Nuestras entrevistas

Media

Part of Excelsior

Title
Nuestras entrevistas
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
lt:llUJ~$'ii'IR&ml$ ~lt:l'ii'~~WO$'ii'~$ Srta. CAROLINA ORTIX @ ARA redonda y mas blanca que un nardo; ojos grandes, azules; boca roja como una herida¡ melena corta, rizada, dorada . ¿Es · una muñeca o es una gran artista? Porque hay grandes artistas que parecen muñecas, y muñecas con música por dentro. Inclinada ante el p·iano, acompañándose a sí misma, oyendo su voz que parece de plata, que parece de cristal por lo argentina y parece de luna y de beso de amor por lo dulce y Parece de ruiseñor. y. de espuma de ola por lo sonora; y al contemplar sus manos, mariposas saltarinas de marfil y rosa revolando sobre el clave del piano rendido ante ella como un ei:iclavo a los pies de su reina, tenemos que proclamar que más que una muñeca, es una gran artista. Madre Naturaleza no hizo con ella las cosas a medias. Cuando las hadas de la vida desfilaron ante su cuna, no hubo ni una sola que no le otorgara una merced: -i Será hermosa! - ¡ Serli acaudalada! - ¡Será buena ! -¡Será humilde! -¡Será virtuosa! -¡Será amada! Y todo eso es Carolina Ortiz. -¿De Manila? --No, señor; llonga. De lloilo, tierr~ venturosa de mujeres artistas, de mujeres musicales. donde la 41 cariñosa" brinca en el lánguido fulcor de los Ojos cariñosoi:i, y es son de risa de los labios de rosa y armonía la voi, como un suspiro, de IOs pechos melodiosos . . -¿Su p1·imer profesor de canto? -Vicenzo Gambardella. -¿Y de piane? -El piano lo estudié en "Santa Escolástica". -¿Cuantos años lleva usted gorjeando? Carolina nos mira con sus azules ojos de muñeca muy abiertos, sin acabar de entendernos la pregunta, creyendo que la adulamos, tuTbada .y sacudida en su serena modestia embriagadora . . . -¿Cantando quiere usted decir? -Cantando. -Tres años. -¿Cual es la música que máR le encanta? -Cualquiera cla!5e de música que no sea "jazz". -¿Su género teatral favorito? -La ópera. -¿Y entre las óperas? -Rigoletto. -¿Le gusta la opereta? ·-Sí, señor. -¿Cual es su músico favorito? -Chopin. ~¿Quién le agrada más. de entre las cantatrices filipinas? -La Fuente•. -¿Ama u:c;ted· los deportes? -El baile. -¿Y las flores? -Mucho. -¿Y lo~ "pájaros? -Nada. ¡Claro! ¡Rivalidad! .L¿Después de la música, cual es su arte favorito? -La poesía. -¿En que sueña usted? -En un viaje. -¿Lareo? -Europa. -¿Y de Europa? l i i 1 ~ 1 1 1 111 1 1 1 1 1 1 1 t 11 11 l • 1 • l -Milan. -¿Para cantar? ¿Para trabajar? -Para aprender. -Piensa usted dedicarse alguna vez a la enseñanza? -Sí, señor. Hace quince, veinte días acaso que en uno de los conciertos de "amateurs" de la. "Radio", nos sorprendió, como a todo el mundo, la voz incomparable de Carolina Ortiz, y fué venturosa alegría para todos el que los DireCtores de la Compañía, rendidos ante el mérito superbo de la . artista1 la ropran que tomara parte en sus conciertos. Desde entonces tenemos, en la ·bruñida cajita de madera encerrado al ruiseñor. No vemos, no, su cara redonda y blanca como un nardo; -ni sus grandes ojos azules, como dos zBfiros; ríi su boca colorada como las gumamelas; ni su m~lena cor.ta, rizada y dorada como la de un· p&je de la Corte del Rey Sol! . . . Pero, oímos su voz, su dulce voz que pai·ece de plata y cristal, y de luna y de beso de amor y esto nos consuela y es bas· tante para hacernos olvidar en· un minuto las trist .. impiedades de la vida. ¡Y softar! JESÚS D.ALMOBI. ~ l -¡ 1 ' 1 1 1 1 1 1 - 1 ' 1 t ' 1 1 t (• 1 1 • 1 1