Los erechos de Expaña
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Part of Estudio
- Title
- Los erechos de Expaña
- Language
- Spanish
- Year
- 1924
- Fulltext
- Julio ESTUDIO 26, 1924 ~~: ~ VERA de mal hijo dejar pasar la -<\1)-: - :<t»- fiesta de su madre sin dirigirla .:f~ · t i ¡~ una mirada y sin cantarla una ~ : endecha. Es cierto que la han~ : <lera roja y gualda fué há tiemJ- : .... ······:: ~ po arriada en la fortaleza de 'iNl~J.;¡t?f Santiago, para ser _sustituida por ~·~~ra: otra, la de las franJas y estrellas. ·*· Mas en el corazón de todo filipino, junto al sitial donde se sienta la matrona nimbada con el sol y coronada de tres fulgentes estrellas, hay siempre dispuesto y preparado otro, para que en él se siente la nobilísima matrona cuyos pechos amamantaron a veinte pueblos, sin perder el vigor y la fortaleza. Desapareció la soberanía española, porque los filipinos creíamos haber llegado ya a la madurez de la juventud, y nos sentíamos lo suficientemente · fuertes y adiestrados en las necesidades y menesteres de la vida de pueblo civilizado, que creimos era ya tiempo de cortar las amarras que a la nación española nos unían. Pero después de la separación y cuando la lluvia de sangre cesó, brotó de nuevo el árbol santo del amor y del cariño y a no tardar brotaron frescas y lozanas las flores rojas del más acendrado cariño. ¡Santiago! Nomb1·e bendito en !;:!l cual, como en precioso cofre, están encerradas todas las esencias y los perfumes todos del alma hispana, con sus rasgos heróicos y sus hazañas prodigiosas. ¡Santiago! Al conjuro mágico de ese nombre las espadas españolas se fueron abriendo paso, desde Covadonga y la cueva de San Juan hasta Murcia y Granada, dejando a su paso por los campos de Castilla y de Aragon regueros de sangre que se mezdan y entrelazan hasta formar caudaloso río, bordeado de laureles, en las Navas de Tolosa, desbordándose más tarde y regando toda la península, hasta que el genio de una mujer gigante y un rey sin igual, Isabel y Fernando, encauzan sus aguas y las llevan hasta la vega granadina, para besar con trasportes de amor y ansias de conquish la ciudad fantástica, que más parece el ensueño y delirio de un enfermo que una realidad plasmada. Al pié de los muros granadinos y alzando su frente para mirar a la Alhambra se funde el alma española y las dos monarquías quedan convertidas en una, la Española. Vencida la resistencia mora las aguas sangrientas y gloriosas de ese río se precipitan, por el puerto de Palos y de Santa María, en el ma /·e nostrum y siguiendo la estela, que marcaran las Vol. IV . -5 carabelas de Colón, van recorriendo el Atlántico y arrancando del fondo de _los mares islas y continentes. Núñez de Balboa monta en brioso CÜ'rcel y creyendo que aún no basta para el engrandecimiento de su patria el ser señora de dos mundos y de dos mares, el Mediterráneo y el Atlántico, adéntrase por el estrecho de Panamá y llega hasta el Pacífico. Pica de espuelas al brioso alazán y lo mete en las revueltas aguas del recien descubierto océano y toma de él posesión en nombre del rey de las Españas. Fernando de Magallanes no se contenta con que España posea dos mares separados por una, aunque sea pequeña, lengua de tierra; quiere que el río de sangre generosa cuyas fuentes y or~genes ~stán junto al Auseba y al Aragón, se mezcle con todos los mares y llegue a todas las playas; y valeroso y decidido se adentra por el estrecho de su nombre, que nadie antes que él conocía y enfila sus carabelas Pacífico adelante, hasta que llega a las playas hospitalarias de estas dichosas Filipinas. Y las plavas de Mactan quedan enrojecidas con la sangre hispana de aquel héroe, y junto a esa nueva corriente de sangre generosa crecen nuevos laureles. Seb'lstián del Cano no quiere que la noble matrona, cuyo trono de gloria y de proezas se a_lza junto al Pisuerga, ignore que su frente va a ser ceñida con nuevos laureles brotados al calor de la sangre de sus hijos y emprende la vuelta a casa y hace que aquel río de sangre hirviente y roja dé la vuelta con él y rodee al mundo, después de haber visitado todas las playas y corrido por todos los mares. €ien años más tarde a la mesa espiritual de la gloriosa madre, en toda la plenitud de su poder y de su gloria, se sientan veinte hijas llenas a su vez de vida y fuerza. Los pueblos que conquistaron Cortés y Pizarro, Magallanes y Legazpi y tantos y tan valerosos capitanes, cuyas hazañas eclip- · san las de los antiguos héroes y dioses mitológicos, han entrado por las vias de la civilización y del progreso. Y en Lima y México, en Sta. Fe y Manila, en todas las partes donde posaron su planta los guerreros y misioneros de España han brotado centros de cultura, universidades y academias, imprentas y librerías. ·Y mientras España esfaba empeñada en obra tan gigantesca de civilización y de cultura; mientras propagaba las doctrinas salvadoras de Jesús y enseñaba a cien tribus y pueblos las sublimes sentencias del Evangelio; mientras sus misioneros. Núm. 82 Julio ESTUDIO 26, 1924 virreyes y ministros se enforzaban en dar a aquellas razas nuevas las viejas y salvadoras i_deas de la civilización, un pueblo envidioso movía a todas las naciones de Europa contra el gran Carlos V. Los tercios españoles tienen que recorrer to~ dos los pueblos de Europa, luchando siempre y abatiendo por doquier la soberbia francesa y protestante, aue no quiere reconocer lo que la mano de Dios ha decretado. quieren arrebatarle. Escritores extranjeros quie~ ren que las naciones nacidas a)a vidá, gracias al esfuerzo de España y de nadie ·más q~e- de España sean conocidas con el título mentiroso y falaz de Na dones Latino-Americanas, sustituyéndolo por el de Hispano-Americanas. Y nosotros los que un día fuimos sus hijos, ¿no lucharemos sin descanso par.1 que nada ni nadie sea capaz de robar a España lo que de justicia le corresponde? Hoy esa misma España se ve triste y abatida, aunque no humillada. Sus enemigos de ayer, aqnellos a quienes hizo morder el polvo de la más tremenda derroh en Pavía y en San Quintín, se han ap-0derado de los resortes de la Historia y han formado en derredor de la g-ran nación de otros tiempos, una horrible leyenda, a la que el calificativo de ne.ora, aún le viene corto. Esa España tiene derecho a ser la primera en el amor de los filipinos, porque nos dió la vida rlel espíritu, que es la civilización cristiana. Nos dió su lengua y nos infiltró su genio. España tiene derechc a aue nadie la usurpe el título de Madre de winte naciones, pues únicamente ella fué la que engendró a esas naciones y a eses pueblos, que otros auieren hacer suyos con títulos bastardos. Hasta el timbre más glorioso de su historia JULIAN. í~~~~~~~~~~~~">.-"> ... ~""'·'~-e-'.~"-<>'>~;;..~'·'>'•"'~~".....,.,_",~~; ... .,. .... ,"':. ... ,. ... _..,...,. .... ~<';>~~ ...... ~~'i ¡ ~ ¿EMPRESARIO? ~ i A.-Corre por Manila. No sé si es rerdad, que Don Blas Deb11rla Es el principal De aquel "barrio rofo" Con su capital, Y es el empresario Que abastecerá De ...... . B.-¡Chitón! No sigas. ¡Qué barbal'idad ! A.-P11es aún i.r;noras Más de la mitud Del sucio negocio Tan original. B.--Dime, amigo mío, Un secl'eto tal, Que estoy deseando Saber la 1•erdad, Y enterar al pw1to La prensa loca l. _A.-Sepas más amiqo, Que un sensacional Proyecto, llamado Ley matrimonial, Que editó "El. Comercio" Dos meses atrás, Me han dicho que entraba De lleno en el plan. Para el "barrio rofo" Grnte reclutar. B.-¡ Imposible! amigo .. ¡Ay! ¡Qué atrocidad! . .. A.-Yo ?Jensé lo mismo, Deplorando el mal; Mas di.e: que temiendo Que llegue a faltar El fruto podrido En el lupanar; O que falte leiía Con que alimentar Del incrmdio "rojo" La llama ?..'oraz, Buscó Don Deburla Un medio infernal, Ccn que poder sie1npre La t11rba aumentar De ruines mu,ieres De i·ida inmoral. B.-¡Ah! Ya ·ceo claro Donde i·a a 1)(1_rar El vl.an disf rozado Que intenta Don Blas: Al .fin y a la postre Pretende emvalmnr Su plan corn el "barrio" De inmoralidad. :1.-¡E:•acto! rni amigo; Ni menos ni rnás; Así se munnura De Tondo a Pasay, Que Don Blas Deburla Nos quiere ocultar Que el plan ha fraguado De suministrar Infames mujeres, Que irán a parar Del concubina to Al "barrio" procaz. A. y B.-¡Guerra al Empresario! ¡Guerra a tanto mal! ¡Na die con el crimen Debe tra_ñcar ! P. DE ISLA. l•'•1'••'••'••'••'""''11'1•'••'•l't1•11•u'••'•"••'••'••'u'10•11•u•11•11•11•11•1o't1'"'"'"'l1'u'u'11'u"•'11•11'"'11°u'""''l1'11•1 1•u•u•11•u•u•u•u•u•u•11•u•u•u•u•u•11•11•u•u•u•u•11•.,•1o'U'•1•11•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•1••11•11•14•11•u•u•u• Vol. IV Dr. Miguel de la Concepcion DENTISTA 25 T. Pinpin Tel. 353~ -6 A.M. OPISSO ABOGADO 501-502 Filipinas Bldg. Tel. 802 Núm.·82