Una carta abierta a la señora (que llamare Safira)

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Part of El Misionero

Title
Una carta abierta a la señora (que llamare Safira)
Language
Spanish
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Abstract
Title translation: An open letter to the lady (who will call Safira)
Fulltext
AÑO V, No. 12 MAYO 1931 Una Carta Abierta a la Señora (que llamaré Safira) que ofreció en la colecta para las misiones un peso de plomo. Digna, rica y 'noble Señora. • A\Y NO era una equivoca'~ ción: V. lo había premeditado, lo había querido, ha dado para las misiones entr.e los pobres Igorrotes un peso falso, y iay! digo yo ... sí, lo repito: iay! de los pobres Igorrotes. Pero tres veces iay! de V. Que no me diga: no es verdad ... Porque lo sé, nobJe Señora ... .lo he visto con mis propios ojos y lo he oido con mis .propios oidos ... Estaba V. buscando y arañando en su ridículo cuando yo mismo, pasando éntre los bancos de la iglesia, me acerqué a su sitio; estaba V. sentada en un cojín de terciopelo ... Estaba V. buscando aquella moneda falsa de un peso y mientras la estaba buscando, V. miraba de soslayo hacia su izquierda, precisamente cuando yo a mi vez estaba mirando de soslayo hacia mi derecha y nuestras miradas se cruzaron ... Y o la espiaba a V. y V. me espiaba a mí. .. Y yo pensaba: aquella señora me echará una moneda falsa, une moneda sin valor; y efectivamente fue así: V. de la mano cerrada dejó caer en la bandeja dinero falso ... porque al caer produjó u11 sonido tan apagado .... tan sordo .. .El sonido de un peso de plomo al caer en una bandeja de madera, Señora, es muy sordo, muy apagado ... Y en aquel momento, V. al percibir aquel sonido tan particular, parecía .espantada .. V. me miraba ... nos miramos mutuamente ... y su cara se colorada ... ~nrojecía .. . RENUEVE SU SUSCRIPClON ENSEGUIDA 354 Oiga, Señora, algunas veces sentir verguenza denota un alma bella, pero deber enrojecerse es señal de un alma fea ... muy fea ... Así 'Yª sabe V. por experiencia que uno puede tener sus momentos terribles en la vida .... Oiga, noble Señora, nb m.e diga que yo me he equivocado en la apreciación del sonido de su limosnas ... de su peso de plomo .... Aquel sonido tan apagado era por otra parte tan claro. Oiga: por experiencia puedo yo distinguir el .sonido de un peso de plomo al caer en una bandeja entre mil otros sonidos y puedo decir cuál es el sonido de un peso de plata y cuál es el sonido de un peso de plomo ... es tan fácil distinguir un sonido sordo de otro agudo ... Escuche: Una vez estaba yo en compañia de un amigo en misa. Había ·dejado en mi casa el dinero y al pasar un sacristán la bandeja y oir el sonido de las monedas de plata al caer en la bandeja, no tuve otro remedio que hacer una señal a mi amigo pasando mi dedo pulgar sobre ·el dedo índice ... Entonces mi amigo me ofreci.ó un peso y yo satisfecho y contento dejé caer la moneda en la bandeja de madera del sacristán ... Y entonces, Señora, iay! advertí por el sonido de la moneda que mi peso era de plomo y que ·era falso .... Y con mis propios oidosoí el sacristán contestar a aquel sonido tan sarcasticamente como un hombre pobre y an.ciano puede hacerlo con la expresión cristiana: "Dios se lo pague;" Miré a mi amigo y mi amigo me miró a mí: V. comprenderá qué mundo de ideas nos pasaron a entrambos por la cabeza al mirarnos mutuamente, y hasta la fecha, cuando estoy cansadísimo y quiero estar listo, me basta recordar aquel vergonzosísimo bochorno que pasé en el momento de caer mi peso de plomo en la bandeja y oír aquella contestación del sacristán. "Dios se lo pague." Y lo repito: entre mil monedas que caigan en una bandeja de una iglesia, soy capaz de distinguir inmediatamente el sonido de una moneda falsa y el de una moneda de plata. Naturalmente cuanto más pienso y razono sobre lo que entolllces me pasó a mí, siento menos vergüenza: después de todo, mi intendón al ofrecer mi limosna era sinicera y verdadera, pero el dinero de mi amigo e~a falso. Sin embargo, su limosna, su dinero, Señora era falso y su intención era infinitamente más falsa. Pero, ¿por qué tomarlo de tan alto? Al fin, no es más que sabio y razonable considerar las acciones cotidianas de la vida de algunas personas como otras tantas escenas de una comedia, al menos cuando podemos separarlas de la parte trágica. Pero Señora, su acción era peor que trágica. Porque su caso, Señora, es el caso de una Dama rica y de una Dama que quiere actuar corno una persona acaudalada y que quiere ser reconocida como una Dama y SOSTENGA UN CATEQUISTA! rica y católica~ ... y V. ofrece esta cantidad para la conversión de los paganos, para una obra de Cristo, .. a Dios ... V. se atreve a dar dinero que no es dinero de ninguna manera, para una obra divina, a Dios, el Padre de todos y de quien todo lo hemos re':ibido ... y V. se atreve a ofrecer una falsedad a Cristo que ofreció para V. y a V. hasta la última gota de su sangre ... Diga, Señora. ¿V. acaso nunca ha leido los Hechos de l'OS Apóstoles? ¿Ac!!SO ha leido V. estas palabras: "Oh, Safira, ¿por qué Satanás ha tentado su corazón para que mientas al Espíritu Santo? ..... Tu dinero acaso mientras quedaba contigo no quedaba tuyo?" Y después de aquellas palabras Safira cayó muerta .... No caiga muerta, V. Señora Safira, viva muchos años más y .... piense mejor que hasta el presente. Una vez más, oiga V. Safira. Dios ha creado todas las cosas: piedras, plata, oro ... Pero désgraciadamente en muchas casas las piedras se pintan como si fuesen marmol, el hierro aparece como plata y el cobre como oro. Plata verdadera y oro genuino se encuentran en las orejas y al rededor de los cuellos de algunos seres humanos; y Dios desde su eterno tabernáculo debe contemplar indignado estas falsificaciones; porq'ue créame, Señora, falsificar así las cosas debe en algún sentido disminuir su gloria eterna. Lo mismo en su caso, Señora, cuando V. falsifica la santa cari355 dad .... Y hay más: Pasar dinero falso es una especie de pecado original: es un ataque contra la confianza pública; es un choque violento contra la columna que sostiene la sociedad porque efectivamente-en cuanto esta posibilidad depende de V.hace la vida entre humanos imposible. Lo mismo es fabricar moneda falsa y pasarla a sabiendas y con premeditación, cuando se ofrece en la bandeja de una iglesia· para la conversión de paganos ... es casi lo mismo que si uno echase veneno en los pozos públicos o clavos en los caminos para automóbiles. Y aquella moneda falsa fué dada por V. para la redención de almas. Y a desde los !tiempos antiguos. se consi.deraban las limosnas como algo sagrado. En algunas de las tribus más primitivas, los ricos debían pagar ciertas contribuciones para el socorro material de los pobres; los Judios tenían sus leyes sobre las primicias y lis décimas: de estas las primeras eran para el Señor, las segundas para el servicio en el 'templo y las terceras para los pobres. Y las espigas recogidas por la pobre Ruth en los campos del aicaudaladoBooz no er.an paja seca si no espigas llenas de maduros granos. Y Jesucristo cierto día dijo: "Lo que hubiereis h'echo al más pequeño de mis hermanos, lo habéis hecho a Mí mismo." Hum, hum, hum ... El escándalo que me dió V. SeLAS MISIONES ::-lECESIT AN CAPILLAS 356 ñora, naturalmente lo perdono. De veras no quisiera se tuviera que colgar de su desnudo cuello una piedra de moler ... V. sabe el cast:igo impuesto a los que causan escándalos a los pequeños ... No, Señora, no quiero para V. tal castigo, ya será bastante grave sin necesidad de éL.. Y a ve V. Señora Safira, que hemos llegado a ciertas consideraciones muy altas y nobles ... Nobles y altas són, pero también 1algo trágicas .... Y lo más trágico en todo eso es lo siguiente: cuando V. dejó oaer su peso de plomo en mi bandeja, y yo la dijé: "Dios se lo pague" yo no hacía sino tomar en mi boea las palabras de Cristo quien dijo que devolverá el ciento por uno por todo lo que abandonamos por amor a Ei. Y a ve, V. Señora, que algunas veces soy algo irónico; pero mi más sincero deseo es que Dios nunc1:11a devuelva lo- que V. Le ha dado .... Antes de venir a Filipinas, conocí H cierto sacerdote quien como yo un día hizo la colecta en una iglesia para las misiones entre los pobres negros del Congo. Y cierta ·Senora acaudalada (quizás V. es algo pariente suya en cierto modo) dejó ,caer en la bandeja un botón. Mi amigo que tenía buena belaña: sentido irónico y sal, cogió la limosna y respetuosamente devolvió el botón a la señora diciéndola: "Señora, los negros no llevan aún pantalones." Pero estas sus palabras no són más que agua azucarada en comparacion de las que yo dije a V.: "Dios se lo pague." Si Dios escucha las palabras que suelo decir cuanpo paso la bandeja para alguna obra de caridad, entonces, Señora. sepa V. que algún día Dios la visitará ... Eso es trágico, ¿no es verdad, Señora? Pero su hipocresía puede ser que se haga todavía más trágica. ¿Acaso su mano izquierda no ha visto lo que ofreció su mano derecha? Supongamos que no. Pero, que lo haya visto ó no, vaya V. Señora a confesar su falsedad ... Lo repito: confiésela y no vaya V. al juicio final con aquel dinero falso en la conciencia. Ahora recuerdo unas palabras que la empujarán a oir mí <'Onsejo: son las siguientes: dies irae, dies illa. Será un día de ira aquel día ... Y a estas sigue éstotras: liber scriptus prof eretur: allá será presentado el libro en el cual todas las acciones de nuestras vidas quedan escritas. ... y todo se publicará ... Y no termina aquí: quid'quid laitet apparebit; todo lo escondido ahora sera manifestado ... Oiga, Señora, en aqll!el día del juicio final, cuando yo mirare a V. con el rabillo de mi ojo derecho y V. a su vez me mirare con el rabillo de su ojo izquierdo, espero no tendrá que tener vergüenza. Por eso, si es que V. no quiere deber enrojecer, vaya, lo digo, vaya V. a confesar lo del peso de plomo y AFILIESE A LOS CRUZADOS DE STA. TERESITA pida V. perdón a Dios ... a ·Dios el Señor que murió para la salvación de los Igorrotes y también por V. Pues, Señora, de rodillas, con los brazos en alto y extendidos y diga conmigo: "Perdóname, Señor". "Perdón, pobres Igorrotes." 357 "Y tú, dinero sin valor, no te levantes contra mí en el dia del juicio final; perdón y no me acuses ante el Señor." Y ahora, Señora, medite V. un momento sobre el aviso de Su respetuoso servidor en Cristo. San Teódoto Mayo 18 EL HE. RMANO Pablo estaba sentado ante su mesa leyendo un libro cuando Antonio entró.en el cuarto y le dijo: "Hermano, he prometido a mi padre descubrir el nombre del Patrono de los hoteleros. ¿Le conoce V.? V. sabe que mi padre tiene un hotel, y como el Domingo pasado el padre predicó en la misa diciendo que cada profesión tiene. su santo Patrono, mi padre preguntó por el suyo." El hermano Pablo mirando su reloj contestó: "Oiga, Antonio, precisamente me quedan cinco minutos para narrar la vida de San Teódoto el patrono de los hoteieros y verás como cada vocación tiene sus patronos." Y el hermano Pablo relató la historia siguiente: Teódoto vivía en los primeras años del .siglo cuatro. Aun pequeño perdió a sus padres; pero una virgen de gran piedad, Tecusa, le educó en el temor de Dios y la práctka de la piedad. Más tarde Teódoto se casó. y abrió una especie de hotel. Menospreciando los bienes de este mundo se dedicó a la oración y la caridad distribuyendo muchas limosnas, lo que a Nuestro Señor era tan agradable que después de algún tiempo favoreció a Teódoto con don de hacer milagros. En aquellos tiempos el emperador Diocleciano perseguía a los cristianos; pero como la vida de Teódoto no era más que una continua preparación para la muel'te, nuestro santo no temía el martirio. Pronto ardió también la persecución en su pueblo natal: Ancira, la capital de Galacia. · Muchos de sus vecinos fueron martirizados y Teódoto lo consideró un honor· de sepultar los santos restos de los mártires. Como la persecución no llegaba a extirpar a los cristianos, entonces el emperador mandó vender en ROGAD POR LAS MISIONES