Parrafos del discurso del Ministro de Comercio
Media
Part of Espana Boletin Informativo
- Title
- Parrafos del discurso del Ministro de Comercio
- Language
- Spanish
- Year
- 1952
- Fulltext
- Párrafos del discurso del Ministro de Comercio, pronunciado en las Cortes Españolas "El déficit de nuestra balanza de pa~os no era un mal circunstancial ni de momento, sino que era un mal crónico, un mal estructural. Quiero dejar bien sentado ·2ste principio. porque de aquí arrancará después la política del nu2vo Estado nacional." "Precisamente por comprender el Jefe del Estado que era un mal de fondo y no un mal circunstanci.al es por lo que, desde el primer momento, inicia una política de industrialización que, pese a todos los comentarios, es ponderada, y rasulta imprescindible para obtener un equilibrio en la balanza de pagos y, al propio tiempo, alcanzar un equilibrio entre la industria .} la agricultura. Así, requiriendo a los hombres má:-; preparados y a los técnicos más conocedores de estos problemas, inicia una política de fabricación de abonos nitrogenados, de materias textiles, de refinerías de petróleos, de aumento de energía eléctrica y de realizPcio.nes en otros sectores que tienden, en defin_itiv.a, a suprimir importaciones gravosas para la balanza de pagos." "1'~mpr€ndida ya esa actuación a largo plazo y bastante avanzada, fué preciso afrontar un bloqueo económico y diplomático del mundo entero, así como la adversidad de una sequía prolongada que agravab~ todavía más el problema. En tales condiciones hubo de hacerse frente a la situación aplicando medidas de cambios y sistemas comerciales extraordinarios,. que se adoptaron con carácter provisional, según indican los propios preámbulos de los Decretos dictados, y que no tenían otro objeto que el de forzar la exportación de nuestros productos para obtener las divisas necei-;arias y hacer frente así a los programas iniciados." "Hace meses, sin embar~o. se pudo percibir que la economía española entrega en otra etapa, con las posibilidades derivadas de mejores cosechas y de nuevas relaciones con el exterior, lo que permitió restablecer un nue\'O sistema de cambios." "Para reforzar los efectos de la mayor producción, así lograda, hemos de procurar incrementar nuestro comercio exterior y la importación de primeras materias, que obt~mdremos así en mayor cuantía, ya que, gracias a la buena cosecha, no necesitamos importar productos alimenticios como hasta la fecha. Para esas compras de materias primas, que han de aumentar el nivel de producción, contamos con Acuerdos <.·omerciales cuyas principales cifras dan idea de lo que se puede hacer d no tener que atender al renglón de abastecimi·ento. Podemos exportar a Francia 20.000 millones de coronas suecas; a Noruega, 75 millones de libras; a Alemania e Italia, 60 y 30 millones de dólares, respectivamente; a Bélgica, 1.000 millones de francos belgas; a Holanda, 60 millones de florines; a Suiza, 100 millones de francos suizos; a Suecia, 76 millones de coronas suecas; a Noruega, 75 millones de coronas, y al área del dólar, unos 70 millones de dólares. Más aún, para dar un punto de referencia sobre la evolución favorable del comerdio extP-rior. ESPAtllA 1:1.ñadiré que las dfri:.:a~· ingresadas en el Instituto Español de Moneda Extranjera, durante los once meses transcurridos del año 1951, suponen 100 millones de dólares más que en igual período de 1950. Es evidente que, dado el nivel de nuestra economía, estas cifras, bien aplicadas y distribuidas, han de permi~·ir una buena !festión a los Ministerios que colaboran en estas tareas." "Como demostración de lo que se pue.de hacer en prasión sobre los precios, que considero importantísima, tenemos ya una experiencia relacionada con los problemas de abastecimientos. Ha sido suficiente una buena cosecha y una importación ponderada y prudencial de algunos productos para que varias mercancías bajaran del 40 al 50 por 100. Y quiero hacer resaltar, porque es un problema que nos pr:?ocupa y al que atendemos constantemente, que los precios fijados para las mucancías producidas son r~munerado res para el productor, a fin de estimularle e!l su actividad, porque lo contrario sería un error gravísimo" ... - .. "Antes de terminar quiero señalar algo mús, aunque esté en el ánimo de tocios. Y es que todo lo realizado en España, que es mucho, muchísimo, se ha hecho con el propio esfuerzo de los españoles. No ha existido ninguna ayuda, excepto el amistoso gesto de los Estados Unidos ccn el crédito de 62.500.000 dólares, que nosotros agradecemos por la forma y momento en que se produjo, aunqua quiero subrayar que es un crédito y no un donativo y que solamente se refleja hasta ahora en nuestra economía por la importación de materias primas y artículos de consumo que alcanzan la cifra aproximada de 12 millones de dólares, porque el resto es maquinaria cuyos Efectos no repercuten en nuestra economía hasta un plazo todavía mús largo." "Como contraste, y sin que esto sea una crítica, sí quiero señalar, porque afecta al desarrollo de nuestro comercio exterior, la generosa ayuda norteameric:ana, vertida sobre los países europeos en un total que ya en -este \·erano alcanzaba un nh-el de 12.000 millones cte dólare~. Como es sabido, esa asistencia perse~uía un obJativo político, consistente en alejar el peligro del comuni,smo, y otro económico, cu;vo fin era aumentar la producción, facilitar la convertibilidad monetaria, para lo que se creó luego la Unión Europea de Pagos, suprimir trabas aduaneras y contingantes y, en una palabra, facilitar el intercambio y acabar con aquallos acuerdo~ bilaterales que tanto dañaron al comercio desde la crisis mundial. Pues bien, en cuanto al primer objetivo, creo que está en el ánimo de todo~ la certeza de que el peligro comuni~ta sigue tan gra\'e y tan permanente como cuando se inició la ayuda. Y en cuanto a la finalidad económica. que afecta directamente, como cuan3o se inició la aruda. Y en cuanto a la finalidad económic:a. que afecta directamente a mi Departamento, precisamente en esto~ días nos vemos Página ;j sorprendidos <:011 que se didan 11ue\·as disposidones por ¡mí~cs destacados de Europa occidental estableciendo nue\·os contingentes y prohihiciones para importación de mer<:ancías que han de redundar en perjuicio de todos los países de esta \'ieja Europa y que han de lle\'arnos a restringir, una \'e:'. más, el comercio iutcrna<:ional. (,Jueda con eso bien claro l¡lll' esa ayuda no ha sido muy afortunada." "Por eso nosotros pod~mos suhrayar el l"Ontraste. puesto que todo se ha hecho en nue:üro país sólo con nuestro propio esfuerzo" ... Una inversión llamada "España" El Jefe de la Misión de Estudios de la Administraci.ón de Co:>peración Económica (la E.C.A.). Mr. Sidney Suffrin, que estuvo recientemente en España debió de darse buena cuenta de la situación y de los ánimos que en nuestro país concurren, si juzgamos por las referencias que nos llegan de las impresiones que ha dejado consignadas al regresar a Washington. Hemos comprobado en elJ.as que se va .afirmando el temple en favor de España, sobre todo en los Estados Unidos. Mr. Suffrin ha examinado nuestra economía, y ha visto que-como hace poco subrayó el Ministro de Comercio-somos un país que puede .atraer las inversiones de capital extranjero. Fijemos la fórmula en una locución moderna y típicamente norteamericana: "Hay una buena i,nversión llamada España". Porque España no tiene Deuda Exterior de importancia y porque su capital se cifra en el trabajo y en la vol·untad creador.a de riquezas. Porque es designip declarad::> y .afianzado de bs españoles intensificar las exportaciones y mermar, en lo posible, las importaciones, equilibrando la balanza de su comer<:io exterior. Necesitamos-y Mr. Suffrin lo declara-materias pr\mas, pero no b.:az·os, no energías, no v.oluntad ni estímulos. Hemos combatido con nuestros medios exiguos la inflación. Hemos superado nuestra crisis, cr\sis originada en la escasez y e.n la pobreza, con recursos propios, sin socori-os extraños. Y no nos sorprende, por lo tanto que Mr. Suffrin, al entrar por vez primera en contacto directo con los españoles, exclame: "Hemos vivido en plena oscuridad con relación a España." Gracias a nuestra agricultura (que Mr. Suffrin compara con todas las reservas justifica.das en el volume.n, con las agriculturas de Estados Unidos y de Francia), hemos podido subsistir, si precariamente, con 1-o indispensable para no perecer en años de sequía y aislamiento. Es la base-dice-de nuestra economía, y nos permitiría vivir sin el <:omercio exterior. Vivir, cierto, en la pobreza, pero libres. Y no sólo vivir subsistiendo, sino crear i¡nclustrias, con la mira fija en lo porvenir. Se han repartido en ese tie'mpo las inversiones españolas enke la agricultur.a y la industria. Las priµteras, con su sentido conservador de la economía: las segundas, con un empeño creativo. "Una inversión llama.~a España" no está amenazada con los fraudes, con las decepciones, •:on las malversaciones usuales. Tiende a aumentar la capacidad productiva del prestatario. Tiende a robustecer la potencialidad bélica de una nación que, como todas las de Europa, puede verse un día conminada por el enemigo común. Tiende, en suma, al acrecer del come:·cip interna·~ional, pues si España requiere materias primas y medios de transporte y energía eléctrica, los suministros que reciba ya en forma pecuniaria, ya en equ\pos .y productos, redundarán en un mayor rendimiento industrial y .agrícola y en un correlativo florecimiento de su comercip con otras naciones. "Hemos estado en plena oscuridad con relación a ella. La situación actual de España-expuso Suffrin-deriya de que, disponiendo de es.~aso capitai para invertir, ha tenido que elegir entre la agricultur.a y la industria. Y ha elegido la i,nclustria. Creo que durante los tres últimos años hizo muy bien en distribuir sus \nversiones entre una y otra." Añadió que la Misión había encontrado que España cuenta con buenos banqueros que han evitado prácticas inflacionarias que, otroR menos competentes, podrían haber seguido. Insistió en que el carbón español es de bajo grado, pero que la producción total podría incrementarse en un cuatro por ciento aproximadamente. Refitriéndose a Las industl"ias eléctricas del país, Suffrin dijo que, cuando España construy~n una central hidroeléctrica, tiene que construir todo, ya que el siste.ma de transportes es muy limitado. Es el de Mr. Sidney Suffrin un nuevo testimonio de la voluntad norteamericana de eximirse de las trabas puramente políticas y circunstanciales para llegar a conclusiones efectivas .de concordia y ami~ tad con España. Jerez, Xeres, Sherry La historia del vino de Jerez se pierde en la antig ~ied.:td. Su importancia fué creciendo en los siglos, y hoy el Jerez-Xéres-Sherry goza de rango y de universalidad. Su exp:irta:ión es una de las fuentes ele riqueza ele España mús importantes. Esto bien merece que nos ocupemos ele él, y demos a conocer, aunque por encima, detalles ele su crianza, ele su elaboración ~· de su merrndo. Los fenidos que arribaron .a nuestras costas con su bagaje espléndido de cultura y civilización, al encontrar nuestras tierras fert~lísimas, donde se proPágina 6 clucía la vid, ensancharon su ·:ultivo ~· comenzaron la exportación del néctar jerezano. Los romanos mejoraron los cultivos de la viña y repusieron las cosechas italianas, insuficientes, con las ele la Bética. abundantísimas. · Los mism:is úrabes, abstemios por el Corán, se entregaban amorosamente a las vilias, cuyo producto, el vino, cambiaban por teji~los y esclavas en los puertos del Mediterrúneo, escalas obligadas del comercio. Las ·:ró.nicas nos cuentan cómo Alfonso X, el Rey Sabio, quedó encantado a la vista de los \'erde~ ESPA~A