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Diciembre Son yá muchos los que nos preguntan acerca de la licitud de acudfr al "Opera H ouse" cuando acaso pusieren en escena el drmna de Alejandro Dumas, hijo, titulado "La Dama de Uts Camelias". Y aunqu,,e yá en una de las noches pasadas se 1·epresentó dicha obra, como nos hayan asegurado estar en programa para una de las "matinées" venideras, queremos aprovechar esta ocasión y satisfacer la justa curiosidad de algunos de los l.ectores de ESTUDIO. Alejandro Dumas, hijo natural del autor de "Los tres Mosqueteros", consiguió penetrar en el mundo de la celebridad mediante la publicación de dos novelas: "Dantes aux Camélias" y ''Dian,e de Lys". Transformólas él mismo andando el tiempo en dramas y fueron representados con éxito aceptable, lo cual determinó la vocación de Dumas que se entregó de lleno a tas tablas, abandonando casi de todo en todo ,el género de la novela. La Iglesia Católica tiene una recopilación de obras cuya lectw·a está vedada al común de los fieles y es conocida con el nombre de "Indice". Siendo iritposible encerrar en él todas las producciones pel.igrosas para los Católicos, se limita a cataloga1· los autores de cierto prestigio literario o científico y establece para la morralla de pendolistas algunos principios genzrales, s~gún los cuales podrá un moralista o un legisperito decidir (aunque en muchos casos se dividirán las opiniones) si la prohibición alcanza a tal o cual escrito o si deja de alcanzar. E( mismo dec,.eto de la Congregación, que data del afio 1863, llevó al "Indice" a los dos Dumas, padre e hijo, al primero po1· sus tendencias protestantes, al segundo por sus ideas sobre el divorcio y el amor lib1·e y a ambos por sus novelas pasionales. Pero la Iglesia no prohib.e la lectura de todo cuanto salió de la pluma de esos dos e.i::critores franceses, mas se limita a anatematizar determinado grupo de composiciones que pudieran comp,·enderse en .el nombre genérico dz "novelas de amor", a las cuales dedica esta expresión latina: "OMNES FABUL/E AMATORI/E". Y aquí finca la dificultad. ¿Han d9 incluirse en este apelativo todas las novelas del auto1·? ¿O quedan a salmo aquellas donde por v,entura se mantuvo el escritor dentro de los límites recomendados por l~ moralidad, o si quizá los rebasó fué solamente de paso y no asiento? ¿Y qué se ha de entender de las c1:t?acio11es teatrales de quien apaVol. 11. ESTUDIO rece en el "Indice" con el veto arriba transcrito? ¿A qué carta quedamos con "La Dania de las Camelias"? Cuando queda un autor estigmatizado en e[, "Indice" con la sentencia "Om11,es fabulre amatorire", como Alejandro Dumas, vadre e hijo, no por ello resultan prohibidas todas sus novelas, sino únicamente las de 11 amoJ' impuro", donde se contuvieren relatos foruialmente obscenos. De consigui,ente, todas aquellas otras en las cuales faltare ese requisito para incurrir en la condena, caen fuera del alcance de esa ley positiva y d.ebe juzgárselas de acuerdo con los dictados de la ley natural. Por ejemplo, podrían leerse con las debidas cautelas (porque recomendarlas no lo haremos nunca) "El collar de la Reina", "Eb conde de Jltontecristo" y "Los tres J\l/osquet.eros" de Dumas, padre, la última de las cuales alcanzó tanta resonancia en Manila cuando, reducida a pzlícula, la sirvieron, una tra.s otra, todos los Cines de la ciudad. En cambio, no es lícito a ningún Católico entregarse a la lectum de la NOl'ELA de Dumas, hijo, "La Dama de ias Camf![ias", porque su fondo está constituído po1· amor "impuro" y abundan en ella nmTaciones obscenas, donde descansa vrecisamente el motivo de la prohibición. Y quien lo contrario hiciere quebranta un precepto grave de la Iglesia e incurre en pecado mortal. Y si la novela está prohibida, ¿qué decir del drama representado dfos pasados en el Overa H ouse? Al drama de Alejandro Dumas, hijo, titulado "La Da,ma de l·as Camelia.~" no le alcanza el anatema diel "Indice", vorque en el concepto <IOmnes fabulae amatorire" no están comprendidas las comed-ias, ni las obras dramáticas, ni las Narraciones de Viajes y demás composiciones análogas. De donde puede la Compa1iía ponerlo en esc,'3JW- y pueden los expzctadores acudir a la representación sin temor de conculcar ninguna disposición de la Iglesia Católica. A pesar de lo dicho, recomendaríamos a los padres de familia gran cautela en p.ermitir a sus hijos llegarse al teatro cuando se diere "La Dama de las Camelias", porque toda la trama se 'Va desan·ollando en un ambiente de amancebamientos y la casi totalidad de sus personajes .está formada de homb1·es sin decoro, a cuya liviandad no le queda siquiera el atenuante del amor, y de mujeres sin pudor que han hecho un oficio de la vida de placer. Gracias a Dios, la Compañ·ía BovéTorn.e?' está demostrando se1· la más sensata de cuantas hasta el presente -13 - 22, 1923 han visitado la Sultana del Pasig y nos consta que se hallan dispuestos a retirar del programa cualquier obra ofensiva a los sentimientos religiosos de la mayoría. Y puesto que vienen prestando oido dócil a las insinuaciones del público, vamos a permitirnos ei lujo de dirigirles una preguntita: Si pretenden que su actuación en el Opera House sea b.eneficiosa al rico idioma de Castilla, ¿por qué tomar prestado del teatro francés producciones de mérito discutible, cuando a ningún otro del mundo cede la palma el repertorio español? Y conste que juzgdmos desde la talanquera, porque, lengua por Lengua, tan extraña es para nosotros la de Moliere como la de Calderón, aun cuando los designios de la Providencia nos hayan tenido durante siglos en estrecho contncto con el pueblo hispano, circunstancia. a la cual debemos nuestro 1n.l!Zquino conocimiento del espafiol. Y si la imparcialidad de juicio nos pone en ei trance de reconocer la superioridad de la novela francesa, a proclama1· la primacía del esc.ena'rio castellano nos obtigu la misma vara de medir. Suum cuique . .. Q. Q. Rucho. DESDE MI BUTACA. Fecunda en emociones ha sido la semana pasada para los concurrentes al Opera House. Más de una vez hemos oído decfr que muchos acuden solam,ente a la 1·epetición de las obras, creyendo que el estreno de las mismas no haya de satisfacerles. Pero los tales deb,en tener presente que siendo muy rico el repertorio de la Compañia que actúa en el Coliseo de la A venida Rizal, se exponen a q1te no 'pueda dar más de una vez muchas de sus obras, con lo cual quedarán sin saborearlas los aficionados a las r.epeticiones. El 11 del actual se estrenó "La Cartera del Muerto". Dado lo intrincado del argumento, permanece ei ánimo del expectador en no interrunipida tensión nerviosa desde el comienzo hasta la bajada de telón. Todo gira en derredor de un crimen pueblerino. No que1:emos exponerlo al detalle porque estamos seguros que volv.erá a figw·ar de nuevo en el cartel. Fué muy del agrado del público y en ella se movieron a la altura de siempre las imprescindibles figuras de la Compañía: Laura Bové y Luis Torner. El jueves pusieron en escena "Adiós Juventud", obrita traducida del italiano. Sus protagonistas son dos estu. diantes enamoriscados y es una pinceNúm. 51 Diciembre lada arrancada de la realidad. Satu1·ada de sensaciones íntimas, impresionó hondamente a la multitud. Qué más podían apetece1· los acto1·es? Laura Bové ,estuvo encantadora en su papel de Juanita o Nina y el público supo premiar la labor con sus demostraciones de agrado. Los demás muy en lo justo, sobresaUendo Antonio Cardona que, gracias a su aplicación, va ganando las simpcitias de los amantes del teatro. El sábado se representó "La Loca Aventura", traducida del francés. Aunque el motivo de la piececita es muy vulgar y el intróito resultó algo "parado", a medida que fué adelantcmdo la r,epresentación se caldeó la atmósfem y eL final dejó satisfechos a los concurrentes. Una vez más enviamos nuestro aplauso n la Compañía BovéESTUDIO Torne1· que viene trabajando tan bien. Montángelo. PROGRAMA. Para la semana entrante se anuncia la repetición de "La Mala Ley", "La Loca Aventura", "La Dama de las Camelias" y "Raffles", sobre las cuales sabe yá a. qué atenerse el sensato lecfo». También se asegura el esfreno de "La Com,edia del Honor" y "Toda unn Jl;/ujer". El primero es un drama íntimo escrito en colaboración por Maristany y Golobardas. Unn preciosidad. Fracturas hay que no admiten compostura, JJCro la que aplican los ciutores a la calaverada de un muchacho y en la forma que lo hacen resulta de efecto ,encantador. La penúltima escena 22, .1923 representada por Laura Bové y Luis Torner habrá de resultar admirable y en labios de Laura adquirirá las vibraciones de la hoja de un puñal esta sentencia: "Los padres no los hacen las leyes, los hace .el COl·azón". El cuad1·0 está trazado sobre fondo muy comed-ido y tfone un deselance muy moral. La segunda, "Toda una Mujer", es una comedia de Andrés de Prada. De escenas muy rápidas, par,ece el relampagueo de verano en cielo azul. Es una demostración muy natural de lo que puede una mujer. Pero al mismo tiempo es una prueba de que no impunem/mte se juega con el fuego. Que por algo la ma>"iposa acaba siempre por chamuscarse las alas en la llama a cuyo derredor ejecuta sus caprichosas revoluciones. Q. Q. R. ~~~~~~<4"';<().-<f;..t',•".,...,,+-,..~~.,_,...,.,..+;.~...... ~~...-,~~~ ..... ,,,__.,..,,___,o:'", ~~~~ 1 El Milagro del Convento 1 1 (FINAL) ~~~,~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ • poco más nos queda• • mos en medio del cal" mino! Cuentan de un paisano mío que habiendo de embarcarcarse le preguntaron qué haría si el buque se iba a pique y él respondió muy serio: "Pus quedarme en pique". Y algo semejante temí, no sin razón, me sucediera a mí; quedarme sin terminar esta "verídica Historia" del convento laico de Creteil. Comencela creyendo que la terminaría en un par de artículos y extendiendo y estirando la cuerda ha dado de sí para una docena. Gracias sean dadas a Dios; hoy pondremos el punto final. Decíamos antes que "cuando llegó el invierno" y con el invierno la nieve y el fria, como hubiera poca ropa con que calentarse 11 menos alimento con que alimentar la máquina, comenzó el dispersit general y los monjes laicos, que se habían de por vida consagrado al "culto de las musas", dejando burladas a sus "aéreas"' y "glaucas" deidades. Cuando yá casi todos se hubieron marchado en busca del pan de cada día y de la ropa necesaria para dar calor a sus cuerpos ateridos, huyendo de la miseria material y moral de la abadía, "mandando a la porra" sus ensueíios de fraternidad, tan dulcemente acariciados, rabiando y maldiciendo y renegando de los principios de la fe comun, los tres más idealistas, decidieron trasladar a París la imprenta, para seVol. 11. guir trabajando juntos y para tratar de reedificar el monasterio falansteriano en las inmediaciones de la Sorbona. Este parrafillo bien merece que el lector se fije en él; aunque no va entre comillas, es en su mayor parte de Gómez Carillo, quien ciertamente no es ningún santo, ni mártir ni virgen. Tiene mucha miga filosófica y bien podría servir de meditación para más de uno de los católicos de Filipinas. A un a trueque de no poder hoy poner el punto final y de tener que alargarnos un par de meses más en esta Verídica Historia, 'Vamos nosotros a sacarle la miga; o lo que es igual y para que suene mejor; vamos a hacer un poco de filosofía de esa Historia. Tiene un servidor de los lectores, y no es cuento sino historia, un amigo, al que más bien pudiera llamar maestro dada su e1·periencia y su edad, que cuando me comunica alguna noticia de importancia-y cuidado que da noticias importantes-me dice "Sácale ahora tú la miga". Veamos si al parrafillo de Gómez Carrillo le sacamos también la miga. Unos cuantos jóvenes literatos y artistas de esos que maldicen en sus novelas y en sus escritores de los frailes y de las monjas, a los que cuelgan toda clase de sambenitos y de pecados, se congregan llevados del entusiasmo y de la fraternidad. Una fe comun los une, al parecer con lazos irrom-14pibles; no la fe en algo sobrenatural del cual se ríen y mofan, sino del arte y de sus adelantos 11 progresos. Llega el tiempo de la prueba, el tiempo del sufrimiento, el frío y el hambre y cada cual se marcha por su lado. "Huyen de la miseria materíal y moral, desinteresándose dé los sueíios de fraternidad tan dulcemente acariciados, renegando de los principio de la fe común". Se pregunta: ¿Esos frailes tan egoístas y tan malos de que nos hablan los novelistas "cumbres" encenagados en toda clase de excesos grastronómicos y lujuriosos no se han visto también y con frecuencia en trances parecidos a los en que se vieron los monjes de Creteil? ¿Esos frailes tan injuriados y tan despreciados ¿no se han visto nunca fustigados por el azote terrible del hambre y del fria? No hay sino leer las Historia.~ de las órdenes religiosas para dai· respuesta cumplida a esa pregunta. Conventos de frailes y de monjas ha habido y hay tan pobres y donde cuanto significa comodidad anda tan lejos que no parecen sino moradas donde habita la pobreza 11 la miseria. Los miembros de las comunidades religiosas, llamadas de frailes, no solo tienen que vivir muchas veces pobre y míseramente, sino que voluntari.a y premeditadamente hacen promesa, sancionada y confirmada con voto solemne de vivir en la más estrecha pobreza. Tan lejos están de abanNúm. 51
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1923
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