Los Fusiles de Napoleon

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Title
Los Fusiles de Napoleon
Language
Spanish
Source
Estudio Volume I (Issue No. 18) Mayo 5, 1923
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
R~vista Sen1anal E11tered as second class matter at the Post-O/fice at MANILA. DIRECTOR:-Alejandro de Aboitiz P. O. BOX 1659 AOM!N!STRADOR:--Claudio R. de Luzuriaga P. O. BOX 1815 V el. J. Manila, 5 de mayo de 1923 Núm. 18 Los Fusiles de Napoleón Manifiesta es la ignorancia de los plumistas anti-clericales de estas latitudes, como hemos tenido ocasión de denunciarla al lector repetidas veces, y es además evidente su desenfado en lanzar afirmaciones, sin parar mientes en la posibilidad de poderlas demostrar. Lo cual les acarrea a la vuelta de la esquina algún serio revolcón, ' porque en el terreno de la polémica no hay . manera de avanzar con seguridad, a menos de llevar siempre los documentos bajo el brazo y tener en todo momento al alcance de la pluma la oportuna contestación. Remyd Edolly, redactor de "El Demócrata" cebuano, es un escribiente de legítima procedencia anti-clerical. Dice cuanto se le antoja, en un castellano tan malo como el de los "arraeces arg2linos", disparata con serenidad sólo comparable a la de Pedro · Legasca, suelta a borbotone~ un hatajo de necedades, cita latines cuando desconoce hasta el romance, hoza en lo más sagrado con la desenvoltura de un paquidermo cerril, falsea, a sabiendas o sin conciencia, los hechos de la historia y a cambio de todo ello recibirá probablemente, sin ruborizarse, alg~~nos pesos duros del cajero de la corporac10n. ¡Y tantos como anclan por el mundo, bastante más acreedores a la ración cotidia_na de. morisqueta y acaso _se mueren de hambre, porque prefiere~ p~rder la exis(:ncia a invertirla en prostituir la verdad. 1 Y a la prostitu~ión de la ve_rdad consagra,n su vida periodística gran numero de gr~f.oma­ nos babuinos literarios que desprestigian Y ridÍculizan el noble ejercicio de la pluma, para cuyo manejo provechoso se requiere tener apuntados a su favor largos años de estudio y de meditación ! Remyd Edolly monta en cólera a la es: tradiota porque el Illmo. Sr. Obispo d~ Cebu ha creído llegado el trance, doloroso siempre para un corazón paternal, de condenar el gremio de los "Legionarios del ·Trabajo" con el anatema de la Excomunión. Y como si se sintiera corrido de haberse irritado de "cosa ele tan poca monta", la moteja a renglón seguiClo de ·"canción popular, crasa, rancia, que da grima y produce náuseas", y más abaio de "insignificante chisme", y no mucho después de "una de tantas astucias podridas y engañifas asquerosas". Todo ello en lengua,ie adamado, como puede por sí mismo ver el lector. Pues, bien. Oiga usted, éfebo incauto, una historieta, de menos peso, sin duda alguna, para usted que los chascarrillos de Voltaire. Como Napoleón hubiese yá llegado al punto cimero de la grandeza, creyó poder dar todavía un brinquillo con solo meter mano a la Iglesia Católica y, ni corto Mayo ESTUDIO 5, 1923 ni perezoso, barajó a. capric~o _la jerarquía eclesiástica de Francia, trato irr~spetu,o~­ mente al Sumo Pontífice y hasta mtento mtroducir retoques en los mismos artículos de la fe. A tanto hubo de llegar la intromisión imperial que el anciano Pío VII lanzó contra el Capitán del Siglo el decreto de .Excomunión. ' Las chocarrerías de los enciclopedistas habían h~cho mella en el joven oficial de Brienne, efecto muy natural si se tiene en cuenta haber sido siempre la atmósfera del cuartel ambiente adecuado a las irrespetuosidades de todo Jinaje, y cuentan que, cuando le comunicáron la sentencia papal, exclamó, ~pbrayando la frase con sonrisilla despectiva:" ¿Acaso va la Bula a arrancar las armas de las manos de mis soldados?" Digno comentario de quien nunca acert? a distinguir la voz del derecho del estampido del cañón. Poco después emprendía el Emperador la campaña de Rusia, donde se eclipsó la estrella de Austerlitz. Como todos los rusos imitaran el desesperado heroísmo de los moscovitas, no dejando sino ruinas humeantes al ejército del "invasor, ordenó N apoleón la retirada de sus tropas a través de las inmensas estepas del imperio de los Zares, cubiertas de nieve a la sazón. Fué en lo crudo del invierno. Era tan intenso el frío que los fusiles se les caían de las manos a los soldados, habiendo sucumbido -una gran parte en la interminable jornada y llegando los supervivientes extenuados a territorio francés. Y á se comprende cuál sería . la ~or­ presa del corso al sospechar la mister10sa relación que existir pudiera entre su retadora exclamación al enterarse de la pena eclesiástica impuesta al hombre más poderoso de la tierra por el viejecito Vicario de de sus obras allá donde ellos se figuraron haber conseguido triunfo cabal. Y para terminar por hoy, voy a traerle a la memoria a Remyd Edolly una fabulilla de Lessing, autor tan prominente en la literatura alemana. Se titula "El Gigante" y dice así : "Un gigante rebelde disparó sus envenenadas saetas hacia el cielo, pretendiendo nada menos que quitar la vida a Dios. Volaron a inconmensurable lejanía, donde ni la perspicaz mirada del gigante las podía yá divisar. Creyó el muy rabioso haber dado en el blanco y entonó a voz en cuello un canto de triunfo, lleno de blasfemias contra Dios. Mas, al cabo faltóle a una saeta la fuerza comunicada por el sagitario, cayó con peso cada vez mayor y mató al blasfemo ballestero." Y añade esta moraleja el escritor: "Unsinnige Spoetter der Religion Eure Zungenpfeile fallen weit unter ihrem ewigen Throne wieder zurück, und Eure eignen Laesterungen sind es, die sie an Euch raechen werden". Esto es: "Insensatos burladores de la Religión, las saetas de vuestras lenguas retroceden sin haber llegado, ni ~on mucho, a su trono eterno, y vuestras propias blasfemias toman venganza sobre vosotros mismos". Pueden continuar los adversarios de la Iglesia católica disparando sus flechas contra la grande obra del Nazareno, que no conseguirán despertar el miedo en nosot!os, seguros como estamos de haber de repeti~se cien y mil veces en el curso de la futura historia, el grito de impotencia de Juliano el Apóstata, cuando, herido de muerte en la guerra contra Sapor, exclamó con la rabia del condenado: "¡Venciste, Galileo!" No lo dude Remyd Edolly. El Galileo siempre vencerá y, de grado o por fuerza, caerá el impío algún día pecho por tierra ante Él. Cristo, y el cumplimiento de sus mismas PAULINO. palabras en la desastrosa ·escapada de Ru--------------------; sia, donde ateridos de frío aquellos vence- St. {[cresa' s f?all dores en cien batallas, arrojaban las armas, EscuELA cATóLICA PARA NIÑAS como trasto inútil para defenderse de las ENSEÑANZA PRIMARIA, INTERMEDIA y inclemencias de aquella cruda estación. SECUNDARIA • (RECONOCIDA POR EL GOBIERNO) Coincidencias,· Remyd Edolly,_ coinci- Bajo la dirección de las Madres Belgas. . M t t a uno registrando E·st. o. ºSCllºla tiene 1101' ObJ°Cto el ofrecer a las jó,·é, (lencias. as, an as V • - " e e 11es las ventajas de un rentro cloconte de .caractcr en cartera, que es COSa de poner S1;1S propias religioso y un plan ele cnseiianza. _en confonmdad con barbas en remo]' o, al ver la del vecmo pe.lada los modernos métodos ele educac1011 más aceptados. t d d La lengua oficial del Colegio es el inglés. De eSl1:a a trasquilones con tan extraña opor uni a . manera Se proporeiona a las alumnas una. ~xcelente A muchos vamos yá viendo con la cara man- oportunidad ac adquirir soltura de cxprcs1on en el d h . 1 . 1 a n escupir habla inglesa. . chq a, porque acia e Cie ,o ~S ro , · Para más informes, dirigirse a la Rrn .. :M. Secretaria. Precisamente una de las tachcas de la pohtica divina está en castigar sin palo ni piedra y hacer sucumbir a los perseguidores!..-----------------st. Teresa 's Hall Calle S. Marcelino 212, Manila. Teléfono ·1110 VoJ. J. -2- Núm. 18