La Oracion de Semana Santa

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Title
La Oracion de Semana Santa
Language
Spanish
Source
Semana Volume I (Issue no.16) Abril 7, 1949
Year
1949
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
7 de Abril. 1949 SEMANA-11 LA ORACION DE SENANA SANTA El'ultimo sba de Persia, que como ·todos •aben muri6 a manos de un £anAtico, tuvo en su historia nna pcigina de muy pocos c<>nocit.la. y yo la ignoraria tambien a no referirme!a una viajera inglesa de esas mujeres intrepidas e infatigab1es que registran con emoci6n y curiosidad los mas apartados confines del planeta. l.. C6mo se las arreg16 miss Ada Sharpthorn (t1uc asi se llama la inglesita) para ohtener la confianza y cnsi la p:·ivanZ2. del sha, y penetnn en la intimiPer EMILIA PARDO BAZAN (Cuento) dad de su palacio y conocer intimamente a sus allegados, aullcos, cortesanos y generales es punto de dificil investigaci6n ; pero seguramente, al aspirar .a este resultado, no se vali6 miss Ada de ninglln media reprobable, pues compitt:on en esta valiente exploradora la decencia y pulcritttd de las costumbres con la austeridad del criterio moral y la delicadeza de la conducta. Si miss Ada goz6 privilegios d~s­ conocidos en Persia, debe atribuirte a la tenncidad que sabe desplegar la raza anglosajona pan conseguir sus prop6sitos-tenacidad que va haciendo a esa raza dueiia del mundo. Cont6me miss Ada el episook que voy a narrar la tarde del Jueves Santo, mientras recorriamos l~s calles de Avila visitando Estaciones. En aquellas cal1e~ que t003via recuerdan por varies estilos la. Edad media espaii.ola, e! nombre de Persia sonaba como cl de un pa;s fantastico, de juglares-· ca leyendn o'c\e romance tradicioUnos ''naza1·enoa" se1:iil<t1101t que van n imlw a mia tfo tiu fr1les·inH de la ciudad pa1·« 1 tsialfr a la pi·occ1i611 de Vie1 't1eB Santo. Grupo de "11a.za1·emnt" en d 11101 1 1.ento <le sal·fr tie 11na iglesia de S evilla. µa ni formur c11 lt.J })rnceai6u co11 q11c nc aolcimii;w el l'ie.rnes SaJ1to. SEMANA-12 nal; costaba trabajo admitir que e:Xistiese. Quiz3.s la misma irrealidad de Persia en la pac!fica atm6sfera de la ciudad teresiana, acrecent6 el interes de los extrafios recuerdos de viaje que evocaLa ll\iss Ada, y que intentare trasladar- al p•pel sin altorarlos. · "Nasaderino--empez~ la -inglesa - era Un· monarca absoluto; a ciuien sus vasallos llamaban sombra. de Dios, y que disponia de haciendas y vidas, con dominio incondiciona.I. No se si ahora se habrS. modificado el regimen interior de Persia; entonces-y son epocas bien recientes-no hab:ia alli mas ley que la omnimoda voluntad . de Nasaredino. Para mayor desventura de sus sllbditos, el sha no conocia el cristianismo, o par rnejor detir no qneria conocerlo, ni permitia que se propagase en sus Estados opini6!l alguna que se apart.ase del c6digo de Mahoma. Quizas comprendia que Cristo nuestro Sefior es el Verd8dero enemigo de los despatas, y que la Iibertad y ia dig .. nidad humana tuvieron su cuna en el humilde establo de Belen. uEsta misma intransigencia del sha con nuestra santa religi6n me incit6 a -probar si le atraia al te .. rreno de ia controversia, a fin de combatir . sus errores. Aprovcchando la rara amabilidad eon que me acogia, me dedique a razonar con Nasaredino, y buscando el flaeo de su orgullo, comence no1· pintarle la g!oria y prosperidad de naciones cristianas como Francia Y la Gran Bretaiia, superiores en las mismas artes de la guerra a las naciones sujetas al fan_atismo musulmlin. Mis argumentos parecian hacer mella en el monarca: a veces le vi quedarse pensativo, acariciando la negrisima y punti~ aguda 'barba, con los rasgados ojos de pestaiias de a~abache fijos en el punto imaginario de la meditaci6n. No era un necio; ciert::as ideas le movian a reflexionar; ciertos problemas se le impcnian a pesar suy:i, a traves de su oriental indolencia y su soberbia de duefio de muchos millones de seres humanos.-Despaciosamente, en correcto ingles, solia, transcu~rido un rato, 'contestarme, no sin alguria inflexi6n de desprecio en su voz grave y timbrada: -"Jam8.s me convencere de que Sean heroicos y v.iriles naciones que se postran ante un Dias huroilde, muerto en un suplicio .afrentoso. El gran atributo de Dias es cl pod.,. y la fuerza. La unica explicaci6n que encuentro a ese enigma es que vuestras naciones se Haman cristianas sin serlo realmente, y cuando funden caiiones Y botan al agua barcas blindados, niegian a su Dios con los hechos, aunque le reconozcan con la palabra. Y porque lo niegan han lagrado el predominio que ejercen. Si se atuviesen a la letra de su fe, coma nos at.enemas nosotros a la nuestra, nosotros les · pondriamos la planta de! pie sobre la garganta. "Al hablarme asi Nasaredino, dej3.bame confusa. Pertenezco a las Ligas de! desarme y de la paz universal, y conffo m&s en la eneI'gfa de! amor I de la fraternidad, que en todos los ejercitos de Europa reunidos. Mas, &c6mo hacer entender la verdad a un b3.rbaro, Y a un b8.rbaro que se cree un semi· ri6s? Sin embargo, lo intente. A mi manera, empleando los razonamientos que me sugiri6 la convic .. ci6n, le di 2 entender que la misma fuerza material necesita fundarse en la moral, y que sin base de derecho y raz6n se derrumba toda so..: berbia. Y pasando ·a. tratar de nuestro Dias, le. afirme que precisamente el haber sufrido y muerto coma muri6 fue esplendorosa muestra de su ser divino. El sha., mo .. viendo la cabeza, me contest6 enLonces esta atrocidad ·: - 11De esa misma maner.a. que pereci6 tu Profeta, sucumbe todos los dias alguno o muchos de mis vasallos. Y ni aun asf conseguimos acabar con la pernicioEia secta de los babistas, cuy•as doctrinas se 7 de Abril, 1949 asemejan a las de vuestros Evangelios. "Le confieso--exclarn6 miss Ada al llegar a este punto :-tan horrible declaraci6n me trastorn6, y estuve a pun~o de prorrumpir en invectiv:as contra. el tirano. Me reprimi trabajosamente, y Nasaredino, de pro-nto, como si se hubier~ olvidado de! giro de la conversaci6n, me anunci6 que al dia siguiente, se verificarfa una representaci6n teatral .en Jos jardines de palacio, y que me convidaba a ella. uson estas funciones drama.ticas espect3.culo favorito de las persas, y todos los viajeros las describen: se celebran de noche, a la luz de· los faroliilos y linternas y de las hachas encendidas, y el tel6n de fondo lo <la ,hecho l·a naturaleza : una cortina de cirbol6's, un macizo de flares, una fuente, un ligero kiosko, constituyen la decoraci6n. Habituada a asistir a tales funcione::, me sorprendi6 sin embargo el aspecto del escenario y el golpe de vista <lei -concurso. En primer termino, sillones para el sh~ y Jos altos dignatarios; detras, la servidumbre, la multitud de funciona..: rios y parcisitos que pululan en el palacio irifestando sus galerias, claustros, patios y salones. A la izquierda, una especie de tribuna ' o pako cerrado por rejas de ma(ie~ ra dorada y pintada de colori·nes-<lesde la cual presenciaban la funci6n, ocultas a las ojos de todos, las espos9.6 de Nasaredino. -Con extraiieza note que no se habia invitado a ninglin diplomcitico; b\ Unic'a extranj€ra, yo. Mi sill6n. colocado muy cerci, aunque un poco atras, del soberano, era uu puesto altamente honorifico. "Al em:pezar la representaci6l1, desde las pri.~eras escenas percibi un estremecimiento. Yo no podia entender el idioma en que se expresaban los actores, y que es una especie de dialecto persa muy literario y arcaico-el habla misma, beIla y sonora que emple6 el poeta Firdusi ;--Pero aun sin inteligenciA de las palabras, me parecia darme 7 de Abril, 1949 cuenta del sentido, y hasta creia que era familiar para mi, como algo que hubiese escuchadc mil veces, y otras tantas llevado en mi coraz6n. Las · escenas del drama me recordaban cosas intimas, vistas par decirlo asf al traves rle un vidrio turbio y rota que desfiguraba. los objetos, alterando sus coJore1' y rnsgos sin Ocultarlos enteramente. -Al final del primer acto ( llamemoslo asi; la transici6n consistia en extender un riquisimo paiio par delante del .escen.trio y dejarlo caer a los cinco minutos), y mientras nos presentaban ampJias bandejas cargadas de golosmas, refrescos y sorbetes, de sUbito vi claro: el asunto del drama no era sino la vida de Jesucristo, interpJ'P.· t2da a estiio persa. "Se apoder6 de mi una tri.!~t.eu. involtmtada. Temia una profanh.h ci6n, una burla, cualquier <lesmAr. que hirie&e mis sentimientos y que hasta pudiese obligarme a faltar al respeto al monarca levant8ndo. me y retirandome. En voz baja le pregunte si creta que me seria po. sible ·permanecer allf; y ol sha, con lenta inclinaci6n de cabeza, me tranquiliz6; despues, . volviendose hacia mi, murmur6 seri-amente, con toda su oriental majestad: · -"N~ temas ofensa alguna par?.- , tu fe, m pai·a tu gran Profeta. "En ef Pcto, las p8.ginas princi· pales de la sagrada Vida iban des. arroll8.nd'lse mas o menos inge. nua y peregrinamente interpretadas, pero con profundo sentido de SEMANA-18 veneraci6n y de simplatia hacia el Salvador de los hombres. Jesus· aparecia nifio, jugando en el atria del tern Pio; despues le veiamos· predicar a la.z multitudes; pr~senciA­ bamos )a tentaci6n en la Montaiia, el dialogo con Eblis, genio del mal, y por Ultimo, ·. en el tercer acto, penetrabamos de Ueno en el drama de la Pasi6n, al ser preso Jes6.s en el Huerto, no sin que se trabase ruda y encarnizada batalla entre IOs discipulos y los sayones, que- to. dos iban. armados hasta Jos dientes, con kanjiares, pufiales, pistolas inglesas y espingardas, y dispar.arcn hasta agotar la p6lvora, siendo esta parte de- la funci6n, gracioso anacronismo lo que mas Parecia eptusi-asmar al auditorio. Era in· Uw.l de las imUgenes 111ds1amosas q1te sacan en proce.-i6n en Sevilla, en el dia de Viernes Santo, es la q11e. ap.inice en la fotografia 21 rtpresenta al Snlvado1· con_ lu c1·uz a cuestas. Esta i'magen e~ conocida 11or los espa110les conio la, de Jestis del Gran Pode1'. N6teuse lus r11'ti'B· tica1 deco1·aciones qtie enriqttecen la11 andas. " Nazannos" sevillanos que, al igual que loa 11uinile11ses, van deacalzos en estricto cumplimiento de aus votos, SEMANA-14 dudable que el papel de traidores lo desempefiab3.n los enemigos. de Jes Us, lo cual se traslucia hasta en el modo de vestirse y de caracterizarse las actores. siniestros y feroce~. antipAticos de veras. ·•Al principiar el acto cuarto, que """deb!a ser .el Ultimo, el actor que desempeiiaba el papel de Jesus apareci6 atado a una columna de jaE1pe, y ~mpez6 la escena de la flagelaci6n, cosa que desde el prime1 instante 111e crisp6 los nervios. Su~ puse que se trataba de un juegc escenico, pero asi y todo Salte en el asiento y me tape las ojos con el pa:fiuelo disimuladamente. Era el actor un hombre joven, coma de 1 unos veintiocho ail.as, de noble tip·) semitico; Uevaba Ios negros cabellos crecidos y partidos en. bucles, y en la escena de l'a tentaci6n, dialogando con Eblis, habia tenido acentos llenos de dignidad, d• desdeTI y de dulzura, conmovedo-re$ hasta µara los que no entendfarnos IOs conceptos. Ahora, ·amarrado a la roja esteJa, con el torso dPRnudo y el rostro respirando un entusiasmo misterioso, una sed de sufrir, i~vel&base sin duda r.omo un tr3.gieo genial-tanta era la verdad de su ficci6n, la expresiva fuerza de su actitud--Por lo mismo no queria verle: me conmovia demasiado. El silbido de las cuer. <las y de Jos 13tigos rasg6 el aire, escuche c6rno sonab~n al herir la carne viva, hash oi un sofocado gemido, gemido que semejaba involuntario ... Y la voz del sha, su acenfo de mando, grave y sin embargo cortes, me oblig6 a entender a pesar mio, diciendome en ingJes, ccn ir6nica entonaci6n: _ .. No te niegues a mirar. Lo que sucede ahi no es farsa, sino la realidad misma. P~rsuRdete de Jo f:ldl que es padecer resignadarnente y _hasta con gozo. El papel de tu Profeta lo esta desempefiando un babista conden-2do a muerte .. Ya le verols crucificar despues. "El grito que exhale debi6 de ser terrible; coma que se detuvieron las verdugos, y Nasaredino me fulmin6 una ojeada sev:.era, tetrica, imponente. Otra mujer se hubiese acobardado; pero una inglesa, en caso tat, saca de su orgullo de raza y de su cristianismo fuerza bastante para no arredrarse aunque se le viniera encima el mundo. No se Io que dije al s11'1,: primero creo que le anuncie una cruzada de las naciones civilizadas contra sus reinos y ~u poder, y le vaticine venganzas humanas y c6leras del cielo; mas como el tirano permaneciese il'!lpasible y aun firme y 'aferrado a su crueldad, una inspiraci6n me sugiri6 que la causa de J eslls ha de sostenerse por media de la pied-ad y de las 18.grimas, y arrojA.ndome de sUbito a las pies de Nasaredino, cogiendo sus manos llenas de anillos m,a.gnificos, las bese, Iis moje con llauto, las sujete, las aprete, hasta que una voz a mi parecer des~endida del cielo · murmur6 casi en mis oidos: -"Lev8.ntate, extranjera. Sera.a complacida. Te regalo la vida de ese perro. "No se lo que respondi. Debieron de ser extremos de jubilo tafes. que el grave y palido rostro del sha se ilumin6 con una fugitiva sonrisa, y su mano derecha. salpicada <le mi lloro que resplandecia sobre 7 de Abril, 1949 las sortijas de pied:r.as, se extendi6 en imperativo adem8.n, comprendido instantaneamente por los que t.orturaban "1 desdichado, ya cubierto de sangre. No era solo la vida era la libertad lo que le otorgaba aquel gesk mudo, y en el exceso de mi alegria, echeme a llorar otra vez .... " Al llel!'llr aqui guardo silencio fa inglesa, Y Yo solo acerte a pregun· tar: -• Y que fue del hombr• a quien usted salv6? -Ese hombre,. . . balcuce6 miss Ada, dos aii.os despues. . . asesin6 a N'asaredino. . . Si, el mismo, el perdonado. . . Ya ve usted que no hay en el mundo sino una verdad, que es la verdad de Jestis ... ParEl un cristiano, serfa sagrado el hombre que BUI!O perdonar, siquiel'\?. una vez. Y yo, desde entonces. particularmente estos dias de Se~ mana Santa, rezo siempre par el que ·me rega16 una vida; imploro a Dias coma irnp]ore al rey absoluto, que al fin me escuch6 y se ablando. . Tai vez sea una ilusion rezar por Nasaredino, pero ilusi6n que me consueJa. -Y par el matador (.no reza usted ?, interrogue cuando nos detuvimos ante el bello p6rtico de la catednaJ. -; Tambien debo hacerlo !, exc1am6 miss Ada despues de vaeilar un inst.ante. EMILIA PARDO BAZAN CARRERAS DE BENEFICIO DB LA PHILIPPINE TUBERCULOSIS SOCIETY EN EL PHILIPPINE RACING CLUB SANTA ANA Domingo, 10 de Abril de 1949 20 CARRERAS, DESDE A LAS g,oo A.M. ' Lo& empleadoa de la& Carreras deben preaentar1e ante• de las 7:00 a.m.