Pagina Teresiana

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Part of El Misionero

Title
Pagina Teresiana
Language
Spanish
Source
El Misionero Año VI (Issue No.1) Junio 1931
Year
1931
Subject
Spiritual healing
Miracles
Therese, de Lisieux -- Saint
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Abstract
[This article contains a letter from Emilia Pourtois to the Reverend Mother Prioress in which she confessed the miracles she experienced because of her faith in Saint Therese de Lisieux.]
Fulltext
31 ~~~~~~~~~~~~~~ ~ :Página Teresiana: ~ ~ ~ ~~~~~~~~~~~ Grand Reng, (Belgica) Julio 29, 1926. Reverenda Madre Priora. Ultimamente he sido favorecida de una manera extraordinaria por Santa Teresita del Niño Jesus. Profundamente conmovida aún y con el corazón rebosando de gratitud, considero como un deber sagrado de escribir estas palabras y de publicar ·el hecho para la mayor glotia de Dios y de la Santa. Desde hace unos cuatro años, padecía de reuma agudo en los músculos. A pesar de haber consultado a varios medicos el dolor continuaba y se agravaba cada día. Besde el mes de Febrero último, .cansada de tantos gastos inutiles, .cesé de tomar cualquiera medicina. En los primeros días de Junio el mal se había empeorado tanto que ya no podía hacer más los trabajos de casa y había confiado mi hijo pequeño a mis padres. Obligada de guardar cama, el más mínimo movimiento me causaba un dolor atroz. Casi desesperada, me quedaba tan poca f é que había dejado casi por completo toda práctica y deber de nuestra santa religión, y ni buscaba más consuelo y apoyo en la oración. Una vecina, fervorosa celadora de Santa Teresita, la Señora Bouchez-Dumortier, compadeciendose de mi a la vista de todas mis miserias, me aconsejó acudir a Santa Teresita, y tomar animo y confianza en la poderosa y cariñosa Santa de Lisieux. . Confieso que a pesar de sus palabras tenía más bien esperanza en las oraciones de la Señora que en las mías, porque de ninguna manera estaba yo convencida y por eso pedí a la Señora me recomendase a la Santa de su devoción y mandase celebrar una misa en su honor para pedir la cura de mi grave enf ennedad. La Señora Bouchez insistió a que yo asistiese a la misa, pero yo creí que me sería imposible. Sin embargo ella pudo convencerme a recibir los sacramentos de la confesión y Santa Comunión en el caso de que pudiese llegar a la iglesia. La Señora intercedió tanto para mí con Santa Teresita que el 23 de junio, día fijado para la misa, pude aunque con grandes penas levantarme y vestirme. Pero estaba tan débil QUe me ví forzada a tomar algún alimento y por eso debía renunciar en aquel día a la Santa Comunión. Aquella mañana del 23, la Señora pasó por casa acompañada de una vecina y las dos juntas casi me arrastraron hasta la iglesia. 32 Mis parientes y mi esposo opinaban que me sería imposible llegar, aunque la iglesia dista menos de medio kilómetro. Efuctivamente el trayecto me fué tan penoso que para la ida necesitamos unos 25 minutos, pero una vez en la iglesia, estaba extenuada por completo y me dolían tanto los miembros que me arrepentía de haber aceptado la peregrinación a la misa. Durante el ofertorio, me acerqué del banco de Comunión para besar la patena; los <lemas desfilaron pronto, pero cuando el Señor Cura me vió acercarme sostenida por mis compañeras, teniendo piedad de mi, él mismo se acercó hasta donde estaba para dispensarme de la evidente pena que me causaban cada paso. Después de la misa, la Señora Bouchez me invitó para que fuese a la estatua de Santa Teresita, pero ni pude oir sus palabras: estaba exhausta por completo. Parecía que iba a desmayarme y caer al suelo. Mi amiga repitió su invitación y en este momento preciso, sentí como una especie de conmoción por todo el cuerpo. Una convulsión agitaba todos mis miembros y sin saberlo estaba de pie. Tal fué mi emoción que casi no podía respirar. Grande fué la sorpresa y la alegría de mis compañeras y demás personas bastante numerosas presentes en la iglesia, cuando me vieron ir sola sin ayuda ninguna hasta la estatua de Santa Teresita y lo hize sin sentir el más mínimo dolor. Lloraba de felicidad diciendo a mis amigas: "Estoy curada"; mi oración a Santa Teresita fué un grito de gratitud. Sentí mucho deber dejar la iglesia; el mismo día he vuelto acompañada de un grupo de vecinas y amigas para dar otra vez gracias. Fuera de la iglesia las personas que presenciaban mi llegada, no podían creer a sus ojos. Todas lloraban y no sabían como felicitarme. Me eché entre los brazos de mis parientes y esposo, que todos como yo estaban felicísimos al verme libre de mi enfermedad. Aquel mismo día he reanudado mis trabajos de casa y hasta los de la panadería de mi marido y eso sin sentir ninguna fatiga. Solo un deseo me queda: él de mostrarme digna de tan insigne favor que recibí por la intercesión de Santa Teresita. La práctica de mis deberes de religión que antes me parecía dificil y descuidaba ahora para mi es un 'consuelo. Quiero hacertodo lo posible para propagar la devoción a Santa Teresita del Niño Jesus: será la mejor manera de demostrar mi inmensa gratitud. Emilia Pourtois. Habiendo leido las circonstancias y detalles descritos en esta relación de la Señora Pourtois, suscribimos a la verdad de la descripción como testigos oculares de los hechos aquí relatados. Rev. Goffe, Cura Parroco. Señora Bouchez-Dumortier. Sjguen muchísimas más firmas de otros testigos.
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