La Eterna historia

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Title
La Eterna historia
Language
Spanish
Source
Estudio Volume I (Issue No. 13) Marzo 31, 1923
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
2{cvista Se1nanal DIRECTOR:-Alejandro de Aboitiz ADMINISTRADOR: - Claudio R. de Luzuriaga P. O. BOX 1659 P. O. BOX 1815 Vol. l. Manila, 31 de marzo de 1923 Núm. 13 "THE INDEPENDENT" NO CONTESTA . . . "THE INDEPEDENT" NO PUEDE CONTESTAR! ¡¡¡ La Eterna Historia ·~¡ "Los hombres de todas las épocas, ha dicho Say, se parecen notablemente. No es tan provechosa la Historia por contener el pasado, cuanto porque puede en ella leerse el porvenir". Es, ni más, ni menos, uno de los principios de la psicología social. Si el conocimiento de los tiempos pretéritos no hubiese de aleccionarnos en el arte de presagiar, con probabilidades de acierto, las edades futuras, sirvieran las narraciones del curso de la humanidad para divertimiento de los muchachos, mas no de mayor utilidad. N? a humo de pajas dijo el poeta: Solo ella insegna, ella insegnar puo sola Cio che accader dovra, da qllel che accadde. fóse de sus manos cuantas veces quiso y sólo al sonar la hora del sacrificio en el reloj de su propia Voluntad, unificada con la de su Padre, se entregó con mansedumbre sobrehumana a la venganza de sus enemigos, confabulados con el apóstol traidor. Se constituyen en tribunal sus mismos perseguidores, escudriñan los más leves pormenores de su vida, examinan con la lente de la pasión cada inciso de sus predicaciones y enseñanzas, recurren a testigos falsos por salirse con la suya y, no hallando uno sólo que adujera acusación de peso para poderle condenar, sacan el registro de la insubordinación a los poderes constituídos, tropiezan con un gobernante imbécil y abúlico, se aprovechan de la veleidad inherente Durante estos días conmemoramos el a las masas, echan mano de las mayorías Y drama más saliente de los siglos, donde se los gritos frenéticos de una plebe, venal registra la portentosa circunstancia de ha- como todas las plebes, inclinan la balanza ber sido hombres los verdugos y la víctima del lado de la condena, mientras el Juez se un Dios. Habiendo pasado por el mundo encoge de hombros, jura no haber hallado haciendo el bien, incurrió en la enemistad culpa en el supuesto Reo y se lava las manos de cuantos venían cobrando el barato en el en público para manifestar su irresponsapueblo judío, fué perseguido por su mani- bilidad. fiesta superioridad como endemoniado, za- Con sólo correr los bastidores, las bam~~--'~~-'-~~~~~~~~~~~~~~~~-'-~~~~· ::lfarzo ESTUDIO :n, 1923 balinas y el telón de fondo veinte siglos, descubrimos la repetición de aquella sangrienta tragedia, cuyos personajes conserYan parecido evidente y se conducen de igual manera , aunque acaso lo disimulan con hipocresía mayor. La única diferencia estriba en los resultados de la persecución, yá que en la del Nazareno quiso Él someterse espontáneamente al poder de las tinieblas, y en la de su Obra Magna, la Iglesia, nos asiste a los fieles la consoladora promesa de su perpetua estabilidad. Las puertas del infierno nunca podrán contra ella prevalecer. También los adversarios de la Iglesia se conchaban con los tránsfugas de nuestras filas y se valen de sus interesadas indicaciones para mejor emplazar las piezas de ataque y no siempre los renegados son soldados anónimos, más a las veces pertenecen al gremio selecto del apostolado, motivo por el cual reviste la traición agravantes formidables, cuyo peso habrá de ser por ventura decisivo en la sentencia definitiva del divino tribunal. Medite pausadamente el cabecilla del aglipayanismo la responsabilidad del Pastor que secuestra el rebaño a su legítimo dueño y cuán ponderosa deba de ser la diestra del Omnipotente para los apóstatas del Sacerdocio en el otro mundo, aún cuando no a todos les depare en éste el trágico desenlace del apóstol traidor. La estela de la Iglesia al correr de los siglos es para todo pensador imparcial la trayectoria de la bondad, la nota saliente ele su divino Fundador, y cuantas veces intentaren sus contrincantes sistemáticos suietarla con esposas o ponerle un bozal, valiéndose de apariencias judiciales, fué siempre apelando a testigos falsos, y puesto que sus deposiciones resultasen deficientes, comúnmente sacaron a relucir el argumento Aquiles de la Pasión, el imaginario peligro originado de su libre ejercicio para la autoridad civil. N acla acaso tan manifiesto en la narración evangélica como el franco apartamiento del Galileo de cuanto se relacionase con la política judía o la intervención romana, y tan lejos estuvo de insinuar cosa tendente a la desobediencia o rebeldía a la aut-0ridad, que interrogado maliciosamente en cierta coyuntura sobre la conveniencia de pagar tributo al Estado o negarle ese homenaje de sumisión, dejó sentado el admirable principio de equilibrio político-religi-0so, según el cual ha de darse al César lo del César, sin mermar a Dios una mota de cuanto corresponde a Dios. La Iglesia Católica ha conservado en todo tiempo este programa de acción social, al imponer a sus secuaces la obligación de obedecer hasta a los usurpadores del poder, prefiriendo siempre la conservación del orden, indispensable para el bienestar de los pueblos, al triunfo de una causa personal, aun en el supuesto de haber de ser su gobierno más conducente a la prosperidad de los intereses de la misma religión. Y de igual manera que a su divino Fundador, se le ha acusado de ser perturbadora de la estabilidad social, causante de asonadas y rebeliones, amenaza permanente de la integridad nacional, porque saben por experiencia cómo al eco de esas acusaciones patrioteras, todos los gobernantes débiles, todos los jueces apocados y transigentes han incurrido de ordinario en la pusilanimidad del Pretor Romano, al solicitar de la multitud amotinada el partido que debe tomar, cuando en su calidad de representante del derecho le compete, no yá pedir parecer, sino dictar sentencia de acuerdo con la ley. No se registra en los anales de la humanidad institución alguna tan beneficiosa como la Iglesia Católica para el pechero, habiéndose apuntado a su favor la abolición de la esclavitud y la defensa de la igualdad de los hombres ante Dios, para Quien no hay judío ni escita, griego ni romano, blanc-0 ni negro, origen plebeyo ni sangre azul. Mas, cual si trataran de confirmar aquel dicho satírico: "Al perro no le falta sino hablar y ser ingrato para parecerse al hombre", esa plebe, ennoblecida con la promulgación del Evangelio, ha estado en los momentos más críticos a disposición de los perseguidores de la Iglesia, quienes le asalariaron para exigir a gritos la muerte del Justo y la liberación de Barrabás. Esta es la eterna historia. Judas que se venden por treinta dineros, Pilatos que se amilanan y ceden, muchedumbres veleidosas que el viernes piden la cabeza del mismo a quien llevaron el domingo en marcha triunfal, apóstoles y discípulos que se esconden alebra.dos al temor de la persecución e inocente que sucumbe al cabo en las marañas de sus enemigos, hipócritamente embozados con la aparatosa clámide del defensor de la ley. Jesús murió en una Cruz porque así lo quiso. Mas, la Iglesia continuará triunfante, aunque siempre perseguida, hasta arribar a la eternidad. PAULINO. Vol. l. -2- Núm. 13