Bocadillos deportivos

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Title
Bocadillos deportivos
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
BOCADILLOS DEPORTIVOS Hacia ya algún tiempo que no se presenciaba en el Olympic Stadium un encuentro de tanta emoción, tan bien luchado, con tanta valentía y deseo por parte de los contendientes de salir vencedores, como el de Little Moro y Young Tomy, quedando el público muy satisfecho del programa, a pesar de la farsa de la semifinal, que no terminó, justamente declarado nulo en el quinto asalto por el arbitro Villón. De los dos héroes de la magnífica contiench, Young Tommy no· solamente tenia ya _ganado el campeonato de peso mosca por haber subido Moro a 113 libras a las dos de la tarde, hon del ¡peso, sino que, aun cuando por ligerísimo margen, se llevó la decisión después de doce asaltos-, en donde demostró por su decisión en el ataque y por su aguante al castigo que de vez en cu-1.ndo le 'propinaba Little Moro, que tiene verdadera madera de campeón. Por su psrte, también Little Moro se portó bravamente, pues a pesar de la debilidad que demostró estar sufriendo en las piernas 1>or el peso que se quitó de encima, luchó como una fiera, ' 1perdiendo, como digo, por muy ligei-o margen. No me cabe la menor duda, de que otro eñcuentro por el campeonato de .peso «bsntam>, euio titulo posee también Young Tommy, a.traer~a al Stadium un lleno, para presenciar a un Moro con mas piernas y a un Tommy con mas puñetazo. El. tema del día en Msnila, no solamente entre los aficionados al boxeo, sino también entre los muchísimos que conocían personalmente a Luis Logan y conocen a sus distinguidos padres, los Sres. de Pellicer, es el deSgraciado accidente acaecido en Valencis, el sábado 4 del ac+.ual, cuando, horas después de un cknockout_. que Luis Logan propinó al boxeador español Anton Gabiola, de bastante fama hace unos dos años, ¡pero· que al psrecer ya estaba un tanto pa!Bdo, murió el mismo. La noticia del sensacional nuevo triunfo de Legan, se recibió en Manila unas veinticuatro horas antes del mensaje que dió tuenta de !a muerte de Gabiola. En el dicho mensaje se de· cis que tanto Luis Logan como sus ayudantes, fueron arrestados, para hacerse las investigaciones que deteminaran la causa de la muerte de Gabiola. Afortunadamente, como se esperaba, ls investigación dió por resultado la absoluta !iberación de Luis, por haberse dictaminado que lo ocurrido fué puramente accidental. Por mi 1>3rte, estoy seguro que gran parte de la culpa de lo ~cu­ rrido Is tendrán los· mismos ayudantes de Gabiola, que posiblemente, no tiraron la tOhalla &un viéndolo en ma1 est·sdo, caso que se ha .dad.o aquí en varias ocasiones y que pudieron haber terminado tan trágieamente como el encuentro que reseñamos. No todo tienen que ser cbocadillos deportivos>, Tengo que dar de vez en cuando a mis lectores, notas que tengan cpunta> )! se rel&i'!ionan con algún deporte. . . y ahí va una de ellas. Los numerosos espectadores que asistieron el sábado pasado al Stadium y presenciaron el sensacionsl encuentro entre · Little Moro y Young Tommy, salieron convencidos, unos de que Moro habla perdido con poc~ _márgen, y bastantes que un empate hubiera sido mas justo. Yo, como digo mas arriba, creo que Moro perdió con ligero márgen. Pues bien : no podfan decir lo mismo los señores que no gustan del boxeo, pero que sin embargo, poseyendp aparatos de ra.dio, se entretienen en oir la diseminación que todos los sábados hace la Radio Corporation de las · dos últimas peleas. El -encargado de la disendnación en el aso a que nos i'eferimos; notó cbn dese!lJ)eración que los continuos intercambios en· tre Moro y Tommy, nO podian ser diseminados golpe por golpe, y sin .encomendar.se a .Dios ni al diablo, viendo que Tommy ganaba de eorrido los tres primeros asaltos, se le dió por no dar mas· nombre que el de Tommy, con el 1'4!!su.ltado, de que los oyentes, se figur&ron que Moro hal;>í-3. ~.Jl­ lido del Stadium poco menos que en camilla. De esto pude cerciorarme, ¡por las Uamad·ss telefónicas que recibí en mi casa el Domingo por la mañana, de diferentes amigos que hsbían . oido la pelea por radio y que me preguntaban muy serios, qué le había 1pasado a Little Moro que había perdido el encuentro con tanto márgen. Es un hecho cierto que al diseminar cus)quier encuentro, aun si no es muy movido, es bastante difícil dar cuenta de todos los golpes; pero es imposible de todo .punto el tr~tar de diseminar cualquiera pelea que se lleve con el tranco que . llevaron Moro y Tommy. En este caso, el diseminador, debió de haber dado cuenta solsmente de .Jos intercambios habidos, diciendo quien llevaba la mejor parte en los mismos; de esta manera, los ·radio-eEcuchas, hubieran sabid'> que ?tf'oro, no salió tsn mal parado como lo dejó el azarado diseminador. Vale el consejo? EDUARDO Ro•.