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- Diciembre ESTUDIO 22, 1923 t UENO. Todo tiene en esta aperreada vida su legua de mal camino, pero también es · cierto que hasta los más estériles Z[Lrzales producen alguna marica para nuestra satisfacción. Es decir, que si nunca llueve a gusto de todos, alguna vez amanece nublado para contentamiento del más gruñón. El trabajo del periodista católico, por ejemplo, lleva anejas penalidades sin cuento, las cuales no se palpan desde las comodidades del tendido, sino allá abajo en el redondel. Pero suele tener, aunque sólo de Pascuas a Ramos, algunos consuelillos tan "jondos", que compensan comunmente aun de tejas abajo las contrariedades de la corrida. Y así vamos tirando. Porque si el tomar la alternativa no proporcionara beneficio, yá habría pasado a la historia el arte de Cúchares. Y si el trabajar por la causa Católica no acarreara ciertos desquites a cambio de incontables disgustos, ¿quién se ofrecería a escribir en defensa de la religión? Acabamos de experimentar una de estas aleyi-ías ¡¡ nos la ha proporcionado el mismísimo renepado ilocano el ex-cura Aglipay. No se quejará el "obispillo de comedia" de que le escatimamos los títulos honorarios u honoríficos, como se quejó el Honorable Señor Sotto cuando le llamabamos Sotto a secas, más por aho. rrar tinta y espacio que movidos de envidia hacia su "honorabilidad". El apóstata Aglipay ha dado una demostración campanuda de la verdad encerrada en uno de los últimos emparedados. Y esto de que un adversario tan manifiesto venga a confirmar nuestras aserciones es motivo suficiente para arrojar la gorra al aire y enviar a la torre al sacristán. Comentábamos la badajada de "The Independi~nt" al armar de CUARTEROLAS a los agentes del orden, los cuales se propusieron apaciguar a dos Senadores a fuerza de vino. Y en nuestro deseo de interpretar favorablemente esa necedad de calibre descomunal, antojósenos un sistema de represión a base de jugo de cepas. Cosa, al parecer, muy natural. Yá que pasamos la vida a tragos, cuanto mis espí1itu tuvieren, tanto mejor. Todo ello no tenía mayor alcance que el de una mera teoría de nuestra invención. Y como tal la entregamos al recto juicio del lector. Pero resulta que el ex-cura Aglipay debe de opinar del mismo modo. Y verán VV. que no lo decimos sin nuestra cuenta y razón. El renegado ilocano ha hecho un viaje a la capital del azúcar y, según la prensa (que si no todo lo sabe, todo lo dice), llevaba el propósito de visitar su rebaño y de hacer política. Han de saber nuestros leyentes que Aglipay es colectivista. Lo cual es un chiste. Y lo diremos por qué. Un hombre que se ha alzado con el santo y la limosna, y se moteja de "Obispo Máximo", y corta el bacalao en su ridícula secta, y manda a sus pari-paris a puntapies (no es figura retórica, mas pura reaJidad), y no aguanta ancas de nadie en el gobierno de su mesnada, debiera pertenecer a un partido zarista y esencialmente unipersonal. Pues, bien. Ese cura apóstata se afilió al Colectivismo. Como el Honorable Señor Don Vicente Sotto, tan amigo de títulos y dignidades, se metió a Demócrata. Cuestión de conveniencia. Socialistas hay que predican la "comunidad de bienes", y gastan coche, y disfrutan de los placeres de la mesa, y moran en palacios, !J derrochan un capital. .. El ex-cura Aglipay ha dado una vueltecita por Jloilo, con miras político-pastoriles. Vol. II. -8- Núm. 51 Diciembre ESTUDIO 22, 1923 A bord-0 del vapor que le condujo a la corte panayana se encontró por ventura con algunos personajes muy conocidos en aquella población. Como a tales caballeros correspondía, sirvióse a la mesa vino generoso a discreción y acaso no fué tanta la de ciertos comensales que les pusiera a salvo de empinar. Es el caso que, según los diarios, la mar debía, de estar algo alterada, porque el ex-cura Aglipay se mareó. . . Es decir, dicen los periódicos que se envinó . .. Nosotros, es claro, no queríamos creerlo. Mas como nos lo hayan asegurado algunos compañeros de viaje, jurando sobre los dedos puestos en cruz, nos vemos precisados a prestar fe a la declaración. Entre ellos se cuenta un aglipayano, el cual confiesa haberse, llevado tan recio vergonzón al i·er a su señor tan "espiritualizado", que ha decidido no volverle a hablar. Dicen que las predilecciones del apóstata ilocano son para el coñac "Fundador". Ante una botella de dicha marca tarda muy poco el renegado en perder la serenidad. Llega a tanto su afición al insuperable Domecq que se le ha metido en la mollera la extraña manía de usar de dicho nombre para distintivo de su personalidad. Y al igual que Sotto ea:ige que le llamen "Honorable Señor" (y nosotros le damos por el gusto), quiere Gregorio Aglipay que todos le llamen "Fundador". Bueno, hombre, bueno. Total, tan "honorablB seiior" es Sotto, como Aglipay es "fundador". Pero puesto que uno y otro se emperran en ostentar su sendo mote, no tenemos inconveniente en halagar con semejante golpe de incensario su ridícula vanidad. Como uno de los interlocutores ilongos le hitbiese llamado en el curso de la conversación "Padre Aglipay", revolvióse cual serpiente a quien de improviso pisan el rabo y exclamó. "No soy Padre Aglipay. Yo soy obispo y fundador de la Iglesia Filipina. Si yo fuera un blanco V. me llamaría Obispo, pero como soy filipino V. me llama Padre. Uste debería llamarme Obispo Aglipay". ¡Renegado digno de compasión que andas mendigando un titulillo, como si al vestirse de seda dejara la mona de ser mona, si antes de cubrirse mona era! . .. ¡Cómico personaje de teatro que has llegado a confundir la ficción con la realidad, y te figuras un mitrado por que luces faja morada y cruz pectoral! ¡Desgraciado Aglipay que renunciaste al honroso puesto de Sacerdote Católico para alzarte en cabecilla de nueva secta y quedaste al cabo como el murciélago, que ni es pájaro ni es ratón! . .. ¡Ni eres obispo . .. ni eres cura . .. ni eres ná !. . . Es decir, eres algo: el hazmerreír de cuantos se enteran de tus payasadas cismáticas . .. de tu impotente rebelión . .. Allá por los días de Napoleón Bonaparte hubo muchos que sentaron plaza de "fundadores" de religiones "naturales". El Primer Consul llegó a cansarse de tanta comedia y suprimió todas ellas de un plumazo en los albores del siglo XIX. Uno de los mis fervientes innovadores, Larérelliere-Lepeaux, quejóse al corso de aquella medida radical y el futuro vencedor de Austerlitz le atajó con respuesta digna de su talento. "Si queréis fundar una religión, le vino a decir, no tenéis sino haceros crucificar el viernes y salir resucitado del sepulcro el domingo inmediato". Receta segura. Si el ex-cura Aglipay sueña con ganarse el título de "Fundador" de una religión, no le basta con mostrar afición al coñac ... "idem", el mejor de la Casa Domecq. Le es indispensable dejarse clavar en cruz, aunque no sea en viernes, y, muerto yá y sepultado, resucitar después cualquiera de los días de la semana. Nos es indiferente. Manos a la obra. Si para ello ha menester de ejecutores, nos ofrecemos voluntariamente y sin retribución, en nuestro deseo de prestarle alguna utilidad. Prometemos ser mis humanos que los judíos. Y si acaso colgado yá del palo nos pidiere de beber, en vez de hiel y vinagre, le serviremos ... coñac "fundador". No podrá quejarse. Cortamos de "La Prensa" de Iloilo: "Muchos conocidos aglipayanos que estuvieron en el "Vizcaya" se sintieron molestados cuando supieron que el Obispo Máximo estaba alegre en público con motivo del vino". Los tales son demasiado intrnnsigentes. Hasta el zancarrón de Mahoma permitía a los secuaces del Corán saborear las exquisiteces del vino de lsmidt. Unico consentido al mahometano. Vol. II. - 9 - Núm. 51 Diciembre ESTUDIO 22, 1923 No puede obligarse el apóstata ilocano a vivir bajo el régimen despótico de la "ley seca", y justo es que disfrute de la libertad de beber. Y supuesto que haya de beber, muy plausible es que prefiera un legítimo coñac al anís del chino. Tampoco nosotros vacilaríamos en la elección. De ahí las simpatías del "obispillo" por el "fundador". Y, es claro, eso de "Fundador" a cualquiera le pone calamocano... Estado de bullente alegría "espiritual". No tienen, pues, por qué quejarse en esto los aglipayanos de su digno "pastor". Desde edad temprana sintió él marcada devoción a "Cepas", uno de los doce Apóstoles del Nazareno. Hay gente de buen humor. Y cuando les sopla la vena son capaces de tomar el pelo a un bolo de barandado. Ejemplo de ello el Honorable Diputado por e! Segundo Distrito de Cebú. No precisamente ejemplo de buen humor, ni aun siquiera de bolo de barandado, sino de ciudadano a quien han tomado el pelo estos días a más y mejor. Los Demócratas andan al presente buscándose una cabeza. Tarea muy honrada y digna de todo elogio en tiempo en que las cabezas escasean. Aun allá anduvo el bueno de Diógenes linteraa en mano por las plazas de Atenas a la busca de alguna y al cabo no la halló. Pues, bien. El partido demócrata se ha entregado a la estéril tarea del filósofo cínico. Y algún pícaro, que nunca suele faltar en las encrucijadas políticas, ha apuntado al Honorable Señor don Vicente Sotto, Diputado por el SeJundo Distrito de Cebú. Nosotros, es natural, lo hemos tomado a risa. Y para que no nos tachen de ligeros, daremos la razón de nuestra hilaridad. · La primera porque no habrá en todo el Archipiélago Magallánico individuo que haya arrojado sobre dicho partido tanto lodo como el Honorable Seño1· don Vicente Sotto. No tienen los leyentes sino recorrer a salto de mata la colección y descubrirán bien pronto los fundamentos de esta afirmación. ¡Cuánta basura no ha lanzado "The Independent" conti·a los elementos más prominentes de dicha agrupación! Y digan los lectores si no haría reir al quicio de una puerta ver al actual Honorable Diputado por el Segundo Distrito de Cebú en la Presidencia del partido de la oposición. La segunda porque entre los Demócratas hay afiliados veteranos de mérito indiscutible que ocuparían ese puesto con mayor provecho de la comunidad. ¿En qué coyuntura demostró el Honorable Seiior Don Vicente Sotto sus cualidades para el manejo de un partido político? ¿Cuándo hizo otra cosa sino roer el asiento a las personas constituidas en autoridad? ¿Qué ayuda puede esperar de los demás polí~icos quien tan injustamente los trató? La tercera . .. ¡Ah! la tercera peor es menealla . .. Este mundo es una comedia. Aglipay, el cura apóstata, empeñado en que b llamen todos "Fundador". Sotto, tan adversario de la "democracia" que se queja de ver :>u nombre desnudo de la "honorabilidad" consiguiente al cargo de Diputado, a3pirando a la "Jefatura" del partido Demócrata. Vol. 11. No es para menos de tomarlo a-risa. ¡REPULSIÓN JUST1SIMA! RóXIMO ya el nacimiento ·i del Rey de Cielos y Tierra, ~ agitóse, de contento, cuanto en los mismos se encierra. Para honrar, cual convenía, a la EXCELSA MAJESTAD, aportó lo que podía cada cual, en su lealtad. Con las más variadas gentes, las pesquisas aduaneras se mostraron indulgentes. ¡ Tan sólo fueron severas con ligarzas indecentes del señor TIO TIJERAS! SAN. T~X~º~·~~~~~~~~~~~~~10 - Núm. 51
- Date
- 1923