Alas de hormiga

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Part of Estudio

Title
Alas de hormiga
Language
Spanish
Year
1924
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Febrero ESTUDIO 9, 1924 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ..... ~~~'th~~"'>~~~~ ~ o ALAS DE HORMIGA e ~ ~ ~ ~~~~~~~~~~~~~~..,.~~~~" • .,~~c;-~~f.>.~~;~.._~~~~~~ ... ~~~~~,~~>~~~~ .} ·t Tío Pupa había sido un hombre feliz en cuanto cabe serlo en este pícaro mundo; tenía muy productivas heredades que le daban más que lo suficiente para cultivarlas y administrarlas por manos mercenarias sin encallecerse las manos ni derretirse los sesos, quedándole un buen margen para habitar, comer y beber a su gusto con su familia, reducida a su mujer pacífica y metida en carnes, y a un sobrino, huérfano, pero despabilado muchacho que le hacía en el aire todos los recados de menor importancia. Emple_aba casi todo su tiempo disponible en visitar sus fincas y ganados, más por distracción que por codicia y no gastaba otro lujo que el de fumarse tres cigarrillos al día, de tagarnina picada, y encendidos con chisquero de yesca, eslabón y pedernal. Sabía leer y escribir, pero lo usaba muy poco, limitando su primera habilidad a deletrear en las veladas de las noches largas de invierno en la Historia de Carlo Magno y los Doce Pares de Francia y en la de Los Siete Sabios de Roma. Tenía también el Flos Sanctorurn, pero éste lo hacía leer para todos a su sobrino por el orden cronológico. No ambicionaba más dichas ni grandezas, ni las creía asequibles en el mundo, ni apetecibles siquiera. Pero acertaron a llegar al pueblo un par de indianos elegantísimos de trajes y cargados de leontinas que parecían de oro y de sortijas con vidrios que parecían diamantes. InstalárGnse allí, por de pronto, con el mayor boato que pudieron desplegar. E-:hábanselas de hombres de luces, y trataron muy hábil respetuosa y cortesmente de hacer a su puebio adoptivo participante de las prosperidades de la novísima civilización. Fueron poco a poco engatusando a los pudientes del pueblo con deslumbradores proyectos, y el último que cayó en el garlito, pero que cayó al fin, fué el tío Pupa, que se dejó sorber los sesos por entero. En el pueblo había grandes capitales, pero eran capitales muertos: había que ponerlos pronto en movimiento abriendo paso a la industria con lo cual llegarían a vivir como caballeros los que hasta entonces habían vivido como gañanes debiendo aspirar a mayores comodidades y esplendores. Imponíase acopiar caudales para una copiosa explotación de remolacha y una pañería que iba a dar la hora, decuplicando en cada año los caudales invertidos. Para ello se debía empezar por abrir abundantes canales de riego y un copioso salto de agua para obtener la energía que había de dar movimiento a la maquinaria de las dos fábricas de azúcar y de paños que en breve se instalarían con todas las de la ley. Por aclama-:ión y para acabar de deslumbrarlo, fué el tío Pupa, como el más acaudalado y principal accionista de la sociedad industrial que se condecoró con el título o Razón social de "LA GRAN PUPA DEL SIGLO". Se rnalvendieron los bosques y ganados; se bipotecaron fincas y se desenterraron algunas ollas de onzas de oro allegadas en varias generaciones y no se tardó en roner en manos de los advenedi?:OS un capital envidiable. ¡Para lo que había de tardar en decuplicarse ... ! Y efectivamente, tan pronto como los dos indianos se apoderaron de tan saneado peculio, con pretexto de ir a depositarlo en un Banco sucursal de la cabeza de la Provincia, se largaron con él a las Indias para gastarlo en beber, en jugar y en arrastrarse en automóviles pagaderos a plazo. Es pueblo quedó todo patas arriba, como es de suponer: la mujer del tío Pupa tuvo que meterse a cardadora y lavandera; el sobrino se fué a servir al Rey, y el tío Pupa tuvo a gran fortuna ser admitido en calidad de mayordomo del que lo había sido suyo y que, pretextando pobreza, se había librado de caer en el garlito de los estafadores indianos. No era, sin embargo, sino muy rico, y a que decir que trató al tío Pupa con todo género de consideraciones. hasta que un día le vino la derecha y se puso a morir. No tenía herederos forzosos, y de convenio con su confesor, dejó por heredero universal al tío Pupa, a cuyas expensas se habfa enriquecido y murió en la paz de Dios. Con lo que "volvieron las aguas por do solían ir". Al cabo de algún tiempo volvieron otros industriales a tantearle los bolsillos para construir unas aceñas de Yapor; pero el tío Pupa los despachó de contado con estas palabras: -"¡A otro perro con ese hueso. Pupa me llaman por mote y el primero que me lo puso debía de t,.ner espíritu de profecía. Una vez por todas me han hecho Pupa, mucha pupa, pero no me la volverán a hacer, que en por algo se diio: "¡En mal hora le nacieron alas a la hormiga!" BERNARDO PERFECTO. Ovando, 24 de Enero de 1924. {.9}----~---~------------- ----~-----Q ! CAVANNA, ABOITIZ & AGAN 1 ABOGADOS 1 Roxas Bldg. N.o 212 Tel. 572 '.!)----------- ••••••• ·@ Vol. III 15 - Núm. 58