Barong Tagalog - Laurel y Flor de Azahar

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Part of Estudio

Title
Barong Tagalog - Laurel y Flor de Azahar
Language
Spanish
Source
Estudio Volume II (Issue No. 29) Julio 21, 1923
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Julio ESTUDIO 21, 1923. A BARONG TAGALOG-LAUREL Y FLOR DE AZAHAR Seño'l'CS, ni tanto ni tan calvo. Si: io d!Jl "barono ta.galog" se toma en serio, lo concephiamos como uno de lo.<t movimientos protectores de la indust ría nacional, y de continuar aplicanclo ese principi-0 de defensa autóctona a las deniás esfe'ras ~e la vida, tenemos la finnísima convicción. de que liabria de ser el comienzo de nuesh·a futura p1·osperidad. ¿Po,. qué da1· desar,.ollo con nuestro dinero a los p1·0dtict os exh·anferos, cuando tenemos en casa género que puede competir con el mejor de los de importación ¿No 'revela acaso anemia de espíritu nacional que se haga un exorbitante consumo de somb1·eros amc->"icmws, si Ita-y entre nuestros paisa.nos quien'3s lo• fabrican de su¡>erior calidad? Pe1·0, todos los exfrentos son vicU>sos 11 siempre es mu¡¡ fácil incurrir en el defecto de la exageración. muy propi-0 d• las inteligencias atrofiadas, afanosas de recibir y proporcionar imp»esiones, porque ?lO se han habituado quizá al exquisito paladeo de la ve>" dad monda ¡¡ lironda. Como al Re. p>-esentante Villanueva le ha salido bwn lo de la ca.misa, es decir, lo del "barong tagalog", y pn:,.ece que 11<t ganando prosélitos la idea, hay quien Rale aho·ta con la exfraña p>'eten .. si6n de que1·e·r sustitufr los zapatos pol· la:; chinelas. Hombre, nó. Eso equivaldrfa a llevar las cosas al >-id.ículo. E.11 muy 7mesto en raz6n que '>IO~ aprovechemos de todos los adelantos y" per/eccionmnientos de la civilización, JI el andar vestlclos y calzados es, sin duda. uno de los más universalmente admitidos. Lo que debiem procura•·· se es fab1·ica,. dentro de Filipinas todo el calzado necesario para el pais, por lo menos, y con ello daríamios una. pmeba de verdadero patriotismo, pero se1·ía detestable el efecto que causam. entre los extraños vernos con chinelas en cualquier acto de sociedad. Conservemos todo lo bueno del pasado, restauremos cuanto por desidia o por instinto de imitación hubiésemos JJeYdido de lo pretérito recomendable y tomemos de fuera aquello que haya Vol. II. de resultcO' beneficioso pa,.a el mejoramiento ?noral y material de nue8fr.;z, nación. Todas las ,.dzas del globo tienen sus venta.ias 11 sus deficiencias en comparación d,e las demás. El mejot camino de asegurm· el Porvenfr es trabajar vor la conservación de las primems y po,. la mdical extirpación de las segundas. Duela lo que duela. O¡Jonerse al retoque de los propios defectos, so capa de lJttardar la.s costumbres de nuestros antepasados, es al170 así como negarse a luchar contra la enfermedad. Un pueblo de ese género y un paciente así sucumbirán a la corta o a la larga, victimas de s1t obRtinación. "Som.ethin.Q is 1·otten in the statc of Denmark". Nada más evidente. D• 1tn tiem.po acá. 1·eina enfre los elementos del ,gobierno una manifiesW discrepancia de pa1·eceres que ha producido niotfoos de 'rozamiento y acabará con la armonía indispensable pam hacer algo de provecho a favo1· del país. Poi· un quítame allá esas 'Pajas se han agriado los án.imos, echando en olvido unos y otros que si estan donde están, no es seguramtMte 7Jara mirar por sus conveniencias personales o satisfacei· dictados de la amistad . . •ino pm·a a.tendei· a los asuntos de interés general, dando de mano a pequeñeces que tantos trastornos acarrean cuando se trata de acci6n coniún. Con gran sentimiento h.emoe visto en la prensa la noticia de la dimi.sión del Secreta1·io Laurel, el cual funda su retirada en que "no puede continuar siendo el jefe de un Departamento donde hubiere un hombre sin deeoro" (a dishonest man) . Se nos antoja una plausible actitud la del Hon. Lau?'el, Si su conciencia le presenta a uno cualquiera de sus subalternos como un servido,. infiel, y a él le atan las manos para ponerlo en la- calle, no le queda otra solución caballero•a y digna sino tomar él mismo la puerta y abandonar el puesto que no le es dado ejei·cer con impoluta honradez. Es natural. Pero, con un poquito -6de buena voluntad por una 11 otra de las partes, ¿no se podia habe·r evitado llegar hasta el callejón sin salida del dilema : ¿ O él o yo? ¿No parece descub>-irse en todo este largo y enojoso pleito, motivado por la conducta so<pechosa de un policía, una recia dosie de pm·sonalismo 1 nocivo siempre a la comunidad? S.ea de esto lo que fuere, no es posible ponc1· en tela de juicio la existencia de algo "podrido" en el seno de nuestro gobierno. Hace ya tiempo que nos viene dando en la nariz. ¿Cuándo, mejor que ahora, pudiera apela?'se a la acción del bisturí? ¿No contribufrían notablemente ciertas amputaciones a la mejora del pro. blema nacional? Van.se acentuando los síntomas dd enlace mafrimonial. Doquiera que se >'eunen los pa1-ientes del novio o de la novia, hm¡ una pedrea de ,.equiebros de ce>ráctel" fulminante dirigidos a ésta o a aquél. La boda es yá co•a segura. La próxima legislatura habrá de ser harto más proi•echosa que la pasada, donde tres facciones, qne no partidos, se di.sputaban a puñadas "la part du liDnJJ. Los fu.sionistas formarán una 1nayo''Ía suficiente para saca1· a flote, sin desgaste de g?"andes enei·gias, los proyectos de ley que 1-ecibie,.en el visto bueno del Jefe del Gobierno, Han. Quezon, y de su ¡¡á imprescindible consiliario, el gran Osmeña, más grande hoy al se1·vif inoondicionalmente a stt país en calidad de simple Senado,., que cuando por •Í solo constituía el peso decisivo de la balanza gubernamental. Los demóc1·atas servirán de contrapeso con au p1<jante minoria, en cu.yas filas •e cuentan oradores parlamentarios de tanta o mayor talla que en las de ia mayoria. Nos hacemos la ilusión de presencia?• interesantes sesiones, donde se de?'roche talento, omtoria 11 patrioti$mo, dP;bidannente encauzados para comunicar el más vigoroso empuje posible al engrandecimiento no~ cional. EL FIGARO. Núm. 29.