Strauss a la defensiva

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Title
Strauss a la defensiva
Language
Spanish
Source
Estudio Volume I (Issue No. 18) Mayo 5, 1923
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Mayo ESTUDIO 5, 1923 r STRAUSS A LA DEFENSIVA J Callos tenemos en los oídos de oir tantas veces a los "amigos de la acera de enfrente" proclamar en voz alta y en todos los tonos y escalas imaginables, el derecho del hombre al disfrute pacÍfico de "una libertad absoluta e ilimitada", sin más restricciones que las que cada cual quiera buenamente ponerla. Desde el principio del mundo hasta el fín seguirá oyéndose, en medio de los trabajos y sufrimientos de esta pobre humanidad, ese grito de eterna rebelión, que traduce por i Viva la Libertad! aquella frase del angel caído: "Non serbiam" ¡no obedeceré! ¡Y bien que nos está luciendo el pelo y buenas carnes que vamos echando! Empero tóquese les a ellos en lo más mínimo; salga a la arena de la discusión alguien, que no se conforme con sus opiniones y sentencias, y los veréis revolverse furiosos, como perro herido por aguda lanza, y tirar fieros mordiscos contra aquellos que se tomaron la "santa Libertad" de disentir de las opiniones de los "abogados sempiternos" del libre pensamiento; viniendo entonces a cumplirse aquello de: "El pensamiento libre predico en alta voz; y muera el que no piense igual que pienso yo! Si quisiere el lector un ejemplico de esa ¡;,tolerancia más que inquisitorial, pues al fin y al cabo, la Inquisición defendía la verdad de las incursiones del error, mas ellos sostienen el error y quieren permanecer alejados de la verdad, no tiene más que tomar en sus manos un número cualquiera del amigo de "calleja" y del "soto", revista que, una y cien veces, nos ha asegurado de palabra y de hecho, no importarle un bledo la religión, y que, sin em· bargo, consagra buen número de sus "robadas" páginas a denigrar las creencias ajenas, y ¡todo ello en nombre de la "Santa e Intangible Libertad"! Lo que sucede con el semanario de "calleja" y del '"soto", sucecedió siempre y sucede hoy con todos los semanarios más rabiosos y que más alardean de "libertarios". El "muera el que no piense, igual que pienso yo", ha sido y sigue siendo el lema de las sociedades y entidades, bien sean científicas, bien sociales, que en sus estatutos y normas de vida y conducta escribieron, con "letras gordas", la palabra mágica "Libertad". ¡Como si ésta no fuera patrimonio del hombre y sí posesión intransferible de unos cuantos! Uno de esos paladines de la "Libertad'', entendida en sentido de "piense yo lo que quiera y los demás piensen como yo'', fué el ya conocido y varias veces discutido Strauss, del cual volvemos otra vez a ocuparno.s, pues fué él quien, con sus inconsiderados ataques, más contribuyó a la formación de la escuela de Tubinga, de la que comenzamos a ocuparnos en el articulo anterior. ¡Me figuro que a estas fechas ya los del semanario de "calleja" saben donde esta Tubinga y-por qué es famosa! Obcecado, no ya sólo por la pasión religiosa, que en él, como en todo tudesco, era intensísima y que lo había llevado hasta el punto de negar, según vimos, la historicidad del Cristo, sino por su amor propio herido por algunos reparos que los seguidores de la escuela de Tubinga hicieran a sus tesis, desbordóse en un torrente de impiedad e incredulidad la más cruda, y, tratando de defenderse de tales ataques, llegó a los mayores excesos en negaciones religiosas. En pleno período de discusión y cuando la mente de Strauss estaba menos serena, escribió con pluma tinta en bilis, su "Vida de Jesús para uso del pueblo alemán". que, comparada con la primera "Vida", de la que en anteriores capítulos hemos hablado, es mucho más radical y rabiosa. En la nueva contradice muchu de las tesis sostenidas en la primera y lejos de ser el anatómico paciente y calmoso que va desmenuzando con paciencia benedictina los Evangelios, para dar con sus teorías favo~ ritas del mitismo, es el torrente espumoso y rebosante que se despeña y desborda en diatribas atroces contra sus contradictores. A medida que se va uno adentrando más y más en la lectura de este libro, que tanto daño había de hacer en el pueblo bajo alemán, hasta llevarlo al indiferentismo, en que actualmente se encuentra sumido y del que sólo la mano todopoderosa de Dios puede sacarlo, se va notanto cuál crece la saña contra aquellos que le han combatido, llegando en algunos capítulos a expresarse con verdadero furor, y sin guardar miramiento alguno para con sus enemigos doctrinales. ¡Y todo ello en nombre de la "libertad de pensamiento" y mezclando, si a mano viene, alguna que otra ma.ldición contra la intransigencia papista! ! La controversia siguió en auge y en el espíritu del critico alemán siguió germinando cada vez con más vigor la planta de la incredulidad, cuyas raíces iban socavando poco a poco todo el edificio espiritual. Ultima y más terrible manifestación de esa impiedad, llevada a un extremo verdaderamente incomprensible, fué su último trabajo teológico, llamémoslo así, y que tiene por título: "La antigua y la Nueva le". Publicóse el año 1872, dos años antes de la muerte de Straus, y por lo tanto puede bien ser considerado como la última fase evolutiva de la idea cristiana en su mente racionalista. Es digno de estudio, pues que puede servirnos de terrible lección. "La Antigua y la Nueva fe", es ni más ni menos que una apología clara y sin embozos del materialismo panteísta y del atei~mo, juntamente con una defensa de la fuena y despotismo del Canci'.~er de Hierro, Bísmarck. Influenciado por la-s teorías de Krausse, Strauss no ea en esta última de sus obras, el defensor de la idea hegeliana aplicada a la teología, de que hemos hablado en un artÍ· culo anterior. Hegel, aunque conteniendo en su sistema todos los errores, se presenta con tendencias espiritualistas, y de la más alta y subida metafísica. Strauss se con· vierte en cantor de la materia, fuera de la cual, según él, ninguna realidad existe. Llega a extremos tales, que proponiéndose a sí miemo la cuestión de si somos todavía cristianos, responde sin sombra de duda que no;; puesto que ·"Cristo no es más que un PROBLEMA y a un problema no se le pueJe Jar crédito". Después de todo esto, cuanto el criticismo alemán nos diga, será mu¡ comprensible. Si no existe más que materia, lógico era que Cristo, en el que de un modo tan soberano brilla la espiritualidad en el hablar, en °él querer y en el pensar, no sea más que un Problema, como si dijéramos una incógnita indescifrable, algo que la mente humana se ha propuesto a sí misma, pero que no tiene realidad alguna fuera de la mente. Strauss, como todos los se-dicentes cultores de la razón pura, apela a la ciencia para combatir la religión Y afirma, con toda seriedad, que esa ciencia ha arrancado de los hombros de Cristo el manto de la divinidad, con que le había revestido la credulidad y la ignorancia. Despojado Cristo del manto divino, q11eda ipso facto ani· Vol. I. -6- Núm. 18 Mayo ESTUJ)IO quilada su religión, viniendo a resultar que, en eatoa tiempos de luz y de cultura, laa ideas cristianas no son ~á• que reatos de la incultura de los siglos medios. i Bien pudiera Strausa dar pruebas de tales y tan graves afirma· ciones y de tan comprometedores asertos, en los que va comprometida nada menos que la seriedad cultural de cien generaciones ! Empero, siguiendo antigua forma de argüir, se contenta con afirmaciones destituidas de todo fundamento real y no se detiene a aducir las prueba. de sus asertos. ¡Tal fué el modo de discurrir que en todo tiempo usaron los enemigos de la Iglesia! Puesto en la pendiente de laa negaciones y de los más increíbles absurdos, Strauas ae plantea otro nuevo problema, más radical que los anteriores, y se pregunta: ¿Somos religios0s, siquiera? Y no duda un momento en declararse por la negativa. "La astronomía, dice, ha B.1'ro• jado a Dios del cielo, su palacio; la reflexión le privó de su corte, los ángeles y los santos. La razón ha ter· minado ya su obra contra la religión; ésta está vencida, no existe; no debe por consiguiente haber más culto". Ahí tienes, lector amigo, las últimas y más graves consecuencias de la incredulidad; el ateísmo predicado como primer principio de certeza indiscutible. ¡ Cuán lejos estaba Lutero, y con él sus co-reformadores, al dar el grito de rebelión contra Roma, de que había de llegar un día en que sus legítimos descendientes dedujesen las últimas consecuencias de los principios por ellos tan inconsideradamente sentados! ¡Y cuán errados y faltos el.e lógica son los protestantes que se empeñan en rebatir Y confutar las tesis de Strauss, que no hizo más que desarrollar lógicamente los principios sentados por los Reformadores! Empezóse por eliminar a Roma, que era el primer valladar contra la incursión de falsas doctrinas y debía terminarse con la demolición total y completa de cuanto signifique relaciones del hombre con Dios. ¡Cuan cierto es que la verdad es la mejor defensora de sí misma! Tan graves parecieron a los protestantes ortodoxos de Inglaterra las teorías expuestas por Strauss en su libro último, que Lord Gladstone, primer ministro de la reina Victoria, se creyó en el deber de prohibir su libre propagación por Inglaterra. ¡Y después braman los protestantes contra la intransigencia romana, que nos pro· hibe leer ciertos libros en los que se atacan nuestros dogmas y principios religiosos ! Vayan tomando nota los señores del semanario de "calleja" y del "soto" y aprendan cómo, h':..sta hombres de mentalidad tan liberal como Gladstone, hubieron de ponerse en ,pugna consigo mismos a trueque de defender la fe y las creencias de la juventud inglesa. "FILAD ELFO". 1-f IJOS DE JUflN SOLER OFRECEN A V. 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Para lo primero, está la selección en las 1 materias de estudio y sobre todo la educación eminentemente cristiana que a las nifias se H da por competente cuerpo de profesoras religiosas; para lo segundo, excelente situación hi~- :, 1 giénica del Colegio y la inc;esante atención que se presta a la educación física de las alumnas. ' ~~ Ningún Colegio de niñas en Filipinas reune las ventajosas condiciones del COLEGIO DE \ • 1 LA CONCORDIA: capacidad holgada para cuatroci~ntas alumnas, inmejorable situación j ~ en las afueras de Manila, ambiente fresco y altamente higiénico, moderna y simétrica cons- ' ~ trucción, extensos campos de recreo y lawn tennis al aire libre, etc. etc. - ~~ Para informes, pensión y condiciones, ~, " Rdo. M. 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