Felices Pascuas

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Part of El Misionero

Title
Felices Pascuas
Language
Spanish
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
AÑO VI, No. 7 DICIEMBRE 1931 J dices )ascuas PRECISAMENTE acababa de terminar su inventario y de revisar el estado anual de sus negocios. Era su costumbre hacer eso cada año entre el quince y el veinticinco de Diciembre. Esta vez ... ¡hm! .... ihm! ... las cosas no andaban tan mal y a prueba: durante los primeros once meses del año, había ganado PS,000 más que en los meses correspondientes del año anterior ... ihm!... jhm! ... y reinaba la crisis, la crisis en todas partes; él mismo así lo había contado mil veces al dia, lo había dicho a otros como otros no cesaban de repetírselo a él, sí, reinaba una crisis universal, aguda, así se decía, pero él... él en estos momentos se frotaba las manos. Pero, hé aquí que desde las profundidades de su sistema nervioso surgió algo, un pensamiento, un deseo que hace años había quedado escondido en su corazón, pero ahora se movía, ascendía, llegaba hasta la materia gris de su cerebro y por fin saltó de su lengua en la forma de estas palabras: "UN PACKARD" ... y al pronunciar la sílaba "PACK" su cara expresaba por una sonrisa angélica toda la satisfacción que le causaba la dulce esperanza de poseer por fin un auto flamante. Hace años que en el "club" le fastidiaban sus amigos, todos comercian tes go,rdos, importadores y exportadores como él. iAh! que le habían molestado cuando cada noche y en cada conversación se vanagloriaban de su "MAQUINA", su "PACKARD" ... "que corría tan suavemente" ... "que llevaba a uno por doquiera" ... "que llegaba a cualquiera parte en menos de un abrir y cerrar de ojos" ... "¿Qué, el tren? ... ¿Qué, el ilocos express? ¿Para ir a Baguio? Un martirio cuando se lo compara a1 viaje en un Packard: la máquina más cornada del mundo ... una neRENUEVE SU SUSCRIPClON ENSEGUIDA 194 cesidad en estos tiempos ... " Así hablaban los amigos y él, debía escucharles cerrándose la boca, porque no tenía más que un "Ford"... Pero desde ahora, teniendo . un PACKARD, también podría imponerse... también podría decir "MI máquina" como si en la palabrita "MI" estuviese incluido todo el lujo, todo el reconfortable, todo el honor de los más ricos y más grandes del universo. iAh, ah! Después de un año tan ventajoso, él también podía permitirse ·aquel lujo, aquél honor. ¿Por qué no? Es verdad que no necesitaba aquella máquina tan preciosa; su "lizzy" era fuerte aún para él como para toda su familia. No, no necesitaba aquel Packard; aquella máquina podría servir solamente para dar por las tardes unas ocho vueltas en la Luneta; no serviría en tiempo de lluvias ó bajo un sol ardiente como tenemos en Filipinas; sí, .sería buena para darse nombre y fama... de vez en cuando ... en el club ... Y entonces, inopinadamente, desde su profundísimo interior, ó por mejor decir, desde su alma, desde su alma cristina, se despertó algo: otro deseo ... subió, ascendió, le hizo cosquillas en los cesos y por fin saltó encima de su lengua y se escapó de su boca: "¿Y si convierto la cantidad en algo mejor? A ver: supongo que por la primera vez en mi vida, haga yo alguna obra buena, algo sustancial..." y ahora que su alma se sentaba en ,el lado derecho de la balanza divina, se recordó de cierta palabra que le llenó de temor y esperanza el domingo penúltimo del mes de Octubre: "Si quieres ser perfecto. véte y vende todo lo que tienes. dálo a los pobres y sigueme." No, claro está, no quería ser perfecto: tenía su familia. Pero durante todo el tiempo de su carrera, durante toda su vida, ¿acaso había hecho jamás algún ·esfuerzo para acercarse un tanto a aquella perfección celestial, siguiendo los pasos del mismo Salvador? Y había tantas buenas obras que hacer; tantas iglesias que construir y reparar; había leido de que ciertas Madres querían establecerse en cierto pueblo de neófitos y paganos. ¿Cómo se llamaba aquel pueblo? Ah, sí, era Bauco en la provincia Montañosa. ¿Que? Si por ejemplo dedicaba la suma a la fundación de aquel centro de salvación y civilización? No pudo decidirse en un momento: saltaba de derecha a izquierda en la balanza del juicio divino. ¡Oh aquella balanza temible de la Justicia infinita! Por fin quedaba en la derecha ... Y hoy dia, cuando en el club alguien trata de "MI MAQUINA" y de su comodidad, y cuando vé figuras sonrientes y cuellos extendidos y gloria mundana detrás de esas palabras, ya no se siente molestado ó humiliado como antes. El viaja siempre en su Ford y salteando y gimiendo y ruidosa su máquina pasa la Escolta igual como sus hermanas mayores, pero SOSTENGA UN CATEQUISTA 1 lo que ellas no pueden hacer, la suya lo ejecuta con perfección: da vueltas en cualquiera calle aun la más estrecha, y entonces algo le hace cosquillas en el corazón, algo tan suave, tan celestial que ya se cree más rico que el millonario, que pasando a su lado mira con desdén su "lizzy antiguado" y él también extiende la cabeza porque k siente reposando sobre el corazón de su Salvador. Pero el dia que recibe una carta de la digna Madre Superiora del convento de Bauco, relatando el número de niñas en la escuela, ó la fiesta de la primera Comunión, ó como se han bautizado por Sor Bernarda tantos niños en peligro de muerte, etc. etc ... entonces ya no llega a comprender cómo tantos quedan tan egoistas, tan avaros, tan poco cristianos para no decir paganos, hasta no hacer algo grande en toda su vida, algo que eleva a otros desde el mundo hasta el cielo y Dios... Desde aquel dia famoso en que hizo su inventarfo y revisaba sus cuentas del año y se decidió fundar el convento para las Madres en Bauco, siempre ha sido el hombre más feliz de la tierra y sus negocios no conocen otra crisis si no aquella de la cual oye tanto hablar en el club ... -~~Su salario no era precisamente un salario de hambre. Era escribiente, trabajaba ocho horas al dia y en tiempos de calor hasta menos; por las tardes de los Sábados era libre. U na vez en casa, 195 se ocupaba de su jardin; su esposa cuidaba gallinas y vendía los huevos; vivían fuera pero cerca de Manila. Habían procurado una educación cristiana a sus seis hijos ahora todos casados ya y algunos de ellos en mejores condiciones que ellos mismos sus padres. El ya no era más el joven de hace treinta años, pero a pesar de sus canas no temía trabajar: tenía unos sesenta años. Sin embargo, hace algunos dias dijo a su esposa: "¿Por qué trabajar más tiempo? Supongamos que pida ya mi pens1on. Con esa y los intereses de nuestro pequeño capital, yv podemos vivir tranquilamente y en paz durante nuestros últimos dias." Y recordándose de esta proposición, inopinadamente fué distraido en su imaginación. Es que el domingo penúltimo del mes de Octubre había escuchado un sermón de su cura párroco, que no era precisamente un orador, pero un hombre de acción que hablaba con unción y convicción y el padre había dicho: "que cada cristiano debe durante su vida hacer al menos una acción cristiana de importancia ... " Pero pensando vió que él hasta la fecha nunca en su vida había hecho algo que mereciese el nombre de "acción cristiana de importancia." ¿Qué, si él la hicjese en estos dias? Y a estaba bajando con pasos de gigante la colina de la vida; por eso, si quería hacerla, era tiempo ya y debía hacerla cuanto antes ... LAS MISIONES :SECESITAN CAPILLAS 196 .¿Qué, si por ejemplo él adoptaba a un catequista para convertir paganos? Se sentía bastante fuerte aún para trabajar algunos años más. De cualquier modo, ¿Qué vale un hombre que no trabaja y especialmente si no procura su salvación y hasta su santificación? Y pensando y meditando sobre la idea de "hacer una acción cristiana de importancia" él también, -como el comerciante de arriba, quedó sentado en la derecha de la balanza divina y eterna y efectivamente hizo su "acción cristiana de importancia." Hace poco el hombre me contó ·que con gusto sacrificaba sus cuarenta pesos al mes para el sostén de sv catequista en la Montañosa y añadió que no se arrepentía de la promesa hecha de continuar su "acción cristiana de importancia" hasta el fin de su vida ... Queridos lectores, al oir estas palabras y al comprender toda la felicidad de aquel hombre cristiano, estaba yo para arrodillarme ante él y besarle la mano ... aquí al menos tenía en mi presencia un hombre el ciento por ciento cristiano: un santo, y si es que me atrevo llamarle así, ¿Qué le dirá el Señor cuando por fin se presentará para ser juzgado desde la derecha de la balanza eterna en la éual queda sentado? -e'(C)G)<!)iDi os mío! ¿Qué he hecho yo ahora? Por poco he contado una mentira... dos mentiras... Que me dispensen: las dos historias de arriba no son más que una invención mía ... imaginaciones desde el principio hasta el fin ... Pero, sin embargo quisiera hacer una pregunta. ¿Acaso no es extraño y lastimosamente sorprendente de que tenga que inventar estos hechos é imaginar Cristianos que por acciones como las de arriba demuestran su fe verdadera en el Señor infinitamente justo y bueno y en un cielo de gloria y felicidad eterna? Ah, si los Cristianos lo meditasen bien, no hubiera necesidad de buscar en la imaginación esas historias, se tomarían de la vida cotidiana de los hombres de juicÍ{>, y pudiera escribirlas por docenas. Si de un lado tuvieramos el valor df' considerar a Dios y la eternidad y del otro de reconocer cómo la mayor parte de lo que llamamos necesidades de la vida realmente no son más que unas vanidades y lujo, entonces, sí, entonces ¿cuantas historias de acciones cristianas de importancia se relatarían no solamente en revistas de las misiones sino también y sobretodo en el Libro de Vida? Desgraciadamente nós preocupa demasiado el temor de practicar la generosidad por miedo de no tener bastante para las necesidades de la vida. Facilmente gritamos no poder ayudar a otros y decimos que lo poco que sacrificamos para el Señor es demasiado ya... El Rey David hablaba de otra manera cuando al recordarse de su pecado dijo al cielo: "AmAFILIESE A LOS CRUZADOS DE STA. TERESITA plius Domine... Más, Señor, permítame sufrir más y más para quitar mi iniquidad ... " No creemos segurísimos ya en la balanza de la Justicia eterna y ya no queremos sacar nada de nuestros bolsillos para añadirlo al peso de nuestras virtudes, exagerado por la imagin'ación, aunque en realidad tengamos poco ó nada de la santidad del Rey David. Pero, ¿Cómo interpretamos las palabras del divino Salvador: "Si alguién viniera a Mí y no tuviera odio a su padre, y madre, y esposa, e hijos y hermanos y hermanas, y hasta su propia vida, aquél no puede ser mi discípulo?" Algunos sacrifican a sus hijos é hijas que van a las Misiones; los Misioneros sacrifican todo lo que aman en este mundo y perseveran sacrificando a sí mismos en mil maneras. ¡Qué diferencia entre la vida de estos misioneros y la de muchos Cristianos que pretenden ser los discípulos de un Cristo que murió en la Cruz para todos y cada uno! ¿Cómo imitamos el ejemplo del Señor? ¿Qué es lo que el Salvador se ha reservado para sí mismo durante su vida escondida y pública? ¿Cuanto se h<t reserviido para sí mismo cuando desnudo en la Cruz sacrificó h'lsta la última gota de su divina sangre, crucificado entre ladrones, y abandonado de todos hasta del Cielot U na sola palabra del Señor nos puede explicar aquella ceguera de muchos Cristianos y es: "Padre, 197 perdóneles, no saben lo que están haciendo." Dentro de pocos dias celebraremos la fiesta del nacimiento del Señor: la unión entre el Hijo de Dios y un <:uerpo humano nacido de una Virgen pobi:e por la obra del Espíritu Santo. Miremos bien al Santo Niño. ¿Acaso posee la milésima parte de lo que nosotros disfrutamos? Y sin embargo El es el Todopoderoso, el Infinito. ¿Por qué tanta pobreza? ¿Por qué tanto sufrir? ¿Por qué sus brazitos se extienden temblando? Para invitarnos, para invitar a todos los seres humanos y abrazarles sobre su corazón ahora y algún dia en el cielo. Ciertamente el Señor conocía todo el valor, todos los gozos de la eternidad en el paraiso, y hé aquí lo que en el establo empieza a sufrir para ganarnos el cielo. A pesar de estar su alma en posesión de la visión beatífica y de estar aseguradísima de entrar gloriosa en el cielo, sin embargo El Señor sufre desde el pesebre hasta la Cruz, pero todo eso para demostrarnos el valor del cielo y abrirnos el paraiso, dejándonos el ejemplo de la manera de salvar y san tifi.carnos. -"Oh Señor, haznos comprender. cómo a pesar de todo lo quehacemos para santificarnos, nuestra virtud siempre es insignificante y nada. Lo poco que hacemos, desgraciadamente lo estimamos valer mucho, pero ¿Qué es en comparación con lo que Tu sufriste para asegurarnos. ROGAD POR LAS MISIONES 198 el cielo? Tu nacimiento en medio de la pobreza extrema supera infinitamente todos nuestros sacrificios. Tu has sido nuestro primer aguinaldo ó regalo divino y siempre continuas en serlo en la Misa y la Santa Comunión. ¿Qué devolveremos a Tí? No hay otro aguinaldo digno de Tí que Tu mismo ofrecido a Tí y a Tu Padre, por almas hasta la fecha apartadas de Tí, y que ayudamos a reconcili.arse con la Justicia Divina, porque al renacer el hombre por el bautizo ó por el perdón después de la muerte por el pecado, Tu mismo reinas en él y hasta le haces comunicar con tu divinidad por la naturaleza divina que le comunicas y qué es la santa gracia en su alma. ¡Qué agradable debe ser a tu sagrado Corazón un tal aguinaldo y a la vez qué precioso para los que así Te poseen! Porque constituye la garantía del cielo ó Dios mismo para siempre." Estas con las felicidades que desea el Misionero a sus Lectores: la alegría de causar al Salvador toda la satisfacción de su corazón adorable al renacer en almas que hasta la fecha quedaban cerra.das a su caridad, Y estas felicidades no son un mero deseo: son aguinaldos que se ofrecen a cualquiera que quiera recibir y tomarlos. ¿Cómo? Haciendo una "acción cristiana de importancia." iFelices Pascuas! -~~ ESTIPENDIOS DE MISAS SON UNA GRAN AYUDA