El arte y reglas del P. Blancas de S. Jose

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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

Title
El arte y reglas del P. Blancas de S. Jose
Language
Spanish
Source
Volume VI (Issue No. 149) Julio 25, 1954
Year
1954
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
EFEMERIDES FILIPINAS Por J. C. DE VEYRA El 'Arte y Reglas' del P. Blancas de S. José Julio 28, 1609 " TULIO 28, 1609. — Autorízase por J el gobierno la impresión de la im­ portantísima obra, Arte y Reglas de la Lengua tagala, del P. Francisco Blancas de San José.” Reproducimos la portada de tan cu­ rioso impreso, reduciéndolo a una co­ lumna, nada más que para familiarizar al lector sobre el aspecto "de época”, de impresos de esta clase. De época: cuando la celebración del 4.o centenario de la Imprenta (1911) la obra del P. Blancas fué campanillea­ da a más no poder: era, entonces, lo más antiguot en punto a impresos co­ nocidos de v^sú. La licencia de su publicacúdn que hemos mencionado, es de 1609; la impresión del libro. 1610; y lo autoriza Tomás Pinpín, el primer ti­ pógrafo filipino; y el autor de la obra P. Francisco Blancas Je S. José (S. Joseph, ponían entonces). El P. Blancas de S. José era uno de los mejores tagalistas: entre los de su tiempo era calificado como el "Demóstenes” de esta lengua: tal había sido su elocuencia. Su Arte, del tagalo, es de tal valor que, con haberse produci­ do más de cien Artes, durante un siglo (cosa singular en el mundo filológico) y haberse dado a conocer los ventajo­ samente aceptados de Totanes y G. de San Agustín, ésta del P. Blancas ha­ bía alcanzado tres ediciones, y aún aho­ ra se le consulta con fruto. —Recuer­ do, a este propósito, unos comentarios del P. Santamaría, sobre el modo de contar de los antiguos (tomado ¿e que trae el P. Blancas), que no ha de­ jado de sorprenderme. XXX MpN el sitio que juzgó más adecuado, " RIZAL levanto su coba; una mo­ desta casa, al estilo del país, de caña y ñipa, con harigues de madera y piso de tabla; que medía once metros y me­ dio por el frente y diez metros por el fondo: una casa casi cuadrada, que le Ahora, algunas observaciones sobre la imprenta, el P. Blancas, Juan de Vera y Pinpín. Volvamos la mirada hacia 1911. Re­ tana acababa de dar una circunstancia­ da descripción del Arte y Reglas, en el apéndice B, del Est&dismo, de Zúñiga. Tratándose del más antiguo de nuestros impresos, quiso dar la portada repro­ ducida; pero el ejemplar, de que dis­ puso (uno existente en el Museo-Biblio­ teca de Ultramar), tenía la parte in­ ferió,. rota, no apareciendo sino las pa­ labras : "En el partido de Bataan.... (en la línea siguiente):— galo, Año de 1610: Por Tomás Pinpín Ta— (Deta­ lles que había que llenar con lo consig­ nado en cronistas contemporáneos, es­ pecialmente el P. Aduarte.) Más tarde, descubre Retana que D. Antonio Guaiño, benemérito búti^iófilc** poseía otro ejemplar del Arte, de donde él reproduce loe facsímiles que figuran en sus obras La Imprenta en Filipinas y Orígenes de la Imprenta filipina. ¿Nada más que estos dos ejemplares se conocían del ya famoso Arte?— Existía un tercer ejemplar, en la Biblio­ teca del Qpngresb: lo describía A. P. C. Griffín (pág. 57), en el volumen publi­ cado con la Biblioteca filipina, de Par­ do de Tavera, en 1903; este ejemplar es incompleto, por faltarle varias pá­ ginas, aunque la portada es íntegra: yo lo examiné en Washington, D. C., ha­ cia 1918. —Un cuarto ejemplar existe en Manila, propiedad del Sr. Mariano Se­ quera: es hermoso, flamante, bien con­ servado: su dueño quisiera sacar de servía para cobijarse durante el día, y que, andando el tiempo, le sirvió para vivir en ella definitivamente, y en ella pasar las horas con miss Jisefina Bracken, la irlandesa que tan apasionada estuvo de RIZAL. W. E. RETANA él... todo el oro del Perú. ¿Cómo es que, siendo la Doctrina cristiana de 1593, (impresión xilográ­ fica) obra manual de chino, en S. Ga­ briel, Manila, la obra del P. Blancas aparece en Bataan, y por ejecutor, To­ más Pinpín? —Porque allá estaba el P. Blancas, el más empeñado, al parecer, en salirse con la suya, en tener impren­ ta: destinado por misión religiosa a aquel partido, debió de haber llevado consigo a su predilecto Pinpín; y allí o antes (en 1602-1606), y entre los dos, hacen la impresión del interesante Arte. El chino cristiano, Juan de Vera, a pesar de su devoción (de que habla muy alto el P. Aduarte) no habría po­ dido acompañarle; más así y todo, en frase repetida por Retana, ' se saltó con la suya”, en esto de tener imprenta, y de entonces la tenemos acá: aquel de­ mostró luego la "originalidad” de la im prenta filipina: Tomás Pinpín — de quien Epifanio Santos hizo un afortu­ nado ensayo de adivinación psicológica atinadísima en el laudo del jurado de imprenta,en 1911, — vive y vivirá, Si no como cofundador de la imprenta con el P. Blancas, su mano derecha, su de­ voto, su ejecutor: el primer tipógrafo filipino. Todo sea por la gloria de la impren­ ta y su utilidad en las Islas, cuya cul­ tura han promovido, fomentado y con­ servado triunfalmente. (58)