'Xterior sirve gran· demente d•' medio ~· de ayuda para mantener y fomentar el ordrn interior rle la santidad de J¡¡ vida cristi"ana. l1os miembros de la lµ-l esia son hombl'cs; no son ángeles. Por -Otra 'J)arte, el gobierno de la Iglesia considera al humbre tal como ha sido ele,·ado por Dios a 1 orden sobrenaturR l rle la grncia . Por consiguiente, lo primero qu<' la I gll\Sia debe enseñar ii sn: ;; s ubo1·dinados es el conoci miento de este orden, principal. mentí'. de<;de el pnnto de \'is ta de su último fin .'- rle los medios necesarios parn conseguirle. Conocimiento r¡ue uo puede ser fruto d el nat.ural des;nTollo de la inteligencia , sino que ha de provenir d e la. rewlación divina , a la cual asentimos mediante la. Yirtud de la fe. Para ello está. la Tglesia Núm. 15
Date
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted