Espontaneidad derrotada
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Part of Estudio
- Title
- Espontaneidad derrotada
- Language
- Spanish
- Year
- 1924
- Fulltext
- f-EVISTA f EMANAL J!Jntered as second class matter at the Post-Ofjicc at Jllauilu urn.l~C'l'OH.:-Alejanilro ilr Ahnitiz TEL. 572 A DMIN l~Tl{1\ DUI\ :-llirrutr Agun P. O. UOX 117 Vol. IV. 11 Manila, 27 de Septiembre de 1924. 1\ Num. 91 - -·--·- -----------''Espontaneidad'' derrotada I *: l\ l i~ DMIRA la frescura con que . - n : algunos .escrito~es la~zan sus m ::J !l. afirmac10nes, sm cuidar de t1~¿··~·······i·~ apoyarlas en algo que les J~l~"°~I~ sirva de fundamento. La ta. iirl:°F rea no puede ser más fácil y cómoda ; ya que todo se re· duce a afirmar o negar cuanto les viene en talante, atendiendo a la superficie y desenbarazándose del fondo, con lamentable preterición y desprecio de las más elementales leyes de la lógica, de la investigación y de la experiencia. Pero ese camino no es el que conduce al templo de la ciencia; y los pigmeos vulgarizadores que por él caminan, no tienen derecho ni siquiera a pisar los umbrales, que su sola presencia profanaría. El darwinista Haeckel quiso con su monismo convertir al hombre en simple máquina, resucitando el atomismo antiguo, que cinco siglos antes de nuestra Era tenía libre entrada en las academias griegas. Todo lo redujo, con su compatriota Buchner, a fuerza y materia, dándonos el ateísmo cosmogónico, la geología sin fe y la antropología materialista. Su síntesis acerca de las tres grandes realidades de la filosofía, Dios, el hombre y el mundo, resuélvese en esta fórmula bárbara y demoledora: Dios es un mito, el hombre un mico, y el mundo una fómula de mecánica~· ¡Así habla la falsa ciencia cuando se empeña en prescindir de la Religión y pasarse sin Dios ! Los atrevidos fautores del ateismo materialista admitirán, respecto del origen de la vida, los mayores absurdos, antes c¡uc rendirse a las enseñanzas de la fe católica sobre esa importantísima cuestión. Nada significa para ellos que la verdadera ciencia reconozca: que la vida es relativamente reciente en el mundo, y que ignora cómo principió! Nada pesan tampoco en la balanza de su soberbia los experimentos de la Septiembre. ESTUDIO 27, 1924 biolog_ía, cada vez más en consonancia con ción escapó al ojo del escritor, quien no obslo que el dogma católico enseña acerca de tante se arrogó el derecho de asignar a la la aparición de la vida en el mundo. vida un origen que sólo existía en su oscuro Empeñados en negar lo sobrenatural y magín, imaginándose que el público tragaen eliminar de la creación la acción divina, ría con facilidad las ruedas de molino de tan nos ofrecen un sistema donde todo se afir- disparatadas afirmaciones. ma o niega apriorísticamente, gratuitamen- De hipócrita calificó Mons. Bougaud el te, sin una prueba o razón que merezca los sistema de la generación espontánea. Quiéhonores de tal. rese prescindir de Dios como autor de la Haeckel, dice J. Guibert, pre~enta esta creación y de la vida; y como por otra parte alternativa: "O evolución natural, o crea- · no se atreven ciertos autores a decir con ción sobrenatural; necesario es ele~ir entre estas dos posibilidades. Desechado el monismo, ( 1) no queda más que la hipótesis il'racional de un milagro, de una creación sobrenatural". Lo cual quiere decir: La vida ha comenzado o por generación espontánea, o por creación divina; y como esta segunda hipótesis repugna, por irracional Y anticientífica; luego la vida ha comenzado por generación espontánea. Nótese que el rabioso materialista tiene por anticientífico todo sistema en que la naturaleza, átomos y movimiento, no se explica enteramente por sí misma y por sí sola; ya se trate de la creación primitiva, ya se trate del orden y de la organización. Tal ]JOStulatum, puramente gratuito, supone resueltos todos los problemas que la filosofía trata precisamente de resolver. Es tiemno perdido ex1g1r a esos señores una prueba científica que sirva de puntal a su ruinosa teoría, tan herética como irracional. No saben ofrecernos sino hechos vagos e hipótesis sin solidez. Véase la muestra. "Los cuerpos vivos, escribe Haeckel, han debido formarse químkamente a expensas de los compuestos inorgánicos. Así ha debido aparecer esa sustancia tan compleja que llamamos protoplasma, y que es el lugar material constante de todas las actividades vitales. Las primeras móneras nacieron poi: generación espontánea, procediendo de compuestos inorgánicos". ¡Han debido formarse.. . Ha debido aparecer .. .. 1 i Bonito método de argumentación, y rica mina de pruebas! Por lo visto, la razón de esas f oJ'maciones y de esa apari(1) Cierta unidad motel'ial que en el fondo lo es tcdo, según Haccl:el. Vol. IV -2 franqueza que el mundo no ha tenido principio, y que la materia es eterna, dan un rodeo y acuden al fantasma de esa generación, verdadera panacea para librarse del Dogma. De donde resulta que por no admitir el misterio, admiten el .absurdo; pues quien dice generación espontánea, dice ser que nace d~ sí mismo, sin padre ni madre, sin germen preexistente, sin semillas previas. La materia se desenvuelve por sí misma, y mediante el desarrollo de sus energías, nos dá una serie de seres vivos. Sentado ese falso principio, concluyen de ahí que si han podido nacer de ese modo algunos animálculos, nada hay que se oponga a que el hombre haya nacido de igual manera. Como podrán advertir los lectores, ese sistema, al rechazar la intervención de Dios en el origen de la vida, es opuesto no sólamente a la fe sino también a la razón, pues el Dogma católico enseña que la vida comenzó sobre la tierra por un acto divino de creación, por un acto del Creador. No tenemos inconveniente. en afirmar con el sabio Obispo de Laval, que algunos Doctores católicos admitían, al parecer, en su tiempo ciertos hechos de generación espontánea. Pero nótese bien que jamás les ocurrió admitirlos sin que al mismo tiempo admitiesen la acción divina; y se hubiesen horrorizado a la sola idea de que la materia, exclusivamente considerada y por sus propias fuerzas, pu¡diei:e producir la vida; y más todavía de que de un infusorio se pu-·· diese inferir la generación espontánea de un hombre. Se limitaban a decir que no era absolutamente imposible que Dios, al crear la materia, la hubiese dotado de fuerzas a propósito para producir la vida orgánica. Pero aún abrazando tal hipótesis, Núm. 91 Septiembre ES'l'UDIO 27, 1924 siempre atribuían a Dios el origen de la vida por un acto directo o indirecto de su pode1· creador. Hemos afirmado que la teoría de la generación espontánea, además de oponerse a la fe, es también opuesta la sana razón. La constancia de las leyes naturales a tr~vés de los siglos, leemos en Les Origines, es el fundamento de toda inducción científica. Si las fuerzas pueden cambiar de naturaleza, imposible subir a la ciencia de los hechos pasados por el conocimiento de los hechos presentes. Dánse diferencias de intensidad en la acción de las fuerzas, pero no se da dif erencia de natitraleza. Este principio es la base indispensable de toda ciencia y particularmente de la geología. Producir la vida espontáneamente o no producirla, ¿es mera diferencia de grado en la acción de una fuerza? Si la materia mineral pudo crear la vida antes de ahora, ¿porque ya no es capaz de ern? No cabe objetar que las condiciones físicas no se re_alizan actualmente. Elementos atómicos, humedad, calor, electricidad, todo se halla en actividad. Si la materia no produce la vida; o no la ha producido nunca, o ha cambiado de naturaleza. No hay medio de escapar a esa alternativa. Los más serios y solemnes experimentos han demostrado que la materia no posee virtud alguna creadora; y donde quiera que se han podido sustraer y destruir los gérmenes que se hallan en el agua, en el aire, o en otra sustancia cualquiera, la naturaleza se ha d2mostrado absolutamente estéril. Quatrefages, siguiendo a Pasteur, Flourens, Liebig, Humboldt y otros sabios, resume el estado de la ciencia con estas palabras, que significan la derrota de la espontaneidad: "Consideramos como definitivamente condenada la doctrina de la generación espontánea". JUSTINO. ~~~~~-~~~-~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~~~~~~~r,~r~~~~~~~~~~~<'/;~~~~~ 1 QUAN~~s~E~~L~R1~~n~¡B ILL 1 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~· ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ¿Es ese aquel insolente, que galleaba tan majo, siendo un ogro y espantajo del ciudadano inocente? ¿Por qué se muestra al presente de facultades tan bajo, pues tira por el atajo, para zafarse prudente? ¿A do fueron las bravatas, dispersión de palominos, hiel a personas sensatas? ¡¡¡Le ha tundido niuy de veras del "COMERCIO" el "de los Trinos" al collón TIO TIJERAS!!! SAN. TXO. 1•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•u•10•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11• u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11 111 111111•11•11•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11• .. •11'"'11•11•11•11•11•11•1••11•11•• ' ' ' A. DI. OPISSO ABOGADO 1501-502 Filipinas Bldg. : Tel. 802 •11•u•u•11•11 111 111•11•u•u•u•u•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•u•u•11•11•u•u•11•u•11•11•11•11•01•11•11•11•11•11•11•1•'• Vol. lV -3Dr. Miguel de la Concepcion DENTISTA 25 T. Pinp'n Te!. 353~ lil cJ Núm. 91