Seccion Castellana

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Part of The Carolinian

Title
Seccion Castellana
Language
Spanish
Year
1960
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
SECCDON CASTELLANA SEftOR MIGUEL FLORES Editor la jSatn&ali La |ustlcia dlvina, Hermanada con amor Nos salv6 de la calda Nos alivld del dolor. Dlvina (ustlcla es, Enviar a este mundo. De entre miles seres El mismo ser divlno. Luego, ha nacido El For su amor hada nos. Para hacer fadl La entrada en los delos. Con el fin de mostrarnos La dignldad humana, Se hlzo hombre Jesus De la Virgen Marla. Que beneflcio grondel Que misterlo grandiose! Que El Creador incarnado Fue; una dicha Inefable. Pero, que hlzo el hombre, Redbldo este don 7 Pronto qnebranfo la ley Sin pensar de su accidn. SI el amor con amor se paga, Per que el amer celeste Se paga con vida mala For el Ingrate hombre? Porque el pecader peca Sin pensar de la efensa. Aun Le ama macho A pesar de su calda. El Salvador Prometido I VIERAS morir, en campos de batalla, millares de hombres, esto no seria porque el hombre se hace de carne y hues o solo, sino tambien porque recibio el castigo original a causa del pecado de nuestros primeros padres. Por esta maldicidn, la muerte es una “conditio sine qua non” de la naturaleza humana. Por eso, no nos extraiian la muerte de todos los descendientes de Adan e Eva, las enfermedades de diferentes clases que aflijen el cuerpo humano, los infortunios de la vida, las guerras entre naciones, la dificultad en buscar el pan cotidiano, el alimento primordial para la conservacion de la existencia del ser racional en este mundo, la discordia entre familias y las demas calamidades que habian existido y continuarian existiendo mientras que viva el hombre. Por el Senor MIGUEL FLORES A.B. IV Por que el ser racional No comprende al Senor, Slendo Jesus come tai, Y no obra 41 con tlmor7 Porque 41 es muy debll. Segun la Blblia, La vida es dificll. Peca 41 cada dla. La mlseria humana es, Un sehal de castigo, Del Infado divlno Y de maldlcldn nuestra. Despues de la tempestad, Vienen la paz el orden. Gracias ya se conceden, De su inflnita bondad. Todo esto manlflesta, Cuanto Jesus nos ama Libres nos hace obrar Para probar a qulen ellja. Para reconocer blen, Nuestra gratltud Hagamos un Belen En el alma nuestra vll. Limpiemos nuestras almas, Y las llagas ya curadas; Causadas por nuestra maldad; Se recibiese la potestad. Ha naddo EL NINO JESUS AMOR DIVINO; Nuestra fe, nuestra vida, Que dicha, quegrada! Asi como a estos males debe haber un gran remedio, asi tambien tiene que existir uno que sepa remedial- nuestra suerte. Este seria el unico consuelo en tiempos de prueba, nuestra esperanza en tiempos de desesperacion y uno que sepa guiarnos desde el umbral de la caida hasta el camino de la salvacidn. Porque todos nosotros sabemos, que desde la caida de nuestros primeros padres, Dios les castigo, echandoles fuera del paraiso. Se hicieron esclavos del poder infernal, pero, El no les habia dejado abandonados a su desgraciada suerte. Por un acto de su propia misericordia, determino redimir al hombre del dafio eterno. Luego, el tronco muerto del primer pecador fue vivificado por la sabiduria divina y por su compasion hacia el ser mas escogido entre los seres de la creacion. lQue dicha inefable!; Que beneficio tan grande, que con su bondad compasiva, nos hizo amable al Creador! No es verdad, que no necesita al hombre para que sea feliz El? Pero, por que sin disminucion de su bienaventuranza, quiso resuscitarle de la muerte eterna? Porque nos ama mucho Nuestro Redentor. Este amor se manifesto en el hecho de que el hombre, despues de haber caido, hubiera sido destinado, para siempre, al caldero de Pedro Botero o sea al fuego preparado, desde tiempo eterno, mas alia del otro mundo. Paz y gozo deberian estar en el corazon del hombre! Porque, por medio de la union hypostatica entre el ser divino con el humano, la inmensidad del amor divino hacia el ser que participa de su esencia divina se hace manifiesta. Alegres cantemos el cantico de amor porque hemos recibido el don infinite—la Encarnacion del Hijo de Dios. Este Verbo Encarnado vino en el mundo para hacemos felices, pacificos, amantes del reino de Dios; para librarnos de la mancha del pecado original; para hacerno libres dela desdicha causada por nuestra ingratitud. De hecho y de derecho, el redentor que nos tenia prometido Dios, vino en este terreno effmero. Ha nacido de la virgen, escogida de entre las mujeres puras, santas, y virtuosas. Que Dios Padre el Espiritu Santo la escogiesen como madre de la Segunda Persona de la Santisima Trinidad, es un privilegio singular para un ser bajo y parecido a un gozano y hecho del polvo de la tierra. La venida, pues, del Salvador de la raza pervertida, es, segun el sentido cristiano de la palabra, la pascua. Grande es este dia, glorioso es este tiempo para el mundo cristiano y se recordaria, sin cesar, la reconciliacion entre la naturaleza divina y la humana. Que debemos hacer, pues, durante la conmemoracidn de su venida? Preparemos su habitacion en nuestro corazon. Tenemos que ser felices y gozosos. Esta felicidad, para ser verdadera, debe consistir en la comunicacion entre el Creador y su ser creado. La felicidad que el mundo da, no es una felicidad, por la razon de que, esta llena de tonterias y faltas graves contra el Divino Legislador. La felicidad cristiana consiste en la vida santa que uno debe llevar. La felicidad del mundo pagano se mezela de porquerias y uno no debe seguir lo fin ito y lomudable. Alegr4monos porque ha nacido el Principe de la Paz! Page 28 THE CAROLINIAN