Limaduras

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Title
Limaduras
Language
Spanish
Source
Estudio Volume I (Issue No. 13) Marzo 31, 1923
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Marzo ESTUDIO 31, 1923 1 LIMADURAS 1 -Las normas de la Igle3ia aeerea de la educación d·e la juventud, ham. de ser, por neee•idad a.bsoluta, el punto de partida de . t.odos. l'Os acuerdos del congreso cató.Jfoo, referentes a la e.nseña.nza reJigiosa en las ·escuelas. Es la únioo autoridad docente de la ti.erra. -En 1as cuestiones de hecho, se deben tener pre.sentes muchas circunstancia;; que sólo a la prudencia, en cada caso concreto, le es dado apreciar. Los tiempos y l0 os paÍ9es no son idéntico>. -Todo está sabiamente previs· to en la lcgi.dación cclP.siástica. Hay regla» para los casos generales y .preceptos para los L'S<peciales. -Será o.tra de Ja,, pruebas decisivas en favor de la incomparable sa:biduda y discreción de la Iglesia. El Códlgo d'Jl Dere<:ho Eclesiástico, traza perfoctament·e la ruta die nuestros deberes. Desde e1! pumt.o de partida hasta la ·estación de ténmino, el itinerario es:ffi p111ofusamente iluminad,o. No hay peligno de extraviause. -En la obra de 11a educación a.e la juvent1ud, interv>enen la Iglesia, el Estado y la familia. Establecer, de una manera clara y definidr., c-1 papel que a cada 'llIJJO de estos agentes 0oriiesponde, e.s CJontribuir eficazmente a Ja acertada mlución die! problema. -EJ prmcipio del sistema educativ.o católico, no se ha de buscar ·en·la familia,. ni en el Estado, ni si1 quier:a en la Iglesia; .está en el dereeh.o que asiste a tod•os 1os niños c.atól.icos de ser cristiana:me.nte educados. De est·e d·e11ee~·o supremo de la niñez, se derivan esporutáneamente todas lar; ohligiaciones y toda, las facrultades qll!e, ·en ·este orden de e.osas, eompe,ien a la familia al Estado y a la Iglesia. ' -Es perfe,ctament.e e.ompn•nsible. Después de todo, la familia, el Estado y .J.a Iglesia., oon medfos que da Pro\':id~nc\~. divina pone a disp.o,c.iejón del individuo para realizar l'IU :fin último. -No t.od.os entieIJJd·en la cuestión del mismo modo. -8~ discuten hasta l-0s principios más evidentes. -La palabra de la IgJ03;a, ·cuandio se trata de los eternos destinos d~l hombre, es inapelable. Vol. l. -Importa cionoeerla. Es r,equi~~.+o e.;cncial para presta11le el debicl.o aea.ta,nÜPnt,o. -Ha dicho cuant,o era preciso decir . _jVcm~1aJt IJ,as pn~eba-<~ Los comentarios están die soh:-a. -Norma 1.a Todos los fi·eles deben ¡¡er educados, desde la pu·e1rici1a, de trul mo<Io que no sólo no se les ,enseñe nada contrario a la reJigión católica y a la honesticliad de Ja;s costumbres, sino que la instrucción rel·igiosa y moral obtengan el pue.sto preeminente. -Norma 2.a No sólo los padres sino también todos los que están en su lugar, tienen el derecho y la obligación gravísi.ma de euida,rse de la educación cristi,ana de los hijo.-;. -Entre los que ocupan el puesfo de los pad,·rR, ·están los maestros. -Se ha dicho que sobran los comentarios. -Norma 3.a En todas y en cada u.na ele las ·eseuela.s elementales, se ha ele dar a Iios niños enseñanz'a relig,iosa, ·en armonía con su edad. :-Norma 4.a La juventud que Maste a Los centl'os sup~riores de cultura, debe >ler nutrida con enseñanzas rn1igi.osas más 0ompletas. I,os señores Obispos harán que ésto &e lleve a callo por saeerdot.e,<; eminentes en ce!Q y en doctrina. '.._Norma 5.a Los niños eatóliens n.o deben asistir a las escue· las a.e~ tólicas, ni a las escudas neutra.s o mixtas. -Norma 6.a Compete únicamente al señor Obhpo de la diócesis respectiva,. el discernir, de acuerdo con las in~trucciones ciadas por la Sant·a Srclfj. e'1 qué circunstnncias ,. e·on qué clase ele prec.aiuciones, ·ene.a.minad.as a evitar el peligPo de perve1'sión, se puede t.o!erar que ,,¡,an frecuentadas las referidas escuelas acatólien< neutrias o mixtas. f;as no"~·~ "ºn claras, precisas, y sobre todo, obligatorias. Si somos católicos, tene1I1Jos .Ja oblitgación sacratúsima de seguirlas con las mayor escrupulosidad q·ue nos sea posible. No las ha trazado la Iglesia para que sean J.etra muerta. -Los padres cumplen satisfaet•oriament,e, cmidánd.o&e de educar cristianrumente a sus hijos en el hoga.r doméstico. -J.Esto es de ,extrema impo,r-7;+ tancia. "Téngase ante t.odo por indudable, decía el gran Pontífice Leon XIII. que .es mucho lo que puecle en lo•< ánimos de los niñ·os la educación d°'méstic1 a. R1 los jó\'enes haHarrn en sus casas una buena instrucción y una palestm de las virtude' cristianas, serán, con el tiem¡>o, haluar· te segur.o de l•a felicidad ele lo; pueb!OIS.'' -La cclueaeión es<Jolar ineum· he al Estado. -Es un error altamente pernicioso. El ·deber ele educar es privatiYo de l<'s p~.elre-;. Los padres reciben de la naturaleza y, por consig•ui.ente, de Dios e.J pod.-r de d'ar La vida a sus hijos y ele elei,aTrollar esta vicia por la rducación y la crianza. PPro el hijo no .es ¿tl'erpo solo, es un compuesto ele cuerpo y ele alma. Deben. por lo tanto, darle vida corporal y vida intelectual. Es un deber y un c:J.erecho que nadie les puede discutir. Y así c.omo t.Lenen el derecho de escoger el alimento 0orporal que eonvi,ene al niñ.o, tienen también el d.erecho de .seLecóon1tr su a:liment,o e.;piritual, es decir. tienen >el dere,eho de in<truirle. Es· ta elección, eamo todo act-0 libre, debe esitar regulado por la recta razón. Para hacer el mal, nunca hay d'erecho. -DejamQs, pues, a los padres ·el ejereici-0 de sus ,derechos. No les impnngamns condiciones que ent.orpezean su acti\'idael. -El a:erecho pat.ernal rle enseñanza y de educación no es absoluto. Los padre.s no son moralmente libres para edacar a sus hijos como quieran y por quien ellos quieran. No pued,en, sin ser infiPles a su misi6n inculcar a s.u.;; hijos el err.or o el vicio; en cm>st.ión de enseñanza, no tienen otro d·e111?cho eme e'1 de comunicarles. por sí {l por otros, los conocimientos Heit.os; derecho'\, por otra parte. sometido al e.antro! ele la autoridad eclesiástica y, en algÍln sentido, ele la civil. La edueación ele los hijos no bMta que sea fi.-:··i.ca,, L';&e i~eq.uiere a.demás que sPa intele0tual y, principalmente, moral y religi1o~d. Es necesario que los padTes formen la inteligencia de sus hijos y la preparen para la inve,stigaieión y el C•onoeimient.o <le la vereliael; es neee¡¡ari.o que forti· fiquen su voluntad contra las maPasa. n. la pág. siguiente NÍlm. 13