Y digos yo

Media

Part of Excelsior

Title
Y digos yo
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Leo, corto y pego: c:La policia de Suderland, Inglaterra, tuvo a biC'n visitar la ·residencia de la Sra. Sara Shannon, descubriendo en ella una escuéla donde iniciaba a un grupo de niños en las malas artes del robo. Una de las infortunadas criaturas era su propio hijo.» Y digo yo: En Manila ~on más precoces las criaturas. La pÚlicia ha descubierto varios grupos o bandas de niños ladrones que se iniciaron en las malas artes del robo sin profesora alguna. Precocidad infantil, que diria algún psiqui-atra de esos que se dicen entendidos. Charles Peters, de Puluth, Min., Estado~ Unidos, sufría de insornio. Días y más días transcurrían sin que pudiera conciliar el sueño, hasta que, al fin, decidió dormirse definitivamente apelando al suicidio. En la carta que escribió momentos antes de atentar contra su vida, explica textualmente: «Me estoy muriendo de ganas de dormir». Y digo yo:: En Manila nadie se suicida por ganas de dormir. Verdad es que tienen el remedio a mano. No tienen más que ir a la Cámara de Representantes a oir a uno de los privilegiados c:de la media hora.' Dán el opio. Y que conste que no lo empleo en sentido figurado. Cornelio Ferreira, residente en J ohannesburgo, Africe del Sur, cuenta trece años de edad. Nació ciego, sordo y mudo. Los médicos le operaron recientemente y ahora empiez:i a recobrar los sentidos, observándose que sus facciones de idiota van adquiriendo la expresión normal. Y digo yo: ¿Cuando les operarán a algunos de nuestros concejales, sobre todo a aquellos que son ciegos, sordos y estúpidamente gárrulos en el asunto de los cocheros de las c-arromatas de alquiler? Hace treinta y tres años que una piedra llegó violentamente al ojo derecho de Stephen McCormack, vecino de Sydney, Australia, anulándole la visión por completo_ Mientras jugaba a la pelota con un '3.migo, este le dió una puñada en el ojo inutil. Después de dolorosa cura, se dió cuenta que había recobrado la vista. Y digo yo: Que Dios le conserve la vista. Y que nuestns autoridades vean si este remedio surte los mismos efectos aplicado a algun que otro agente encargado de evitar la entrada de contrabando y matutes en este puerto. Es cuestión de probar. O coger un diario cualquiera de los que aquí En la Isla de Hierro, Archipiélago Canario, se editan y empezar por el editorial. una mujer ha dado a luz seis niños durante el l:.XTRACTVS LVCl()NES CVLC>"'l'"'S - PVL'#c:>!i ANTONIO VIVES P.O. 60'.ll l'}')l ff:L. Z·6!t·49 plazo de seis meses. En diciembre alumbró un varón y hace pocas semanas dió al mundo, prematuramente, otro niño; -al día siguiente una pareja de varones; cinco días después dos niños \ más. Todos nacieron sin vida. Y digo yo: Que esta fecundidad solo tiene parangón en algunos de nuestros legisladores, que «paren» proyectos y más proyectos de ley que, desde que nacen, «están difuntos». Con la particularidad de que en h. progenie de nuestros fecundos legisladores se dán varones, hembras y. . . lo demás. En el hospital de· Carolia, en la ciudad de Stettin, Alemania, recibiose una valija de cuero y una carta en la que :::e anunciaba la llegada, al día siguiente, de Carls Mertens, para someterse a un tratamiento en dicho centro facultativo. El misterioso paciente aun no se ha presentado en .el hospital. Todas las pesquisas de la policía han resultado inútiles. Y digo yo: Como nuestra independencia. Se anun:ia, pero no llega. Y tod::i.s las misiones resultan inútiles_ El barco procedía de Chile y estaba anclado en Los Angeles. Su cargamento consistía de plonio y plata concentradas. Los bomberos no podían apagar el fuego que se había origin3.do, porque el agua hubiera producido una reacción química muy peligrosa. Parece ser que cuanto más se quemaba la mercancb., mas concentrada estaba y, por lo tanto, aumentaba más en valor. Y digo yo: Lo mismito pasa con la cooperación, plata, por lo que nos cuesta, y plomo por lo que nos pesa. No podemos 3.Cabar con ella, porque produciría una reacción muy peligrosa. Y en tanto va quemándose---cooperación, plata y plomo,-más se concentra y más vale. P3.ra Malacañang. Ha f-3.llecido en manos de los carniceros del matadero de Bagunte, Portugal, el cerdo mas corpulento que se ha conocido. Pesaba 1,630 libras y su altura era de cuatro pies. Y digo yo: ¡Bien por los portugueses! Los cerdos que por aquí pululan no sirven para el m3.tadero. Solo sirven para emporcarse en «grafts». Pida Siempre La Botella Original VINO TO NI-QUINA BOJE Para la Anemia Debilidad g Falta de Apetito Un vasito antes de las comidas, abre el apetito, ayuda la digestión y fortalece la sangre. Preparado por BOTLCA BOIE El profesor Jean Richtera, residenté en Parí~, ha descubierto que los vegetales cantan. Un !.. ________ _ nlicrófono colocado en su jardín, le ha permitido escuchar escogidas composiciones tales como un solo de judi3. y otro de cebolla; una sinfonía absolutamente vegetariana y otras maravillas similares. Y digo yo: Antes de que el profe~or Riehtera descubriese el «canto» de los vegetales, ·los qile aquí formamos pa.rte del público paciente habíamos descubierto que b.s cucurbitáceas discurseaban y que los melones cantaban sus endechas en el melonar político. Y no vale señalar, eh. El museo de Calcuta ha recibido. una serpiente capturada en el distrito de Bengala, en cuyo cuerpo se observan dh:tintamente dos pies con tres dedos c-:ida uno. Y digo yo: ,Propongo que la muy digna Cámara de Re1>resentantes envie al macero a Calcutta a adquirir dicha ~erpiente. Y que una vez con ella de· regreso a Filipinas, la suelte en la región del B3.nahaw, en don1le, dicen, se esconde el escurridizo y altanero presi<lE'nte J e Lipa, Sr. Lopez. Porque a ese señor no lo coge el macero sin la ayuda de un fenómeno al e~tilo de l~ serpiente de marras. Burlado después df apaleado, G-3.ston Herro fuC atropellado por un automovil en la capital frnncesn . Se pudo probar que el chofer había sonado la bocina a tiempo, por lo que el juez multó ·al peatón por haberse dejado atropellar. Y digo yo: Igual nos pasa aquí con el cólera . Porque esta ~eñora · llep a ncsotros, nos atropella, nos mata. Y lut'go la Sa nidad nos echa la culpa. Como si qu'5iéramos morirnos. O que nos emplumen la multa de una inyee'rión administrada por un «school hoy)) fracasado. Y ~ acabó lo que se daba, lector, hasta la próxima. Si no nos morimos de «ganas de dormir». O del cóler3.. O de asco. Digo yo .. . Distingu,idas damas y señoritas filipinas en París. Primrra fila de izqufrrda a de1·etha: Sm. Pacita de Rodriguez, henuana de Luisa Tavales. Segunda {1"la en el min11w orden: S1·ta. Pacita del Rosario y Luisa Tavala& de Cka1>l1nski conocida so1n -ano filipina que 11or tres rioc-hn: consecutivas tantó ·en uno de los teafroi; de ~<J.!!.!:!!.'.!:.._!'!~tt·ó¡;oh", «Madame B.utterfl11» .. ¡ A~9ó~~o 2~~c{~S 1 18.\2-C lnt. Azcarraga l Sta. Cruz, Manila T<I . 2·51-~ PHONE' 2 · 37-36