Comenzaba a las cinco de la manana y conseguia dos duros de ingreso mensuales

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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

Title
Comenzaba a las cinco de la manana y conseguia dos duros de ingreso mensuales
Language
Spanish
Source
Volume VI (Issue No. 149) Julio 25, 1954
Year
1954
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Comenzaba a las cinco de la manana v conseguía dos duros de ingresos mensuales Así empecé, dice CHICOTE, condecorado con la Medalla del Trabajo LE ha sido concedida a don Pedro Chicote la medalla de oro al Mérito en el Trabajo. Hemos sido recibidos por el popular barman en su museo de bebidas, y allí sentados ante­ unas copas de magnifico jerez, sostuvimos una agradable con­ versación, en el curso de la cual nos hizo un breve resumen de su vida... . —¿Cuántos años lleva trabajando? —Tengo cincuenta y cinco, -y a los siete comencé a tra­ bajar; o sea, que si no me equivoco hace un total de cuaren­ ta y ocho años. , _ Por favor, ¿quiere hacernos un breve relato de su viaa profesional? ... . —En 1908 empecé a vender copas de aguardiente en el mercado que entonces había en la plaza de los Mostenses; era un mercado al por mayor bastante concurrido por comprado­ res, vendedores y cargadores, entre los que logré hacerme una buena clientela, cons:guiendo, merced al aguardiente —valía entonces cinco céntimos la copa— y algunas propinas unos in­ gresos de das duros mensua'es: a las cinco y media de la ma­ ñana comenzaba mi trabajo, que terminaba sólo cuando el mercado quedaba totalmente vacío; de esta forma continué du­ rante cerca de cuatro años, hasta mi ingreso en Telégrafos, como botones. En 1915 logré una plaza de ayudante de bar­ man en el hotel Ritz, donde permanecí hasta mi incorporación al Ejército como soldado en Africa; una vez licenciado, íegresé a mi puesto. Durante la época que siguió, el trabajo fué intensivo, inaugurando el bar del Palacio del Hielo y del hotel Savoy, de la misma empresa del Riitz. Durante los ve­ ranos me trasladaba a San Sebastián y a Biarritz, donde ha­ cía la temporada en el Gran Casino, en el1 Kursaal y otros. Luego pasé a trabajar en Pidoux, permaneciendo alli hasta 1930, fecha en que me establecí como barman. —¿Considera usted haber triunfado en su profesión? —He trabajado mucho y con gran ilusión, pero a pesar de haber conseguido algunos! resultados satisfactorios, mi de­ seo constante de superación preside todos mis actos. —¿Cuál es su mayor afición? —Viajar, no sólo como placer, sino para perfeccionar mis conocimientos profesionales1; para ello encontré una magnífica ayuda en el marquéis de Comillas, que en mi época de lucha más intensa me nombró barman honorario de los barcos de la Compañía Trasatlántica, en los que efectué gran número de viajes a distintos países; en el curso de ellos conseguí la ma­ yor parte de las botellas que hoy figuran en este museo. —¿Quiere usted hablarnos algo de este museo? —Con mucho gusto. La colección se inició en 1916, con el regalo que el embajador del Brasil me hizo de una botella de Paraty, oue es un aguardiente de caña fabricado por los in­ dios brasileños. —‘/Cuántas botellas contiene el museo? —Exactamente hoy figuran ordenadas 14.036, de diferen­ tes países v clases, todas catalogadas por el país de origen y la clase de bebida aue contienen. Algunas, sobre todo las orientales, son muy curiosas. Aquella —nos dice señalando un tubo envuelto en un .papel con una inscripción en caracteres chinos— contiene un licor extraído de más de cien raíces, di­ ferentes y destilado con dientes de tigre, y aquella otra, licor de flores destilado con alas de mariposa. —/Cuál' es la pieza de mayor valor de la colección? —Hay dos valores a considerar; el profesional y el ar­ tístico. En cuanto al primero, la botella de más valor es una de coñac Napoleón Gran Reserva de 1811, de la que en la ac­ túa1 idad sólo existen 17 ejemplares en todo el mundo; poseo la documentación que acredita su autenticidad, y anualmente he de comunicar a la casa fabricante que conserva los registros de las 17 existencias, su estado de conservación; yo pagué por ella 5.000 pesetas, pero su “valor con el tiempo ha aumentado considerablemente. En el orden artístico hay piezas de indu­ dable valor, sobre todo las de porcelana. Vea usted—me dice— ao-uePá pareja, verdadera joya, regalo del Príncipe heredero del Japón en su reciente visita a España. —¿Cuál fué el hecho que mayor impresión le causó en su vida? —E1 más triste, la muerte de mi madre. —;Y el más grato de su vida profesional? —Sin duda, la concesión de la medalla del Trabajo, que me ha Producido una gran emoción, ya que considero es el más preciado galardón para todos aquellos que vivimos de nuestro trabajo. (6)