Bulevardina

Media

Part of Excelsior

Title
Bulevardina
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
BULEV ARDINA IV Es domingo y aUnque no lo advirti~ra el calendario con su letra roja, lo dice de un modo bien expresivo el torrente humano qu~, como de c2.ldero en ebullición, se derrama a borboto~es en este día fuera de sus hogares por calles, plazas y lotondas, a pié, en carretela, en tarromata, en tranvía, en bus, en estrepitosos fords, en modernos taxis o en señoriles packards o cadillacs y allí va la gente a donde sus gustos le tiran, desde la gallera hasta el cine, desde los emocionantes juegos deportivos hasta la padfica Y sana deambulación por sitios apropiados ¡pa~a ello, señalándose--abstracción hecha de los parQues mas o menos en proyecto del Municipio para los arrabales--como los mas favorecidos, la Luneta vieja, con su música de la Constabularia y acompañamiento de agrup2ciones e~colares Ce uno y otro sexo, mucha, pero mucha jente joven, madura y vieja conjugando los verbos amar, contemplar y recordar, con ajuste a 1as vibraciones de su espíritu y chiquiller:a encaramada en el obelisco acusador y demostrativo de lo poco y desluddo que se ha hecho :POr la memcria c!e quien hizo tanto. . . Y no se cansen ustedes en contar los vehículos que allí se atascan, evidEndando con su número el dinero que sale de Filipinas para enriquecer industrias extrañas a cambio d.el postín que representa el ir sobre unos miles de pesos a merced de que un chofer los haga polvo en un instante. :' S!guele en órden la Luneta nueva, en terrenos robados ... ¿Se dice robados? ... ¡Ya lo creo! El verbo este es de los más usados en nuestro3 días... Pues sí, robados al mar, para el disfrute de familias chinas r.1.~audaladas, malabares, religiosos, corredore3 de patines Y ¡::ase2ntes poco amigos de bullicio y apretones, que se conforman ton oír Ja música desde lejos, entre l~s que van Y vienen vend'eC'Ores de sorbetes, cara~elos, lolly pops y chewing gmns y hasta crisálidas de ases del boxeo o sean embetunadores. Y por último llegamos al Bulevard, que como tarde sin nubes, de ambiente frese·o y la bahía como un bruñido espejo, está, que es un encanto, corroborándolo así la exultación que brilla en los semblantes de los que por allí van y vienen, entre los que tengo el honor de contarme, aunque por el pronto y cumpliendo 10 con anterioridad ofrecido, me paso al otro lado, a donCe llego felizm:ente, sin más momento apurado que el en que me ví, sintiéndome casi a~ropellado por unos aristocráticos ginetes en bric;>sos caballos, que considerando sin duda que todo el n\onte es orégano, que el mundo es exclusivamente suyo o que a la equitación se la permite más abusos que al tránsito rodado y por lo tanto los centauros modernos :pueden ir galopancfo por el mismo sitio que las personas, pasaron junto a mí y no lejanos de una dama extranjera, también de las abonadas, sin que por fortuna sufriésemos más percances que unos cuantos chinazos que nos dispararon los cascos de los fogosos·· corceles, lo que nos hizo proferir algunas enérgicas expresiones, cada uno en su idioma, qu.e yó me figuro, aún sin saber lo que ella diría, fuera.n similares en nuestros respectivos s-entires. Trás este pequeño incidente, el1a continuó sU marcha balan,~cándose como una canoa y jugueteando con un bastoncito batuta y, por efecto del airecillo reinante, mostranc!o la plasticidad más que exuberante ele su torso, sobre el que se aplastaba el e.util traje que la cubrfa, lo que venía a producir el efecto de la a¡plicación de los rayos X Apuntado lo que por lo corriente hay, apunto y dejando al descubierto lo que ya, por no Ha- tambien lo que a mi juicio falta, que me figuro mar la atención de nadie, acabará por cubrirse, que u&tedes echarán tambien de menos. No hay para de nuevo despertar la curiosidad pQr lo ciud'ad en el mundo, donde el :Principal atractivo desconocido: las extremidades, bien rollicitas, de los lugares destinados al esparcimiento duransuperiores e inferiores. te el día, n.o ofrezca como la mas animada Y Entre los que me voy encontrando, figuran jocunda nota, a esas legiones de niños y niñas matrimonios, que por prescripción facultativa, que acuden con sus aros, volantes, combas, peacuden cuancfo se les aproxima la obtención del lotas, muñecas, globo.s, carritos, tricidos y otros derecho a exhibir en plazo cercano, aunque in- variados e incontables jugudes en las criaturas seguro, la patente de paternidad, en lo que está menores. En las mas crecidas, los varones forrecomendado un .higiénico y descansado ejercí- man partidos de marro, piola, justicia-ladrones do; pero van, ¡pudiera decirse, de una manera Y en las hembras se organizan corros para envergonzante, de tapadillo, buscando penumbras, tonar a coro esas tan incorrectas como bellísien evitación de mostrar señaladas altera~iones . mas cn~iones del Mambrú, Me casó mi madre, de la figura femenina que, por razón del intere- Arroz con leche, Ambó, ató, el Mrila.no, y mil mas, sai;ite estado en que se encuentra, no puede ajustarse a la- rectitud de la línea impuesta por la ley vigente de la Moda. Van por alli también las familias de l~to, que no por la triste condición a que las ha traído la ausencia eterna . de . ~n ser amado, han de vivir en tia usura; van las amas chinas, luciendo su antiestético indumento y haciendo sonar como esquilas los zarcillos que cuelgan de sus agujereadas orejas, calvas oasi todas-no las orejas, las chinas-que con los pequeñines a su cuida.<!9, dej_an correr y saltar a los mayorcitos y a los mas pequeños pataleando en sus carruajes y. trompeteando· con sus biberones, mientras ellas ch~rlan como cotorras lo que se sabrán, en sus cantarinas al par que desentonadas voces. No faltan algunas parejitas, a las que agrada aislarse en sitios apartados, para ver y al pr®io tiempO ·forjarse la ilusión de no ser vistas; una señora mayor con bata, mas que mayor, que se le enrosca al cuerpo cuando el viento lo dispone así, desavío que corrije la dalaguita qt:e la acompaña 1:omo lazarillo. Y ya, pare usted c!e contar, sin hacer caso de una que otra tertulia formáda por elementos en con lo que el ambiente se llena de gorjeos, trinos y carcajadas, mas armonioso el conjunto de todo esto que las propias bandas musicales. Sitio mas apro.piado, ni de encargo, como esas esplanadas cubiertas de fino y aten iopelac:!o eesped, que alejadas de todo ¡peligro para tranquilidad de las madres y con Es!)ado sobrado sin estorbar a nadie, se extiend'en entre el paseo y las casas. Pero aquí no hay nada de eso; ellos, distingui~ndose los comprendidos en la clasificación de zangones, estiman que no han de formar rancho aparte de las personas mayores y establecen precisamente sus campos de juegos de spo1·t en el sitio mas concurrido, encontrando agradabir simo el estorbar, molestar e incomodar con sus carreras, empujones y gritería, en la que resaltan vocablos, no siempre de los mas escogidos, sin respeto ni consideración a los oídos a donde van a ¡parar. En cuanto a ellas, ocurre un caso singularísimo, que estoy por atribuir, como cau~:a principal al clima, que en su po&!r fceundante' lo adelanta todo y hace vivir mas aprisa que en otras partes. En Filipinas se da el estupendo caso de ~stado de maduréz otoñal, que en bancos o en tor- que no hay niñas. . . Vamos; como niñas, si tlo c:!e autos parados, de donde no quieren salir que las hay, pero que no son niñas de verdad. por pereza o por andar de trapillo sus ocupan- Todas, en cuanto ya están en edad de ir al cotes, hablan de lo que les parece, l¡ien o mal, se. legio, se consideran mujeres chiquitas, pero mugun caigan las pesas, sobre cosas, hechos y per~ jeres al cabo; esto es, sin admitir o sin que se sonas presentes o ausentes. las imponga el estar y moverse en el círculo pro,¡pio de sus cortos eños, sino que que se las ve hacer la vida igual a la de las otras, que por su desarrollo o estatura re encuentran en condiciones el:~ hacer su entrada en sociedad, instante ¿e excepcional significación no hace aun mucho, cuando esto represe,ntaba el ponerse de largo y sustituir las trenzas o la mata abundante de cabello suelto por el moñ::>, característ!ca para tomar la alte1-nativa., como diría un aficionado al arte del toreo, tan semejt>.nte en muchos pllntos al que emplean las mujeres para llevar al hombre a su terreno. M'as· como todo esto de clargar la falda y recojer el pelo pasó a la Historia, borran'do de golpe la distinción d'E! edades y con ello los derechos y deberes inherentes a cada una y hoy, a las .antiguas tobilleras, han sustituido las pantorriUeras y hasta las muslera!!l, nivelando así a las nietas con las abuelas, tanto ¡pueden alardear estas de neriitas, como de adultas aquellas, lo cual, en ~paseo 1.!omo en parte otra alguna, es dond'e se puede apreciar, viéndose que lo mümo a los diez que a los quince, que a los veinte años van unas y otras admitiendo la compafüa de pollos 1.!on el cascarón mas o menos adherido y aun de gallos con espolones y todo. No vaya a creerse que se trata aquí de arreglar el mundo o por lo menos intentarlo para hacerle marchar por el camino que debiera seguir ni los comentarios que sobre el particular se me van ocurriendo tienden a emprender una campaña, pudiera decirse de redentorismo; nada de eso. Vayan las cosas y los acontecimientos y las costumbres por donde el Siglo las señale Y ,~onnetemos nuestra labor al fin perseguido o sea a entonar, aunque sea con voz de grillo un himno a ese delicioso bulevard, cuya hermosura es grande, ciertamente, pero que la realza en tercio y quinto al adorno que le complementa con el personal femenino que allí acude, sin que sea Posible prescindir del mascul no, ya que este, pese a los presumidos que se crean otra cosa, realza a aquel, por el contraste que ofrece por su bastedad con el otro, tan delicado y fino, al que sigue desde que el mundo es mundo, como va la soga tras el caldero. GIL. A. MóN. Muebles de Acero "DOEHlER" LO MAS MODERNO PARA AMUEBLAR ALCOBAS FUERTESDURADEROSDE DISE1'10S y PINTURA ARTISTICOS, EMBELLECEN LA HABITAC!ON Le rogamos qe nos haga una visita y nos pida también nU;llstro plan de pagos a plazos TENEMOS TODO LO NECESARIO PARA AMUEBLAR LA CASA