Juefos de agua

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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

Title
Juefos de agua
Creator
Bande, Martinez , J.M.
Language
Spanish
Source
Semana Volume VI (Num. 152) 12 de Agosto 1954
Year
1954
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
JUJLGOS D£ A^UA por J. M. MARTINEZ BANDE SOBRE la llanura pecada, reseca ahora en verano, aterida en el invierno, aprovechando el balcón bravio de cierta es­ tribación guadarrameña, levantó un rey español una “grania” para holgar. Nada decía que en lugar así cupiere el re­ finamiento, la gracia frágil; y sin embargo, pop una paradoja muy propia de nuestra t-’erra, allí está el verdadero monu­ mento hispano a lo frívolo. Consta el Real Sit:o de San Ildefonso de pa’acio, basí­ lica, numerosas dependencias para cortesanos y servidum­ bres y cuartel de tropas: luego nació el pueblo, sin mucho ca­ rácter por cierto. Desde las alturas bajan los pinos. Y en­ tre éstos y el palacio se plantó un bosque artificial, con ave­ nidas que se cruzan y entrecruzan en amplias plazoletas. Siendo en éstas, y también -en una majestuosa bajada esca­ lonada ante el Palacio, donde las fuentes archiconocidas de La Granja condensan en unos momentos de cada año el canto a la belleza superficial. Porque es preciso partir de esto: que no hay un canon único de estética, pino tantos como pueden ser los momentos humanos. Y que así como existen la beíeza dramática de un pasaje calderoniano, la teológica de las ilustraciones mi­ niadas de los “Beatos ’, la mística do^rcsa de nuestros ima­ gineros y la épica de una estrofa del Mió Cid, también reside, o puede residir, belleza en la nadería mundana. Las fuentes de La Granja quedan encajadas en esta úl­ tima línea. Granito, mármol, bronce, se han mezclado gra­ ciosamente para alumbrar mil composiciones escultóricas, en­ tre Soñadas y vividas. Hay, sin duda, aquí hombres y mu­ jeres como nosotros; pero son los menos, y los más dioses y diosas de perfil humano, faunos, mujeres con cuerpo de león, y finalmente caballos marinas, dragones, extraños saurios y toda la zoología de lo absurdo. De lo real se pasa, pues, a lo fantástico sin graduación sensible. Y en verdad que al final acaba uno no sabiendo cual es la realidad y cual la fantasía. Todo este conglomerado aparece danzando, deslizándose, girando sin cesar: yéndose. Nada permanece, y el barro­ quismo del movimiento es lo que — junto con la leveded de los motivos- — caracteriza “las fuentes”. La quietud, el estar, ¿para qué? parecen insinuarle a cada paso al transeúnte de los jardines. Y como no cabe pensa­ miento sin reposo, dicho está qe aquí no se piensa, lo que quiere decir que se vive al momento, sin miras a nada per­ durable. Y a pesar de todo, las fuentes1 de La Granja tienen ya más de dos siglos, y es de esperar no mueran: porque son una época. Cuando “correa”, cuando el agua se desborda por las cascadas, y los dioses y diosas, los animales y los extravagantes desvarios fantásticos lanzan la transparencia .nefable de los mil surtidores, cuando cabrillea el sol sobre ¡as gotas y chorros que pueblan el a'ire archiclaro de la sie­ rra, la ilusión de levedad y movimiento alcanza la mayor me­ dida. Entonces la áspera sierra, la inhumana llanura, pa­ recen imposibles: están tan lejos de nosotros como si fueran de otro planeta, y uno siente un deseo de envolverse en vapo(8) res, en juegos de aguas, y dotmii un semisueño. Esto es un anhelo profundamente humano y, como tal, digno de consi­ derarse. El secreto de La Granja consiste precisamente en haber hecho posible lo casi imposible. Busca; un lugar y cambiar­ lo, ccnvirtiendo en ga'anteo, frivolidad y movimientos de erotesanía un mundo de granito, de meditación y de*áspero tra­ bajo. - Yo no quiero entrar en si esto está bien o mal. La Gran­ ja fué construida en el siglo XVIII y no es cosa de echar peni­ tencias —o al revés, nubes de alabanza— a aquellos señores, que tenían Su modo de ser. Pero la Granja queda ahí, y cuando a vemos sentimos que aquella frivolidad no haya sido capaz de alumbrar nad£ duradero. Nos resultaría, mas que hermosa, dignísima si, en sus entrañas, nubiere tenido la fuerza necesaria para permanecer. Pero era blanda, y la vida es dura: sobre todo en esta tierra. Se comprende que sin riquezas, con un sustento muy difícil de alcanzar, rodea­ da de enemigos en el exterior y de discordias interiores, la ilusión de las fuentes vertiendo al sol sus chorros inefables sobre los cuerpos gráciles de hombres, dioses, animales y quimeras no haya podido persistir mucho. Están bien, pero no nos dejemos engañar por ellas. Se­ pamos otorgar es su importancia y disfrutemos de su visión unos días al año, pero unos dias nada más. Lo práctico es dar a cada cosa su valor exacto, dentro de un sistema moral. As la. LA PRIMERA CAPILLA ’SI BACI ATICA DEL MIADO EL deporte de la pesca submarina cuenta ya con auténticas legiones de adeptos en todo el litoral del Levante español. Dado que las aguas mediterráneas son claras y suelen ser tranquilas, resulta un placer el sumergirse y penetra a cuer­ po limpio en el siempre misterioso y be:lo mundo submarina. Por ello se exp.ica el rápido incremento de este deporte de la zambullida que ha dado lugar a la formación de varios clubs cuya finalidad no es ya únicamente la pesca sino también la exploración de los fondos de nuestro litoral. Varios afiliados de uno de estos clubs han concebido y lle­ vado a la práctica una de las más atrevidas y bellas realiza­ ciones: la de entronizar una imagen de la Virgen de Monserrat en una de las grutas submarinas por ellos descubiertas. t)e esta manera, tenemos en España la primera capilla suba­ cuática del mundo. Muy cerca de las cincuenta personas nan asistido a las diferentes ceremonias litúrgicas necesarias para la entroniza­ ción. En el abrupto paisaje de los acantilados de Garraf, so­ bre una plataforma suspendida a unos treinta metros sobre el abismo, y en la que se apiñaban los numerosos asistentes un sacerdote-que a Su condición eclesiástica une la de ser un fcxce’ente compañero-ofició una misa ante la imagen que iba ser sumergida. Terminado el Santo Sacrificio, se forma­ ron tres equipos de inmersión que, equipados con vestidos de goma y escafandra se sumergieron a tres metros de profundi­ dad y penetraron en la cueva. Mementos más tarde, fué el propio sacerdote oficiante el que, acompañado por los ‘ compo­ nentes de uno de los equipos vy protegidos asimismo con el co­ rrespondiente vestido y la escafandra, penetró en la gruta y bendijo la imagen de Nuestra Señora, imagen realizada en piorno y cuyo peso de más de cuarenta kilos hace suponer que resistirá los posibles embates de las corrientes submarinas. Un pedestal realizado en una materia fosf o recente contribuye a dar un aspecto fantástico. Y la Moreneta vela nuestra cristianidád instalada bajo las profundidades del océano por todos aquellos que en ella depositan su confianza y su fé. YCO pinta mejor por menos........porque pro­ teje su casa contra las inclemencias del clima tropical mejor que cua’quier otra pintura pro­ ducida localmente o importada. YCO es tam­ bién fácil de aplicar para cualquier clase de pintura, aun el ama de casa puede hacer el trabajo con suma facilidad. Y porque la pin­ tura YCO cubre mucho — un galón es más que suficiente para convertir sus viejos muebles, y toda clase de armarios y estantes en ‘ verdade­ ras piezas de arte”. EUZALDE PAINT1011FACTORY. INC. • íkji (9)
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