Cronicas de Espana

Media

Part of Excelsior

Title
Cronicas de Espana
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Ya iba siendo hora de que nuestras cabezas fueran mirando a las· alturas, ya que se iba pÍ-olongando demasiado la posición de en su lugar descanso, pero las cosas no estaban para menos. De un lado la situación de nuestra moneda, los conflictos soCiales de otro, la fe.cha del periodo elec.~toral y de las elecciones, todo ello contribu'a a nuestro decaimiento; pero el horizonte parece irse des·pejando, y en efecto hacia este nos hemos pasado mirando unos cuantos días con alternativas de elevar nuestra mirada hacia ai;-riba, escrutando e investigando la llegada del «G. 38», el gigantesco aparato aéreo, que iba a. causar nuestra admiración. Y en verdad que su llegada no defraudó cuanta espect2ción había cam:::ado el anuncio del viaje, y tan pronto apareció sobre nuestro puro y azulado cielo, la multitud se lanzó a la calle, y ventanas y balcones S·S poblaron de curiosos, ávidos. de admirar este form'idable elemento de guerra, ya .que para tal fin ha sido construido. Renuncio a entrar e.n la descripción de detalles técnicos; pero no quiero dejar de hacer constar que, en un vuelo, en el sentido literal de la palabra, bombardea París, Londres, Lisboa, Madrid y Zaragoza, siendo este hipot~­ ticarilente su punto de partida y de terminación de 1Jan ameno viaje. Pidamos a la Providencia que ello no se realice, ya que según nos cueintan, los cañones antiareos no tienen alcance para averiar a esta monada de aparatito. En cumplimiento de mi misión, traslademe al lugar de su aterrizaje para ver de cerca al «G-38•, y si contemplado a unos cuantos metros de altura es una cosa seria, supondrán Vds. lo que resulta viendo aquello e:ara a cara. Por de pronto se trajo entre tripulantes y amateurs, técnicos y profesionales, la friolera de 23 pasajeros, que cmmtan maravillas de las condiciones del viaje, cosa que pude comprobar filtrándome cual nu,evo Comendador por las· paredes del aparato; comodidades, lujo, cuanto pudie·ra exigir la persona mas detallista se encuentra a11í prodigado, y anima a emprender el viaje, naturalmente que co:i fines eminentemente pacíficos, pues cuando cmpieze a soltar metralla y cañonazos la estancia en aquel recinto no debe res·ultar na'da agradohlo. Incluso resulta interesante la parte que pudiéramos llamar mecánica; la cantidad d~ volantes, palancas, tubos y otras zarandajas, le sumen a uno en un mar de confusiones y hacen pensar en la cantidad de ciencia que debe almacenar en su caletre el señor a quien se le haya ocurrido confeccionar los motores, perO ya he dicho que la parte té<'nica no me corresponde y por consiguiente guardo silencio sobre el pa.rticular. Su Majestad el Rey ha hecho dos visitas al aparto pero no ha rea.liza do vuelo alguno; no así el lnfan~e Don Jaime que se elevó el pasado día 7, permaneciendo algún tiempo en las alturas. Y este viaje puramente de cortesía y acaso con alguna mira industrial, ha tenido una derivación. Una carta al Comi?.ndante Franco, que continúa cumpliendo su arresto militar, y que leo ha sido d¡rigHa por el Comandante Jefe del aerf)plano, en la que sfo duda se ha encontradO materia pe>caminosa, por cuanto la via diplomática ha entablado la oportuna reclamae:ión, acas-0 por figurar en dicha carta ciertas aprecia<-iones que no han ci?ido nada bien en los oídos de nuestros gobernantes. Veremos que desenlace tiene este asunto, aunque es de esperar se resuelva pronto y ratidactoriamente. Ilustres huéspedes han sido también durante Ja decena, los Príncipes Takamatsu, matrimonio japonés, hermeno el jóven Principe, del Enpertidor del Sol naciente. Recibldos con todos los honores correspondientes a su rango, para la mayoría de los madrileños ha pasado su presencia poco menoi:i que inadvertida y huelga decir que la interview periodística ha s:do inútil intentarla, pu~· lo elevado de su jerarquía imp'ide las cons~bidas preguntas «que le paree:e a V. España», «que alimentos: prefiere V.», «que opina de la situación política d,e nuestro país» preguntitas todas ellas inevitables en to&a en: ;ret1ista con cualquier personaje de alguna importancia. También el frío i:ie ha decidido a vfaitarpos y ya era hora, pero no por retrasado ha venido con menos eficacia. Tras la enormidad de fechas que se han ído dando para la celel:>ración de las elecciones, parece que al fin se va concretando algo y serán en febrero; cierto es que nadie cree que se lleven a cabo, pues el número de los in<:redulos es cada día mayor, y aunque el Gobierno quiera llevar el convencimiento a nuestro ánimo asegurando que si, que habrá elecciones, suele acogerse esta noticia con mal disimuladas sonrisas y un si es no es de indiferentia. Corrtinuan, para entretener nuestros ocios, los rumores de acontecimientos de toda índole, y en especial en el terreno de la política. Cambó y Alba son las figuras representantivas del momento, y no parece sino que el porvenir de España dependa de que estos dos señores se decidan a venir a Madrid. Por de pronto raro es' el día en que no nos digan que están para llegar de un momento a otro, para desmentirlo al siguiente, y la verdad es que ya va resultando cómico aunque monótono, el no· ocuparse más que . de este asunto. La distinguida señorita Peseta de la Plata ha entrado ya en un periodo de franca mejoría, haciendo conc·ebir a los sabios médicos que la asisten una rápida recuperación de la salud ... Y ¡ya era hora!, pues que la enfermedad ha sido larg~ y acongojadora. Pasamos los tradicionales días de Todos los Sa.ntos y Difuntos disfrutando de las dulces delicias del buñuelo de viento y del aceitoso churro, alternando con el recreo esp1ri'°.1Ual de ver por esos escenarios al Burlador de Sevilla, haciendo el cadete con la pobre Da. Inés y matando a toda su respet,able familia y amigos'' intimos.' Re~ordamos no poco aquella inolvidable figura de nuestra escena, María Guerrero, inimitabl! monja calatrava, y el apuesto Don Juan encarnado en Fernando Diaz de Mendoza ¡ este año se encargaron de representar a tan distinguidos personajes, en el paJ>Ell de D. Juan, Barrás, que a duras penas· logra convencernos de que es joven y gallardo y calavera~ y en el Teaibro Español, Alfonso Muñoz; otros Tenorios de menos preten9iones no han faltado, sin contar con los que por esas calles de Dios se tropiezan a diario, y que en lugar del madrigal ponen la «burrada» en sus .palabras ... Cuestión de lo que -han cambeado los tiempos de entonces a ahora. OtPo nuevo Teatro, el Muñoz Seca, donde actua la Compañía de María Palou, que ha estrenado una nueva obra de Benavente--Los andrajos die la purpura-y un nuevo eine, el Tivoli, han sido las novedades· teatrales de la temporada. La ob1a de don J2.cinto ha pasado sin pe.na ni gloria, y es de esperar que pronto ha de tener- su desqÜ:ite con el estreno de alguna de las que es capaz de hacQr tan fecundo y laureado autor. Po:r Jo demás las Sociedades de conciertos dieroh ya comienzo a su actuación invernal, y en vista de que decididamente el Teatro Real t.am .. poco este año puede inaugura-rse, se _,PiPns.a. en una temporada de ópera en otro r...e-atJto, pero s'n saberse todavía cual será ni la compañ·a que actu~rtí t:n el que sea. Continua Madrid remozándose y adecentándose en su aspedto urbano; extiend0 la mejora de su alumbrado por algunas de sus calles, modifica el trazado de algunas líneas de tranvías en atención a las necesidades del tráfico, y. . . continúa su Munidipio obligando. al alpínismo a los transeulllQes con la instaladón de pavimqntos, y entre montículos, zanjas, y primitivos tablones para cruzarlas somete a nuestras extremidades inferiores a un activo ejercicio con los riesgos inherentes a una fractura. Todas estas mejoras me parecen muy bien¡ lo · que no me parece tan bien es el estado de Madrid en punto a moraMdad pública, pues en esto deja mucho pero mucho que desear¡ acaso ello sea señal de europeización, o tal vez elemento para la <:onsabida atracción de forasteros, pero se vá haciendo cada día más necesaria una polic\a de costumbres que ponga coto a muchas ... libertades de las que hay que ser espe<:tador involuntario. Y andamos en los actual'Els momentos en el eterno problema del pan; que si_ carecemos de él, que si· habrá huelga, que si subirá el precio, y al fin y a la postre todo ello acabar~, ,~ri· eso, eln que los paganos seamos los propios cOns-umidores, cosa que viene ocuriendo desde tiempo inmemorial. Se¡gui.J:noS en nuestra prolongada sequía, que solo tuvo un rapidísimo intervalo¡ el problema de la siembra presenta por .. ~llo grandes dific'ultades, por lo que nuestros labrad.Ores empie'zan sus quejas y lamenlhos-¡ la cosecha de aceituna . en algunas regiones puede darse por '·nula, lo : cual es señal indubitable de que también pagaremos ei aceite a precio de platino; . en fi.n .se- . ñores que esto se está poniendo intrans-itabJe. Nuestro Soberano ha dado comienzo a una vi- · sita a los cuarteles de la guarnición de Madrid, · proponiéndose recorrerlos todos, e inútil es decir el entusiasmo con que es re'cibido por oficialidad y soldados; el estado de disciplina es- excelente en todos ellos, y afortunadamente las predicaciones de cierta índole no encuentran ambiente y eco alguno en las filas de nuestro valeroso ejército, fiel siempre a la Monarquia. Y e.orno la decena no ha dado más de si y no quiero ca.nsar más vuestra atención! doy fin a mi cometido por hoy. 10 de Noviembre de 1930.