Pagina Teresiana

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Part of El Misionero

Title
Pagina Teresiana
Language
Spanish
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
126 ~~ ~~ ~ ~ ~ :Página Teresiana: ~ ~~~~~~~~ Cura súbita de una niña de seis años atacada de tuberculosis pulmonar. Le Mans (Francia) Marzo 18, 1931. Reverenda Madre Priora. Escribo esta carta con los sentimientos de la más profunda grati.tud a Santa Teresita, porque gracias a su poderosa intercesión nuestros tres hijos se han librado de la muerte y hoy dia gozan de la más perfecta salud. Permítame Reverenda Madre exponer todo lo que pasó con mis hijos. En 1929 vivíamos en Funay en una pequeña casa de madera. El 14 de Febrero de aquel año hubo un incendio e.n casa que la destrozó por completo en pocos momentos. Apenas tuVie tiempo de salir con mi esposa y mii; tres hijos. El frio era intenso, la nieve cubría la tierra y nuestros hijos pronto temblaban en todos sus miembros por el fdo. Todo el dia no cesaban de llorar por el frio y también por el miedo; mi esp.osa y yo temíamos con justa razón por su salud así comprometida. Transladados a un asilo improvisado, los pequeños continuaron temblando hasta la mañana siguiente. Como era facil prever los tres emfermamn como consequencia de la ·Catástrofe. Nuestros dos hijos, de respectiv8111lente 7 y 5 años de edad fueron atacados de congestión pulmonar y nuestra pequeña Simona de 6 años tuvo bronchitis, pero los tres se restablecieron pr-0nto, y así paso el triste invierno sin gran inquietud. Es verdad que los niños continuaban tosiendo algo, pero su hermanita parecía perfectamente restablecida. Sin embargo el v.erano pasado, nuestra Simona inopinadamente fué atacada de acesos de tos al principio raros pero pronto más y más repetidos. En los primeros dias pensamos que sería lia tos ferina, pero el médico que consultamos el mes de Noviembre declaró que la pequeña estaba perdida. Más tarde visitándola de nuevo, no hizo más que repetir su primera opm10n. Dijo que haría todo lo posible para salvarla pero temía que sería un esfuerzo inutil porque los dos pulmones estaban muy enfermos. El. médico también examinó a nuestros dos hijos y declaró que ellos igualmente estaban bastante mal. Ya ·comprenderá V. Rev~­ renda Madre, cuál sería nuestro dolor. Mi esposa y yo nos queDIOS PREMIA LA GENEROSIDAD damos desconsolados. A la semana siguiente la pequeña Simona tuvo que guardar cama: tenía algo de calentura y poco apetito; para ella era un suplicio comer cualquiera cosa, ni podía tragar. Tosía y expectoraba casí continuamente. El 29 de Diciembre tuvo una primera hemorragia y una segunda durante la semana siguiente; nos dijo que sufría mucho del pecho y el médico en su visita del 18 de Enero nos hizo entender que el fin de la pequeña se aproximaba. Al dia siguiente por la mañana, una buena señora nos aconsejó empezaT una novena en honor de Santa Teresita del Niño Jesús. Efectivamente la empezamos en cuanto nos proporcionó una pequeña reliquia de la Santa. Colocamos todas nuestras esperanzas· en el cielo ya que la tierra no nos dejaba ninguna. La enfermedad "adelantaba a pasos de gigante" dijo el doctor y afirmó que la pequeña podía e:x;pirar a cada momento. La temperatU1ra subía hasta cuarenta grados al anochecer y las noches que pasaba Simona eran tremendas para ella. El Domingo, se:x;to dia de la novena, el reverendo Cura Pár,roco vino a visitarnos y vió toda la cara de· nuestra hija azulada. La bendijó animándonos a la santa resignación. Pasamos todo el dia en oración suplicando a Santa Teresita hiciera un milagro para cura:r a nuestra queridísima hijita, y efectivamente la Santa escuchó 127 nuestras súplicas en favor de nuestra hija agonizante: la temperatura bajó, la noche fué calmosa, pudimos descansar algo y hacia la media noche, Simona, librada del ruido en la garganta y el pecho, pudo dormir por primera vez desde hacía mucho tiempo. A la mañana siguiente ya no tenía calentura y pidió de comer. ¡Oh, que felices eramos y con que impaciencia esperabamos la llegada del médico! Por fin llegó en compañia del Cura Párroco. Grande fué la sorpresa de los dos al ver el cambio tan súbito. "Es extraiordinario" dijeron "la pequeña ha cambiado del todo." Loo dias siguientes, Simona continuaba tomando alimentos ya no tenía trazas de calentura f quedaba levantada todo el dia. Imposible describir nuestra felkidad. Un examen del radio demostró que ningún rastro de :l!a enfermedad quedaba y ahora el estado de la pequeña es perfecto. Y a no tenemos otro deseo que mostrar dignamente nuestra gratitud a Santa Teresita por tan insigne favor y esperamos poder visitar dentro de poco el santuario de Lisieux. También nuestros dos hijos gozan de perfecta salud tal como lo habíamos recomendado y pedido a la Taumaturga de su Orden. Así es que en la víspera de perder a los tres hijos nuestros nuestra f eli cid ad no conoce límites. M. Marc~lo Lechat (padre de Simona) 128 J uli3na Lechat (madre de Simona) . -(;1(9~Ha bien do averiguado las circunstancias de la enfermedad y de la cura tal como están relatadas en esta carta, las declaramos ool todo exactas como testigos de los hechos expuestos. Sra. Gouffrier, tia de la pequeña. Simona Greffier, madrina. · Sra. Heurtebis, vecina. -¡;1(9~El Reverendo A. Foliot, cura párroco de St. Martin-au-Pontlieue gustosamente declara todos los detalles relatados en esta carta ser fieles. El Domingo 25 de Enero, ha visto a la pequeña en un estado desesperado; sin sentidos sus ojos ya parecían vidriosos, y su cara fria; me parecía no podía vivir más que unos pocos momentos y era la opinión de todos los testigos que la niña n·o pasaría de la noche. Por eso, grande fué-- nuestra sorpresa al 'dia siguiente cuando Ja encontramos muchísimo mejorada, ·el mejoramiento no ha hecho más que confirmarse después. Alabada sea Santa Teresita. El Cura párroco: A. Foliot. Canónigo honorario. Un buena anciana vió a un niño de seis años divirtiéndose en un charco y claro está quería hacerle salir del lodo. -"Pero niño," exclamó, "pronto, sal de ese charco." -"No quiero" contestó el pequeño, Le Mans, 25 de Marzo, 1931. Certificación del médico. Certifico haber tratado a la niña Simona Lechat, de 6 años de edad, en la casa de sus padres,.en Mans, desde el mes de Noviembre 1930. La pequeña presentaba en sus dos pulmones ciertas lesiones de tuberculosis, y crepitaciones, y tenía calenturas continuas, etc. Durante cuatro meses la enfermedad evolucionaba con gran rápidez. El 29 de Diciembre y el 24 de Enero la paciente tuvo hemoptosis. Estaba persuadido que su muerte era inminente. Tres dias después, su transformación era completa; cuando la ausculté, la mayor parte de las orepitaciones habían desaparecido y se han atenuado tanto que la radiografia aquí incluida ya demuestre una transparencia normal. El dia 21 de Marzo en mi última auscultación ya no he podido descubrir ninguna irregularidad. Por eso, afirmo que la niña, atacada de una lesión incurable, ha sido curada súbitamente y milagrosamente. Había dicho a sus padres: "Solo un milagro puede curarla", ellos lo pidieron y lo lograron. Doctor Sinan. -¡;1(9~"vete a buscar otro, este es mío por-que soy el primero que lo he ocupado." -e«l~ Maestro: "Cuál es el animal que nos procura jamón?~' Juanito: "El carnicero."