La gran atraccion

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Part of Excelsior

Title
La gran atraccion
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
1_A ORAN~ ~ATRACCION En el cine. . . (No digo cuál cine sea, porque no soy 'tan tonto, que haga rec1amos para dar a los dnes un bombo gratis. Quien quiera propaganda, que pague el gasto). El parentesis cierro y ahora prosigo: Hay un cine en Manila. donde hay ya tantos·, con películas tallcies y que presenta todo, según advierte, sfo.c·ronizado. El t.al salón de vistas de moviento CJ:> un local corriente; no es tosa, vamos, de que al verlo, la gente se Quede bizca ni se vuelva tarumba por su entusiasmo. El patrón, ya se sabe; los arquit«tos no se queman las cejas en ir peni::ando en inventos de adornos ni de molduras ni darle novedades al deco1·ado. Butacas apretadas, muchas arriba y muchas, tan molestas, también abajo, donde, para sentarse, se s·uda e-1 quilo y se quedan los cuerpos compenetl'ados. Paredes recargadas de colorines, balcones, que simulan que dan a un patio y colgados en ellos unos mantones, puestos allí, f,in duda, para or:earlos. El techo, ya es sabido; si.mula un cielo, pero que ¡vaya un cielo, Dios soberano! Si el Cielo fuera eso, ¿quién se tomara, para ganar el Cielo, ningún t..raobajo? Y ahora, vamos al lie-nzo ... ¡Qué novedades! Argumentos manidos, tontos, pesados, e!;eenas de Broadway, s·iempre las mismas o 12nces del Oeste, del mismo calzo. Enseñanza de expertos, profesionales en robos, atropellos, broncas y asaltos, el desnudo en el Arte ... ¡fuera vestidos! Quien tenga buenas· formas, a demostrarlo! Amantés que sa soban y se dan besos al público poniendo los dientes largos, envidiando los hombres a Warner Baster y envidiando las hembras a Greta Garbo. Pues bien, en el tal c:ine, que ~s como todos, sin que presente nada de extraordinario, en funciones de día como de noche se v~ por todo el mundo solicitado. El vestíbulo lleno, de bote en bote; imposible moverse ni dar un paso y E'.S un héroe quien logra, de la taquilla, a uno de sus barrotes echarle Ql garfio. El reboso de gente llega a tal punto, que de puertas afuera sigue engrosando y no son solamente ya las- pe.nonas las que allí se aglomeran, sino los autos. Pero, ¿cuál es la causa de todo esto? ¿Por qué se paraliza y obstruye, el tráfico? ¿Se trata de- una oosa del otro jueves? ¿Es tal vez qué reparten oro acuñado? Pues yá verán ust.~es como se explica la a'trac:ción del ta.1 dne y e} entusiasmo, por lo cual se disputan el comprar tickets los jóvenes lo mismo que los ancianos. ¡Hay una taquiHera!... ¡Va.ya una moza! ¡con un cuerpo ... una cara. . . ¡y un todo, vamos! que el mira.ria tan solo, quita el sentido_. ¡Nada; una criaturita ... que ni de encargo! Con esto se comprueba, se justifica, la emoción que en suspenso tiene los ánimos y que yo, que la he visto ¡por mi desgrada! !-l.en. de los del 1bullicio, uno de tantos·. Manila, didmnbre de 1930. DAVID SINARPA.