Sobre la accion Catolica

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Part of El Misionero

Title
Sobre la accion Catolica
Creator
Lepicier, Alejo
Language
Spanish
Source
El Misionero Año V (Issue No.6) Noviembre 1930
Year
1930
Subject
Catholic action.
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
AÑOV, No.6 NOVIEMBRE 1930 Snhre la Accinn Qtatnlica PARA gloria del pueblo filipino, puede decirse con jmticia que estas Islas no se han quedado atrás en esa gloriosa obra llamada Acción Católica, que nuestro Pontífice ha promovido con tanto empeño e interés. Además en Filipinas ha quedado demostrado que él "sexo débil" puede luchar con tanto denuedo como el "sexo fuerte" cuando se trata de defender los intereses de la Iglesia. No queremos entrar en detalles, sin embargo podemos afirmar, pues a la vista de todos está, que las diferentes secciones de mujeres y de señoritas de Acción Católica, por lo bien organizadas y por su activa fabor, dan derecho a decir que lograrán conseguir mucho bien en el porvenir. Por tales motivos, las Religiosas educadoras de la juventud en Filipinas, pueden contemplar con satisfacción la obra que ellas han puesto en marcha. Y a fin de animar a las organizadoras y a las jóvenes a continuar la obra que han comenzado, traduciremos a continuación una carta escrita por el Oardenal Alejo Lepicier, Prefecto de la Sagrada Congregación de Religiosos y dirigida al Excelentísimo Mgr. Guilio Serafino, Obispo titular de Lampsague y capellán general de la Unión Femenina Católica Italiana. Excelencia, Con gran regocijo ve el Santo Padre aumentar cada vez más y más, la activa colaboración de los educadores Religiosos a la Acción Católica. Ya sabemos que el Santo Padre ha manifestado repetidas veces y en frases ardentísimas, el amor RENUEVE SU SUSCRIPCION ENSEGUIDA 162 que profesa a la Acción Católica; que, dicho en sus propias palabras, es la niña de sus ojos; que ha deseado incluirla en varios concordatos y particularmente en el convenio concluido con el Gobierno Italiano; y finalmente que ha dicho que es deber el establecerla cuanto antes. Y en la Encíclica "Meus Nostra" sobre los Ejercicios Espirituales, leemos estas palabras del Sumo Pontífice: "En estos días ,de inminente necesidad de almas, las crecientes necesidades espirituales de las naciones excijen en consequencia mayor número de apóstoles, bien disciplinados, y de ambos cleros, así como también grupos de seglares que participen en el apostolado jerárquico por medio de las diferentes secciones de Acción Católica." No deben sustraer su ayuda a tan importante obra las educadoras Religiosas. El Soberano Pontífice ha pedido su colaboración en dos importantes documentos escritos por el Cardenal Lauseute que entonces era Prefecto de la Congregación de Religiosos, y dirigidos, el prime;o fechado lo. de marzo de 1924, al Presidente General de la Juventud Femenina Católica Italiana, y el segundo escrito en 21 de marzo de 1927, a su Excelencia y -en el que trata de sus calificaciones como capellán general de la Unión Femenina Católica Italiana. En otro documento escrito por el mismo Santo Padre, dice el Pontífice lo siguiente: "Con intenso regocijo Nos bendecimos a nuestras queridas hijas, las Religiosas, quienes han añadido Acción Católica a sus actividades, y de aqui en adelante Nos la declaramos pertenecer a la vida cristiana y al ministerio pastoral, siendo para Nos como la niña de los ojos." No es de extrañar que las paternales exhortaciones del Santo Padre hayan sido acogidas y seguidas por las Religiosas, afanosas siempre en seguir los consejos de nuestro Padre común. Consequentemente, me es muy grato expresar la honda sati~­ facción del Santo Padre, a todas las Religiosas y particularmente a todas las que más se han distinguido cediendo sus locales para la ce-· lebración de retiros y ejercicios espirituales para mujeres y señoritas de Acción Católica, u ofreciendo su ayuda a círculos, grupos, secciónes de aspirantes, de asociaciones de Benjamines y niños católicos, o ya despertando entusiásmo por la Acción Católica en sus discípulos y preparando a los más diestros para dirigir las actividades en su propia sección. A fin de que esta colaboración sea más eficaz y segura, insistimos particularmente que sea puesta en práctica la recomendación hecha en la y:a citada carta del 21 de marzo de 1927, en donde se exhorta que se den instrucciones particulares de la Acción Católica, su naturaleza, estatutos y reglamentos, a todos los religiosos empleaSOSTENGA UN CATEQUISTA! dos en la obra educativa, y que cierto número de los mismos re-· ciban una formación especial (como se lleva a cabo en otras actividades del Apostolado Oristiano de la Caridad) y en particular que sea una instrucción oatequética superior, adaptada a su misión de educadores cristianos de la juventud. Para la instrucción indi~i­ dual en esos .puntos particulares, basta referirse a las numerosas obras literarias de Acción Católica. Si se llega a conseguir este conocimiento de Acción G:itólica, conocimiento que se ha hecho indispensable para todo educador de la juventud cristiana, y si se - llega a conseguir la unidad de dirección que resulta de la organización de Acción Católica con su base parroquial, diocesana y nacional, los resultados serán cada vez más consoladores, primera- . mente para la Acción Católica a la que se afiliarán nuevos miembros bien disciplinados, y segundo para los religiosos mismos, pues obtendrán de esta manera un campo más amplio en donde poder ejercitar con mayor anchura su generosa devoción; a.demás en medio de los peligros· del mundo permanecerán incorruptos los frutos de la educación que dieron a 163 sus discípulos, y también aumentarán las vocaciones religiosas en su institución, ·como hemos tenido el placer de yer en análogas ocasiones. Es tan importante el fin que Acción Católica desea alcanzar, que el Santo Padre en su Encíclica titulada "Ubi arcano Dei" declaró lo siguiente: "En adelante pertenece irrefragablemente a la misión pastoral y a la vida cristiana el deber de restablecer el reino de Cristo en el mundo y el de asegurar una paz duradera, la que no 1puede jamás gozarse fuera del Reino de Cristo." Por consiguiente no nos limitamos solamente a pedir la colaboración de los Religiosos de las Órdenes dedicad.as a la educación, sino a todo el mundo sin distinción alguna, hasta a las Órdenes contemplativas, a quienes encarecemos la ayuda de sus oraciones y de sus sacrificios. Estoy segurísimo que vuestra Excelencia podrá siempre facilitarme informes sobre la cuestión de la que os acabo de hablar, que yo los transmitiré con grandísimo placer al Santo Padre. Soy de V. afmo. y s.s. CARDENAL ALEJO LEPICIER, O.S.M. PREFECTO LAS MISIONES ~ECESIT AN CAPILLAS