Carta de la Secretaria de Estado de S.S. el Papa al Delegado Nacional de Sindicatos

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Part of Espana Boletin Informativo

Title
Carta de la Secretaria de Estado de S.S. el Papa al Delegado Nacional de Sindicatos
Language
Spanish
Year
1952
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
SOCIAL----------Carta de la Secretaría de Estado de S.S. el Papa al Delegado Nacional de Sindicatos "Excelentísimo Señor: "Tengo el honor de dirigirme a Vuestra Excelen"cia con el objeto de significarle la satisfacción con "que el Augusto Pontífice ha recibido el homenaje "de la Or~anización Sindical Española en el XL Ani"versario de la "Rerum Novarum". "En los dos álbumes-tan hermosamente prese.n"tados- que le han ofrecido, se c1cierra la manifes"tación de los filiales sentimientos c.!)fl que las .auto"ridades 8indicales y trabajadoras. €ll sus diversos "ramos y grupos, han querido venerar al Vicario de "Cristo, constante asesor de Ja paz social fundada en "la justicia, deseosos de traducir estas enseñanzas "en el armónico plan de trabajo en que ·se reúnen "empresarios y obreros." "Su Santidad, cuya~ palabras a la Organización "Sindical, en memorabl~ fecha, fueron un testimonio "ele paternal benevolencia, y la indicación del camino "seguro en los problemas sociales, quiere ahora, al "expresarles su viva gratitud por este acto. rec:or"darles que sólo e:-ln espíritu de sacrific:b, de sana "justicia y caridad cri,stiana se puede fundar la paz "en el mundo del trabajo. Para que puedan ir a.de"lante en la realización de estos principips, el Santo "Padre les otorga de corazón Ja Bendición Apostólica.'' "Aprovecho la oportunidad para reiterar a Vues"tra Excelencia las seguridades de mi más distin"guida considerac\ón." Firmado: J. B. Montini (Sustituto). CULTURAL--------Los Reyes Magos y la polémica sobre el Padre Noel l.A ADOIL\ClúN DE l;OS HEYES MAGOS Uí1Hico .atribuido a Pedro Berruguele. exislt>nlt' ('n el Museo del Prado, Cuando ya han pasado las fiesta!-\ de Navidad y del relevo del afio, llegan a nosotros los ecos de la polémi,ca suscitada e.n Francia por el auto de fe contra el Padre Noel, realizado en Dij.:::i11 por el joven vicario ele la parroquia de Saint-Bénigne. Simultií.neamente, el director de la Org.anización Mundial de la Salud, organismo de Ja Organización de las Naciones Unidas, doctor Brock Chisholm, emine:1te médic(. psiquiatra norteamericano, declaraba en París: "El F.SPARA Padre Noel no es nada en sí; es una ficc:ión, como tantas otras, que los padres imponen a los niños". He aquí, pues, a la ciencia, un poco materialista, y a la fe, atacando desde disti.ntos frentes al pobre Padre Noel, encargado, según la leyenda, por San Nicolás, muerto baj:::i la persecución de Diocleciano, ele llevar regalos a los niños en ·el día de Ja Natividad del Señor. Los defensores del bar.eludo viejecito hablan de la poesía, de la fantasía infantil, de la alegria de Jo~ niños, olvidando, o simulando olvidar, que los pueblos católicos tienen una leyenda no sólo mús bella y mús poética, sino de raíces mús hondas y también mús ortodoxas: Ja de Jos tres Re:•es Magos, aunque San Mateo s:::ilamente haya dicho que unos magos fueron de Oriente a Jerusalén, preguntando: "¿Dónde estú el recién nacido Rey de los Judíos?" Hubieron de pasar, río de leyendas, dos centuria!-\, para que Tertuliuno dijera que los Magos del Oriente eran casi Reyes. ~· mús tiempo aún para que el siro Efrén los dech1rase príncipes. Ni San Ambrosb ni San Agustín dijeron nunca que se trata de Monarcas, afirmación que no aparece hasta el siglo V, en el que Cesúreo de Arlés cita concretamente a Jos tres magos como Reyes. Pero desde aquellos siglos remotos, Ja real cabalgata comienza a desfih1r entre arenales y palmerns camina de Belén. ¿Puede el Padre N!:>el competir en abolengo con los Re~·es Magos? El "\odex Orienta lis 32 <le la Laurenciana" relata la predi,c:ción de Zaratustra, el inventor de la doctrina del magh:;mo. Un día Zaratustra anunció a sus discípulos : " LH Virgen concebirá sin ayuda .de hombre alguno, sin que sea violado el sello de su virginidad'', y añadió que como señal del nacimiento de su Hijo Jos magos v e r í a n en Orient<~ "una estrella m i1 s brilJante que la luz del sol y que las estrellas del delo, porque, de hecho, no serú una estrella, sino un angel del cielo". Más de mil años después, los magos, en cumplimiento de la profecia de Zaratustra, identificado como Balaán el astrólogo, irún a Judea. ¿Y quiénes eran Jos magos? Teodoro de Konai, en su J i b ro " Los escolios" (siglo VIII), dice que los m a g o s se llamaban Gushtap, S as á n y Mahman. Fra Angélko arro~lillaría a sus inotentes Reves <ll' harlms de alg'.)clón. en un anacrónico desierto 'florentino : t:"ln Routs. un Rey ~faj!o sería un rubio flamenco ele florido mostatho: los Rt'yes :\lagos de ~L,mlings \·estirían los bizarros y fa!'tuosos trajes ele la C:::irte ;, de Carlos el Temerario. y con Rubens. la apoteosis barroca haría, de uno de su s Reyes :\lago:-: del :\luseo del Prado. la encendida llama que en vano aspiran a topiar las sequedades laicas del Norte con la roja hopalanda del Padre !\o~l. que en Na\·idad baja con su barjuleta a cuestas por el hueco de las thimeneas. Reyes y i\lagos son. pues. por Ja fuer1.a de los siglo:-:; por la belleza milenaria de las profecías; por el p r e s e n t i m i e nto cristiano de los sig 1 os oscuros en Jos que los orúculos anuneiaban el drama de la Redención; Rey es y Magos desde los versos de Berceo y los autos de Gómez Manriqu e y Gil Vicente: desde "L 'Office des Troi:; Rois". que ya se representaba hace novecientos años en Rouen. Los pueblos m á s antiguos, los sirios, los medas, los caldeos, tienen en sus oráculos un pálpito del gran misterio del Nacimiento de Jesús y de su adoración por los Magos, que esperaban el nacimiento de 1 Saeshiant, de 1 Astvatereta, que significa justicia encarnada, para hacer el largo camino tras la "estrella más brillante que la luz del sol" La AdorndOn de l;1s Hcyes por Juan de :\ne.hela-lglesia de Santa Maria Tafoll¡¡ (Na\·arra). No; no hace falta salvar al Padre Noel en n o m b r e de la Poesía. Pasarse al Padre Noel es renunciar al legado de los milenios; es desnutrirse de la p ro p i a Pa.sarían Jos siglos. Los poetas ~' los pintores de Occidente exaltarían con las fuerzas poderosas del Arte la leyenda remota, nacida entre las brumas del mundo precristiano, estremecido de adivinaciones. sada; es, en fin, resignarse a aceptar un espíritu ajeno en vez de decidirse a conquistar el mundo con el nuestr:>. Lorenzo López Sancho. t t t Página 10 ESPAÑA